viernes, 31 de agosto de 2018

UNA DISCUSION HISTORICA: DECISION EN EL CONGRESO - Parte 2

El proyecto del diputado Becerra llegó a la Cámara de Senadores en plena crisis por los supuestos sobornos que se habrían pagado para sancionar la ley de Reforma Laboral, a comienzos de 2000. Todo quedó en manos de la comisión de Interior y Justicia, que preside el radical José María García Arecha.

Ante el conflicto abierto por las distintas versiones de esta historia, García Arecha convocó a las partes a una audiencia pública, que se hizo el 8 de agosto de 2000. Allí estuvieron el intendente de Lobos, Juan Erriestt —miembro de una agrupación vecinalista de origen conservador— y su par de la cercana Roque Pérez, el radical Jorge Cravero. No participó el historiador Félix Luna, que había sido invitado como miembro de la Academia Nacional de Historia —partidaria de la versión oficial— pero sí estuvo Rubén Basiles, director del museo justicialista de Lobos.

En la misma audiencia, apoyaron a Barreiro el empresario Jorge Antonio, el historiador Enrique Pavón Pereyra, el ex diputado justicialista José Luis Tagliafico y el periodista Enrique Oliva.

Por cierto, no hubo acuerdo. Unos insistieron en que Perón nació en Lobos, en el caserón de estilo italiano de la calle Buenos Aires 1380. Otros, en la casa de Juana Sosa ubicada en Ascasubi y Bartolomé Mitre, cerca de la Municipalidad de Roque Pérez. Es una tapera de dos habitaciones y techo de chapa, protegida como "sitio de interés histórico" en 1996 por el Municipio local.

El 21 de setiembre último, la comisión que preside el senador García Arecha estableció un dictamen favorable a la gente de Lobos. Se apoya en informes de la Academia Nacional de Historia y el Instituto Nacional de Investigaciones Juan Domingo Perón, que dirige Manuel Urriza. Este dictamen dice que Perón nació en Lobos y, según García Arecha, "hace aconsejable aprobar la sanción de Diputados".

Si así fuera, quedaría consagrada la historia oficial. La otra versión, en cambio, parece dar cuenta más ajustadamente de las realidades sociales de aquella época.
Según Barreiro, el oficial de justicia Mario Tomás Perón —hijo del célebre médico sanitarista Tomás Liberato Perón (1839-1889), un viejo amigo de Bartolomé Mitre— era un enfermo de tuberculosis que convivió en Roque Pérez con la india Juana Sosa. La pareja no se casó pero tuvo dos hijos, uno de ellos era Juan. Lo inscribieron dos años después, en 1895. Dominga Dutey, la abuela paterna de Juan Domingo, se encargó de su educación: tenía tres hijas maestras. Vivía a metros de la casa de Bartolomé Mitre, en San Martín 475, Buenos Aires. Ella se ocupó de que el matrimonio de Mario Tomás se formalizara en el Registro Civil.

Y después, para que no rechazaran en el Colegio Militar a Juan Domingo —un joven pobre de origen indio sólo podía acceder mediante una beca a esos estudios— doña Dominga tampoco tuvo en cuenta la fe de bautismo del muchacho. Allí se lee, todavía, que lo anotaron como Juan Domingo Sosa.

Un vecino de Lobos, Hipólito Salvador Olano, contó a Clarín: "En 1925 yo vi cómo se construía la casa de la calle Buenos Aires 1380 en Lobos. Yo vivía al lado, en el número 1342 . Mis abuelos, que tenían panadería, vivían enfrente. Donde hoy está la casa museo, había un baldío donde jugábamos de chicos. Hay varias familias que saben de esto y son vecinas, los Barroso, Bosch, Burbridge, Bruno, Cortina, Galli, Cambari, Mauricio y Mazzeo. Si Perón hubiera nacido en esa casa, yo tendría 106 años y no 83".

Lo que está en juego es la versión de la historia.



UNA DISCUSION HISTORICA: DECISION EN EL CONGRESO - Parte 1




Polémica por el lugar de nacimiento de Perón: Lobos o Roque Pérez

El Senado se prepara para declarar monumento histórico a una casa de Lobos Pero otra versión indica que fue construida en 1925, mucho después de que Perón naciera Y que, en realidad, éste había nacido en Roque Pérez

El Senado se prepara para sancionar este miércoles una ley que amenaza desatar un pleito en la Justicia, que estaría así obligada a definirse sobre la verdad histórica. Lo que está en juego es el origen familiar de Juan Domingo Perón . Porque la historia oficial dice que Perón nació en Lobos el 8 de octubre de 1895 y que era hijo del oficial de justicia Mario Tomás Perón. 

Así lo inscribió su abuela Dominga Dutey en el Colegio Militar en 1910. Pero hay testimonios de que Juan nació en Roque Pérez el 7 de octubre de 1893, lo anotaron primero como Juan Sosa y fue hijo natural de la pareja formada por Mario Tomás con la india tehuelche Juana Sosa.

El proyecto de ley, que ya fue aprobado en la Cámara de Diputados y tiene un dictamen favorable en Senadores, propone declarar monumento histórico nacional a la supuesta casa natal de Perón en Lobos, donde funciona un museo que se inauguró en 1953 y fue reabierto por el ex gobernador bonaerense Antonio Cafiero en 1989. Sin embargo, aún se conserva en pie la otra casa, en Roque Pérez, donde se habría criado en sus primeros años Juancito Sosa, luego inscripto como Juan Domingo, en recuerdo de su abuela Dominga.

La ley que se prepara a aprobar el Senado fue impulsada por Omar Becerra, un diputado fueguino. Pero Hipólito Barreiro, un médico santafesino que atendió a Perón por sus problemas de próstata y fue embajador en Africa durante su último gobierno, les dijo a los senadores que no debían avalar "la historia oficial".

Barreiro se apoyó en una investigación que inició en 1984 y culminó en su libro, Juancito Sosa, el indio que cambió la Historia, lleno de documentación y fotos, que ya vendió 15.000 ejemplares. Ante la posibilidad de que se consagre oficialmente a la casa de Lobos como el sitio de nacimiento de Perón, Barreiro inició un juicio contra la Cámara de Senadores, el museo justicialista de Lobos y la provincia de Buenos Aires. Su abogado es el doctor Isaac Damsky. El juicio está en manos del juez Edmundo Carbone —secretaría de Eugenio Raffo— en el fuero federal. La figura jurídica en que se apoyó Barreiro es la "acción meramente declarativa", donde el juicio se hace sin gastos para el querellante y su finalidad única es establecer la verdad histórica.


