miércoles, 31 de marzo de 2010

El papel de los medios de Comunicación durante la conflagración bélica... parte 3


Por: Elena Luz González Bazán
(especial para ARGENPRESS.info)


El 22 de mayo La Nación en grandes titulares: ´Fuertes pérdidas del enemigo en los combates librados ayer'. Después en su subtítulo: 'En lo que ha sido hasta aquí la jornada más intensa de la guerra, nuestras fuerzas contraatacaron ante un intento de desembarco masivo en las Malvinas. Sufrieron los británicos daños de magnitud en 8 de sus barcos; habría 2 hundidos; también fueron abatidos 3 aviones y 2 helicópteros. Sigue la lucha. Reunión del Consejo de Seguridad'.

'Estamos ganando' era la publicidad oficial, los medios continuaron esa línea editorial: Crónica del 22 de mayo decía: 'Gran revés del invasor en la primera batalla'. La bajada: 'Perdieron ocho fragatas, el 70 por ciento de la flota atacante, tres aviones Sea Harrier y dos helicópteros; sus muertos suman centenares'. El 25 de mayo: ¡Destruimos al Canberra!
El 28 de mayo: ayer: Cientos de ingleses muertos. Demoledora acción de nuestras fuerzas por tierra y aire se rechazaron varios ataques: Harrier al mar y otro averiado.El 9 de junio decía La Nación: Grandes pérdidas británicas en un intento de desembarco.
Mientras Gente y La Semana invadían sus titulares con las fotos y documentos exclusivos...
El 8 de junio de 1982, el hoy multimedio Clarín hacía gala de su independencia, en su editorial sostenía lo siguiente: 'Siempre, en los momentos más difíciles de la vida nacional, la prensa argentina, que ha defendido y defiende celosamente su libertad y su independencia, ha hecho esfuerzos invalorables para conjurar los desafíos históricos y para elegir los caminos que conduzcan a un futuro sin sobresaltos... No es apenas una actitud de estos días. Durante todo el actual proceso militar, la prensa argentina ha demostrado un alto grado de madurez, el cual quedó patente en los años difíciles de la lucha contra la subversión, cuando el remolino de las pasiones hacía necesario afirmarse en la serenidad y el equilibrio, para impedir la disgregación del Estado y, al mismo tiempo, defender los derechos humanos'.
A días de la rendición los medios seguían con Estamos ganando. Bastardía militar que llegó como final de un largo tiempo de oprobios y los medios intentaron cambiar, tomaron una garrocha retractile y mudaron sus titulares. Ahora decían Se ha producido un alto el fuego y deben acordarse sus condiciones. Tregua, alto el fuego en Puerto Argentino. Madrugada: dramáticas negociaciones. Revista Somos decía: Perdimos la batalla, no perdamos el país...
Los titulares fueron entendidos por el pueblo que se movilizó el 15 de junio. Los disturbios, heridos y detenidos marcaron la realidad nacional. Todo había sido una mentira. No había ni un atisbo de verdad en los titulares, ni en la propaganda del régimen. Todo lo contrario. Los chicos conscriptos sucumbieron de frío, de hambre, fueron estaqueados, muriendo de frío, hambre y desolación, no tenían la ropa apropiada, no sabían usar armas porque no tenían entrenamiento militar y en la teatralización de las Georgia nadie resistió, estaba el lamentable lagarto Astiz.
El informe Rattenbach desnudaría tiempo después, desde el riñón del ejército argentino, que las guerras sólo se pueden ganar políticamente y luego en el campo de batalla.

martes, 30 de marzo de 2010

El papel de los medios de Comunicación durante la conflagración bélica... parte 2


Por: Elena Luz González Bazán
(especial para ARGENPRESS.info)



Por su lado, el entonces Canciller Costa Méndez viajaba a las Naciones Unidas para fijar la posición argentina. Estados Unidos exhortaba al retiro de Malvinas y Francia condenaba la actitud de ocupación.La gran tienda argentina Harrods se adhería al momento nacional.
El 9 de abril Galtieri ensoberbecido por la movilización popular sostuvo que: 'Si nos atacan daremos batalla' publicado en Clarín.
Desde la iglesia, el cardenal Juan Carlos Aramburu arzobispo de Buenos Aires sostenía que. 'Es una histórica hora de unanimidad de sentimientos, objetivos y de adhesión junto a las Fuerzas Armadas'.
Por su lado, hasta ese momento la organización Montoneros en la clandestinidad y fuera del país salió a la luz con las declaraciones de Mario Eduardo Firmenich que en La Nación del 10 de abril se puede leer: 'Los Montoneros argentinos acudirán a la Plaza de Buenos Aires para defender las Malvinas de la agresión inglesa' esto lo declaraba en La Habana - Cuba. Agregó que 'la recuperación de las islas fue hecha por las Fuerzas Armadas de la dictadura argentina pero, de cualquier modo, constituye una auténtica reivindicación nacional'.
El 9 de mayo el diario Crónica y no sólo este medio publicaba: ¡Fue mortífero el contraataque de Argentina! Luego continuaba. Mientras se rescataban casi 800 sobrevivientes del Belgrano, se repelió ataque a Malvinas y cayeron 2 aviones ingleses; también fue hundido el moderno destructor 'Sheffield'; el Hermes habría sufrido nuevas y más graves averías; la Thatcher está 'consternada', angustia en Londres.

www.diarioc.com.ar

El papel de los medios de Comunicación durante la conflagración bélica... parte 1



Por: Elena Luz González Bazán
(especial para ARGENPRESS.info)

El exitismo no conduce a Roma...solo a la nada.

La última dictadura militar apeló absolutamente a todo para perpetuar su modelo político, social, económico y cultural, su ideología del terror, su mandato apocalíptico sobre lo bueno y lo malo, su verdad y sus mentiras.
La guerra en el Atlántico Sur fue otro aspecto del mismo proyecto siniestro, el último de una caterva infernal que comenzó en 1976, donde el desprecio por la vida humana era una constante perversa.
El papel de la sociedad no fue muy bueno, salvo una parte de ella que resistió y enfrentó tamaña represión; la otra, la que se alucinó con las fortunas que concedía la dictadura mediante sus políticas económicas, salieron a vivar a Leopoldo Fortunato Galtieri, el presidente de facto y el responsable de la Quinta de Funes (Rosario) otro centro de represión, tortura y desaparición forzada.
Algo parecido había sucedido con el Mundial ´78, donde '25 millones de argentinos jugaríamos el mundial'.
En esta etapa de dilapidación humana, la dictadura jaqueada por la concentración, movilización y acción de masas del 30 de marzo de 1982 se sintió jaqueada. La resistencia y enfrentamiento del movimiento obrero ocurría y nunca se detuvo desde el mismo momento que se instala la dictadura.
El comportamiento de los medios de comunicación es una cuestión que debemos rescatar para que la sociedad en su conjunto haga un juicio de valor y analice el papel nefasto y siniestro que cumplieron. Hoy, continúan en la misma postura, y es la de contribuir a la derrota a la memoria, instalando el olvido y, fundamentalmente, ocultar el papel cumplido por ellos en esos tiempos desgraciados. Hoy continúan con una exaltación hipócrita, basados en epítetos, frases y conciertos sobre la defensa de la democracia que no supieron defender, es decir, nada tienen que ver con la postura de aquellos años.
El acto del 3 de abril de 1982, con una composición social diferente de la del 30 de marzo, el diario Clarín titulaba: 'Una euforia popular se apropió de la Plaza de Mayo para festejar la Recuperación de las Malvinas'. Allí en traje militar estaba Galtieri y su gabinete.
También en otro título más pequeño el mismo 3 de abril anunciaba que Londres rompía relaciones con la Argentina. Mientras el presidente norteamericano Ronald Reagan afirmaba: 'Yo creía que no lo iban a hacer'.
El diario La Nación titulaba ese día, el 3 de abril, luego de la movilización: 'Alborozo ciudadano por la reconquista de las Malvinas´.

JURA DE ALFONSIN

lunes, 29 de marzo de 2010

Empanadas federales


Sabido es que el origen de las empanadas es árabe. Por cierto, no la palabra “empanada”, pero sí la peculiar forma de envolver un relleno en una masa. En la Argentina hay tantas empanadas como provincias, lo que resulta especialmente exacto a propósito de las del Norte y de Cuyo. Típicas son las salteñas, las tucumanas, las mendocinas, las riojanas, variedad a la que se contrapone la casi absoluta ausencia de otras bonaerenses o característicamente litoraleñas, por no decir de la Patagonia.


Aclaremos que, por supuesto, las patagónicas no existen porque muy tardíamente se establecieron en esa región pobladores criollos y no hubo tiempo para que madure y se diversifique una tradición de ese tipo; en cuanto a las provincias litorales, presuntivamente cabe atribuir la carencia, o bien a lo esmirriado de la organización social, o a lo caro que costaban el trigo y otros cereales en la primera etapa colonial, tal vez hasta desanimar el hábito popular de hacer masas.

