martes, 27 de febrero de 2018

Imágenes de la Ciudad Deportiva y Nota Alberto Armando 1968



Bs. As.: Nota periodística en la Ciudad Deportiva. Informe donde el periodista Ricardo Arias comenta: -"Estamos en la Ciudad Deportiva del Club Boca Juniors, un complejo y cuantioso esfuerzo nacieron bajo un lema que presidio y preside esta obra de fe y trabajo. Puede agregarse acaso que mucho se ha construido ya, el Pabellon de las Americas por ejemplo y un anfiteatro monumental; monumental es también la confiteria ya totalmente terminada y una de las piletas de natacion sobre nivel. La fuente, una obra de indiscutible belleza. El morro y sus varios jardines. Se sigue trabajando en la Ciudad Deportiva, claro que se sigue trabajando porque si es cierto que mucho se ha hecho ya falta también mucho por hacer, por ejemplo, el estadio de futbol, pero es que ese estadio se podrá realmente construir aquí. Conozcamos la palabra oficial, al interrogante responde el presidente de Boca, Alberto J. Armando". Declaraciones de Armando donde habla de las obras y la construcción del estadio con la autorización por parte de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Luego el periodista le formula la siguiente pregunta: -¿Sincera y exageradamente optimista cuando cree usted señor Armando que podrá decirse que esta monumental obra ya esta terminada? (Ricardo Arias)
Detalle: Imágenes de las obras terminadas y de los obreros trabajando en otro sector del predio. Imágenes de las obras donde se rellena el terreno. Vista panorámica de la usina termoelectrica Central Costanera.
Fecha: 28/6/1968
Duración: 5 minutos 35 segundos
Código del film: C-00656

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Ciudad Deportiva - El Documental



Una película de Lucas Taskar, Maximiliano Acosta, Nicolás Franciulli y Micael Franciulli.

Un proyecto ambicioso ideado por Alberto J. Armando, el presidente de Boca, que comenzó en 1965. Una sociedad que apoyó al club Boca Juniors para que llevara a cabo uno de los proyectos arquitectónicos más importantes en la historia argentina: siete islas sobre el Río de la Plata con un estadio para 140.000 personas, canchas de tenis, piletas de natación y amplios espacios para la recreación de los socios. Auge y caída de la Ciudad Deportiva y la adherencia social a los clubes de barrio.

sábado, 24 de febrero de 2018

Historia del Asado Argentino - Parte 5

La evolución de los carnívoros

El asado, como está visto, es una de nuestras marcas de fábrica, y hasta el evolucionista Charles Darwin, de recorrida por nuestras tierras, reconoció en sus escritos que esos habitantes -nosotros- son -somos- los más carnívoros de todas las especies. En una carta a su hermana, de 1833, aseguró haberse convertido en "todo un gaucho":"tomo mi mate y fumo mi cigarro y después me acuesto y duermo cómodo, con los cielos como toldo, como si estuviera en una cama de pluma. 

Es una vida tan sana, todo el día encima del caballo, comiendo nada más que carne y durmiendo en medio de un viento fresco, que uno se despierta fresco como una alondra".

No es casual, entonces, que el cuadro que resultara ganador de la "Primera Exposición Nacional de Pintura" -organizada por Domingo Faustino Sarmiento en 1871- se llamara "Gaucho porteño en actitud de enseñar a un extranjero el modo peculiar que tiene de cortar el asado"

Para finalizar este recorrido por la historia del asado no se puede soslayar el Martín Fierro, compendio gauchesco en el que se describen con pericia los claroscuros del ser argentino. Allí, José Hernández (protagonista de un bochornoso asado que será motivo de otra historia de la carne) concluye con sabiduría y pragmatismo que en nuestras tierras "todo bicho que camina va a parar al asador". Y ese bicho, generalmente es una vaca. 

Publicado en la Revista Integración.

http://www.fondodeolla.com/nota/historia-del-asado-argentino-el-mana-de-las-pampas/

Había una vez un cine - Parte 1



Funcionó en un salón de la Parroquia Santa María de los Angeles. Se proyectaban películas para todo público y asistían vecinos ilustres, como Roberto Goyeneche y Lino Spilimbergo. Reunimos a los vecinos que participaron de ese exitoso emprendimiento. Anécdotas de un cine pequeño que le hizo sombra al Cumbre y Aesca de Saavedra.

En la esquina de Rómulo Naón y Tamborini funciona un comedor comunitario, pero hace más de medio siglo se inauguró, en ese mismo sitio, un cine que perteneció a la Parroquia Santa María de los Angeles. La sala tenía capacidad para 280 personas y se montó de la nada por inspiración del padre Alfonso, fraile capuchino (90) que supo interpretar el interés del Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Santiago L. Copello. El prelado sostenía que era necesario crear en las parroquias espacios para actividades sociales que convocaran a las familias. 

Entonces el padre Alfonso puso manos a la obra y recurrió a los jóvenes del barrio para que lo ayudasen a llevar adelante la idea de abrir un cine en Coghlan. El primero y el único en su historia; nació el 15 de mayo de 1953 y se mantuvo 20 años. El sacerdote fundador, que cumplió en junio 66 años de pastor, está asombrado por el reencuentro con los chicos de aquel entonces y se emociona cuando tararea la banda de sonido de Juegos prohibidos. Esa película causó un gran suceso entre los espectadores que concurrían al cine. Las funciones se ofrecían los fines de semana a la tarde y a la noche.

Hebe Cid enfrenta el grabador desafiando el paso del tiempo y buscando en su memoria datos interesantes. “Había que comprar 180 butacas y entonces se repartieron tarjetas que valían 100 pesos y estaban divididas en 50 fracciones de dos pesos cada una. Con esa venta se pudieron conseguir las butacas que necesitábamos, de asiento rebatible”, cuenta. También habla de las corridas del día de la inauguración. “Debimos apurarnos con la limpieza del salón y cuando terminamos nos cambiamos para actuar en el Coro. 

En ese momento el director era Roberto Vezzoni y me acuerdo que interpretamos Barcarola, deJacques Offenbach y la zarzuela La del Soto del parral”. Claro que antes hubo que conseguir el proyector y poner en condiciones técnicas el local. Se extendió el cableado de las luces a la platea, a la cabina de proyección y a los parlantes. Esa tarea estuvo en manos de Enrique Pérez, que se destacaba por sus conocimientos en electrónica. El padre Alfonso compró dos proyectores con el asesoramiento de Ricardo Schenone, un hombre fuerte de la industria cinematográfica.