martes, 28 de agosto de 2018

Juan Bautista Justo - Parte 4

En un famoso debate en 1913 con el futuro dictador José Félix Uriburu, por entonces diputado conservador por Salta, dirá: “Desde que tengo memoria he oído hablar de los partidos argentinos como de grupos que se decían de gente decente. Los socialistas hemos introducido en la política nacional esta novedad: no somos el partido de la gente decente; somos el partido de los trabajadores”.
A lo largo de los años la perseverancia y la conducta coherente de Justo habían logrado la incorporación de valiosas figuras al socialismo como Nicolás Repetto, Augusto Bunge, José Ingenieros, Leopoldo Lugones, los hermanos Enrique y Adolfo Dickman, Alfredo Palacios y Mario Bravo.
El Partido Socialista obtendrá a partir de 1912 triunfos electorales sucesivos, superando en varias ocasiones al radicalismo. En 1913 logró su primera banca en el senado en la figura de Enrique del Valle Iberlucea.
En mayo de 1916, mientras salía del local de La Vanguardia junto a su amigo y compañero, el doctor Enrique Dickman, un desconocido se le acercó y le disparó un tiro. El disparo impactó gravemente en una de sus piernas. Con la herida todavía abierta y, tras recibir las primeras curaciones, se presenta en el Congreso y participa en el debate del día.
En 1918, frente a las protestas de los estudiantes de Córdoba que piden una profunda reforma universitaria, el Dr. Justo apoyará sus reclamos desde el parlamento.
Los graves hechos conocidos como la Semana Trágica de 1919, encuentran en Justo una vibrante condena y el pedido de investigación para los responsables de la represión policial y parapolicial. En ese mismo año viaja a Europa para participar de las reuniones de la Segunda Internacional en Berna y Ámsterdam como representante de todo el socialismo sudamericano. A su regreso, dicta tres conferencias sobre la Revolución Rusa que publica en un volumen bajo el título El momento actual del Socialismo, donde condena los métodos de los bolcheviques y llega a la conclusión que el modelo soviético no es viable para la Argentina.
En 1920, Justo se casa con la joven doctora Alicia Moreau -hija de refugiados franceses de la Comuna de París- veinte años menor que él, con quien tendrá otros tres hijos y compartirá su pasión por el socialismo y su interés por los temas médicos.
En las elecciones de 1924, a las que el radicalismo concurre dividido entre los personalistas, partidarios de Yrigoyen, y los antipersonalistas, partidarios del entonces presidente Marcelo T. de Alvear, Justo, a los 59 años, resultó electo senador por la capital. Uno de sus primeros proyectos fue el que solicitaba la separación de la Iglesia y el Estado, desatando una fuerte polémica con las bancadas radical y conservadora que se opusieron a que fuera considerado sobre tablas. Para 1926 el Partido Socialista contará con una bancada de 26 diputados nacionales y dos senadores.
El 23 de enero de 1927, Justo pudo ver cumplido uno de sus grandes sueños: inaugura la Casa del Pueblo, con su gran biblioteca, su salón de conferencias y sus aulas nocturnas dedicadas a la enseñanza de los obreros. Sería una de sus últimas alegrías, casi exactamente un año después, el 8 de enero de 1928, mientras pasaba una temporada de vacaciones en compañía de su esposa Alicia y sus hijos, en su quinta de Los Cardales, Juan B. Justo moría de un síncope cardíaco.
Autor: Felipe Pigna


Juan Bautista Justo - Parte 3

En 1905, funda junto a otros once compañeros del Partido la Cooperativa de consumo crédito y vivienda “El Hogar Obrero”.
El año 1909 estará signado por la lucha obrera, huelgas de los anarquistas, actos socialistas y la represión del Estado reflejada en la matanza de obreros en la Plaza Lorea el 1º de mayo. Tanto los socialistas como los anarquistas repudian el hecho y declaran la huelga general, solicitando la renuncia del Jefe de Policía de la Capital, coronel Ramón Lorenzo Falcón. 
El gobierno de Alcorta hace caso omiso a los pedidos obreros y confirma a Falcón en su cargo. Pocos meses después Falcón morirá en un atentado perpetrado por el joven anarquista ruso Simón Radowitzky. En ese año tan particular, Justo, que había repudiado la represión policial declarando: “Este es un país civilizado con un gobierno bárbaro”, publicará su obra más destacada: Teoría y Práctica de la Historia. Jean Jaurés en ocasión de su visita a Buenos Aires, tomó contacto con el texto y se lo llevó a París para publicarlo en Europa.
Justo nunca hablaba de su vida privada y sólo una vez lo hizo por escrito en su columna del diario La Nación definiéndose así: “Soy el más vulgar de los hombres. Si alguno de los héroes de Cervantes figura entre mis antepasados, es seguramente Sancho. Me gustan las mujeres hermosas, pero menos para cantar la belleza de sus formas, que porque prometen una prole sana y vivaz”.
1912 fue un año muy particular para Justo. Muere su esposa Mariana dando a luz al séptimo hijo de la pareja. Profundamente afectado el líder socialista se mudará a una casona del Barrio de Belgrano donde su madre, doña Aurora, se encargará de la crianza de sus hijos. En ese año 1912, en el marco de la limpieza electoral impuesta por la Ley Sáenz Peña, es electo diputado nacional. En el parlamento se destacará como orador y por la cantidad de proyectos presentados, casi todos ellos vinculados a los derechos de los trabajadores.
Mientras tanto en Santa Fe se produce la revuelta de los chacareros de la pampa gringa que protestan por los altos precios de los arrendamientos rurales y los altos intereses que les cobran los bancos por los créditos que solicitan para producir. La protesta pasará a la historia como el “Grito de Alcorta”, en referencia a la localidad santafecina que fue epicentro de los acontecimientos y primera sede de la recién fundada Federación Agraria Argentina. 
En uno de los actos más multitudinarios del grito de Alcorta, Juan B. Justo participa como orador y dice entre otras cosas: “Sólo el Partido Socialista ha tenido hasta ahora algo que decir sobre la política agraria. El Partido Radical calla por completo a este respecto, limitándose a sus promesas de honradez y de moral. Un partido puede ser tan bueno como infecundo en la vaguedad de sus intenciones”.