De hecho, Buenos Aires, ciudad puerto, era bien propia para la instalación de comerciantes y ganaderos, pero no un buen lugar para que arraigaran en él contingentes numerosos de andaluces de prosapia árabe, de ésos que habrían conformado la base más sufrida y amplia de la inicial corriente inmigratoria sobrevenida con la Conquista y que, bajando desde la zona altoperuana, conformó lo que sería la intendencia de Salta del Tucumán, abarcadora de las actuales provincias de Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán y Santiago del Estero.

Desde esta perspectiva, cabe entender por qué nuestra arquetípica empanada arraigó con tanta fuerza en el noroeste del país y en Cuyo, y mucho menos en la cercanía de los grandes ríos. Cuando la pampa comenzó a desarrollarse, surgieron las estancias, hubo peonadas y esbozos de familias, así como puestos e incipientes poblados. La rudimentaria socialización tuvo sus reuniones y sus fiestas, en las que nunca faltaban el asado y las empanadas, elaboradas siempre a la manera de las del Noroeste. Y con esos sabores llegó también la empanada a la ciudad puerto y se entronizó en las reuniones de las casas familiares, aparte de ser muy gustadas por el pueblo bajo, que seguramente a él se dirigía el pregón que transcribe la historia escolar. “Empanaditas calientes pa´que se quemen los dientes”.

Empanada propia

Pero en tiempos de Rosas, primera mitad del siglo XIX, parece que Buenos Aires quiso no ser menos y tener asimismo su empanada propia, aspiración ingenuamente vinculada, por el nombre, con la tendencia política del momento. Fueron las “empanadas federales”, que luego se conocieron en la pampa húmeda y a las que también se llamó “empanadas de misia Manuelita”. Porque es verdad que a la hija del Restaurador la atraía el arte de la cocina y cabe admitir como no improbable que ella misma haya sido la inventora del curioso relleno que las distinguía.

Estas “empanadas federales” no incorporaban a su relleno carne vacuna sino de gallina o pollo hervido y, extrañamente, incluían el agregado de peras cortadas en cubos y cocidas con azúcar y clavo de olor, lo que las dotaba de un cierto toque dulzón también propio de otras empanadas provincianas.

Lo cierto es que las “federales” fueron muy apreciadas, contando al respecto la leyenda que la “niña” misma, en persona, las hacía realmente apetitosas. Después se abandonaron y hoy son empanadas bonaerenses perdidas en el tiempo, de las que sólo quedan rastros en la referencia de los tradicionistas.


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Pueblos originarios

domingo, 28 de marzo de 2010

La prensa escrita argentina ante el golpe militar de 1976 - parte 6


El mito de la nación católica


Hasta 1976, el mito de la nación católica había sido empleado por los discursos fundadores en 1930 de la MRA golpista nacionalista antiliberal y por su retorno ante los golpes militares de 1943 y de 1966; para apoyar el derrocamiento de Isabel Perón, en cambio, este mito volvió también -como otra manifestación de homogeneidad discursiva- en la MRA golpista liberal. En efecto, en 1930 el periódico nacionalista La Nueva República argumentó a favor del general Uriburu representándolo como el “vicario de Dios en la tierra para labrar el bienestar y el perfeccionamiento de todos los argentinos”73; en 1943, la revista católica Criterio apoyó al general Ramírez mediante la descripción definida “su propósito de buscar la justicia social a la luz de las encíclicas que de Roma emanaron”74 y en 1966 tanto Confirmado como Azul y Blanco destacaron que las fuerzas armadas invocaban en la Proclama “los grandes principios de nuestra tradición occidental y cristiana”75, descripción definida donde se identifica el cliché
“tradición occidental y cristiana”.

En 1976, un diario como La Opinión, que apoyó el derrocamiento de Isabel Perón desde la MRA golpista liberal, usó para caracterizar al gobierno militar -sin el menor distanciamiento- la descripción indefinida “un cariz ideológico definido mediante la ubicación de su rol en el ámbito occidental y cristiano”, donde retornaba el sintagma cristalizado “occidental y cristiano”. La Opinión agregaba a continuación: “Por lo tanto, a nadie puede escapar su orientación decididamente contraria al marxismo”76, con lo que formulaba un razonamiento entimemático77 a partir de un tópico implícito que sostenía que el ámbito occidental y cristiano era decididamente contrario al marxismo. Es que el mito de la nación católica estaba desde la década del sesenta tamizado por la Doctrina de la Seguridad Nacional, en la que el cristianismo era representado como un freno para el avance continental del comunismo. Esto se manifestó en 1976 con claridad en Mercado, que apoyó la lucha “antisubversiva” sosteniendo que “está destinada a salvaguardar un estilo de vida cristiano y en ella se reconoce el mayor desafío del momento”78. Gente, por su parte, también usó el sintagma cristalizado “occidental y cristiano”, en particular en descripciones definidas insertas en cotextos referidos a la política internacional adoptada por el gobierno militar, como cuando se refirió a “su contexto histórico, occidental y cristiano79.
El mito de la nación católica se cristalizó en el cliché “el ser nacional”, pues uno de los componentes fundamentales de este ser considerado más allá de los avatares de la historia era el cristianismo. Este cliché ya había sido empleado por la MRA golpista nacionalista antiliberal para argumentar a favor del golpe de Estado de 1966, en particular en Clarín80 y Criterio81, y reformulaba descripciones definidas usadas para apoyar el golpe de Estado de 1943 por esa misma memoria golpista, como “el ser permanente de la Nación”, empleada por Crisol82, “su ser espiritual”, usada por El Pampero83 y “la entraña de nuestro ser”, formulada por Nueva Política84.
De esta manera, en 1976 Clarín apoyó al general Videla porque había puesto fin a una crisis que amenazaba “disgregar de modo irreparable el ser nacional”85 y Gente citó la nominalización “la total recuperación del ser nacional”86 formulada por el general Videla en su primer discurso público, del 30 de marzo, cuando se refería a los objetivos de su gobierno. Cabildo, por su parte, desde un rabioso antiliberalismo, afirmó:

“Porque es preciso saber que todos los males substantivos que aquejan a la Patria -y acongojan a los patriotas- provienen de ese fundamental desencuentro consigo misma. Es decir: uno es el ser nacional (tan vacuamente invocado como tergiversado por el liberalismo, el populismo y la frivolidad izquierdista) en lo que esta noción tiene de antológica y raigal y de destino diferenciado, y otro el remedo de ese ser que se forzó a representar a los argentinos87 Cabildo empleaba el cliché “el ser nacional” en un marco polémico contra los liberales, populistas e izquierdistas que lo habían tergiversado. La noción de ser nacional era así disociada en un falso (“tergiversado”) y un verdadero ser nacional, lo que orientaba la argumentación a favor de que las fuerzas armadas se alejaran del camino liberal para defender al verdadero ser nacional.

En Extra, un comentario firmado por el dirigente peronista Jorge Paladino presentó la particularidad de que el empleo del cliché “el ser nacional” buscaba la adhesión al derrocamiento de Isabel Perón entre las propias filas de los peronistas. En efecto, luego de distinguir al justicialismo de sus “falsos apóstoles”, encumbrados hasta el 24 de marzo, Paladino sostenía que este movimiento era “parte del ser nacional”, con lo cual, en un razonamiento entimemático, se concluía implícitamente que las fuerzas armadas no perseguirían a los justicialistas, dado que ellas defendían ese “ser nacional”88.
73 Ver La Nueva República, “El nuevo orden”, 20-3-30.
74 Ver Criterio, “Nuevas consideraciones sobre la revolución”, 1-7-43.
75 Ver Confirmado, “Ahora sí, en Unión y Libertad”, 30-6-66, y Azul y Blanco, “El país niega a Onganía el derecho a fracasar”, 7-7-66.
76 Ver La Opinión, “La Junta ante la diáspora marxista”, 27-3-76.
77 Los razonamientos entimemáticos constituyen silogismos retóricos que parten de premisas verosímiles y que tienen una parte implícita, en general la premisa mayor. Ver Aristóteles (1978) y Angenot (1982)
78 Ver Mercado, “La City”, 15-4-76.
79 Ver Gente, “Moralidad, idoneidad, eficiencia”, 1-4-76.
80 Ver Clarín, editorial del 3-7-66. El diario emplea el cliché “el ser nacional”, asimismo, en el editorial del 4-7-66.
81 Ver Criterio, “La prueba del Poder”, 25-8-66.
82 Ver Crisol, editorial del 6-6-43.
83 Ver El Pampero, “Nuestro país católico debe volver al cristianismo”, 5-6-43.
84 Ver Nueva Política, “El fin de la revolución”, 29-8-43
85 Ver Clarín, editorial del 25-3-76.
86 Ver La Razón, “Estos son los secretos que manejará el presidente sin demagogias ni altisonancias: ante un nuevo estilo”, 27-3-76.
87 Ver Cabildo, editorial del 6-8-76.
88 Ver Extra, “¿Qué pasó en estos 40 días?”, mayo de 1976.
María Alejandra Vitale

Dra. en Letras, Cátedra de Lingüística Interdisciplinaria, FFyL, UBA. Este trabajo será publicado en Granato, Luisa y Patricia Vallejos (Editoras) Los Estudios del Discurso: nuevos aportes desde la investigación en la Argentina. Universidad Nacional del Sur. En prensa.
http://historiapolitica.com

La prensa escrita argentina ante el golpe militar de 1976 - parte 5

Un gobierno sin poder ante el enemigo “subversivo”

El efecto de mayor homogeneidad discursiva de los discursos golpistas de 1976 se debió, asimismo, a que tanto la MRA golpista liberal como la MRA golpista nacionalista antiliberal justificaron el golpe de Estado a través del empleo del tópico del vacío de poder, que señalaba la ausencia de autoridad en el gobierno derrocado. Este tópico resultó convergente con la estrategia discursiva que consistió en ampliar la extensión de la noción de subversión, cuyo peligro quedaba con ello maximizado.