“Los equipos eran marca Gaumont, de 35 mm. Como funcionaban a carbones requerían regulación manual y había que estar muy atento. Venían seguramente de alguna sala comercial”, cuenta con detalles minuciosos Juan Soderlund, que era responsable de la función del domingo por la tarde. Juan dice que no había que distraerse porque cualquier movimiento en falso podía causar el corte de la película. “Cuando la pantalla quedaba en blanco el público empezaba a chiflar sin piedad”, agrega. Juan tiene 71 años, siguió toda su vida vinculado al cine y durante los últimos seis años manejó una sala en Mar del Tuyú. “Ahora los proyectores son muy modernos y no llevan carbones sino lámparas que no requieren ninguna regulación manual. La gente ya no me chifla”, apunta con una sonrisa.


viernes, 23 de febrero de 2018

Historia del Asado Argentino - Parte 4

Pablo Mantegazza, en su escrito "Carne asada y puchero", de 1858, le dio una vuelta de tuerca al asunto que aparentemente desvelaba a nuestros visitantes y aseguró que "el verdadero gaucho no vive sino de carne, guisada o hervida; de la primera sobre todo, que, con el nombre de asado, constituye su plato predilecto y sin el cual no se sentaría a la mesa. (...) Muchísimos argentinos han vivido y aún viven muchos meses y años de carne sola, por lo que no debe asombrar, que, reducidos a este único régimen, devoren una cantidad enorme. 

No es raro ver a un grupo de cuatro o seis personas despacharse, en un abrir y cerrar de ojos, un ternero de un año. (...) En honor de la cocina de esos países diré que un asado con cuero, esto es, un pedazo de asado cubierto aún con la piel velluda y tostado sobre las brasas, es uno de los bocados más sabrosos del mundo..."

El asado, tipificado como tal, apareció entre nuestros platos de cabecera en el recetario de cocina popular argentina que elaboró la salteña Juana Manuela Gorriti en 1890. En el libro, titulado "Cocina ecléctica", se describía un minucioso y detallado procedimiento para trozar, condimentar y preparar el "asado argentino".

La cultura parrillera se terminó de expandir a principios del siglo XX cuando se conformó el renombrado "crisol de razas" que proclaman los manuales escolares y el asado llegó a las ciudades. 

Hacia 1950 se masificó la presencia de parrillas en las casas y las carnicerías brotaron como hongos, configurando ese "olorcito a patria" de los barrios que tan bien describe Martín Caparrós en su libro "Los Living".


jueves, 22 de febrero de 2018

Historia del Asado Argentino - Parte 3

La carne por entonces no era un bien escaso, como contó Cattaneo en su texto "Las vaquerías", de 1729:

"Para enviar cincuenta mil pieles a Europa matan ochenta mil toros, porque no todas las pieles son de medida. Y una vez que los mataron, fuera del cuero, y a lo sumo de la lengua, que utilizan, dejan todo lo demás. 
Otros por puro placer y sin necesidad van y matan millares de toros, vacas, terneros y sacando sólo la lengua, abandonan todo el resto en el campo. Mayor estrago hacen los que van a buscar grasa (...). Estos, hecha una copiosa mortandad de aquellos animales, sacan de aquí y allí un poco de gordura, y cuando han cargado bien sus carros, se vuelven sin cuidarse de lo demás". 


Fray Pedro José de las Parras relató el mismo fenómeno pocos años después:

"Vi también en diversos días matar dos mil toros y novillos, para quitarles, sebo y grasa, quedando la carne por los campos. (...) de modo que yo he visto, en sólo una carrera (sin notar en el caballo detención alguna), matar un solo hombre ciento ventisiete toros. (...) Aprovechan, como se ha dicho, el sebo, la grasa y las lenguas y queda lo demás por la campaña..."


Olorcito a patria

Matanzas a un lado, algunos cronistas también se detuvieron en la forma de preparación de la carne, como el inglés John Miers, que visitó la Argentina en 1818:

"Es uno de los procedimientos favoritos de cocinar y se llama asado; de cualquier modo es muy bueno porque la rapidez de la operación evita la pérdida del jugo que queda dentro de la carne. No retiran el espetón del fuego, y a medida que se va asando cada uno corta tajadas o bocados bastante grandes, directamente del trozo; comodidades corno son mesas, sillas, tenedores, etc., les son desconocidas. Se ponen en cuclillas alrededor del fuego, cada uno desenvaina el cuchillo que invariablemente lleva encima día y noche, y se sirve a su gusto sin añadirle pan, sal o pimienta. Hicimos una excelente comida con el asado."



miércoles, 21 de febrero de 2018

Historia del Asado Argentino - Parte 2

Un verdadero garrón


Para realizar la zafra de los animales se organizaban "vaquerías", grupos de paisanos que atrapaban las vacas cortándole los garrones con una lanza.

Concolorcorvo o Calixto Bustamante Carlos Inca, cronista vocacional del siglo XVIII, consignó sobre aquellos gauchos: "muchas veces se juntan de éstos, cuatro, cinco y a veces más con pretexto de ir al campo a divertirse, no llevando más prevención para su mantenimiento que el lazo, las bolas y un cuchillo. 
Se convienen un día para comer la picana de una vaca o novillo; lo enlazan, derriban y bien trincado de pies y manos, le sacan, casi vivo, toda la rabadilla con su cuero, y haciéndole unas picaduras por el lado de la carne la asan mal y medio cruda se la comen, sin más aderezo que un poco de sal, si la llevan por contingencia".

Concolorcorvo también especificó la forma en que asaban lenguas y matambres y cómo revolvían con un palito "los huesos que tienen tuétano" o "caracuses", actitudes que comenzaban a prefigurar al asador criollo de nuestros días.

Cayetano Cattaneo, un jesuita italiano que anduvo por estas latitudes a comienzos del siglo XVIII con ojos atentos y pluma veloz, consignó con algo de espanto las costumbres culinarias de los paisanos:
"...no es menos curioso el modo que tienen de comer la carne. Matan una vaca o un toro, y mientras unos lo degüellan, otros lo desuellan y otros lo descuartizan (...). Enseguida encienden en una playa una fogata y con palos se hace cada uno un asador, en que ensartan tres o cuatro pedazos de carne que, aunque está humeando todavía, para ellos está bastante tierna. 

Enseguida clavan los asadores en la tierra alrededor del fuego, inclinados hacia la llama y ellos se sientan en rueda sobre el suelo. 
En menos de un cuarto de hora, cuando la carne apenas está tostada, se la devoran por dura que esté y por más que eche sangre por todas partes. No pasa una o dos horas sin que la hayan digerido y estén tan hambrientos como antes, y si no están impedidos por tener que caminar o cualquier otra ocupación, vuelven, como si estuvieran en ayunas, a la misma función".



martes, 20 de febrero de 2018

Historia del Asado Argentino - Parte 1



Españoles, ingleses e italianos describieron con asombro y algo de morbo la compulsión de los habitantes del Virreinato por la carne vacuna antes de que la Argentina fuera patria. 
Hasta Charles Darwin se ocupó de la particular "evolución" de los carnívoros más carnívoros del mundo. Apostillas de una historia que no tiene un origen cierto pero que describe como ninguna los atributos de la argentinidad, tan sangrienta como sabrosa.