lunes, 27 de agosto de 2018

Juan Bautista Justo - Parte 2

En 1895, viajó a los Estados Unidos. A su regreso publicará dieciocho notas en La Vanguardia referidas a sus impresiones sobre el país del norte. En la primera de ellas dice que “es en Norteamérica donde el capitalismo se desarrolla hoy más grande y más libre. Es aquí pues donde conviene estudiar su evolución”.
El periódico La Vanguardia se había transformado en el ámbito natural de reunión de los socialistas de Buenos Aires. Fue creciendo la necesidad de crear un partido propio que expresara estas ideas y las llevara a la práctica. Así nació en 1896, bajo la inspiración de Justo, el Partido Socialista, que proclamaba en su carta orgánica: “El Partido Socialista es ante todo el partido de los trabajadores, de los proletarios, de los que no tienen más que la fuerza de su trabajo; las puertas del partido están, sin embargo, abiertas para los individuos de otras clases que quisieran entrar, subordinando sus intereses a los de la clase proletaria. Lo que es importante es patentizar nuestra independencia de todo interés capitalista o pequeño burgués”.
Justo jamás se definió como marxista. Decía en una conferencia años más tarde: “Necesitamos y debemos saber más que Marx en materia histórica y social. Marx nunca fue marxista. Era demasiado genial para suponerse fundador de una nueva doctrina que habría de llamarse marxismo, como se llama cristianismo al sistema de instituciones eclesiásticas que provienen o dicen provenir de Cristo”.
Justo adhería a la corriente socialista iniciada por Eduardo Bernstein conocida como “revisionista”, ya que se proponía revisar las ideas de Marx y Engels a la luz a los acontecimientos posteriores a la publicación de los libros básicos de los padres del socialismo científico. Estas ideas de Justo se asemejaban a las de una de las figuras más notable del socialismo de la época, Jean Jaures -con quien tomó contacto en Copenhague en 1910 durante un congreso socialista y a quien invitó a viajar a Buenos Aires-. Jaures se oponía a la acción violenta y proponía la organización metódica y legal de sus propias fuerzas bajo la ley de la democracia parlamentaria y el sufragio universal. Decía textualmente: “No es por el hundimiento de la burguesía capitalista sino por el crecimiento del proletariado por lo que el orden socialista se implementará gradualmente en nuestra sociedad”.
El debut político del Partido Socialista no fue muy auspicioso. Ocurrió en ocasión de las elecciones legislativas del 8 de marzo de 1896. El primer candidato a diputado fue el propio Justo y obtuvo 138 votos. Como comentara algún socialista de entonces, “ni siquiera nos votaron todos nuestros parientes”.
En 1899, Justo se casa con Mariana Chertkoff, una joven inmigrante rusa de origen judío. La pareja se instala en Junín, donde residirá hasta 1904. Ese año será muy importante para el Partido Socialista. Será electo por el barrio de La Boca el primer diputado socialista de toda América, el doctor Alfredo Palacios. Este hecho y la designación de Justo como profesor titular en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, provocan el traslado de la familia a dicha ciudad.

Juan Bautista Justo - Parte 1



Juan Bautista Justo, el destacado cirujano, precursor de las ideas de izquierda en Argentina y fundador del Partido Socialista, nació en el barrio de San Telmo en Buenos Aires, el 28 de junio de 1865. Su padre, don Felipe Justo, se dedicaba a las tareas agrícolas.
Al terminar Justo la escuela primaria, su madre, Aurora Castro, se opuso a que abandonara los estudios para colaborar con su padre y le brindó todo su apoyó para que ingresara en 1876 al Colegio Nacional de Buenos Aires y posteriormente a la carrera de medicina en 1882.
Mientras cursaba la carrera, ingresó a la redacción de La Prensa, donde escribió crónicas parlamentarias. Allí tomó contacto con el mundo político de la época y sus principales personajes. 
En 1888, recibió su título de doctor en medicina con notas sobresalientes. Su tesis de graduación, que contó con la tutoría del doctor Ignacio Pirovano, se titulaba: “Aneurismas arteriales quirúrgicos” y fue calificada por el decano de la facultad de medicina, Dr. Avelino González, como “el estudio más acabado y perfecto que puede hacerse sobre el tema”.
El doctor Justo era un gran investigador y un innovador. Introdujo en nuestro país las prácticas antisépticas en las operaciones quirúrgicas y el uso de la cocaína como anestésico. Por sus investigaciones, la Facultad de Medicina lo premió con la medalla de oro, y le otorgó, además, un viaje de estudios por las principales capitales europeas. Tenía apenas 23 años.
En 1890, regresó al país y fue designado jefe de sala del actual hospital Ramos Mejía y profesor de Clínica Quirúrgica en la Facultad de Medicina.
También en el convulsionado año 1890 se incorporó a las filas de la Unión Cívica, que preparaba su revolución contra el gobierno de Juárez Celman. Justo se oponía al uso de la fuerza. Propuso como método de lucha una huelga de contribuyentes y trabajadores. Prefería la resistencia civil no violenta y decidió intervenir en la Revolución del Parque sólo como médico.
Durante su estadía en Europa tomó contacto con las ideas socialistas, y pudo leer y concretar la primera traducción al castellano de El Capital de Carlos Marx, que se publicaría años mas tarde en Madrid. Por ese entonces comenzó a operarse en su conciencia un gran cambio. Así lo cuenta en una carta a un amigo: “Hubo una época en mi vida en que pasaba el día en el hospital con los enfermos, los lisiados, los inválidos, las víctimas variadas de la miseria, de la explotación. ¿Valía la pena empeñarse tanto en conservar esas vidas, fatalmente condenadas a un vil sufrimiento? Gradualmente comprendí que había mucho de estéril e indigno en mi tarea, que aquello tenía algo de fanático y unilateral. ¿No era más humano ocuparse de evitar en lo posible tanto sufrimiento y tanta degradación? Y pronto encontré en el movimiento obrero el ambiente propicio a mis nuevas y fervientes aspiraciones”.
Con este estímulo y sus convicciones por delante, en abril de 1894 fundó junto a un grupo de compañeros de ideas entre los que se contaban Augusto Kühn, Esteban Jiménez e Isidro Salomó, el periódico socialista La Vanguardia. Para afrontar los gastos vendió el coche que utilizaba en sus visitas de médico y empeñó la medalla de oro que le había otorgado la Facultad de Medicina. Justo escribía en el primer editorial de La Vanguardia“hay que construir una alternativa política al pillaje y la plutocracia. Los Pereyra, los Unzué, los Udaondo, tan ricos que no tendrían por qué robar, son hoy los preferidos para los altos puestos públicos por los otros ricos, cuya única aspiración política es que sus vacas y ovejas se multipliquen sin tropiezos”.

viernes, 24 de agosto de 2018

La historia del Vandorismo - Parte 2

AGARRAN LA MANIJA

La línea dura y la negociadora.

Todo bien clarito. Los que peleaban por Perón, y los que ni soñaban con el retorno del Líder…
Lo cierto es que después de tiroteo, y con la ayuda inestimable del gobierno militar, Lorenzo y sus muchachos se apoderaron del local sindical, aprovechando la curiosa circunstancia de que los representantes de la línea dura todavía estaban detenidos (Miguel no alcanzó a estar 24 horas demorado en la comisaría). Con el sindicato en sus manos, la burocracia ya tenía asegurada las elecciones. .. Como ya es habitual en estos comicios, se presentó una sola lista, la Azul, encabezada por Lorenzo Miguel (la Azul y Blanca, que postulaba a Avelino Fernández, había sido impugnada por la Junta Electoral con los mismos pretextos absurdos que se esgrimen ahora para impugnar las listas que orienta la Juventud Trabajadora Peronista).