El vacío de poder
Este tópico había sido empleado por las dos memorias retórico argumentales golpistas para apoyar el derrocamiento de Arturo Illia, el 28 de junio de 1966, cuando se manifestó en nominalizaciones del tipo “una vacancia de autoridad”(53) y “un vacío de autoridad” (54). Sin embargo, en 1976 fue más usado por los diarios y revistas y volvió cristalizado en el cliché (55) “vacío de poder”. En efecto, para justificar el derrocamiento de Isabel Perón, Extra, La Prensa, La Opinión y Gente formularon, entre otras, las siguientes descripciones definidas e indefinidas “un tremendo vacío de poder”(56), “un total y absoluto vacío de poder”(57), “los síntomas iniciales de un vacío de poder” (58).
opuesto con el que se identifica el locutor del enunciado negativo. Ver García Negroni y Tordesillas Colado (2001, 204-209).
Clarín, por su parte, utilizó la nominalización “las apariencias formales del poder” (59) y Extra “la acefalía oficialista” (60), ambas referidas al gobierno de Isabel Perón. Extra, asimismo, afirmó que “Cuando hay vacío de poder o el poder se recompone o lo ocupa la izquierda nihilista o las Fuerzas Armadas” (61), que “el gobierno destituido incurrió en el peor pecado: no gobernar”(62) y que “el poder desapareció”(63). La Prensa, por su parte,
remarcó que durante el gobierno anterior “El principio de autoridad estaba ausente”. (64)

La extensión de la noción de “subversión”

Si bien las organizaciones guerrilleras, como recuerda Guillermo O´Donnell (1997:182), estaban en un franco retroceso desde 1975, el peligro de la “subversión” fue esgrimido por los diarios y revistas para apoyar el derrocamiento de Isabel Perón y para justificar la cruenta represión implementada por las fuerzas armadas. En los discursos golpistas de 1976, el término “subversión” no se limitó a referir a los grupos armados de izquierda sino que incluyó también en su referencia al sindicalismo combativo y a la intelectualidad crítica (65). La estrategia fue, entonces, emplear la técnica argumentativa que Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989:226) denominan extensión de las nociones, que consiste en ensanchar o en restringir el campo de una noción de manera que englobe o no a ciertos seres, cosas, ideas o situaciones.
De esta manera, La Nación sostuvo que “mientras las Fuerzas Armadas y de Seguridad prosiguen su lucha contra la subversión y el terrorismo (…) otras fuerzas, las de la educación, de la escuela, de los medios de comunicación” debían ahondar su propia lucha para evitar “las capturas iniciales” de los jóvenes (66); Clarín aclaró que “la subversión (…) se extiende desde las manifestaciones
de la guerrilla urbana y rural hasta los establecimientos fabriles y culturales” (67); Gente advirtió que “la subversión no solo venía actuando en el monte y en las calles sino la tesis del sociólogo James Petras sobre el motivo de mayor peso que incidió en los militares para derrocar a Isabel Perón. No se trató de la acción de las organizaciones guerrilleras sino de la democratización de las bases sindicales que derivó en la no aceptación de la verticalidad en las empresas, pues ésta funcionaba como un obstáculo para la desregulación de las economías latinoamericanas impulsada por los Estados Unidos desde 1970. Las declaraciones de James Petras están reproducidas en Seoane, M. (1991) Todo o nada. La historia secreta y la historia pública del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho. Bs. As.: Planeta, p. 273.
53 Ver La Nación, editorial del 29-6-66.
54 Ver Imagen, “La ciudadanía frente a un compromiso histórico”, 2° quincena de julio.
55 El cliché es considerado una estructura significante remanida o cristalizada. Ver Amossy y Herschberg Pierrot (2001)
56 Ver Extra, “Las horas vitales”, abril de 1976 y La Prensa, editorial del 27-3-76.
57 Ver La Opinión, “El principio de la fe en el sistema”, 27-3-76.
58 Ver Gente, “Moralidad, idoneidad, eficiencia”, 1-4-76.
59 Ver Clarín, editorial del 25-3-76
60 Ver Extra, “¿Qué pasó, qué va a pasar?”, abril de 1976. En este comentario, asimismo, Extra sostiene que “El Estado había quedado acéfalo desde el 1° de julio de 1974”.
61 Ver Extra, “Las horas vitales”, abril de 1976.
62 Ver Extra, “Un nuevo desafío a la imaginación”, abril de 1976.
63 Ver Extra, “Personalidad de Videla”, abril de 1976.
64 Ver La Prensa, “No sorprendió en Estados Unidos el cambio de gobierno”, 26-3-76.
65 La inclusión del sindicalismo en la extensión de la noción de “subversión” se comprende considerando
66 Ver La Nación, editorial del 28-3-76.
67 Ver Clarín, editorial del 30-3-76.

sábado, 27 de marzo de 2010

La prensa escrita argentina ante el golpe militar de 1976 - parte 4

Por otra parte, Clarín, Mercado, Gente y La Nación emplearon como recurso mitigador la voz pasiva cuasirrefleja impersonal que permitía, también, ocultar a los militares como agentes de la acción: “Se dispusiera su relevo” (37), “el anuncio de que no se había dispuesto la ocupación preventiva de fábricas(38), “se operó la clausura del Congreso”(39), “se han prohibido las actividades de las 62 Organizaciones Gremiales y de los partidos maoístas y trotskistas(40), “se clausuró un proceso político que, como tal, se abrió en 1971”, “se ha cerrado una época signada a lo largo de casi tres décadas por la presencia activa de Perón”(41).

Clarín y Gente usaron como recurso mitigador, asimismo, la voz pasiva integrada por el verbo “ser” más el participio pasado con elisión del complemento agente: “la forma en que dicha sustitución fue operada” (42), “han sido intervenidas la CGT y algunos de los sindicatos adheridos a ella, y la CGE”(43), “El Congreso de la Nación ha sido disuelto” (44); La Nación, por su parte, empleó como adjetivo el participio pasado con el agente elidido: “las autoridades ahora sustituidas”.(45) Clarín y La Nación utilizaron, también, los verbos intransitivos “cesar” y “caer”, que denotan una actividad o un evento que requiere semánticamente un solo participante o argumento, realizado sintácticamente como sujeto de la oración: “en cuanto a los efectos prácticos de su función institucional, dijimos, el Gobierno ha cesado” (46), “al cesar el gobierno anterior”(47), “sólo quedó la fachada del edificio gubernamental. Es lo que acaba de caer”.(48)

Por otra parte, los diarios y revistas evitaron emplear los lexemas “golpe”, “revolución” o las locuciones “golpe de Estado” y “golpe militar” para designar el acontecimiento del 24 de marzo, lo que en las citas anteriores se manifiesta en el uso de lexemas como “reemplazo”, “interrupción”, “desmoronamiento”, “cambio”, “relevo” y “sustitución”. En los casos de Extra y Gente rechazaron de modo explícito, mediante una negación polémica(49), el lexema “golpe” para referirse al derrocamiento de Isabel Perón. En efecto, Extra afirmó: “Lo primero que debemos reconocer es que el 24 de marzo no hubo ningún ´golpe´ en la Argentina: ni golpe convencional ni golpe con variaciones”(50), donde, además, empleaba comillas con actitud de ataque(51) en el lexema “golpe”. Gente, asimismo, refutó a través de una negación polémica el punto de vista de un enunciador que afirmaba que hubo un golpe y empleó el mismo tipo de comillas en esa palabra cuando sostuvo: “Comprendimos que no era ´una revolución militar` o un ´golpe` sino una convocatoria a un país nuevo”(52).


