miércoles, 15 de noviembre de 2017

¿Qué hacían Moreno, Belgrano y San Martín cuando se aburrían? - Parte 5


Muchos formaban cofradías a las que les ponían nombres de santos, aunque en la práctica obedecían a ritos sincréticos, paganos.

¿Qué rol tenían las festividades religiosas?

-Eran momentos centrales de la vida pública. Y también competían los barrios con sus presentaciones. Cuenta Mariquita Sánchez que los preparativos para la misa de Resurrección llevaban todo un año. Una vez, por ejemplo, los vecinos del barrio de La Merced armaron una nube de algodón teñida de celeste, mezclada con blanco y salpicado de estrellas de esmalte. 

Dentro de esta nube, un niño muy lindo, vestido de ángel, aparecía cantando y echando flores, para sorpresa del auditorio, satisfacción de los inventores y enojo del barrio rival. 

En estos festejos se gastaba dinero sin piedad, algunas veces por devoción y otras por amor propio.Hasta ahora hablamos del entretenimiento en la ciudad. 
¿Qué pasaba en el campo?

-Había dos actividades que se realizaban los domingos. Una pasaba por la pulpería, donde se hacían fogones y se cocinaba puchero con ingredientes similares a los actuales. Se lo acompañaba con mate y era más popular que el asado y el vino. 

La otra se relacionaba con las carreras y las prácticas a caballo. El pato, que hoy parece elitista, era muy popular y los partidos producían tanto escándalo que durante un tiempo estuvo prohibido. También proliferaban competencias que hoy parecen hechas para llamar la atención de los habitantes de la ciudad, como los festivales de doma. Mostrar sus destrezas es algo que siempre motivó a los hombres, más allá del tiempo y de su condición social.

RICARDO CICERCHIA, HISTORIADOR

https://www.clarin.com/opinion/hacian-moreno-belgrano-san-martin-aburrian_0_B1bfj7J18ng.html

lunes, 13 de noviembre de 2017

¿Qué hacían Moreno, Belgrano y San Martín cuando se aburrían? - Parte 4

¿El río tenía alguna relación con el entretenimiento?

-Sí. La gente iba a bañarse a lo que hoy es Retiro; era algo bastante popular para los chicos de todos los niveles. 
También concurrían las mujeres, que preferían el atardecer para que sus cuerpos no se vieran tanto. Incluso la idea de balneario ya existía a mediados del siglo pasado: había tiendas que vendían refrescos de frutas, galletas y empanadas dulces.
¿Qué papel jugaban las corridas de toros dentro de los espectáculos públicos?

-Despertaban mucha pasión. 
A principios del siglo XIX funcionaba a pleno una plaza de toros construida en la zona de la ribera cercana a San Telmo. Tenía capacidad para 2.000 personas -en una época en que Buenos Aires y sus alrededores no sobrepasaban los 40.000 habitantes- y observaba adecuadas medidas de seguridad. 
Antes había existido otra plaza en el centro de la ciudad pero se la reemplazó porque se produjeron disturbios cerca de las casas de familia y la gente se quejó. 
Las riñas de gallos también ocupaban un lugar importante. Era un espectáculo sólo para hombres y, obviamente, se apostaba dinero a favor de uno u otro animal.

En aquella época, la palabra quilombo era utilizada para referirse a los lugares donde se juntaba la población negra. Dado que ellos tocaban el tambor muy a menudo, el término empezó a significar ruido. ¿Había una música y una diversión propias de la gente de origen africano?-Sí, el carnaval era una fiesta muy fuerte: institucionalizaba el concepto de desborde y lo restringía a unos días al año. 

La comunidad afroargentina, que era muy visible tanto en Buenos Aires como en el interior, ocupaba un rol central en esos festejos: se reunían grupos de distintos barrios que competían entre ellos en la calidad de su música y de sus bailes. 

domingo, 12 de noviembre de 2017

¿Qué hacían Moreno, Belgrano y San Martín cuando se aburrían? - Parte 3

En una tertulia, justamente, conoció a su futura mujer, Remedios Escalada.¿Qué se hacía además de bailar?-Eran reuniones sociales con una agenda bastante prefijada. 