Los metalúrgicos empadronados en la Capital, sumaban 35.000, sobre un total de 200.000 afiliados en todo el país (según datos que proporcionó la UOM en 1970). Cabe señalar que en marzo de 1968, cuando había sido reelecto Augusto Timoteo Vandor, su agrupación (la misma que en el 70 lideró Miguel) obtuvo 16.000 votos sobre aquellos 35,000…

El 13 de marzo finalizaron las “elecciones”. Los apoderados de la lista Azul y Blanca denunciaron que no se habían enviado las urnas a los principales establecimientos de la Capital y que, por lo tanto, sólo se habían registrado votos en las urnas volantes sin el control de fiscales, por lo que el resultado de las elecciones no eran un fiel reflejo de la realidad. Por otra parte, la exigua cantidad de votantes (alcanzó apenas el 7 .% de los empadronados) revela la total falta de representatividad de los dirigentes electos.

El 18 de marzo de 1970, dos días después de asumir los cargos a los que habían llegado por las elecciones más fraudulentas que se recuerdan en el gremio, Miguel y sus muchachos se reunieron con las Federaciones Empresarias para renovar el Convenio Metalúrgico. Las Federaciones Empresarias presentes fueron: Federación Argentina de la Industria Metalúrgica, Federación Argentina de Industrias Metalúrgicas Livianas y Afines, y Federación Argentina de la Industria del Interior. Demás está decir que el Convenio suscripto fue el resultado de la negociación entre los burócratas y la dictadura militar. A cambio del gremio, los “negociadores” aceptaban firmar un Convenio que sólo satisfacía los intereses de la patronal.

El periódico “17 de Octubre”, de la lista Azul y Blanca, decía en su número 2: “En el gremio metalúrgico hubo una época en que, cuando se estaba discutiendo un Convenio, los trabajadores se enteraban, y hasta se reunían en Asambleas para su opinión. Pero es historia pasada.

Ahora parece que la moda es que el Convenio se firme sin que el gremio lo sepa, y tener que enterarse por pura casualidad.
Si de eso no dependiese el pan de miles de familias metalúrgicas, parecería un chiste. Pero es la pura realidad: tenemos un nuevo Convenio Colectivo de Trabajo, el 97/70, homologado en la Secretaría de Trabajo el primero de junio de 1970, ¡pero no lo sabíamos; nadie había dicho nada!”


LA GRAN ENTREGA

Cinco meses después de firmado, la conducción de la UOM distribuye un número reducido de textos del Convenio, pero arrancando antes dos páginas, la 55 y la 56, donde consta la homologación y el registro del mismo, con aclaración de las partes que lo firman y la fecha en que tiene lugar el hecho. Al distribuir los textos mutilados, repitieron insistentemente que se debía evitar que los mismos llegaran a manos de la “contra”, es decir, los de la lista Azul y Blanca. Pero no pudieron ocultarlo: se consiguió un texto íntegro, con las dos páginas que habían tratado de hacer desaparecer, y se denunció el hecho con volantes en las fábricas y se publicaron comunicados en los diarios.

“Por este Convenio —explicaba el periódico 17 de Octubre—, los trabajadores metalúrgicos no percibirán hasta el 31 de diciembre de 1971 otros salarios que los que había fijado Moyano Llerena y los que determine el gobierno, porque en el artículo segundo de la homologación se dice expresamente que se acepta la política de estabilidad y desarrollo de la revolución argentina, es decir que se acepta la política salarial del gobierno, sin el menor derecho a patalear”. Como siempre: la burocracia al servicio del gobierno de turno. Traicionando a la clase trabajadora. Pactando con los que tienen la manija.

1970 es el año en que la burocracia de la UOM consolida su poder. Totalmente entregada a la dictadura militar, temerosa de Perón pero confiada en su desaparición, la conducción metalúrgica ya tiene a sus “soldados”: además de Miguel, se perfilan nítidamente Victo-rio Calabró, Ricardo Otero, José Rucci y Luis Guerrero.

Que ya se sentían “dueños de la pelota”, respaldados por los militares de turno, lo indica el siguiente hecho recogido por el periodismo en la última semana de octubre dé 1970: “El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, Lorenzo Miguel, viajaba en un Rambler por la calle Juan Bautista Alberdi. Lo acompañaban los dirigentes Ramón Coronel, Alberto Bugio y Jorge Zaneto. Al llegar al número 60, chocaron con un taxímetro conducido por Osear Giménez. Los dirigentes sindicales agredieron a Giménez, así como a tres policías de la seccional 10ª. 

En esas circunstancias, se acercó un patrullero, cuyo personal logró reducir a Miguel, Bugio, Coronel y Zaneto. Se les secuestraron dos pistolas, calibre 9 milímetros, y otras armas que se hallaban en el interior del automóvil. Fueron procesados por lesiones, atentado a la autoridad y resistencia” (revista Primera Plana del 27 de octubre de 1970).

El incidente había ocurrido el martes 20, a las once de la noche. El miércoles 21, a las nueve y media de la mañana, el juez Jorge Luis Gallegos, a cargo del Juzgado Criminal Nº 21, quien instruyó el sumario, ordenó que los cuatro detenidos fuesen puestos en libertad de inmediato …

El poder se consolidaba. Los burócratas de la UOM podían hacer y deshacer a su antojo. Mientras se encargaran de frenar las aspiraciones de las bases, mientras siguieran traicionando a la clase trabajadora, contarían con todo el apoyo oficial. Perón estaba lejos, en Madrid. “El futuro es nuestro”, pensó Miguel. Su estrella comenzaba a brillar.



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jueves, 23 de agosto de 2018

La historia del Vandorismo - Parte 1


EL FRAUDE DE LOS MEDIOCRES

Muerto Vandor, la dictadura militar pierde un soporte muy importante. Los discípulos del “Lobo”, aunque enrolados en la misma línea de entrega y de traición a Perón, son de una mediocridad aplastante. Miguel, Otero, Calabro… Demasiado lejos de la habilidad y la astucia de Vandor. Quizás más ambiciosos que éste, pero sin su capacidad política. Esto lo sabe muy bien el funesto San Sebastián. De allí que tenga que invertir sus mejores momentos en la elaboración de un plan para dejarles libres el camino a los discípulos del “Lobo”.

La presencia de Avelino Fernández en la secretaría de la UOM, Capital, es un obstáculo en los planes de la dictadura. El “gallego” es un tipo duro, enfrentado desde hace rato con ¡Miguel y sus muchachos. Seguramente, piensan los estrategos de la dictadura, Fernández no va a aceptar entrar en el juego. Así que deberá aliminár-selo.

¡Para marzo de 1970 están previstas las elecciones en el gremio. Estos comicios adquieren, claro, una importancia fundamental. Miguel y sus muchachos, muy desprestigiados, saben que la oportunidad no puede perderse. Saben, además, que la única manera de poder acceder a la dirección de la UOM tiene un solo camino: pactar con el gobierno, comprometerse aún más, entregarlo todo en pos del sillón burocrático. Es así que —mediante la participación del coronel Prémoli, en ese entonces titular de la Secretaría de Difusión y Turismo— orquestan un coordinado ataque en contra de Avelino Fernández y su gente. 