37 Ver Clarín, editorial del 25-3-76
38 Ver Extra, “Las horas vitales”, abril de 1976.
39 Ver Mercado, “La City”, 1-4-76.
40 Ver Gente, “Moralidad, idoneidad, eficiencia”, 1-4-76.
41 Ver La Nación, editorial del 25-3-76. En este editorial, La Nación se refirió, también, a “un cambio
como el que se ha operado”.
42 Ver Clarín, editorial del 26-3-76
43 Ver Gente, “Moralidad, idoneidad, eficiencia”, 1-4-76.
44 Ver Gente, “Moralidad, idoneidad, eficiencia”, 1-4-76.
45 Ver La Nación, editorial del 25-3-76.
46 Ver Clarín, editorial del 25-3-76
47 Ver Clarín, editorial del 31-3-76
48 Ver La Nación, editorial del 25-3-76.
49 A diferencia de la negación descriptiva, mediante la que el locutor representa un estado de cosas sin oponerse a un discurso adverso y de la negación metalingüística, que siempre opone dos locutores o un mismo locutor en momentos diferentes, la negación polémica opone el punto de vista de dos enunciadores que un mismo locutor pone en escena, E1, punto de vista de la aserción rechazada y E2, punto de vista
50 Ver Extra, “¿Qué pasó, qué va a pasar?”, abril de 1976. En “Dios nos ilumine”, del mismo ejemplar, la revista también afirmó: “suena mal eso de golpe”
51 Dentro del uso de las comillas, Authier –Revuz (1980, 1984) incluye las que cuestionan en actitud de ataque el empleo que otros discursos sociales hacen de determinadas palabras.
52 Ver Gente, “Carta Abierta al Señor Presidente”, 8-4-76.

jueves, 25 de marzo de 2010

La prensa escrita argentina ante el golpe militar de 1976 - parte 3

La mitigación de la acción militar

Con la misma función de atenuar la responsabilidad de las fuerzas armadas en el derrocamiento de Isabel Perón, se destaca en los diarios y revistas de 1976 el recurrente empleo de recursos mitigadores (Lavandera, 1985) que permitían ocultarlas como agentes del derrocamiento o de otras medidas de naturaleza represiva. Algunos de estos recursos ya habían sido usados por la MRA golpista liberal en la coyuntura golpista de 1962, como la nominalización del verbo intransitivo “salir” citada más arriba de La Prensa, “la salida del Dr. Frondizi del gobierno”, y en la coyuntura golpista de 1966, cuando se manifestaron en este mismo diario y en La Nación, en nominalizaciones con elisión del complemento agente de la acción del tipo de “la nueva alteración del régimen
constitucional”(29) o “la dolorosa quiebra del orden constitucional”(30); sin embargo, en 1976 esos recursos fueron más variados y frecuentes y –como otro indicador de homogeneidad discursiva- fueron compartidos por ambas memorias golpistas.
En efecto, Clarín, Extra, Cabildo, La Nación, La Prensa y Mercado usaron como recurso mitigador la nominalización con elisión del complemento agente de la acción, como en “el reemplazo del elenco gubernativo y la sustitución de un régimen agotado”(31), “la interrupción del proceso institucional argentino”(32), “el efectivo reemplazo de unas autoridades por otras”(33), “el desmoronamiento de un gobierno”(34), “el cambio de gobierno”(35), “esta reiterada quiebra del orden jurídico formal”(36).


29 Ver La Prensa, editorial del 29-6-66.
30 Ver La Nación, editorial del 9-7-66.
31 Ver Clarín, editorial del 26-3-76. En este editorial Clarín usó esta misma estrategia cuando se refirió a “el derrumbe del gobierno nacido el 25 de mayo de 1973”, “el cambio registrado en la madrugada del 24 de este mes”, “la necesidad del cambio”, “la sustitución de sus gobernantes”. En el editorial del 27-3-76,
asimismo, se refirió a “el cambio de autoridades producido”.
32 Ver Extra, “Explicación ante el mundo”, abril de 1976. En este mismo comentario, Extra formuló la nominalización “la destitución de María Estela Martínez de Perón”, en “Un clamor populista empujó a los militares”, produjo la nominalización “el cambio argentino” y en “Las horas vitales”, también del mismo ejemplar, emitió la nominalización “la decisión de intervenir la CGE”.
33 Ver Mercado, “Al lector”, 1-4-76.
34 Ver La Nación, editorial del 25-3-76.
35 Ver La Prensa, “No sorprendió en Estados Unidos el cambio de gobierno”, 26-3-76.
36 Ver Cabildo, editorial del 6-8-76.

La prensa escrita argentina ante el golpe militar de 1976 - parte 2

El final inevitable

El tópico del final inevitable se orientaba, a través de la modalidad alética(18), a quitarles responsabilidad a las fuerzas armadas en el derrocamiento de Isabel Perón, pues lo representaba, deshistorizándolo, como un hecho necesario, que no pudo no suceder.
Hasta 1976, este tópico había sido empleado por los discursos fundadores en 1930 de la MRA golpista liberal y en su retorno para apoyar los golpes militares de 1962 y de 1966; en 1976, en cambio, como otro indicio de homogeneidad discursiva, fue usado por ambas memorias golpistas.
En efecto, para apoyar en 1930 el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen, La Prensa sostuvo que “fue llevado a un extremo que él hubiera deseado evitar, pero que se hizo inevitable” (19); para avalar el golpe militar de 1962 el mismo diario interpretó que “La salida del Dr. Frondizi del gobierno era poco menos que inevitable”(20) y en 1966 La Nación afirmó: “se ha anotado la dolorosa quiebra del orden constitucional, como una inevitable consecuencia del erróneo estilo ensayado desde 1963 por la UCRP”(21).
Para argumentar a favor del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, Gente, Clarín, La Opinión y La Nación formularon descripciones definidas e indefinidas y nominalizaciones donde los adjetivos “inevitable” -usado en 1930, 1962 y 1966- e “inexorable” construían con la modalidad alética como un hecho necesario el derrocamiento de Isabel Perón: “la idea de que no solo era inevitable ocupar un vacío de poder antes de que el caos alimentara a la subversión”(22), “un final inevitable” (23), “la caída inevitable” (24), “un camino que terminó siendo inevitable”(25) , “este final inexorable”(26). Clarín, asimismo, afirmó que “la intervención de las Fuerzas Armadas era cosa inexorable”(27), mientras que La Prensa la consideró “algo irremediable”(28).
18 García Negroni y Tordesillas Colado (2001: 93) recuerdan que la modalidad remite a la relación establecida entre el locutor y los enunciados que produce. La modalidad alética incluye los conceptos de necesario, posible, imposible y contingente.
19 Ver La Prensa, editorial del 8-9-30.
20 Ver La Nación, editorial del 30-3-62
21 Ver La Nación, editorial del 9-7-66.
22 Ver Gente, “Moralidad, idoneidad, eficiencia”, 1-4-76.
23 Ver Clarín, editorial del 25-3-76
24 Ver Clarín, editorial del 26-3-76
25 Ver La Opinión, “El principio de la fe en el sistema”, 27-3-76.
26 Ver La Nación, editorial del 25-3-76.
27 Ver Clarín, editorial del 26-3-76
28 Ver La Prensa, “No sorprendió en Estados Unidos el cambio de gobierno”, 26-3-76.

La prensa escrita argentina ante el golpe militar de 1976 - parte 1



Estrategias de exculpación

Para apoyar a las fuerzas armadas ante el golpe de Estado de 1976, los diarios y revistas buscaron insistentemente exculparlas: hicieron recaer la responsabilidad del golpe militar en el propio gobierno peronista, representaron el derrocamiento de Isabel Perón como un hecho inevitable e invisibilizaron a las fuerzas armadas en cuanto agentes de la acción.

La responsabilidad del gobierno derrocado

Este tópico ya había sido empleado por los discursos fundadores en 1930 de la MRA golpista liberal y en su retorno para argumentar a favor de los golpes de Estado de 1943, 1962 y 1966. En efecto, en 1930 Mundo Argentino sobreentendió la responsabilidad del gobierno de Yrigoyen cuando representó el golpe del 6 de septiembre como “un castigo” contra él9; en 1943, El Mundo construyó el derrocamiento de Ramón Castillo como una consecuencia de haber desoído los consejos de abandonar la neutralidad y el fraude10; en 1962, La Nación y La Prensa consideraron el golpe contra Arturo Frondizi como una consecuencia de su negativa a renunciar
como agente de su propia muerte.