Incluso se sabía de antemano cuándo se iba a danzar un minué y cuándo un gato. Había algo curioso: se trataba de una manera muy pautada de vivir el tiempo libre ya que la invitación dejaba en claro el horario: de las 20.30 a un poco antes de medianoche. 

La comida también tenía su lugar durante las tertulias; se servían pasteles y se tomaba mate, chocolate o té de menta.¿Té de menta? Lo asociaba con la cultura árabe, no con la colonial hispana.-Ahí está la clave. 

Era algo exótico para esta región que, justamente por su rareza, daba status y entonces lo ofrecían las familias más ricas, aquellas con mayordomo que anunciaba a los invitados. 
La calidad del azúcar que se servía también indicaba el nivel de la residencia: se trataba de un producto difícil de conseguir y, a mi juicio, esa escasez determinó el gusto de los argentinos por el mate amargo.

Si hablamos de los chicos, ¿existía la idea de la infancia como un período ligado al juego y a la recreación?-Se tenía una visión diferente: se los veía como adultos que estaban desarrollándose y que necesitaban pautas morales muy claras para aprender comportamiento. 

Los juegos aparecen con un rol menos significativo que hoy, aunque igual existían. El balero era muy popular y aquellos hechos en madera de sauce o de cedro, los más envidiados. 
En los sectores populares se solía confeccionar el mango del balero con la pata de una mesa vieja. También se jugaba mucho a las bolitas, fabricadas en vidrio o cerámica.

¿No había actividades que implicaran un mayor compromiso físico?

-Algunas... pero no con el actual concepto de deporte. 
Los barrilletes, por ejemplo, eran comunes: se los hacía con caña de Castilla, papel de seda, hilo y engrudo. Había otro juego que se llamaba el viaje, similar a la moderna rayuela: se arrojaba un huesito que obligaba a saltar entre cuadrantes con denominaciones como Tierra o Paraíso. 

La gallina ciega -como se ve en la película Camila- también estaba desarrollada. Las muñecas, en cambio, recién se popularizaron a partir de 1850.


sábado, 11 de noviembre de 2017

¿Qué hacían Moreno, Belgrano y San Martín cuando se aburrían? - Parte 2

Manuel Belgrano se entretenía pintando acuarelas cuando paraba en las postas y quería matar el tiempo. Sus dibujos se perdieron, pero según los documentos de la época, dejaban bastante que desear.

Respecto del aburrimiento y los viajes, hay un caso curioso vinculado a la Argentina. En 1831, el señor Fitz Roy -capitán de un barco inglés llamado Beagle- decidió explorar las costas patagónicas y llegar hasta el Pacífico.

Antes de salir de Europa, buscó a alguien más o menos educado para que le amenizara la travesía. ¿Sabe a quién eligió?No.-A un pésimo estudiante de medicina que se llamaba Charles Darwin. Este muchacho tenía, sin embargo, un perfil interesante: era bastante conversador y relativamente culto, cualidades importantes para una estancia tan prolongada en el mar.

Así comenzó el primer viaje a la Patagonia de Darwin y su contacto con especies que nunca había visto en Gran Bretaña. Fitz Roy se fijó mucho en quién elegía: el capitán anterior de su barco se había suicidado en otro periplo y se decía que lo había hecho por aburrimiento.Más allá de lo que sucedía en los viajes, ¿cuáles eran los entretenimientos socialmente aceptados?

-Las actividades que implicaban gestos y movimientos corporales no estaban bien vistas dentro del hogar. Pero había una licencia especial para las danzas que amenizaban las tertulias porteñas. 

En general se llevaban a cabo en las casas de gente acomodada y nucleaban a lo mejor de la sociedad. Un joven militar de la época, José de San Martín, solía transitar estas tertulias con mucho éxito.Siempre pensé que él prefería el orden a la diversión.-Es que crecimos con la imagen del José que recordaba su madre, Doña Gregoria. 