Es triste reconocerlo, pero el asado no es argentino. Se cree que el hombre conoció el fuego unos 500.000 años antes de Cristo y, aunque no hay datos que lo confirmen, seguramente unos días después del espectacular descubrimiento algún homínido "proto-argento" habrá tirado un animal sobre las brasas. Allí surgió el primer asado de la historia, aunque todavía sin aplausos para el asador.

Claro que el "asado argentino", el de carne vacuna, marca de fábrica de las pampas y parte constitutiva del ser nacional, presenta algunos antecedentes que pueden ser recopilados por los revisionistas de la carne y que atribuyen a nuestros gauchos su implementación compulsiva.

Para referirse al primer asado en las tierras que tiempo después conformarían la Argentina hay que remontarse a 1556, cuando llegaron las vacas al Virreinato sin siquiera sospechar su destino de gloria. Años después fueron llevadas a la zona de Santa Fe y se cuenta que hacia 1580 miraron con ojos lánguidos de turistas la segunda fundación de Buenos Aires.

Las vacas, por condiciones de la naturaleza -y hasta quizás por aburrimiento-, comenzaron a reproducirse libremente y a desperdigarse por toda la pampa, que le ofrecía vastas llanuras repletas de pastizales. La compatibilidad que había entre el ganado y la tierra era tal que se calcula que en el siglo XVIII la pampa albergaba unos 40 millones de cabezas de ganado.

Hasta ese momento las vaquitas no eran ajenas, como mucho tiempo después escribiría don Atahualpa, ya que el ganado cimarrón no era propiedad de nadie. Cualquiera podía cazarlas con la condición de no pasarse de las doce mil cabezas.


lunes, 19 de febrero de 2018

Tandil: La Ciudad de las Leyendas

Sarmiento y la deuda externa - Parte 2


A mediados de 1872 llegan las primeras remesas de oro. En acuerdo de ministros se dispone invertir parte de dichos fondos, en el pago de los empleados de la administración pública. Pero: ¿cuándo se iniciaban las construcciones públicas? Nada se sabe. Pasa el tiempo. ¿Qué hacer, mientras tanto, con el oro? Llueven los proyectos transitorios. Que el oro sea depositado en el Banco de la Provincia para que reditúe; que lo inviertan en la creación de un Banco Nacional, etcétera. Lo que correspondía era gastarlo en las obras programadas. En pequeña parte, se hace. La Memoria de Hacienda de 1873, informa:


a) Cancelación de los empréstitos contraídos con el Banco de la Provincia ($f 2.800.000)
b) Construcción del Ferrocarril de Villa María a Río IV ($f 27.589)
c) Prolongación del Ferrocarril de Córdoba a Tucumán ($f 950.000)
d) Construcción del puerto de Buenos Aires y almacenes de aduana ($f 121.681)
e) Construcción de muelles y almacenes en el puerto de Rosario ($f 83.368)
La suma de los conceptos anteriores da: $f 3.982.638. 
Y como el total del préstamo era de: $F 30.000.000, se colocó en el Banco Provincia para “entretenerlo” en préstamos a sectores privados $F 26.017.362.

Hasta fines de 1872 se habían invertido $f 4.747.638. En Londres, estaban separadas £ 950.000 para el Ferrocarril Córdoba-Tucumán. Se depositaron $F 8.927.333 en el Banco de la Provincia, para “ganar intereses”. Existen bonos sin colocación en el mercado, y $f 1.000.000 ya estaban destinados para la construcción del puerto. Según la Memoria de 1874, el monto de las inversiones fue el siguiente, $f 484.251 en la construcción del Ferrocarril de Córdoba a Tucumán, $f. 516.874 en la construcción de la línea de Villa María a Río IV, $f 27.589 en la construcción de la de Villa Mercedes a Río IV; $f 121.681 en las obras experimentales para el puerto de Buenos Aires, y $f. 83.368 para construcciones en la aduana y puerto de Rosario.



Postal Ferrocarril Central Norte - Tramo Córdoba Tucumán
En conclusión: el empréstito para obras públicas de 1871, el gran sueño de Sarmiento, fue negociado cuando el país podía iniciar su proceso de expansión económica nacional. De trámite muy irregular, si comparamos lo comprometido con lo ejecutado, cumplió en parte su destino, y resultó, a la postre, la causa mayor de la crisis económico-financiera de 1873-76, que debió soportar el presidente Avellaneda.


Fuente: 1966. Horacio Juan Cuccorese en Historia Argentina Contemporánea 1862-1930. Vol 3. Historia Económica. Capitulo 1. “Historia económica financiera Argentina” Pág. 21-22. Editorial El Ateneo.
Relacionadas:


http://bessone.blogspot.com.ar/2011/02/1870-sarmiento-deuda-externa-gran.html

domingo, 18 de febrero de 2018

Sarmiento y la deuda externa - Parte 1


1870. Agosto 2.  

Durante la administración de Sarmiento, se contrató el famoso primer gran empréstito para Obras Públicas.

Sarmiento conduce la política estatal con renovado vigor, fiel a su estilo. Procura construir la mayor cantidad posible de obras públicas. Los ingresos son insuficientes. No importa, buscará dinero en donde se halle. Y recurre a la contratación de un gran empréstito. Por ley del 5 de agosto de 1870, el Poder Ejecutivo queda autorizado a contraer un empréstito externo por PF 30.000.000 de pesos fuertes, igual a 6.000.000 de libras esterlinas. Dicha cantidad se invertiría en:


a) Cancelación de los empréstitos contraídos con el Banco de la Provincia ($f 2.800.000)
b) Construcción del Ferrocarril de Villa Nueva (Villa María) a Río IV ($f 2.150.00)
c) Prolongación del Ferrocarril de Córdoba a Tucumán ($f 14.700.000)
d) Construcción del puerto de Buenos Aires y almacenes de aduana ($f. 4.000.000)
e) Construcción de muelles y almacenes en el puerto de Rosario ($f 480.000)

Puerto de Rosario en 1868

Se recurrió a Londres. La tramitación de este gran empréstito fue irregular. Mariano Varela, renunció a su cargo de ministro de Hacienda para iniciar, personalmente, como comisionado especial del gobierno argentino, la negociación. Trató con Thompson Bonnard y Cía, casa que anticipó £ 50.000. Luego, sin romper este compromiso, se vinculó con Luis Cohen Sons, que también entrega £ 50.000. Después suspendió las negociaciones. Ambas casas bancarias protestan. Cohen Sons retiene el poder de agente comisionado. 