Extra, sarcásticamente, afirmó: “No había un golpista en la República la noche del 11 de marzo de 1973. El gobierno tuvo el raro privilegio de fabricarlos"16. La Nación, por su parte, formuló la nominalización “el renunciamiento que en su momento pudo haber salvado el proceso hacia la unánimemente deseada consolidación institucional”17, donde aludía críticamente a que Isabel Perón se había negado a renunciar, propuesta de la oposición como medio para resolver la crisis del país. Con ello reformulaba su propio discurso golpista de 1962, cuando, de modo similar a La Prensa, responsabilizó a Frondizi de su derrocamiento porque se había negado a renunciar.

martes, 23 de marzo de 2010

El final de Isabel - parte 5

El helicóptero decoló, a las 0.50 del 24 de marzo de 1976, con la Presidenta; Julio González, su secretario privado; Luis Luissi, jefe de la custodia personal; un joven oficial del Regimiento de Infantería 1 “Patricios”, el edecán de turno y dos pilotos de la Fuerza Aérea.
En pleno vuelo, el piloto más antiguo le dijo a la Presidenta que la máquina tenía un desperfecto y que necesitaba bajar en Aeroparque. Cuando bajan, Luissi observa un sospechoso movimiento de hombres e intenta manotear su pistola. “Quédese tranquilo”, le dijo la señora de Perón.
Pese a las sospechas de Luissi, ella bajó y se encaminó hacia el interior de las oficinas del jefe de la Base. Cuando entró, las puertas se cerraron para los otros miembros de la delegación. A la 1:00, aproximadamente, entraron al salón principal del edificio el general José Rogelio Villarreal, el almirante Pedro Santamaría y el brigadier Basilio Lami Dozo.
Villarreal: Señora, las Fuerzas Armadas se han hecho cargo del poder político y usted ha sido destituida.
Señora de Perón: ¿Me fusilarán?
Villarreal: No. Su integridad física está garantizada por las Fuerzas Armadas.
Luego, ella se extendió en un largo parlamento: “Debe haber un error. Se llegó a un acuerdo con los tres comandantes. Podemos cerrar el Congreso. La CGT y las 62 me responden totalmente. El Peronismo es mío. La oposición me apoya. Les doy a ustedes cuatro ministerios y los tres comandantes podrán acompañarme en la dura tarea de gobernar.”
En un momento de la conversación, amenazó con que iban a “correr ríos de sangre” por el país a partir de su destitución, de la movilización de los sindicatos y de las manifestaciones populares. Dijo que las Fuerzas Armadas no iban a poder contener la protesta popular por su caída. Como toda respuesta, se le dijo: “Señora, a usted le han dibujado un país ideal, un país que no existe.”
En esos minutos, otro alto oficial se comunicó con los comandantes generales. Les pasó la contraseña: “La perdiz cayó en el lazo”. Isabel Martínez de Perón había sido detenida. Mientras Isabel hablaba con los tres delegados militares, se mandó a buscar a “Rosarito” (la empleada que la acompañaba desde España) a Olivos. Previamente se le había ordenado que hiciera dos valijas con ropas para la señora. A la 1.50 un avión de la Fuerza Aérea partió con la ex Presidenta, en calidad de detenida, a Neuquén.



http://www.perfil.com/contenidos/2007/01/15/noticia_0023.html

El final de Isabel - parte 4


En tanto, dentro de la Casa Rosada se mantenían múltiples rauniones. Como si transcurriera una película del alemán Bruno Ganz, mientras las tropas ya habían iniciado operaciones de despliegue cerca de la Casa Rosada, Isabel asistió a un ágape para festejar el cumpleaños de una secretaria. Con su asistencia, se celebró en forma ruidosa, se brindó y se cantó el feliz cumpleaños. Luego la Presidenta fue al comedor de la Casa de Gobierno, al que parsimoniosamente fueron acercándose Lorenzo Miguel, Osvaldo Papaleo, Miguel Unamuno, Néstor Carrasco y Amadeo Genta.

A continuación se llevó a cabo la reunión más importante: entre la Presidenta y José Alberto Deheza. Fue sin testigos.

El ministro le relató la conversación que terminaba de mantener con los comandantes generales. Deheza le hizo especial referencia a lo que había dicho Videla, en cuanto a la propuesta elevada a través de Aníbal Demarco. Isabel “no pudo contener su indignación”, no la conocía. Entonces le pidió que informara a los ministros, secretarios, políticos y sindicalistas que esperaban noticias.

Lo primero que hizo Deheza, al comenzar la reunión, fue “preguntar al ministro Aníbal Demarco acerca de la veracidad de lo afirmado por los comandantes en cuanto al apoyo ofrecido al Gobierno en el mes de julio del año anterior. Me contestó que así había sido; y sin darle tiempo para pensar le inquirí la razón por la cual no comunicó a la señora Presidenta ese hecho de tanta significación institucional. El ministro Demarco encogió los hombros y sólo atinó a decir que la solución propuesta no le pareció atendible. Recordé en ese instante cuántas veces se torció el rumbo de la historia, de todo un pueblo o de un solo hombre, por un mensaje que no llegó a tiempo o porque se perdió en el camino”.

El helicóptero tardó en legar desde Olivos. Cuando lo hizo, Isabel de Perón se dispuso a viajar. La despidieron en la azotea de la Casa de Gobierno algunos miembros de su custoria y dos o tres oficiales de Granaderos. El capitán Jorge Tereso estaba entre ellos.

El final de Isabel - parte 3

El martes 23 de marzo de 1976, al mediodía, como todos los días, Radio Rivadavia emitió De cara al país, con los periodistas Mario Monteverde y José Gómez Fuentes. El invitado fue Francisco “Paco” Manrique. Cuando Monteverde le preguntó cómo veía al país, Manrique respondió: “Estamos asistiendo a las horas en que están echando a la pandilla.”
Cerca de las 19, Videla, Massera y Agosti se presentaron nuevamente en el despacho del titular de Defensa. Según Deheza, Videla dijo: “Doctor, el país se encuentra en una grave crisis que lo tiene paralizado, como usted lo ha reconocido, y nos pide que las Fuerzas Armadas disipen toda posibilidad de golpe para que se encuentre una salida que el país exige con urgencia, pero debemos admitir, para llegar a una solución, que la crisis es el resultado de un proceso en el que juegan múltiples factores que afectan a todas las instituciones.”
Volvieron a debatir en los mismos términos con que lo habían hecho a la mañana. Deheza recordó en sus Memorias: “Fue entonces cuando los señores comandantes expresaron que en julio del año pasado se le había ofrecido a la señora Presidenta, por intermedio de Aníbal Demarco, a la sazón presidente de Loterías y Casinos y luego ministro de Bienestar Social, el apoyo de las tres Fuerzas Armadas para que el Gobierno pudiera sortear la crisis que ya puntaba con los acontecimientos que provocaron la caída de López Rega y que esa respuesta fue contestada. Por el contrario, el Gobierno siguió sumando desconciertos hasta llegar a las circunstancias actuales.
Los señores comandantes me darían la respuesta al día siguiente”. Deheza pensó que al día siguiente seguirían discutiendo. No se dio cuenta de que los términos de la conversación marcaban el punto final. De haber sido un funcionario en serio, la única respuesta que cabía era “los únicos que no pueden renunciar son los presidentes”.
La “minuta” revela, en un momento, el pensamiento de los comandantes luego de la cita con Deheza. “Cuando salimos, nos cruzamos al Edificio Libertador. Nos preguntamos: ¿qué hacemos, mañana va a pasar lo mismo?
De esta gente ya no se puede esperar nada. Los planes de la Operación Aries estaban terminados, lo mismo que las directivas ‘Bolsa’ y ‘Perdiz’. Cuando llegamos al despacho de Videla nos comunicamos con el ‘Colorado’ Fernández y le preguntamos: ‘¿Cómo está todo por allí?’. ‘Bien’, fue la respuesta del jefe de la Casa Militar de la Presidencia. ‘Muy bien, dígale a la señora Presidenta que por razones de seguridad viaje a Olivos en helicóptero’.” Era el mensaje que Fernández debía de recibir para comenzar la operación de detención de Isabel Perón. [...]