Para ella era un niño más recatado que desenvuelto, más meticuloso que expansivo, más prudente que locuaz. La verdad, sin embargo, transitaba otro camino. San Martín disfrutaba los bailes en casa de familia -le gustaba mucho la contradanza- y hacía gala de ser un hombre de mundo, orgulloso de su aire europeo y seguro de su porte. 


viernes, 10 de noviembre de 2017

¿Qué hacían Moreno, Belgrano y San Martín cuando se aburrían? -Parte 1




Imaginemos una sociedad donde las muñecas eran algo excéntrico y los partidos de fútbol, una propuesta futurista. Sin cine ni televisión y con música que sólo se podía escuchar en vivo. La necesidad de entretenerse, sin embargo, era una idea legítima en la Argentina de la primera mitad del siglo pasado. 

Muchos de aquellos pasatiempos aún se conservan -desde el barrilete a la lectura- mientras otros se convirtieron en recuerdos, como la corrida de toros y la riña de gallos.

Ricardo Cicerchia, uno de los contados historiadores locales que privilegió el estudio de lo cotidiano, tiene un doctorado en la Universidad de Columbia de Nueva York y se desempeña como investigador del Conicet.

En las próximas semanas saldrá a la calle, editado por Troquel, el primer tomo de su ambicioso proyecto: tres libros que relatan la vida privada a través de la historia nacional.La palabra prócer asusta: se asocia demasiado a la estatua. Sin embargo, ellos eran personas con necesidades terrenas que a veces se habrán sentido invadidas por el tedio. ¿Cómo lo combatían?

-En la época de la Revolución de Mayo, los viajes estaban considerados como una de las cosas más aburridas dada la mala calidad de los caminos, el estado de las postas, la incomodidad de las carretas. Un viaje Buenos Aires-Córdoba tardaba un mínimo de cuatro o cinco días que resultaban muy pesados: no había nada que hacer durante el trayecto.

Muchas cartas de ese tiempo hablan del tema. Quiero destacar un relato de Manuel Moreno donde comenta el aburrimiento que le producía viajar a su hermano Mariano.

¿Qué hacía durante el trayecto para entretenerse?-Moreno leía bastante y -más allá de los viajes- tenía otra pasión para sus ratos libres: los soldaditos de madera. Parece que su colección era de las mejores.


martes, 7 de noviembre de 2017

Así nació Parque Chas - Parte 3


Allí Francisco Chas (hijo)tenía proyectado instalar un mercado comunitario que nunca se realizó. Todos los lotes de aquella manzana triangular fueron vendidos por la Inmobiliaria Parisi. Su dueño,Francisco Parisi -ex jugador de Almagro cuando el club tenía la cancha en Parque Chas- construyó gran parte de las viviendas que allí se encuentran.

Por aquel entonces era obligatorio donar terrenos para la construcción de plazas, colegios e iglesias. Se denominaba Reserva Fiscal, es decir que el propietario no podía disponer de aquellos lotes. Gerónimo Grosso comentó: “Nunca alquilábamos bateas (ómnibus) para traer gente a los loteos, ya que hasta aquí llegaba el tranvía Lacroze. En aquel tiempo no había que inscribir las ventas, todo era de buena fe. 

Existía la libreta de pago, que nosotros nos encargábamos de sellar ya que hacíamos las cobranzas. Nunca hubo que cobrar intereses punitorios por atraso en los pagos; los que no podían pagar devolvían la libreta y luego se ponía en venta el terreno o la casa”.

La nota de color relatada por Grosso fue que testaferros de los famosos mafiosos rosarinos de la década del 30, Don Chicho grande y Don Chicho chico, compraron terrenos en Parque Chas para luego revenderlos. “Un día vinieron a nuestra oficina central de Sarmiento 559 Agata Galiffi -hija de Don Chicho grande- y Salvador Summa, interesados en comprar terrenos. 

La reunión se desarrolló en términos muy cordiales, pero terminó con la Galiffi presa ya que en la calle la estaba esperando la policía con una orden de detención”, relató Grosso y concluyó: “Nosotros siempre tratamos de ayudar al obrero, no a especuladores y revendedores. Nuestra intención fue fomentar la construcción para valorizar al barrio”.

A ocho décadas años del nacimiento del barrio, éste es nuestro homenaje a quienes iniciaron la historia.