Este proceso, que dura varios meses, tiene su culminación en enero de 1970, cuando las bandas de Miguel intentan ocupar la sede del sindicato, ubicada en Hipólito Yrigoyen al 4200. La refriega fue sangrienta: Carlos Alberto Pellegrino, de 36 años, fue herido en la tibis, y Manuel Noya, 27, a la altura de un pulmón. José Antonio Mitriani, de 21 años, que había sido el primero en forzar la entrada, fue muerto a tiros.

El diario “Crónica”, del 30 de enero del 70, reseñaba los hechos de la siguiente manera: “En tanto la policía continúa sus indagaciones para determinar responsabilidades en el tiroteo que se produjo la mañana del miércoles en la seré de la Unión Obrera Metalúrgica, con el saldo de un muerto y dos heridos, los dirigentes gremiales prosiguen las tratativas para conciliar posiciones. 

Como lo dijéramos, la proximidad de comicios para renovar autoridades en la organización gremial de los trabajadores metalúrgicos agudizó las posiciones que se enfrentan en ese campo y que son un reflejo de las que dividen al Movimiento obrero. A ese enfrentamiento, precisamente, se atribuye el desdichado episodio del miércoles, señalándose que en esa circunstancia chocaron los seguidores de la línea “dura”, que responde a los lineamientos marcados desde Puerta de Hierro por Perón, y los que apoyan lo que en el mundo gremial se dio en llamar “la línea negociadora”, con epicentro —afirman ios primeros— en la Comisión Normalizadora de la CGT. 

Según se desprende de expresiones manifestadas en los organismos de conducción de la seccional capitalina de la UOM, esas líneas tienen como figuras más relevantes dentro de ese campo, a los señores Avelino Fernández, actual secretario general de la organización, calificado como “duro”, y al tesorero de la misma, señor Lorenzo Miguel, conceptuado como “negociador”. Las fracciones se habían mantenido en la subyacencia hasta que la convocatoria electoral llevó las cosas al terreno de las definiciones concretas”.



miércoles, 22 de agosto de 2018

Historia de Cañuelas - Parte 5

La denominación San Martin provino de un puesto importante del establecimiento de Casares, donde el creador de “La Martona” instaló el núcleo administrativo. Su origen deriva de San Martin de Tours, patrono de Buenos Aires.

Don Vicente Casares, fundador de La Martona fue su organizador y experimentador, Primero estableció una pequeña quesería en el puesto “San Martín”

La Martona se convierte en Sociedad Anónima el 17 de septiembre de 1900 y forman su primer directorio en ese año.
Fue en “La Martona” donde apareció el cartelito “Llegó el dulce de leche”. Fue en el año 1902 luego de varias experiencias, iniciando su fabricación con recetas caseras del tiempo de la colonia, La Martona llegó a industrializar el dulce de leche.

Escuela Agrotécnica Don Bosco:

El 28 de enero de 1894 se inaugura la primera Escuela de agricultura en la República Argentina en las tierras donadas por Miguel Uribelarrea, en la “Colonia Agrícola Uribelarrea” que se planifico en el año 1888.

Significado del escudo de Cañuelas:

Es un escudo que consta de una parte superior celeste y una inferior blanca: colores de nuestra Enseña Patria. Dos brazos estrechándose las manos simbolizan la Convención o Pacto de Cañuelas firmado entre el entonces Gobernador de Buenos Aires General Juan Galo de Lavalle y el Comandante General de Campaña don Juan Manuel de Rosas, en la Estancia de Miller llamada “La Caledonia”, acuerdo que significó esperanza de pacificación, Esas manos empuñan una lanza en homenaje a aquellas milicias de fronteras formadas por pobladores de la zona que con su valor y ofrenda de sus vidas, muchas veces frenaron las incursiones de los indios, también recuerdan a la vieja Guardia del Juncal.

Corona la parte superior, en forma de sol naciente, la “rueda de la industria” como simbolo del nacimiento de las industrias del partido.
Una cabeza de toro recuerda al precursor del mejoramiento de nuestra ganadería, Juan Miller, que introdujo al país, el primer reproductor Tarquino de pedigrée con destino a su estancia “La Caledonia”.

En la punta o barba del escudo, el Monte Carmelo con los emblemas de la Virgen del Carmen, Patrona del Partido de Cañuelas.

Fuente: “Bases documentales para la historia de Cañuelas” de Lucio García Ledesma


martes, 21 de agosto de 2018

Historia de Cañuelas - Parte 4

Primeros Médicos:

El primer médico con título universitario fue el Dr. Manuel Acuña, el cual llega a Cañuelas hacia 1857. Había sido médico del ejército de Urquiza y se estableció en Cañuelas ejerciendo su profesión y también la de farmacéutico como sucedía en esos tiempos.

El Dr. Acuña falleció ejerciendo su profesión en el año 1899. En su homenaje una de las calles de la ciudad lleva su nombre.
En fecha 28 de febrero de 1871 fue nombrado medico municipal el dr en medicina y cirugía Joaquín Robles y Gómez, con la asignación de 1500 pesos mensuales.

Primer escribano público:

Con fecha 20 de octubre de 1869 el escribano don Miguel Herrera solicita autorización para establecer su escribanía en el pueblo y manifiesta que todos los vecino s del partido podrían obtener los títulos de propiedad sin tener que ir hasta la capital, economizando los gastos y que redundaría en beneficio de todos

Trazado definitivo del ejido:

Con fecha 15 de enero de 1864 el gobierno autoriza a la Municipalidad a practicar la mensura y trazado del ejido del pueblo por el agrimensor Federico de Meyrelles. En el año 1875 culmina el trabajo el cual es aprobado en agosto del mismo año
La Caledonia”
La Estancia “La Caledonia” es precursora del refinamiento de la hacienda vacuna en la República Argentina

En 1811 compra la estancia don Jorge Arnold, marino retirado, había sido sargento mayor graduado al servicio dela Marina Argentina.
En 1823 vende a don Juan Miller, escoses de origen, llegado al país en el año 1810, Este es el ganadero que funda su estancia en esas tierras y le pone por nombre “La Caledonia” y la amplia comprando otro terreno al mismo Arnold y luego compra un tercer terreno a don Casimiro Fuentes en diciembre de 1824.

El casco de esta estancia tiene entre sus paredes un recuerdo de trascendencia en nuestra historia, el encuentro de don Juan Lavalle y don Juan Manuel de Rosas que llena una etapa de nuestro pasado.

La Martona S.A y su Estancia “San Martín” en Cañuelas:
La precursora de nuestra industria lechera. Esa estancia fue formada por los bienes de Vicente Casares y su señora María Ignacia Martínez de Hoz.


Historia de Cañuelas - Parte 3

Constitución de Cañuelas como partido:

El territorio de San Vicente fue regido por los alcaldes de la Hermandad hasta la ley del 24 de diciembre de 1821 en que se suprimen los cabildos. En el año 1819 el alcalde de Hermandad de San Vicente don José Zenón Videla dirige un oficio al Cabildo de Buenos Aires en el que hace saber que para mejor orden y administración de justicia, no puede atender todo el territorio sólo. El Cabildo lo eleva al Director Supremo del Estado con informe favorable para la subdivisión.