El final de Isabel - parte 2

La Opinión del 23 de marzo tituló: “Mañana se cumplen 90 días de la apelación de Videla (en Tucumán)”. “Es inminente el final. Todo está dicho”, tituló la quinta edición de La Razón. “Todo está dicho pero el país sigue... nada se termina ni nada empieza, es una marcha”, respondió Balbín esa tarde cuando salió de la reunión multipartidaria.
“Desconcierto”, “incertidumbre” son palabras que están en casi todos los diarios del 23 de marzo. Se hablaba de formar una comisión bicameral para conciliar un programa económico y social y el Congreso estaba casi deshabitado. “No quedan ni los pungas” en la zona del Congreso, informó un matutino. La gran mayoría de los legisladores vaciaron sus escriorios y retiraron sus heladeras portátiles. [...]
La crisis alentaba el golpe militar, que a su vez ahondaba la crisis en una clara relación acumulativa. No es que la amenaza de golpe provocó la crisis sino que los últimos vestigios de autoridad se diluían ante el anunciado golpe”, meditó José Alberto Deheza, ministro de Defensa, la tarde del lunes 22 de marzo de 1976 (marzo 23, hora 24, edición del autor). Por lo tanto, al día siguiente les iba a pedir una clara definición a los comandantes generales.
A las 11 de la mañana del martes 23, se reunió con los jefes militares y les dijo: “Todos los diarios de la mañana coinciden en señalar que hoy es el día de las grandes decisiones. Así también lo entiende el Gobierno, en cuyo nombre les pido una definición sobre la inminencia de un golpe militar”. Luego pasó a leerles un documento con sugerencias de las Fuerzas Armadas que el Gobierno había recibido el 5 de enero pasado. Los tres comandantes respondieron que el documento contenía sugerencias y no exigencias de las FF.AA.
“Una minuta” contiene, además de las palabras del ministro, otras revelaciones. Como la respuesta que formuló, en nombre de los tres, el almirante Emilio Eduardo Massera: “Señor ministro, si usted nos dice que la señora Presidenta está afligida y acorralada por el gremialismo... si, además, nos sondea para ver cómo podemos ayudarla, nuestra respuesta es clara: el poder lo tienen ustedes. Si lo tienen, úsenlo, si no, que la señora Presidenta renuncie.” La reunión se levantó y los comandantes se reunieron para deliberar en sus propios comandos. [...]

lunes, 22 de marzo de 2010

El final de Isabel - parte 1



Detenida a pedido de la Justicia argentina en su exilio español, María Estela Martínez de Perón inició su calvario mucho antes que hoy. El periodista Juan Bautista Yofre relata con obsesivo detalle cómo fueron sus últimas horas al frente del último gobierno peronista de los años 70. La Triple A. El accionar guerrillero. La violencia generalizada. El acoso militar. La ausencia de autoridad presidencial y el vacío de poder. Las mafias sindicales. La desobediencia social y la anarquía reinante. Una reconstrucción pormenorizada de los tiempos que abrieron, de par en par, las puertas al peor infierno que vivió la Argentina a partir del 24 de marzo de 1976.


El 22 de marzo de 1976 cayó día martes. Desde Córdoba, Francisco “Paco” Manrique pronosticó: “Aquí han quedado sólo dos alternativas. El triunfo de la guerrilla con un gobierno que prácticamente se está dando la mano con ella aunque parezcan enemigos, o lo que yo llamo la solución heroica, que es el pronunciamiento militar”.
Un día insólito y violento. Néstor del Río, dirigente de la Asociación de Trabajadores No Docentes de la Universidad Nacional del Sur, estuvo a punto de ser secuestrado en plena calle de Bahía Blanca. Lo salvó un grupo de vecinos del barrio Comahue, pero sin embargo tuvo que ser hospitalizado por las serias heridas que recibió. El 21, un grupo de encapuchados entró al hospital, exigió a las enfermeras que le indicaran la habitación de Del Río y lo liquidaron de seis balazos con calibre 45, ante el pánico general. Mientras tanto se especuló en los medios que el Senado debía definir en el curso de la semana un proyecto de ley de Defensa Nacional que incluyera la pena de muerte, remitido al Poder Ejecutivo.
Se hablaba de la dimisión de Isabel Martínez de Perón y, simultáneamente, de todo su Gabinete. Otra versión sostenía que renunciarían los comandantes generales de las Fuerzas Armadas. Más voces sostenían que era inminente un pronunciamiento militar, e “informantes oficiosos” dejaban trascender que el Regimiento 6 de Infantería, de Mercedes, había dejado el cuartel “con rumbo desconocido”.
El general (R) José Embrioni, intendente de Buenos Aires, presentó su renuncia a la Presidenta “para facilitar las decisiones que estime conveniente tomar”. Nadie se la había solicitado, aunque después se supo que se debió a las fisuras creadas por los problemas de desabastecimiento y control de precios, aunque trascendió que sería designado embajador en España. Las casas de cambio no daban para sustos, se hablaba a voz en cuello de cesación de pagos y no entraban dólares por el mal desenvolvimiento del sector externo. El dólar llegó a m$n 29.000. [...]

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24 de marzo de 1976 - Los años oscuros de la Patria - parte 2



Hubo muchísimos presos en esas cárceles, que eran secuestrados y trasladados allí sin proceso judicial ni derechos, donde eran torturados y, muchos, luego asesinados. Se calcula que unos 30.000 nunca volvieron a casa. Como entonces se ocultó su destino, se los llamó “desaparecidos”.

Sabían bien adonde hincar sus garras, nada fue al azar, ni hubo perejiles. Todos representaban un peligro para sus sueños del país-colonia, del país de la exclusión. O sino leamos al funesto gobernador militar de la Provincia de Buenos Aires, Ibérico Saint Jean cuando afirmaba: “Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores, después (…) a sus simpatizantes, enseguida (…) a aquellos que permanezcan indiferentes y finalmente mataremos a los tímidos”. Es posible que muchos conozcan esta frase. Pero no escribimos para los que conocen sino para los que no conocen, para los que olvidaron y para los que no quieren recordar.

Hoy queremos desde el humilde rincón de nuestra Provincia, desde esta trinchera que nos resistimos a desalojar, recordar a nuestros compañeros desaparecidos, recordarlos de la mejor manera: siguiendo su lucha, como nuestro compañero desaparecido Avelino Bazan. Levantando sus mismas banderas, sus mismas siglas, su misma identidad, seguimos siendo Peronistas del Movimiento Nacional y Popular..

Por todo esto, seguimos de pie. Los que creemos en el Pueblo como héroe colectivo, los que soñamos que alguna vez vuelva a reinar en el Pueblo el amor, la igualdad y la justicia. Los que exigimos que hasta el último de nuestros hermanos apropiados vuelva al seno de su familia.


Por Agrupación Arturo Jauretche

Carlos Landriel – Hugo Valori – Orlando Martínez – Bernardo Molina

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24 de marzo de 1976 - Los años oscuros de la Patria - parte 1

Hubo una época en la que los argentinos no podíamos elegir. No había candidatos, ni partidos políticos, ni opiniones diferentes. Hubo una época muy distinta a ésta, que vale la pena que conozcas.

En democracia, cuando se convoca a la gente a votar, se dice que se “llama a elecciones”. Es decir que se llama a elegir. A un candidato, pero también se elige una idea, un proyecto para el país. Sin embargo, en la Argentina no siempre se pudo elegir. El 24 de marzo de 1976 fue una de esas veces en que no y, desde ese día, no se pudo elegir más por casi ocho años.

Cuando por fin Perón pudo volver, ganó las elecciones y asumió como presidente, las cosas no se calmaron. Las luchas internas siguieron y se hicieron más fuertes cuando él murió. Entonces, quienes estaban contra el peronismo aprovecharon para terminar con la democracia, y dieron un “golpe de Estado”.

Eso quiere decir que derrocaron a un gobierno democrático por la fuerza y con el uso de las armas, parte de las Fuerzas Armadas estaban de acuerdo con esto, encabezaron el Golpe y asumieron el Gobierno. Parte de los sectores oligárquicos, también estaban de acuerdo y compartieron las atrocidades del régimen y fueron cómplices, algunos de ellos aun hoy en democracia aparecen vestidos de corderos y defensores de la democracia y las causas del pueblo.

Así empezó lo que llamaron el “Proceso de Reorganización Nacional” según el cual planeaban “pacificar el país”. El problema fue el cómo trataron de hacerlo.

Para “pacificar el país”, las juntas militares que asumieron dictaron muchos decretos. Con ellos, prohibieron a la gente andar por la calle a cierta hora; a los partidos políticos, funcionar; a los diarios, publicar ciertas ideas; a las radios, pasar cierta música; a la televisión, difundir ciertas imágenes; a las editoriales, imprimir ciertos libros. Inauguraron cárceles clandestinas en todo el territorio, y allí metieron presos a todos los que no cumplían con esos decretos, o estaban sospechados de no cumplir, o eran amigos o familiares de quienes no cumplían.