La presente crónica está basada en un reportaje que el 8 de junio de 1989 la Dra. Sonia Berjman y la Arq. Magdalena Eggers, historiadoras del barrio, le realizaron a Don Gerónimo Grosso hijo. El protagonista contaba entonces con 81 años de edad.



lunes, 6 de noviembre de 2017

Así nació Parque Chas - Parte 2

El primer remate

El 27 de noviembre de 1927, la casa G.G.G llevó a cabo la primera subasta de lotes desde La Pampa hasta Avenida de los Incas por Avenida Triunvirato. Las jornadas de remates eran muy pintorescas, ya que se instalaban carpas donde los interesados podían hacer sus ofertas. “Aquel día hizo 36 grados de calor y las tres carpas estaban llenas de gente. La venta duró desde las 16 hasta las 22 y se vendieron 200 lotes a 25 pesos moneda nacional, a pagar en cien meses sin interés. 

Como propaganda se regalaron más de mil abanicos por el calor que hacía. Al no haber parlantes no se podían escuchar las ofertas por el ruido que producía la gente cuando se apantallaba”, contó Gerónimo Grosso (hijo), quien ayudó a su padre desde los catorce años de edad en todas las subastas de terrenos que se hicieron en Parque Chas. Se realizaron treinta remates (cada cuatro meses) a lo largo de diez años y se llegó a vender un total de 3.000 lotes.

A los que adquirían un lote se les entregaba diez mil ladrillos gratis y por cinco pesos más se les daba veinte mil ladrillos. Por seis pesos más se entregaban los materiales necesarios para construir una habitación. O sea que por cuarenta pesos al mes el más humilde obrero podía hacerse la casa. La mayoría levantó su hogar trabajando los sábados y domingos, ya que durante la semana se dedicaban a sus oficios y ocupaciones. 

La idea era incentivar la construcción para valorizar el barrio. La base de venta era de 20 pesos por mes. Los lotes más caros, como la esquina de Avenida de los Incas y Triunvirato, costaban 250 pesos por mes, los de Triunvirato hasta La Pampa tenían un valor de 20 a 150 pesos por mes y los que estaban dentro del barrio de 60 a 70 pesos por mes, siempre en 100 cuotas sin interés.

La casa matriz de las tres G estaba ubicada en Sarmiento 559, pero mientras Parque Chas crecía se instaló una agencia en un chalet de madera de Triunvirato y Gándara. “Atendíamos sábados, domingos y feriados. Yo acompañaba a la gente que venía a ver los terrenos para que no se perdieran, ya que como las calles eran redondas se desorientaban”, recordó Grosso hijo. Los últimos terrenos se vendieron en el triángulo formado por las calles Gándara, Ginebra y Triunvirato en 1941. 


domingo, 5 de noviembre de 2017

Así nació Parque Chas - Parte 1



El martillero público Gerónimo Grosso fue el responsable de lotear el barrio entre 1927 y 1941. Por apenas 25 pesos moneda nacional, pagaderos en cien meses sin interés, los vecinos podían acceder a su terreno. Las subastas eran muy pintorescas, ya que se instalaban carpas donde los interesados podían hacer sus ofertas.

En 1925 nacía un nuevo barrio. Desde el punta de vista urbanístico, su trazado representó la vanguardia que seguía los postulados británicos de ciudad-jardín. El diseño radiocéntrico -que perteneció a los ingenieros Frehner y Guerrico– significó llevar el pintoresquismo a su máxima expresión. El otro protagonista de esta historia fue el martillero público Don Gerónimo Grosso, quien contribuyó a la formación urbana del “Gran barrio Parque Chas”. Gracias a aquellos visionarios, Buenos Aires cuenta hoy con un patrimonio urbanístico de gran valor.

El 5 de abril de 1905 el martillero público Gerónimo Grosso Giachino fundó la oficina de Tierras “G.G.G”. Comenzó vendiendo terrenos en Villa Gavarone (hoy Banfield) y en 1927 llevó adelante el loteo más importante de la firma: nos referimos a la subasta de parcelas que contribuyó a la formación urbana del barrio Parque Chas, cuyo terreno pertenecía a la familia Chas. Don Gerónimo Grosso Giachino nació en Génova en 1877 y falleció en Buenos Aires en 1956. Llegó a la Argentina en su juventud. Desde el primer lustro de nuestro siglo hasta su muerte se dedicó a la subasta de tierras, actividad en la que adquirió reputación y solvencia. Además de Parque Chas, G.G.G. desarrollo su actividad en Villa Pueyrredón, Villa Cerini, Barrio General Paz y en los barrios Drysdale (Carapachay) y Grossville (Vicente López).