Estos fueron los documentos que más adelante influyeron para el nombramiento del primer juez de paz, ya que los alcaldes de la Hermandad de San Vicente no podían atender tan extensa zona.
Luego de elevada la terna al Cabildo de Buenos Aires para Alcaldes de la Hermandad para el año 1820, es electo don Juan Manuel de Rosas

Ley de disolución de los antiguos cabildos:

La honorable junta de representantes de la provincia de Buenos Aires dicta la ley de supresión de los cabildos de origen hispánico y la misma da nacimiento a la justicia de paz
A partir de 1821 la creación de un partido estará unida a la designación de un Juez de Paz.

Así llegamos al Decreto del 22 de enero de 1822 en que se nombran los primeros jueces de paz para la ciudad y la campaña. Aquí se toma en cuenta la gran extensión del partido de San Vicente y se nombra un Juez de Paz para las Cañuelas, que se desmembró del anterior.

Decreto nombrando la primera autoridad del partido:
El Decreto que se transcribe a continuación es de suma importancia ya que en él se nombra a la primer autoridad que tuvo el partido:
“Buenos Aires, 22 de enero de 1822. Con arreglo al art 8º de la ley del 24 de diciembre último sobre la supresión de los Cabildos, el Gobierno ha venido a nombrar jueces de paz en los tres departamentos de campaña, y partidos agregados a la ciudad, a los siguientes ciudadanos:

Primer departamento: Quilmes, D. José Ferrari
Ensenada: D. Eulalio López
Sn. Vicente: D. Pedro Pablo Udaquiola
Cañuelas: D. José Hilarión Castro
Ranchos: D. José Sosa
Chascomús: D. Julián Carmona”

Autoridades del partido:

Las primeras autoridades del partido fueron los jueces de Paz, que tenían las mismas atribuciones que los anteriores alcaldes de hermandad, que cesaron cuando fueron suprimidos los antiguos cabildos de origen hispano.

Nuestro primer Juez de Paz fue José Hilarión Castro, que había sido alcalde de hermandad en 1820.
A partir del 22 de enero de 1822 los jueces de paz fueron adquiriendo mayores atribuciones. Por decreto del 28 de febrero de 1825 el gobierno dispuso que las funciones de comisarios de policía fuesen ejercidas por los jueces de paz.


lunes, 20 de agosto de 2018

Historia de Cañuelas - Parte 2


Don Antonio Rodríguez Román se presentó en la Superintendencia General de la Real Hacienda del virreinato en el año 1796 y expuso que se hallaba en posesión desde hacía muchos años de unos terrenos realengos en derechura a fortín de Navarro, en las que tenía poblado y plantado un monte de frutas y mantenía cría de ganados mayores y menores, por lo cual deseaba adquirir la propiedad ya fuese por medio “de la compra de ellos en subasta o por una moderada composición a que era acreedor por su antigua posesión”

El virrey don Pedro Melo de Portugal accede por decreto del 25 de enero de 1796 y con fecha 27 del mismo encomienda al Comandante del Fortín de Navarro para que ante todo averigue la calidad de las tierras denunciadas y luego nombrara dos peritos inteligentes como agrimensores, previa aceptación y juramento y citando a los vecinos, “hiciere primeramente reconocimiento y vista de ojos de las tierras, anotando su calidad, sus aguadas, pastos, potreros, arboledas, montes y demás circunstancias buenas y malas” etc.

Antecedentes del nacimiento del pueblo de cabecera del partido, hoy ciudad de Cañuelas. La capilla Del Carmen y sus tierras:
De acuerdo a los testimonios, el pueblo cabecera existía mucho antes de la mencionada agrimensura, ya que al momento de realizar la misma, Senillosa habla de “las tierras de la Capilla del Carmen o pueblo de las Cañuelas”

El paraje de las Cañuelas o pago de las Cañuelas perteneció al partido de San Vicente hasta 1822 en que se nombró su primer Juez de Paz.

Con anterioridad ya existía el pueblo de Cañuelas según testimonio hallado en una publicación del Archivo General de la Nación en el que Augusto Mallié publica un artículo sobre la ciudad de Quilmes en la cual se transcribe un expediente iniciado por el agrimensor don Francisco Mesura para el cobro de honorarios realizado en el pueblo de Quilmes en el año 1818.-
La Capilla y sus tierras:

Con el plano del agrimensor Mesura, ya existe una visión cierta de lo que era nuestra ciudad en 1821. Por declaración del primer juez de Paz se lee en ese expediente lo siguiente: “ En la parte perteneciente a Agar se encuentran varios pobladores de conocida utilidad y buenos servidores”, dignos de la atención y consideración que VE tuvo para conceder una legua cuadrada de la parte de Agar a beneficio de la Capilla del Carmen Vice parroquia del Curato de San Vicente, que acaba de construirse y edificarse sobre la legua cuadrada con que concurrió a V.E. a auxiliar esta obra, este oficio es dirigido al Gobernador Don Martín Rodríguez. Esto demuestra que existía una capilla anterior a la nueva.


Historia de Cañuelas - Parte 1

  

Según antiguas versiones,  el Virrey Vèrtiz, en la expedición del año 1779 encontró unas plantas “chusqueas” en las márgenes de un arroyo al que bautizó con el nombre de Cañuelas.

La noticia del nombre de Pedro Lara o Pedro Ara como fundador del pueblo es, que era poseedor de unas tierras, de las cuales cedió un área que segregó de ellas.

El pago de Las Cañuelas y el origen del nombre: 

El eje de este pago ha sido el arroyo Cañuelas que desagua en el río La Matanza. El testimonio más antiguo que hasta el momento se ha hallado es la merced que en el año 1686, el Gobernador don José Herrera y Sotomayor hace a favor de Ignacio Fernández de Agüero de dos suertes de estancia en “el pago de la Matanza en la laguna y cañada de las Cañuelas”

Origen del nombre: Según el  autor Lucio García Ledesma, en su libro “Bases documentales para la historia de Cañuelas”, fue alguno de los conquistadores de estas tierras o algún piloto agrimensor quien encontró en nuestras plantas de cañada, un parecido con las de su lejano terruño. Nos basamos en la definición de la palabra Cañuela  que da el Diccionario Manual de la Academia Española: “Planta anua, gramínea, de un metro de altura, hojas anchas puntiagudas, planas, ligeramente estriadas”

Primitivos títulos de las tierras donde está asentada la ciudad cabecera del partido y sus estancias adyacentes:

A partir de 1874 los agrimensores replantearon las tierras donde está la ciudad de Cañuelas,  las que originalmente habían pertenecido a don Francisco Agar y Trillo y don Antonio Rodríguez Román.  El legajo se encuentra en el Archivo histórico de la Provincia de Buenos  Aires y es bastante extenso, contiene todos los pormenores desde la petición al Virrey Pedro Melo de Portugal en 1796 hasta la mensura de don Felipe Senillosa en 1824. Fueron muy discutidas las posesiones y las mensuras realizadas por los agrimensores don Manuel Osores y José María Manso.