Hector Campora asume Presidencia de Argentina


domingo, 21 de marzo de 2010

Entrevista a Jorge Rafael Videla - parte 2

Extra: ¿Cuáles son entonces las mayores dificultades que posee este Gobierno?
Videla: Yo diría que la mayor dificultad, que no se lamenta ni se soslaya, está en la urgente tarea de recuperación que el país todo reclama.
Es ésta, por otra parte, una misión, que si bien ha sido asumida en la mayor responsabilidad de la conducción de las FF.AA., involucra y compromete a todos los argentinos por igual. Pero si fuéramos a hacer un juicio no optimista de esta realidad, podríamos decir que una dificultad, si lamentable, es la prevalencia de los intereses sectoriales de quienes aún no han comprendido la coyuntura histórica por la que la Nación atraviesa, y anteponen las ambiciones y la búsqueda de los beneficios particulares por sobre la suerte de la Nación y el beneficio del país como unidad.
Extra: ¿Es el argentino un pueblo ingobernable?
Videla: El pueblo argentino no es ingobernable. Cuando el país ha requerido un gobierno capaz de producir las transformaciones que la hora imponía, los gobiernos que asumieron el poder contaron con un concenso que, evidentemente, señalaba la disposición de la ciudadanía a colaborar con las nuevas autoridades. Pero, seamos claros, ello no supone pasividad ni indiferencia de nuestro pueblo.
Refleja, sí, una conciencia política y social acorde con el nivel cultural de la Argentina, que ningún analista ni hombre público puede ni debe desconocer. Argentina tiene una composición social y política sumamente rica, por no decir compleja.
Tiene una historia plena de matices, de gran diversidad. Aquella composición se corresponde con la intensidad de su temperamento y con la calidad de sus recursos humanos y materiales. Considerando y teniendo en cuneta la naturaleza de nuestro pueblo, se trata entonces de aportar ideas claras, concisas y con fundamento, que sean posibles de concitar auténticas adhesiones. Cuando un gobierno explicita sus propósitos con sinceridad, y éstos están enraizados en los legítimos deseos y necesidades de la ciudadanía, no hay pueblo ingobernable.
Las circunstancias que dieron lugar a que las FF.AA. debieran, inexcusablemente, ocupar el vacío de poder y recuperar para la Nación el orden, la moral pública, la seguridad interior y la estabilidad económica, fueron plenamente comprendidos por el pueblo, y compartidos los fundamentos y propósitos de este Proceso. Por otra parte, las ideas que este Gobierno habrá de explicitar a efectos de instrumentar la Propuesta de Unión Nacional también merecerán la comprensión y la adhesión de la ciudadanía harán posible la revitalización de las instituciones que el país necesita.
Extra: ¿Cómo vive Ud. esa suerte de curiosa acusación de que “no le gusta el poder”?
Videla: El ejercicio de la Presidencia de la República implica un alto honor y una gran responsabilidad. Durante el transcurso de mi carrera militar siempre tuve la aspiración de ser útil a mi Patria y al Ejército. Esa misma aspiración anima la misión que como gobernante estoy cumpliendo por mandato de las FF.AA. La identificación con el papel que las FF.AA. me han asignado importa una legítima satisfacción, que no debe confundirse con el goce personal en el ejercicio del poder.

Bernardo Neustadt
http://www.bernardoneustadt.org


Entrevista a Jorge Rafael Videla - parte 1


La idea es simpemente exponer el reporjate que se hizo en 1977, son dos personajes nefastos a mi modo de ver, pero está bueno que cada uno saque las conclusiones que quiera.
Es un poco difícil copiar y pegar, dejando de lado las sensaciones que me generan estas dos personas que sin lugar a dudas, hicieron historia...

Jorge



REVISTA EXTRA - AÑO XIII - Nº 145 - JULIO 1977

EL PRESIDENTE VIDELA CONTESTA

En los últimos 30 años pocas veces los analistas de la política argentina han tenido tanta oportunidad de conocer “mano a mano” lo que piensa un presidente de la República como desde que asumió la Jefatura del Estado el teniente general Jorge Rafael Videla.
Pocas veces, también, la transparencia ha sido tan intensa en esa alta latitud. Frecuentar el Poder es siempre delicado.
Frecuentarlo y hacer coincidir el Poder con la Realidad es la sensación que se tiene cuando uno termina de oír o de hablar con el presidente Videla -acaso uno de los argentinos que mejor sabe escuchar-, porque no hay tapujos, ni temas tabúes, y, vitalmente, existe el horizonte más que el ayer.
Al cumplirse 12 años de la vida de EXTRA quisimos conocer cuatro juicios sobre la Argentina-hoy. Y formularnos nuestras abiertas preguntas y recibimos estas totales respuestas del presidente Videla:
Extra: ¿Tiene remedio la Argentina?
Jorge Rafael Videla: No me cabe la menor duda que nuestro país tiene todas las posibilidades como para superar las difíciles circunstancias por las que atravesó los últimos años.
Utilizando los términos de su pregunta, diría que siempre el país, desde que es tal, ha tenido remedio.
En la actual coyuntura, y analizando las experiencias del pasado, estimo que el remedio consiste en vertebrar una Propuesta de Unión Nacional, cuya resultante ha de ser, necesariamente, la convergencia de civiles y militares en torno de un quehacer común.
Extra: 500 días después, ¿cuáles son las mayores dificultades que enfrenta el presidente de la República?
Videla: Toda acción de Gobierno importa la superación de obstáculos, propios de las modificaciones que es necesario realizar, de la obtención de los recursos de que se deben disponer, y de la concreción de realizaciones. En tal sentido, las dificultades son de una adversidad que se corresponde con la dinámica misma del accionar gubernamental. Pero, en síntesis, podríamos decir que los mayores esfuerzos están centrados en superar la coyuntura económica, que, como es lógico, incide inmediatamente en el plano social, así como en los aspectos tecnológicos y de infraestructura que el país requiere para un sostenido desarrollo.
Por otra parte, la marcha iniciada por el Gobierno de las FF.AA. a partir del 24 de marzo de 1976 no ha sido la que habitualmente debe desplegar el Ejecutivo en el desarrollo de un plan de gobierno. Las inéditas condiciones de desorganización, desmoralización y auge de la subversión, que debimos enfrentar, señalan un plexo de problemas a resolver que, como digo, superan las circunstancias que habitualmente debe encarar el Estado.
Pero el Proceso de Reorganización Nacional no se agota, ni satisface sus propósitos en una acción de reordenamiento económico, social e institucional.
Las altas miras están puestas sobre la base de ese imprescindible reordenamiento, en hacer posible y real la revitalización de las instituciones y del funcionamiento político del país a partir de la instauración de una democracia verdadera y estable.
A ello apunta la Propuesta de Unión Nacional que hemos anunciado y el diálogo que hemos de instrumentar con personalidades representativas de la República, a efectos de viabilizar dicha propuesta.
Debemos comprender que todo ello importa un considerable esfuerzo de realizaciones, de logros materiales y de legítimas conciliaciones que no admiten postergación.

sábado, 20 de marzo de 2010

Misterix - parte 2



En el Nº 176, del 1º de febrero de 1952, hace su debut en la revista Héctor G. Oesterheld con Bull Rocket, dibujada por Paul Campani. El Sargento Kirk, un clásico de la historieta, aparece en el 225, dibujada por Hugo Pratt. A partir de aquí se publican nuevas historietas nacionales, entre las que se destaca Fuerte Argentino, de Julio Portas y Walter Ciocca.


Cuando Abril se desprende de sus títulos de historietas comienza a publicarla Editorial Yago, desde el Nº 687 del 12 de enero de 1962. Nuevos artistas locales se incorporan a la revista y se publican historietas como Mort Cinder, Watami, Precinto 56, Wheeling, Garret y Capitán Cormorant.



Misterix



Personaje italiano que dio origen a su propia revista. Fue creado por el dibujante Paul Campani, con guión de Massino Garnier, para la revista italiana Albi Le Piu Belle Aventure en 1946.

Misterix es un sabio inglés que inventa un traje que lo hace invulnerable y emite rayos atómicos mediante una pila que porta en la cintura, convirtiéndose en un superhéroe.

Se publicó por primera vez en Argentina en el Nº 33 de la revista Salgari, el 28 de enero de 1948. La historieta se destaca rápidamente, lo que lleva al lanzamiento de Misterix, su propia revista, el 3 de septiembre de ese año.
En 1950 Editorial Abril trae historietistas italianos a trabajar en el país. Entre ellos llega Alberto Ongaro, quien se hace cargo de los guiones que desde Italia siguen siendo dibujados por Campani.

Por problemas en la entrega del material, el dibujo queda a cargo de Eugenio Zoppi en 1955. Campani volvería para alternar con Zoppi en los dibujos, que finalmente quedan en manos de otros dibujantes. El guión también pasa a otros autores una vez que Ongaro lo abandona en 1958.

La serie se cancela en el Nº 855, el 23 de abril de 1965.



viernes, 19 de marzo de 2010

Hotel de los Inmigrantes



http://secretosdebuenosaires-fotografias.blogspot.com
Andrea Verónica Amor Adolfo Alsina 2238 (1090)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires - República Argentina

En el 50 y en el 2010 también...

Siempre estamos protestando porque el centro es un loquero, no se puede andar, está lleno de gente, cada vez entran mas autos (deberían aumentar los peajes!!), ya no se puede estacionar, no se puede andar sin que te pasen por arriba y sinceramente es muy cierto pero.... siempre fue así.
Mal de muchos (años), consuelo de tontos (hoy llamada resignación)
SUBTERRANEO ESTACIÓN LACROZE

FLORIDA y ROQUE SAENZ PEÑA

La ciudad de Buenos Aires en 1900



miércoles, 17 de marzo de 2010

Juan B. Justo, Sáenz Peña y la Ley Nº 8.871



El diputado Juan B. Justo señaló claramente cuáles eran las intenciones del sector más “progresista” de la elite con la sanción de la ley electoral: “…si se asiste a una nueva era política en el país, es precisamente porque han aparecido fuerzas sociales nuevas, materiales, y no porque hayan aparecido virtudes nuevas; es porque hay una nueva clase social, numerosa y pujante, que se impone a la atención de los poderes públicos, y porque es más cómodo hacer una nueva ley de elecciones que reprimir una huelga general cada seis meses”.