El nuevo ministro de Hacienda, Luis L. Domínguez, envía a Mariano Varela instrucciones que desvirtuaban el contenido de la ley nacional del 5 de agosto, sugiriendo que se disminuyese el monto a contraer por el empréstito. Finalmente, en septiembre de 1871, fue negociado el empréstito con una tercera casa bancaria, Murrieta y Cía., por la suma de £ 6.122.400, equivalente a $f 30.000.000, al tipo de 88 1/2% bajo la par. Thompson Bonnard y Cohen Sons renunciaron a sus derechos, previa indemnización que no se conoce. El contrato, muy discutido en el Parlamento argentino, fue aprobado.

viernes, 16 de febrero de 2018

D'Alessandro - Antonio D'Alessandro me cuenta su historia - Parte 5

«Mariano era simpático, gracioso y de hacer chistes permanentemente, somos muy amigos y apadrinó a uno de mis hijos. Él fue un aporte para Canaro en lo personal, pero la orquesta no cambió cuando se fue. Luis Riccardi, el antecesor de Mores, fue otra cosa. Fue el puntal más importante que tuvo Canaro durante años. Fue el que plasmaba en el pentagrama las ideas y ocurrencias del maestro.

«¿Algo sobre los cantores?... cuando llegué a la orquesta estabaErnesto Famá, siempre recibido con entusiasmo, era muy pulcro, hasta que no terminaba de actuar, nunca se sentaba para no arrugarse el pantalón. Alberto Arenas tiene lo suyo, su éxito fue “Adiós pampa mía” y era un problema para él, porque siempre entraba mal y se ponía muy nervioso. El tango tiene un libitum de 14 tonos y allí comenzaba, pero no había caso. Hasta que Minotto encontró la solución. Que se pusiera 14 botones o piedritas o monedas en la mano metida en un bolsillo y fuera contando los tonos soltando cada objeto hasta terminarlos. Empezó a entrar a tiempo, pero los muchachos un día le sacaron dos botones y otro día cinco y no hubo caso, nunca pudo entrar en el momento justo.

«Tuve bastante actividad gremial, pero no viene al caso. Compuse varios temas que fueron grabados. Los primeros a los 15 años: “Vieja brava” y “En un sueño tus labios besé”, ambos registrados por el Trío Pampeano, con Caldarella, Masobrio y un guitarrista. También, “Que risa con Doña Luisa”, una ranchera que grabaron varios conjuntos. Canaro llevó al disco: “Vieja carreta” con Eduardo Adrián, “Dónde está lo que soñé”, “Se llama Dolores”, los dos con Carlos Roldán, “Paz en mi tierra”, que se incluyó en una obra teatral. Otros títulos fueron: “Pagá vos después arreglamos”, con letra de Juan Velich, “Cuando no existas más”, “Negro carbón”, “A Don Pirincho Canaro” y recuerdo “Un tango para bailar”, una frase habitual en él cuando en las actuaciones con público decía: «Ahora unos tangos para escuchar» y, luego de varios temas, “Y ahora unos tangos para bailar”. A partir de mi tango y sin que lo supiera, un día arrancamos con él, le gustó y a partir de ese momento se tocó a continuación de su anuncio.»



http://www.todotango.com/historias/cronica/322/DAlessandro-Antonio-DAlessandro-me-cuenta-su-historia/

D'Alessandro - Antonio D'Alessandro me cuenta su historia - Parte 4


«En 1966, formé un conjunto Tangos a la Parrilla, por supuesto tal como estaban en la partitura, sin arreglos, con Armando Lacava (piano), Domingo Scapola (bandoneón), Ariel Pedernera (contrabajo) y yo con mi hijo Mario, de 16 años (violines). Hicimos Radio Belgrano y varios locales. 

En 1970, formamos el primer Quinteto Pirincho, en homenaje al maestro, con Bassil, Pedernera y Sabino. Grabamos y estuvimos juntos hasta 1980. Por entonces actué dos años con la orquesta de Osvaldo Piro e hice varios cambios en el quinteto de cámara de Antonio Agri.

«Aunque usted no lo crea yo soy admirador de Astor Piazzolla, él ha llevado la palabra tango a todo el mundo. Los tangos antiguos nos gustan a los mayores, nos trae recuerdos de una época vivida, pero la vida es también hoy y mañana y aquellos que se agrupan pensando en el mañana, yo los aplaudo. 

Cuando tuve por unos años programas de radio, lo difundí mucho a Piazzolla y me dijeron cada barbaridad. Uno por teléfono vociferaba: «¿Cómo un músico de Canaro puede emitir a Piazzolla?».

«Canaro le tomó un gran aprecio a Mariano Mores, a tal punto que cuando se retiró de la orquesta quedó mal de ánimo y disminuyó su ritmo de trabajo, fue cuando me la vi mal y acepté un trabajo en la administración pública. Me fue bien, entré como auxiliar de sexta haciendo fichitas y me jubilé de gerente general con mil empleados a mi cargo. Fue en la Obra Social del Ministerio de Salud y Acción Social.


Sucesos Argentinos N° 483: la reconstrucción de San Juan, 1948

jueves, 15 de febrero de 2018

Sucesos Argentinos N° 905, 1956

D'Alessandro - Antonio D'Alessandro me cuenta su historia - Parte 3


«En 1951, Canaro había comprado una casa en noventa y cinco mil pesos, una parte fue en hipoteca por la que debía pagar una cuota muy alta. Yo lo desconocía y un día lo fui a ver, porque yo quería también comprarme una y necesitaba veinte mil pesos. 

Cuando se lo dije quedó unos instantes en silencio y me respondió: «Es mucha plata... pero venga a verme a mi casa». Y allí fui a Tagle 2872. Pasamos a un cuarto y enseguida se dirigió a una caja de hierro, grande, de ella volvió con los fajos de billetes. «Aquí tiene». Le pregunté que firmaba y me dijo: «Nada, con su palabra me basta, y dígale a Ernesto —era su secretario y administrador— que le vaya descontando mensualmente lo que gana conmigo». 
Esto, lo hizo también con Oscar Sabino, con Oscar Bassil, con Alberto Arenas, conGuillermo Rico. Quien así actúa no puede tener un cocodrilo en el bolsillo como decían por alrededor.

«Era un hombre recto y muy profesional. Una vez tocábamos en un club de la avenida Vélez Sarsfield, recién había incorporado a Ricardo Pedevilla, buen muchacho. 

En esa oportunidad este llegó acompañado por una mujer con la cual, en los intervalos, bajaba a la pista y bailaba de una manera muy ostentosa, muy milonguera, como para llamar la atención. Pirincho lo vio y lo llamó: «Mire, el público no viene a verme a mí o al cantor solamente, también a cada componente de la orquesta, todos somos parte del espectáculo, usted debe mantenerse serio, no debe bajar a bailar». Pedevilla le contestó que en los momentos de descanso hacía lo que quería y siguió bailando. 
Al otro día le llegó el telegrama de despido con la indemnización correspondiente.