La firma G.G.G fue pionera en la venta de terrenos a pagar en cien mensualidades sin interés en pesos moneda nacional. Por aquel entonces el dinero mantenía su poder adquisitivo y, como no había inflación, muchas familias de laburantes pudieron tener su casa. La historia del barrio Parque Chas comenzó hace 82 años, cuando el antiguo Concejo Deliberante aprobó la Ordenanza Nº 1129: “Apruébase el trazado de calles propuesto por el señor don Vicente Chas, para el terreno de su propiedad limitado por la Avenida de los Constituyentes y calles Pampa y Triunvirato, en la forma en que se indica en el plano agregado a este expediente (…), firmado con fecha agosto del corriente año por los señores ingenieros Guerrico y Frehner, y el visto bueno del Director del Departamento de Obras Públicas ingenieroRebuelto”.

Grosso habría copiado el trazado de una ciudad europea y se la ofreció a la familia Chas para proyectar un Barrio Parque. Durante 1925 el doctor Vicente Chas construyó a modo de vidriera las “20 Casas para Obreros” a lo largo de Avenida La Pampa, entre Gamarra y Altolaguirre. La intención comercial -al construir aquellos pintorescos chalets- fue mostrar un barrio en crecimiento a los futuros compradores de terrenos.

Historia y Límites del Barrio de Villa Ortúzar



Villa Ortúzar está delimitado por las calles La Pampa, Av. Forest, Av. Elcano, Vías del Ferrocarril General Urquiza , Av. Del Campo, Combatientes de Malvinas, Av. Triunvirato y Combatientes de Malvinas. Limita con los barrios de Villa Urquiza al norte, Belgrano al noreste, Colegiales al este, Chacarita al sudeste, La Paternal al sur, y Parque Chas al oeste. Ocupa parte de los que fueran terrenos de la Chacarita de los Colegiales y posteriormente de Santiago Ortúzar. Los primeros en instalarse en esta zona fueron los padres jesuitas, en el año 1614. Más tarde, ya en 1827, durante el gobierno de Bernardino Rivadavia sus terrenos fueron cedidos a inmigrantes alemanes.

En 1833 llegan inmigrantes de las islas Canarias, pero no prosperó ninguno de los emprendimientos y se retiraron. Fueron varios los dueños de los terrenos de la zona que se fueron sucediendo hasta que en 1862, el 26 de Abril, Don Santos Mugerza vende a don Santiago Ortúzar los terrenos. Hay otras fuentes que afirman que Ortúzar había recibido esos terrenos como recompensa por sus servicios militares durante el gobierno de Rosas. Eran 26 manzanas entre las actuales Av. Triunvirato, Tronador, A. Thomas y Av. Elcano. Trazó las calles y las arboló con eucaliptos. Su casa fue construida entre las calles Giribone, Heredia, 14 de Julio y Álvarez Thomas; Santiago Ortúzar instaló grandes palomares y, por este motivo, al lugar se lo conocía como "El Palomar de Villa Ortuzar" En 1871 se inauguró el Cementerio del Oeste y en 1874 comienza el primer loteo de Ortúzar. En 1889, el 4 de diciembre murió Santiago Ortúzar y fue sepultado en el cementerio de Chacarita.

En las primeras décadas del siglo, se incrementó notablemente la población del barrio, ya que se produjeron numerosos loteos y fraccionamientos donde se instalaron nuevos vecinos. Fue también una zona elegida para levantar importantes industrias. Allí funcionó la Perfumería Griet (en la calle Girardot 1618 y 1640), la firma Everton (que fabricaba plumas fuentes) y la empresa Sudamtex, una textil que funcionó hasta 1986, que llegó a tener 2000 empleados. El 26 de abril quedó instituido como el “Día del Barrio de Villa Ortúzar”, fecha en que Santiago Francisco de Ortúzar compró la chacra 38 en esa zona. Ortúzar también donó tres terrenos para construcción de la Escuela General Acha. En donde se hallaba el "Palomar de Ortúzar", se emplaza actualmente la Plaza "25 de agosto".

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