La cámara baja comisionó al jefe de la bancada socialista para redactar el discurso fúnebre en honor del presidente. En esa ocasión dijo el doctor Juan B. Justo: "Actuó en un momento de la historia argentina en que el problema fundamental era el de la verdad del sufragio popular. Lo comprendió, tradujo esa comprensión en una nueva ley, y aplicó esa ley con lealtad y con energía, consiguiendo hacer del parlamento argentino un verdadero parlamento moderno. El doctor Roque Sáenz Peña ha sido pues para la diputación socialista, un constructor, un creador"


martes, 16 de marzo de 2010

Las Bóvedas de Uspallata - parte 4



San Lorenzo mártir

Por aquellos tiempos el Santo de Uspallata era San Lorenzo mártir y constaba en varias actas como el Valle de San Lorenzo de Uspallata.
En el año 258 Lorenzo era Protodiácono de la Iglesia de Roma, asistente del Papa Sixto y el principal encargado de socorrer a los pobres y administrar las temporalidades de la Iglesia.

Hacia el siglo III, el Estado codiciaba aún más que la plebe estas riquezas. Para su administración, la Iglesia había constituido el cuerpo de los diáconos, siete en total. Lorenzo era su jefe.

Cierto día, el Emperador Valeriano, después de mandar a matar al Papa, le pide a Lorenzo que le entregue todos los tesoros de la Iglesia. El Santo le pide un plazo de 3 días durante los cuales se encarga de repartir todas las riquezas entre los pobres. Luego, llama a todos los lisiados, ciegos, enfermos y vagabundos y se presenta con ellos al emperador. Cuando éste le pregunta por los tesoros, él le dice, señalando a los enfermos: “Estos son los tesoros y las riquezas de la Iglesia, aliméntalos, cuídalos, lava sus pies”

El Emperador consideró la respuesta como un insulto y lo manda a torturar. Le extendieron en una especie de parrilla de hierro encendido al rojo; debajo de ellas tendieron un lecho de rescoldo, que de cuando en cuando iban fomentando con carbones, para que fuese más vivo y prolongado el dolor. Estaba Lorenzo en aquella cama de fuego con tanta serenidad, con gozo tan manifiesto, que muchos de los circunstantes se convirtieron a la verdadera fe, reconociendo en aquel valor una fuerza muy superior a la humana.

Los Jesuitas traen su imagen al valle de Uspallata como el Santo Protector de los Fogoneros. La réplica del Santo que se halla en el Museo de las Bóvedas fue realizada por un artista mendocino.

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Las Bóvedas de Uspallata - 3


Uspallata es un sitio de gran importancia histórica y prueba de ello es el Camino del Inca, que muestra el significado que tenía este paso intermontano para el Imperio indígena.

Asimismo, luego de la conquista en manos del español, con la fundación en la Capitanía General de Chile, de Santiago del Nuevo Extremo en 1541, se iniciaron las ondas colonizadoras que afectaron esta zona de la cordillera, una de las cuales fundó la ciudad de Mendoza en 1561
El valle de Uspallata era el lugar de paso obligado de las avanzadas españolas, donde vivían pacíficos grupos de indígenas, que desarrollaban una economía de subsistencia que consistía en la práctica de de una rudimentaria agricultura, principalmente maíz, recolección de frutos y pastoreo de la llama.

En 1562 se estableció una encomienda en el lugar para hacer trabajar a los indios más dóciles.
El descubrimiento de la abundancia de las minas de plata de los alrededores
Convirtió esta zona en un destacado lugar de circulación y provisión entre Mendoza y Chile. Desde fines del S. XVII y durante el S.XVIII se caracterizó por la explotación de las minas y la fundición del mineral realizadas por los indios y organizados por religiosos que tenían a su cargo la catequización de los mismos. Políticamente, durante la mayor parte de este período, Mendoza, como el resto de Cuyo estuvo incluida dentro de la juridicción de la Capitanía Gral. De Chile, dependiente del Virreinato del Perú. Recién en 1776, cuando se creó el Virreinato del Río de la Plata, Cuyo pasó a formar parte de la nueva estructura , y la cordillera adquirió carácter de frontera política entre Chile y Argentina. El Valle de Uspallata conservó el mismo valor estratégico.

De “Uspallata y su desarrollo”
Por M. Eugenia Cepparo y Rosario Vargas

Las Bóvedas de Uspallata - parte 2



Varias maquetas ilustran el paso de la columna al mando del Gral. Las Heras por el paso de Uspallata quien acompañado por Fray Luis Beltran, estuvo aproximadamente 9 días en Uspallata.


Contrariamente a lo que suele decirse, la fundición de las armas no se realizó en las Bóvedas de Uspallata sino en la ciudad de Mendoza y en realidad no se fundieron armas sino municiones, trabas, engranajes, etc.

En la sala principal hay uniformes que son réplicas de los originales que muestran los distintos cuerpos del Ejército Libertador: artillería, infantería y los tamboriles. Los tamboriles eran en su mayor parte huérfanos, iban adelante llevando el ritmo de las tropas y solían ser los primeros en morir porque estaban mas expuestos.


La sala de mineralogía contiene muestras de los minerales que hay en Uspallata, plomo, crisocola, cuarzo, talco, galena que es una composición de plata y plomo, que antes se usaba para las radios. Hay hierro y esquisto bituminoso, que se usaba como combustible para calentar los hornos de fundición. También hay fósiles, restos de araucarias petrificadas, algunas piedras semipreciosas como amatistas, ópalo de la zona de Paramillos y mina San Jorge. Cuarzos, helechos petrificados, amonites, corales petrificados, semillas de araucaria y troncos del Parque Darwin, caracoles y conchillas petrificadas.

Hay una antigua escalera minera que muestra que algunos socavones eran tan estrechos que el indígena tenía que volver sobre sus pasos para poder salir.
La sala cultural indígena muestra vestigios de la cultura huarpe. Restos de puntas de flecha, un pequeño mortero que seguramente usaban para moler hierbas, morteros grandes donde molían granos, especialmente la vaina del algarrobo para hacer el patay. Bateas de algarrobo, piedras con acanaladuras que seguramente utilizaban para afilar sus herramientas. Cacharros y vasijas de alfarería gruesa donde conservaban el agua.
En la sala de fundición hay restos de herramientas fundidas en aquella época: hachas, clavos, mazas, martillos, herraduras, parte de tijeras. Restos de cerámica europea de los mineros europeos que llegaron a Paramillos a fines del siglo XVIII.

Las Bóvedas de Uspallata - parte 1


Las Bóvedas es uno de los pocos edificios que se conservan de la época colonial y se relaciona con la Orden de la Compañía de Jesús en Mendoza, quienes usaban ese tipo de construcciones abovedadas.

Las Bóvedas de Uspallata datan de los años 1600 y se construyeron con el fin de fundir oro y plata que se traía de las minas de Paramillos. Se cree que fue hecho por los jesuitas con mano de obra huarpe. Se calcula que tardaron aproximadamente ocho años para construirla.
Las cúpulas eran las chimeneas cuyos orificios fueron tapados para protección y tenían esa forma para preservar las temperaturas por mas tiempo. El calor se mantenía en la parte superior y el hombre podía trabajar con los crisoles, los fuelles, las fraguas, para la fundición de estos minerales. Después el fundido era llevado a Uspallata, luego hacia Chile y de Chile hacia España en barco.

Aún se conserva el molino trapiche hidráulico que era donde hacían la molienda de los minerales, había un pequeño horno de fundición de menor temperatura donde se fundían otros metales para fabricar herramientas de trabajo.
Al lado de la escalera principal, se encuentran los restos de lo que se cree eran pabellones de depósito y dormitorios de los trabajadores huarpes. En la sala de moldes o sala de maestranzas se forjaban las herramientas de trabajo y las planchuelas de oro y plata

Había otra sala donde estaba la capilla que fue llevada hace mucho tiempo por un aluvión y fue reconstruido en el 94 como habitación. Las paredes están hechas con base de piedra y arriba adobe, que armaban como ladrillos. Las bóvedas fueron construidas con el sistema de espiral. Es un estilo de arquitectura moro-árabe. La construcción de pircas es por influencia del inca que antes de la conquista tenía al aborigen huarpe como súbdito. Su influencia fue cultural, no mediante la fuerza como el español.
En las salas principales estaban los hornos de fundición, donde antiguamente se fundían los minerales. Ahora es una sala histórica donde se relata la historia de la campaña libertadora.