«Le cuento algo simpático, fue cuando estaba con la estable de Radio Excelsior, lo vi a Walter Ríos, muy joven, que no se desprendía de su bandoneón y lo acariciaba continuamente en los momentos de descanso. 
Me acerqué y le dije que hiciera como el resto de nosotros, que lo dejara en el asiento o arriba del piano y viniera a charlar. No, de ninguna manera, me explicó: «Estaba tocando en un café y en una de esas se aparece Aníbal Troilo con otro señor. 
La gente aplaudió y enseguida comenzaron a pedirle que tocara algo, aceptó y justo se dirigió hacia mí, me pidió el instrumento e hizo un par de piezas. Cuando terminó, al devolvérmelo me dijo: “Pibe, como hacés para tocar con esto. Mirá, mandalo a arreglar que yo te presto uno mío”. Al otro día, de mañana se me aparece un tipo, con un fueye de Pichuco: “Aquí tiene, ¡cuidelo!” Y eso es lo que estoy haciendo».

D'Alessandro - Antonio D'Alessandro me cuenta su historia - Parte 2


«En 1960, Vicente Salerno violinista de Ricardo Tanturi me llama para hacer un cambio, sólo una noche. Pocos días después, Canaro me llamó para decirme que Tanturi me necesitaba para reforzarse y que me permitía esas actuaciones siempre que le respetara a él los horarios, era la época que estaban como vocalistas Horacio Roca y Alberto Guzmán

Así lo hice durante seis años. Fuera de Canaro también actué, entre 1961 y 1967, en la Orquesta Estable de Radio Excelsior, el director era José Rosa, el mismo que supo dirigir la Orquesta Filiberto a la cual me llevó mientras estuvo a su cargo.

«Mi libro Yo fui a Japón con Canaro, en realidad fue un diario pormenorizado que llevé durante esa gira, una forma de recordar a un hombre que sólo hizo bien a la gente. Los muchachos se burlaban de mi afán, decían que eso no servía para nada, era un gusto mío, pero les sirvió a ellos cuando años después se tuvieron que jubilar y el secretario solamente les pudo dar documentación de las actuaciones en radio y teatro, nada más. 

Recuerdo a Minotto Di Cicco, Piscotto y el clarinetista Merico, acercarse mansitos a mí y yo les di el detalle de esa gira y de otras, que figuraban en el diario.

«Canaro hizo mucho por el tango, lo sacó de los arrabales para llevarlo el centro y luego a París, a Norteamérica y a Japón. Fue el único que se animó a sacar dinero de su bolsillo en 1919, para intentar comedias musicales en el teatro, fue en el Variedades de Constitución. Ya a partir de 1932 estaba bien organizado y presentaba casi una por año.

«Me aburrí de escuchar que Canaro compraba la mayoría de sus composiciones, que no le pertenecían. ¡Cuánto lo vilipendiaron! Yo fui testigo como, en cualquier momento sacaba un cuaderno Istonio donde apuntaba una idea musical que se le ocurría repentinamente y, que luego, iba completando. Y casi me atrevo a decirle que eso sucedía hasta un par de veces al día. Canaro fue un hombre diferente, cuando se llega de la nada, de la miseria, al punto que llegó él en cuanto a popularidad, nacen los detractores, los envidiosos.

«Incluso el apodo de Kaiser que le endilgaron —dicen que sus propios hermanos—, por lo cascarrabias, por lo mandón, no era así. Mandaba, claro, y tenía su carácter, pero era todo cáscara. Y le voy a dar un ejemplo:

miércoles, 14 de febrero de 2018

D'Alessandro - Antonio D'Alessandro me cuenta su historia - Parte 1


En varias ocasiones concurrí a la casa de este músico porteño que estuvo 23 años junto a Francisco Canaro. Allí,Antonio D'Alessandro, me ofrecía largas charlas sobre su trayectoria con el maestro. Sus palabras demostraban la admiración y el afecto que le tuvo.

Hombre más que correcto, delicado, cultivado, de hablar bajito y cordial, estaba empeñado en dejar su testimonio.

«Estudié en el conservatorio de León Fontova, fue en 1926. Más adelante tomé lecciones con Gilardo Gilardi y otros muy buenos maestros. Tenía 13 años cuando debuté, como tantos otros, en un cine de barrio, en este caso El Sena de la Avenida San Martín 3078. Era la época del cine mudo y en los intervalos actuaba la orquesta de Ángel Well. Estuve un breve tiempo de «practicante», así se decía, pero pronto ascendí a segundo violín y luego a primero.

«Después, formamos un trío con mi hermano Nicolás D'Alessandro y un pianista, Luis Volpini y tocamos por primera vez en Radio del Pueblo. Luego el trío se transformó en orquesta y llegamos a presentarnos en cinco emisoras al mismo tiempo, pero fuimos un conjunto de segundo plano. Le pusimos Orquesta Majestic y hacíamos tango y jazz en los bailes.

«Un día se me ocurrió organizar un baile con la participación de nuestra orquesta pero además, como atractivo, llevar a alguien importante, y lo conseguí a Francisco Canaro. Fue en el Club Tucumán, de Quilmes. Allí lo conocí y nos hicimos amigos. Un día me pidió que integrara su orquesta en forma transitoria, cosa de una semana, acepté y me quedé 23 años. Fue en enero de 1941. El falleció el 14 de diciembre de 1964 y su última aparición fue en Montevideo en el estadio cubierto de Peñarol, sólo catorce días antes. El final se presentía y ese día viajamos para acompañarlo Oscar Sabino (pianista), Octavio Scaglione (violinista) y yo.

«Siguiendo con nuestra orquesta. Pasó a llevar el nombre de Nicolás u orquesta D’Alessandro, también hacíamos jazz, como siempre, en este caso yo la dirigía, y tenía otro nombre, era la Jazz Pájaro Azul. Llegamos a hacer veintidós bailes por mes, y acompañamos a buena cantidad de cancionistas de renombre.

«Estuve breve tiempo en la orquesta de Pedro Maffia, allí estaba entonces Elvino Vardaro. También, una etapa conEdgardo Donato, buen tipo, de un humor muy particular. En la orquesta con Nicolás estuvo Carlos Dante de cantor, yo le hacía las orquestaciones para que pudiera expresarse con comodidad, porque muchas veces se le da al vocalista algo en lo que no se siente cómodo. Las grabaciones que hicimos con él no fueron de estudio sino sacadas de actuaciones en vivo. También cantaron con nosotros Carlos Acuña y Abel San Martín. Y al comienzo un muchacho Arturo Novoa, parecido a Oscar Alonso.