jueves, 16 de agosto de 2018

Piluso - Aviso de Canal 11



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Pactos interprovinciales (1820)


Después de la caída del Directorio (26 de enero de 1814) y de la disolución del Congreso, comenzaron a firmarse los llamados Pactos interprovinciales, que respondían al sentimiento federalista imperante en el país. 
Como ha dicho el historiador Ravignani, estos Convenios entre las provincias, significaron verdaderos caminos hacia la promulgación de una Constitución y prueba de ello, es la frase que figura en el Preámbulo de la Carta Magna Argentina, que dice: “en cumplimiento de pactos preexistentes”. Fueron estos tratados: el “Tratado del Pilar”, (23 de febrero de 1820), el “Tratado de Benegas” (24 de noviembre de 1820) y el “Tratado del Cuadrilátero” (25 de enero de 1822).



miércoles, 15 de agosto de 2018

Juan Bautista Justo - Parte 4

El Partido Socialista obtendrá a partir de 1912 triunfos electorales sucesivos, superando en varias ocasiones al radicalismo. En 1913 logró su primera banca en el senado en la figura de Enrique del Valle Iberlucea.

En mayo de 1916, mientras salía del local de La Vanguardia junto a su amigo y compañero, el doctor Enrique Dickman, un desconocido se le acercó y le disparó un tiro. El disparo impactó gravemente en una de sus piernas. Con la herida todavía abierta y, tras recibir las primeras curaciones, se presenta en el Congreso y participa en el debate del día.

En 1918, frente a las protestas de los estudiantes de Córdoba que piden una profunda reforma universitaria, el Dr. Justo apoyará sus reclamos desde el parlamento.

Los graves hechos conocidos como la Semana Trágica de 1919, encuentran en Justo una vibrante condena y el pedido de investigación para los responsables de la represión policial y parapolicial. En ese mismo año viaja a Europa para participar de las reuniones de la Segunda Internacional en Berna y Ámsterdam como representante de todo el socialismo sudamericano. A su regreso, dicta tres conferencias sobre la Revolución Rusa que publica en un volumen bajo el título El momento actual del Socialismo, donde condena los métodos de los bolcheviques y llega a la conclusión que el modelo soviético no es viable para la Argentina.

En 1920, Justo se casa con la joven doctora Alicia Moreau -hija de refugiados franceses de la Comuna de París- veinte años menor que él, con quien tendrá otros tres hijos y compartirá su pasión por el socialismo y su interés por los temas médicos.

En las elecciones de 1924, a las que el radicalismo concurre dividido entre los personalistas, partidarios de Yrigoyen, y los antipersonalistas, partidarios del entonces presidente Marcelo T. de Alvear, Justo, a los 59 años, resultó electo senador por la capital. Uno de sus primeros proyectos fue el que solicitaba la separación de la Iglesia y el Estado, desatando una fuerte polémica con las bancadas radical y conservadora que se opusieron a que fuera considerado sobre tablas. Para 1926 el Partido Socialista contará con una bancada de 26 diputados nacionales y dos senadores.

El 23 de enero de 1927, Justo pudo ver cumplido uno de sus grandes sueños: inaugura la Casa del Pueblo, con su gran biblioteca, su salón de conferencias y sus aulas nocturnas dedicadas a la enseñanza de los obreros. Sería una de sus últimas alegrías, casi exactamente un año después, el 8 de enero de 1928, mientras pasaba una temporada de vacaciones en compañía de su esposa Alicia y sus hijos, en su quinta de Los Cardales, Juan B. Justo moría de un síncope cardíaco.

Autor: Felipe Pigna


Juan Bautista Justo - Parte 3

En 1905, funda junto a otros once compañeros del Partido la Cooperativa de consumo crédito y vivienda “El Hogar Obrero”.
El año 1909 estará signado por la lucha obrera, huelgas de los anarquistas, actos socialistas y la represión del Estado reflejada en la matanza de obreros en la Plaza Lorea el 1º de mayo. Tanto los socialistas como los anarquistas repudian el hecho y declaran la huelga general, solicitando la renuncia del Jefe de Policía de la Capital, coronel Ramón Lorenzo Falcón. El gobierno de Alcorta hace caso omiso a los pedidos obreros y confirma a Falcón en su cargo. Pocos meses después Falcón morirá en un atentado perpetrado por el joven anarquista ruso Simón Radowitzky. En ese año tan particular, Justo, que había repudiado la represión policial declarando: “Este es un país civilizado con un gobierno bárbaro”, publicará su obra más destacada: Teoría y Práctica de la Historia. Jean Jaurés en ocasión de su visita a Buenos Aires, tomó contacto con el texto y se lo llevó a París para publicarlo en Europa.

Justo nunca hablaba de su vida privada y sólo una vez lo hizo por escrito en su columna del diario La Nación definiéndose así: “Soy el más vulgar de los hombres. Si alguno de los héroes de Cervantes figura entre mis antepasados, es seguramente Sancho. Me gustan las mujeres hermosas, pero menos para cantar la belleza de sus formas, que porque prometen una prole sana y vivaz”.

1912 fue un año muy particular para Justo. Muere su esposa Mariana dando a luz al séptimo hijo de la pareja. Profundamente afectado el líder socialista se mudará a una casona del Barrio de Belgrano donde su madre, doña Aurora, se encargará de la crianza de sus hijos. En ese año 1912, en el marco de la limpieza electoral impuesta por la Ley Sáenz Peña, es electo diputado nacional. En el parlamento se destacará como orador y por la cantidad de proyectos presentados, casi todos ellos vinculados a los derechos de los trabajadores.

Mientras tanto en Santa Fe se produce la revuelta de los chacareros de la pampa gringa que protestan por los altos precios de los arrendamientos rurales y los altos intereses que les cobran los bancos por los créditos que solicitan para producir. La protesta pasará a la historia como el “Grito de Alcorta”, en referencia a la localidad santafecina que fue epicentro de los acontecimientos y primera sede de la recién fundada Federación Agraria Argentina. En uno de los actos más multitudinarios del grito de Alcorta, Juan B. Justo participa como orador y dice entre otras cosas: “Sólo el Partido Socialista ha tenido hasta ahora algo que decir sobre la política agraria. El Partido Radical calla por completo a este respecto, limitándose a sus promesas de honradez y de moral. Un partido puede ser tan bueno como infecundo en la vaguedad de sus intenciones”.

En un famoso debate en 1913 con el futuro dictador José Félix Uriburu, por entonces diputado conservador por Salta, dirá: “Desde que tengo memoria he oído hablar de los partidos argentinos como de grupos que se decían de gente decente. Los socialistas hemos introducido en la política nacional esta novedad: no somos el partido de la gente decente; somos el partido de los trabajadores”.