ASUME EL VICEPRESIDENTE, CARLOS PELLEGRINI -Parte 3

El nuevo presidente, Luís Sáenz Peña

Peña le ofreció a Pellegrini ocupar Ministerio de Guerra en ese nuevo gobierno, pero él no aceptó. En año 1893, estuvo al mando de una fuerza de quince mil hombres que tenía como objetivo principal, poner fin a la rebelión de Tucumán.
Pellegrini logró combatir a los rebeldes y detener a toda la Junta Revolucionaria.

Su Gestión post Presidencia

En el año 1895, fue elegido senador, cargo que ocupó hasta el año 1904. Tuvo una  participación decisiva para que en el año 1896, el Parlamento apruebe una ley que asegurara el pago de la deuda externa del país.
Siempre rechazó las propuestas continuas que le realizaban para que presente a las elecciones presidenciales en el año 1898.

Diario “EL País”

Fundó el diario matutino El País, luego de un viaje por toda Europa, y en cuyas páginas defendía sus ideales políticos, como por ejemplo el de llevar una profunda reforma de la vida social y la política de Argentina.

Consideraba que era necesaria mas democracia en el país, ya que para el, uno de los peores males era el sistema oligárquico.
Al regresar de Estados Unidos en el año 1904, fue abandonando su política de orientación europeísta y promovió las relaciones con los Estados Unidos.

Su denuncia publica de corrupción alcanzó su pico mas alto cuando estrechó públicamente la mano del líder del Partido socialista Alfredo Palacios, en el Congreso. En el año 1906, fue elegido diputado, y ese mismo años falleció en Buenos Aires.

DATOS DE LA PRESIDENCIA DE CARLOS PELLEGRINI

Período: desde el 8 de agosto 1890 hasta el 12 de octubre de 1892
Presidente: Carlos Pellegrini, nacido en el año 1846 y fallecido en el 1906.
Fue abogado y asumió a los 43 años de edad.
El cargo de Vicepresidente estuvo vacante.

SU GABINETE ESTABA CONFORMADO POR

Ministro del Interior: Julio A. Roca, José V. Zapata.
Ministro de Relaciones Exteriores y Culto: Eduardo Costa, Estanislao S. Zeballos.
Ministro de Hacienda: Vicente F. López, Emilio Hansen.
Ministro de Justicia e Instrucción Pública: José M. Gutiérrez, Juan Carballido, Juan Palestra.
Ministro de Guerra y Marina: Nicolás Levalle.




martes, 13 de febrero de 2018

ASUME EL VICEPRESIDENTE, CARLOS PELLEGRINI -Parte 2

Senador

En el año 1881, fue elegido senador y en el año 1885 fue comisionado por el gobierno para que negociase un empréstito en Europa. Regresó en 1886 y fue elegido vicepresidente del gabinete de Miguel Juárez Celman, al mismo tiempo que ocupaba la presidencia del Senado.

En el año 1889, viajó a París, Francia representando a la Argentina en la Exposición Universal que se celebraba ese año. Junto a Julio Argentino Roca dirigió el movimiento que obligó a Celman a renunciar a su cargo en el año 1890.

La Presidencia de Pellegrini
Asumió la presidencia como la Constitución los establecía.
Si bien su nombramiento tuvo buena aceptación por parte de la mayoría de los miembros de la oposición, tuvo que enfrentar a un intento de sublevación encabezado por la Unión Cívica que finalmente falló.
También debió hacerle frente a la profunda crisis económica que sufría Argentina a causa de la quiebra de diversas instituciones financieras.


Creación del Banco de la Nación
Justamente con el objetivo de evitar la repetición en el futuro de situaciones parecidas, creó en 1891 el Banco de la Nación Argentina. Esta medida fue apoyada por la creación de la Caja de Conversión y el aumento de la moneda en circulación.

Envió a Victorino de la Plaza a Londres para solucionar el problema de la deuda externa. Allí, Victorino debía negociar con una comisión de banqueros internacionales el pago de los empréstitos. Finalmente, Pellegrini logró gracias a sus maniobras, salvar a Argentina de la bancarrota segura.
También se ocupó de otros temas como: reorganizar el servicio de salud pública, aprobar varias medidas para terminar con la corrupción y fomentar la reforma de la vida política.

Complot Anarquista

Un 1 de abril del año 1892, descubrieron un complot anarquista que tenía como misión principal, asesinar al presidente de la nación, en este caso, Pellegrini.

Fin de su mandato

En ese mismo año, su gestión atravesaba una grave crisis, por lo cual presentó su renuncia, pero fue convencido para retirarla y llegar hasta el final de su mandato, que era el 12 de octubre.


domingo, 11 de febrero de 2018

ASUME EL VICEPRESIDENTE, CARLOS PELLEGRINI -Parte 1

RENUNCIA DE MIGUEL JUÁREZ CELMAN

ASUME EL VICEPRESIDENTE, CARLOS PELLEGRINI


Nació en Buenos Aires, en el año 1846 y falleció en el año 1906. Fue un político argentino que asumió el cargo de presidente de la República de Argentina entre los años 1890 y 1892.

Su familia

Hijo del ingeniero Carlos Enrique Pellegrini, de origen franco-italiano y de una mujer británica. Esta es la razón por la cual lo apodaban El Gringo.

Sus estudios

Mientras estudiaba se alistó en el ejército como voluntario, y participó en la campaña del Paraguay. Se doctoró en derecho en la Universidad de Buenos Aires, en el año 1869.



Su ingreso en la política - Diputado

Estaba afiliado al Partido Autonomista de Adolfo Alsina y presentó su candidatura para el Congreso en los años 1871 y 1872, aunque no tuvo suerte en ninguna.
En el año 1873, lo volvió a intentar, pero esta vez si tuvo éxito y logró cometer su objetivo. Se convirtió en diputado de la Asamblea Nacional por la circunscripción de Buenos Aires.

Fue también Ministro de Gobierno de la provincia.

Ocupó la cartera de Guerra y Marina desde el año 1879 hasta el 1886, durante los gobiernos de Nicolás Avellanada y Julio Argentino Roca.
En su mandato, debió afrontar el problema de la federalización de Buenos Aires, por lo que tuvo que trasladar transitoriamente la capital al suburbio de Belgrano.


jueves, 8 de febrero de 2018

Amable Jones: el mandatario que más solo estuvo - Parte 2

Acá trajo a un matrimonio que ya lo servía cuando vivía en la calle Suipacha, en Buenos Aires. Y al pequeño hijo de la pareja, por el que Jones sentía mucho afecto.
Jones escapaba a la vida social, lo que lo iba aislando cada día más. La única vez que participó de una fiesta las “familias bien” se escandalizaron porque la servidumbre compartía con el gobernador el festejo. Se trataba del matrimonio que lo acompañaba desde hacía tantos años...

Gran lector del diario La Prensa, tenía una colección desde el primer número, a la que hizo encuadernar con tapas de cuero. 
Delgado, usaba el pelo corto y grandes bigotes con las puntas un poco levantada. Si se lo observaba bien de cerca podía advertirse un detalle muy particular: tenía un ojo verde y el otro celeste.

Jones era un intelectual puro metido en una actividad política en la que todo era acción. Nunca comprendió a la política sanjuanina. Ni le interesó hacerlo. 

Aunque era un hombre manso y bueno, tenía dos defectos: estaba convencido que había venido para cambiar la historia y terminar con la barbarie sin importarle lo que pensaba la gente o la existencia de instituciones a las que nunca respetó. Y, además, le gustaba ser adulado.

Al final esa fue su perdición. Quienes lo rodeaban, en su mayoría hombres que había traído desde Buenos Aires, conocían sus debilidades. Y lo fueron alejando cada día más de los sanjuaninos.

Todo da a entender que Jones sabía que lo iban a matar. En los últimos tiempos dormía en diferentes casas. Sin embargo no aumentó su custodia. 

Y el 20 de noviembre de 1921 fue asesinado en La Rinconada, Pocito, por un grupo ligado al cantonismo.

El cuerpo de Jones, destrozado por los disparos y hasta una bomba, fue embalsamado y enterrado en un panteón en el cementerio de la Capital. Dicen descendientes que lo vieron en 1970 que con excepción de la mandíbula que se había desprendido, estaba en buen estado.

En San Juan no se lo recuerda por sus obras sino por su bárbara muerte. Podemos decir que en su corto y conflictuado gobierno pudo terminar la escuela Normal San Martìn, inició la construcción del ferrocarril a Jáchal y creó la oficina química y la cárcel pública.


Juan Carlos Bataller



Amable Jones: el mandatario que más solo estuvo - Parte 1


De nuestra Historia: Amable Jones. Amable Jones fue el último gobernador asesinado en San Juan. Médico e intelectual, triunfó por el Partido Radical. Fue asesinado el 20 de noviembre de 1921 por un grupo ligado al cantonismo. El asesinato ocurrió en La Rinconada. (180)Gustaba ser adulado. Era soltero pero tuvo un hijo en Francia. 


Fue el primer gobernador que juró con banda. En San Juan no se lo recuerda por sus obras sino por su bárbara muerte. Este texto de Juan Carlos Bataller nos muestra cómo era Amable Jones, gobernador sanjuanino entre julio de 1920 y y noviembre de 1921. 

Amable Jones fue el primer gobernador que se colocó bandaAmable Jones había nacido en San Juan pero desde muy joven se radicó en Buenos Aires, donde se recibió de médico y adquirió prestigio nacional e internacional.


Por esas cosas que tiene la política, en 1920 y ante el hecho de que los radicales sanjuaninos no se ponían de acuerdo en el candidato, el presidente Hipólito Yrigoyen impone su candidatura, comenzando una etapa de grandes tensiones en la provincia.

Jones -ausente durante 35 años de San Juan-, gana las elecciones. Y asume en julio de 1920. Fue el primer gobernador que juró con banda. Hasta ese momento sólo lo hacían los presidentes.

Amable se instaló durante su corta gobernación en una casa del “Barrio de la Chilquilla”. En realidad se trataba de las inmediaciones de lo que hoy es la Plaza Aberastain que pese a su cercanía al centro en aquella época se la consideraba zona de “extramuros”.

Era soltero. Pero —se supo muchos años más tarde—, en Francia había andado en amoríos con una mujer de nombre Clara, con la que tuvo un hijo en 1898 llamado André Jones, que vivía en Villa France.

 

domingo, 4 de febrero de 2018

Difunta Correa: 28 versiones - Parte 2

Este es el resumen de las versiones sobre la Difunta recolectadas por Chertudi y Newberry, tanto en libros anteriores como en la tradición oral que incluye versiones inéditas en la época de la publicación.
-Época en que vivió: entre 1820 y 1860.
-Lugar donde vivió: San Juan (mayoría de versiones), La Rioja, Costa de Bermejo.
-Nombres con los que aparece: Deolinda, Mercedes, Dalinda Antonia, Belinda.
-Padres: Don Pedro Correa y Damiana; José Amador Correa y Rosario del Tránsito Ramajo.
-Esposo: Clemente Bustos, Baudilio Bustos, un joven sanjuanino.
-Cualidades de la Difunta: mujer virtuosa, mujer bella.
-Motivos por los que deja el hogar: seguir al esposo, seguir al hijo; hacer un viaje; buscar algún poblado hasta la vuelta del ausente; buscar a su marido asesinado; por la sequía, huye de La Rioja hacia San Juan.
-Ruta seguida: camino entre San Juan a La Rioja; de San Luis a San Juan.
-Cómo viaja: a pie; va en una cabalgadura.
-Lleva en sus brazos un hijo.
-Sucesos del camino: se extravía, no encuentra agua, se agotan sus fuerzas; da luz a un niño; se descarga una tormenta; enferma.
-La muerte: de sed (agotamiento y penurias); protegiendo a sus hijos de una tormenta de piedra; de una enfermedad.
-Lugar de la muerte: Vallecito; al atravesar el desierto; en lo alto de un cerro; en un desierto llamado Camperito; en un lugar llamado Las Peñas.
-Quienes la encuentran: unos arrieros, unos viajeros.
-Su primer milagro: ya muerta, sus pechos siguieron alimentando a su hijo.
-Entierro: en el mismo lugar donde fue hallada, en el llano, al pie de un algarrobo.
-La sepultura: colocan una cruz sobre la tumba, la cubren con piedras.
-Destino del hijo (hijos): la sobrevivió; murió con ella.
-Milagros: hallazgo de los animales perdidos por Flavio Zeballos; otros por un arriero; protección ante una tormenta; curación de llagas; aparición como guía de viajeros perdidos.

El análisis incluye la ubicación dentro de lo considerado como leyenda y cómo comenzó a ser difundida. "La vida de la Difunta Correa se asemeja a la de muchas mujeres y,  como hemos dicho, nada especialmente notable se manifiesta en ella. De su vida es difícil que surgiera una leyenda, pero de su muerte sí: tragedia, sufrimiento, milagros. La clasificación de estos relatos dentro del grupo de leyendas religiosas, que aquí se propone, se comprenderá mejor después de estudiar la creencia y el culto, dos aspectos del fenómeno que falta analizar".

Hacia el final, las investigadoras señalan que el complejo de elementos analizados en torno a la Difunta Correa, "nos muestra claramente que estamos ante fenómenos religiosos... Leyenda cuyo contenido es "verdadero", creencia y culto están interrelacionados por cuya razón se abordó el estudio de las tres formas culturales. Se ha señalado que el culto que el pueblo religioso tributa a la Difunta Correa, no difiere del que ese mismo pueblo rinde a los santos de la Iglesia Católica".