A lo largo de los años la perseverancia y la conducta coherente de Justo habían logrado la incorporación de valiosas figuras al socialismo como Nicolás Repetto, Augusto Bunge, José Ingenieros, Leopoldo Lugones, los hermanos Enrique y Adolfo Dickman, Alfredo Palacios y Mario Bravo.


martes, 14 de agosto de 2018

Juan Bautista Justo - Parte 2

En 1895, viajó a los Estados Unidos. A su regreso publicará dieciocho notas en La Vanguardia referidas a sus impresiones sobre el país del norte. En la primera de ellas dice que “es en Norteamérica donde el capitalismo se desarrolla hoy más grande y más libre. Es aquí pues donde conviene estudiar su evolución”.

El periódico La Vanguardia se había transformado en el ámbito natural de reunión de los socialistas de Buenos Aires. Fue creciendo la necesidad de crear un partido propio que expresara estas ideas y las llevara a la práctica. Así nació en 1896, bajo la inspiración de Justo, el Partido Socialista, que proclamaba en su carta orgánica: “El Partido Socialista es ante todo el partido de los trabajadores, de los proletarios, de los que no tienen más que la fuerza de su trabajo; las puertas del partido están, sin embargo, abiertas para los individuos de otras clases que quisieran entrar, subordinando sus intereses a los de la clase proletaria. Lo que es importante es patentizar nuestra independencia de todo interés capitalista o pequeño burgués”.

Justo jamás se definió como marxista. Decía en una conferencia años más tarde: “Necesitamos y debemos saber más que Marx en materia histórica y social. Marx nunca fue marxista. Era demasiado genial para suponerse fundador de una nueva doctrina que habría de llamarse marxismo, como se llama cristianismo al sistema de instituciones eclesiásticas que provienen o dicen provenir de Cristo”.

Justo adhería a la corriente socialista iniciada por Eduardo Bernstein conocida como “revisionista”, ya que se proponía revisar las ideas de Marx y Engels a la luz a los acontecimientos posteriores a la publicación de los libros básicos de los padres del socialismo científico. Estas ideas de Justo se asemejaban a las de una de las figuras más notable del socialismo de la época, Jean Jaures -con quien tomó contacto en Copenhague en 1910 durante un congreso socialista y a quien invitó a viajar a Buenos Aires-. Jaures se oponía a la acción violenta y proponía la organización metódica y legal de sus propias fuerzas bajo la ley de la democracia parlamentaria y el sufragio universal. Decía textualmente: “No es por el hundimiento de la burguesía capitalista sino por el crecimiento del proletariado por lo que el orden socialista se implementará gradualmente en nuestra sociedad”.

El debut político del Partido Socialista no fue muy auspicioso. Ocurrió en ocasión de las elecciones legislativas del 8 de marzo de 1896. El primer candidato a diputado fue el propio Justo y obtuvo 138 votos. Como comentara algún socialista de entonces, “ni siquiera nos votaron todos nuestros parientes”.
En 1899, Justo se casa con Mariana Chertkoff, una joven inmigrante rusa de origen judío. La pareja se instala en Junín, donde residirá hasta 1904. Ese año será muy importante para el Partido Socialista. Será electo por el barrio de La Boca el primer diputado socialista de toda América, el doctor Alfredo Palacios. Este hecho y la designación de Justo como profesor titular en la Facultad de Medicina de Buenos Aires, provocan el traslado de la familia a dicha ciudad.


Juan Bautista Justo - Parte 1



Juan Bautista Justo, el destacado cirujano, precursor de las ideas de izquierda en Argentina y fundador del Partido Socialista, nació en el barrio de San Telmo en Buenos Aires, el 28 de junio de 1865. Su padre, don Felipe Justo, se dedicaba a las tareas agrícolas.

Al terminar Justo la escuela primaria, su madre, Aurora Castro, se opuso a que abandonara los estudios para colaborar con su padre y le brindó todo su apoyó para que ingresara en 1876 al Colegio Nacional de Buenos Aires y posteriormente a la carrera de medicina en 1882.

Mientras cursaba la carrera, ingresó a la redacción de La Prensa, donde escribió crónicas parlamentarias. Allí tomó contacto con el mundo político de la época y sus principales personajes.


En 1888, recibió su título de doctor en medicina con notas sobresalientes. Su tesis de graduación, que contó con la tutoría del doctor Ignacio Pirovano, se titulaba: “Aneurismas arteriales quirúrgicos” y fue calificada por el decano de la facultad de medicina, Dr. Avelino González, como “el estudio más acabado y perfecto que puede hacerse sobre el tema”.

El doctor Justo era un gran investigador y un innovador. Introdujo en nuestro país las prácticas antisépticas en las operaciones quirúrgicas y el uso de la cocaína como anestésico. Por sus investigaciones, la Facultad de Medicina lo premió con la medalla de oro, y le otorgó, además, un viaje de estudios por las principales capitales europeas. Tenía apenas 23 años.
En 1890, regresó al país y fue designado jefe de sala del actual hospital Ramos Mejía y profesor de Clínica Quirúrgica en la Facultad de Medicina.

También en el convulsionado año 1890 se incorporó a las filas de la Unión Cívica, que preparaba su revolución contra el gobierno de Juárez Celman. Justo se oponía al uso de la fuerza. Propuso como método de lucha una huelga de contribuyentes y trabajadores. Prefería la resistencia civil no violenta y decidió intervenir en la Revolución del Parque sólo como médico.

Durante su estadía en Europa tomó contacto con las ideas socialistas, y pudo leer y concretar la primera traducción al castellano de El Capital de Carlos Marx, que se publicaría años mas tarde en Madrid. Por ese entonces comenzó a operarse en su conciencia un gran cambio. Así lo cuenta en una carta a un amigo: “Hubo una época en mi vida en que pasaba el día en el hospital con los enfermos, los lisiados, los inválidos, las víctimas variadas de la miseria, de la explotación. ¿Valía la pena empeñarse tanto en conservar esas vidas, fatalmente condenadas a un vil sufrimiento? Gradualmente comprendí que había mucho de estéril e indigno en mi tarea, que aquello tenía algo de fanático y unilateral. ¿No era más humano ocuparse de evitar en lo posible tanto sufrimiento y tanta degradación? Y pronto encontré en el movimiento obrero el ambiente propicio a mis nuevas y fervientes aspiraciones”.

Con este estímulo y sus convicciones por delante, en abril de 1894 fundó junto a un grupo de compañeros de ideas entre los que se contaban Augusto Kühn, Esteban Jiménez e Isidro Salomó, el periódico socialista La Vanguardia. Para afrontar los gastos vendió el coche que utilizaba en sus visitas de médico y empeñó la medalla de oro que le había otorgado la Facultad de Medicina. Justo escribía en el primer editorial de La Vanguardia: “hay que construir una alternativa política al pillaje y la plutocracia. Los Pereyra, los Unzué, los Udaondo, tan ricos que no tendrían por qué robar, son hoy los preferidos para los altos puestos públicos por los otros ricos, cuya única aspiración política es que sus vacas y ovejas se multipliquen sin tropiezos”.