Difunta Correa: 28 versiones - Parte 1


Primer estudio antropológico de Difunta Correa: 28 versiones de la historia
Susana Chertudi y Sara Josefina Newbery fueron las primeras en ocuparse científicamente del tema, desde 1958 hasta 1978. Por Viviana Pastor

No hay una sola versión de la historia de la Difunta Correa. Cuando Susana Chertudi y Sara Josefina Newbery publicaron el primer estudio antropológico de la santa popular encontraron 28 versiones diferentes de la leyenda, y otras tantas de sus primeros milagros. Estas incluyen a la más aceptada en San Juan, que partió desde 9 de Julio hacia La Rioja detrás de su marido, murió en Vallecito y su hijo sobrevivió. 

En otras historias Deolinda, o Dalinda, o Mercedes, fue con dos hijos, o fue detrás de su hijo mayor, y hasta fue muerta por una tormenta de piedra.

Estas antropólogas realizaron el primer estudio científico de la Difunta Correa desde 1958 que presentaron parcialmente en 1965 y publicado en forma completa en 1978 en la colección Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología, bajo el título "Difunta Correa".

Su importancia radica, además de ser la primera investigación, en que otorgan a la Difunta Correa la jerarquía de devoción popular más importante de la Argentina. Para demostrarlo realizan comparaciones con otros santos populares de la época como José Dolores, también sanjuanino; el gaucho Cubillos, de Mendoza; el "Degolladito", o "La Ramonita" de Córdoba.

De entrada, las autoras definen a la Difunta como un "Fenómeno folclórico complejo", del cual toman tres elementos culturales: la leyenda, la creencia y el culto. "La leyenda, en cuanto narración que da cuenta de un suceso considerado como realmente acaecido. Bajo la creencia se han agrupado un conjunto de verdades -desde el punto de vista del actor- de carácter sacro, relativas a la Difunta Correa (vida, muerte, milagros, poderes). 

Para el culto se ha tenido en cuenta la expresión humana, externa y pautada, de la creencia, tal como ha sido registrada desde el punto de vista del observador. En algún caso, lo hemos comprobado, se desconoce la leyenda, pero sí aparece algún elemento de la creencia, que lleva asociada, indefectiblemente, alguna expresión de culto", señalan en el libro.


sábado, 3 de febrero de 2018

Balbín - La guitarra de 12 cuerdas - Parte 2

Este pasarse al enemigo con bandera, banda y ritos partidarios se agravó en el caso de algunas figuras que, haciendo abstracción del paso del tiempo y los sucesos, congelados en los heroicos combates del pasado, terminaron por creer que eran eternamente el Partido mayoritario de 1916 y 1928, a cuyos jefes les corresponde, por derecho casi divino, el ejercicio del Gobierno en las más altas funciones. 
Las continuas frustraciones los transformaron en oportunistas y el rechazo del Pueblo en pactistas afanosos. Olvidaron la intransigencia, la bandera del sufragio popular y la lucha contra el fraude.

Hacia ese triste final parece encaminarse Ricardo Balbín, invariable perdedor desde 1948, en que le ganó la gobernación de Buenos Aires el peronismo; en 1952, en que fue derrotado cómo candidato a Presidente; en 1958, año aciago que le deparó dos fracasos: el interno con la proclamación de Arturo Frondizi y la nueva derrota en los comicios por la Presidencia. 

Finalmente, en 1963, como no creyó jamás que el radicalismo ganaría las elecciones, le cedió el lugar al viejo Illia, que resultó, también, dos veces vencedor, al sortear a Balbín en el Partido y al beneficiarse con el fraude "azul". Ahora, Don Ricardo, ahíto de fracasos y de años, avizora su última oportunidad y, mientras habla de comicio libre, rechazo de las proscripciones (como en la famosa Asamblea de la Civilidad de 1963, que luego arrojó por la borda), institucionalización sin trampas y poder civil, especula con la proscripción, la abstención o el fraccionamiento del peronismo para ceñir, por fin, la banda presidencial.

Por eso, confinando las promesas solemnes de no aceptar comicios condicionados al mismo desván de la añeja intransigencia, recurre al medio tono de su guitarra electoral de 12 cuerdas y envía a las entrevistas con el Gobierno militar (que derrocó a su Partido) a dirigentes radicales de segunda línea. En tanto, declamó: "La UCR mantiene su individualidad y su programa, que se ha pronunciado contra el acuerdo dudoso", recita, mientras confía en repetir la jugada de 1963, ahora como candidato a Presidente. 

La realidad, sin embargo, es que ese objetivo sería inalcanzable hasta pulsando un "guitarrón" de 24 cuerdas.


8/VIII/72 • PRIMERA PLANA Nº 497



jueves, 1 de febrero de 2018

Balbín - La guitarra de 12 cuerdas - Parte 1

 

Es conocido entre los aficionados a la música el recurso de ciertos virtuosos de la guitarra de agregar seis cuerdas más al instrumento para dar mayor posibilidad tonal a la ejecución de determinadas piezas, templándolas de a pares y en distinta escala de sonidos. 

Con ello intentan abarcar una gama de cuartos y medios tonos que les permite variables melódicas inéditas, asegurándoles una interpretación de tradicionales partituras con alguna originalidad, atrapando así a un público masivo. Los apegados a la vihuela ortodoxa desestiman este recurso y muchos expertos aseguran que el escaso resultado no compensa el mayor esfuerzo digital y, aún, el método cosecha el desdén de los críticos.

Algo parecido ocurre en política, campo en el cual el uso del "guitarrón", como se ha dado en llamar al pintoresco invento, si bien ha obtenido apreciables adhesiones por un corto tiempo, las pérdidas de apoyo producidas por la confusión de los medios tonos, cuartos de corcheas y octavos de notas no alcanzan a equilibrar los éxitos parciales. 

Y menos cuando toda la ciencia política de algún personaje se agota en los medios, generalmente centrados en el escamoteo de las definiciones categóricas, hasta convertirlos en fines, cambio fatal que deviene en estridentes fracasos. La media palabra de Don Hipólito era solamente uno de los tantos medios que utilizaba el popular caudillo radical para mantener un equilibrio interno en la lucha por las posiciones de Gobierno, pero que hacía a un lado en el momento preciso de las definiciones claras.

Ya se sabe lo que ha pasado con el radicalismo al transcurrir los años. La intransigencia yrigoyenista —que el antiguo comisario de Balvanera la entendía como principio inamovible, pero que no confundía con las tácticas circunstanciales— anidó en el desván de la retórica, envasada y lista para usar solamente como recurso oratorio, cuando no totalmente desvirtuada al esgrimirla contra las nuevas corrientes populares herederas de la lucha contra el régimen, al cual, a partir de Alvear, sirvió disciplinadamente el antiguo Partido de la reparación yrigoyeniana, ahora convertido en "contubernistas" al asalto de las posiciones públicas.