viernes, 10 de noviembre de 2017

¿Qué hacían Moreno, Belgrano y San Martín cuando se aburrían? -Parte 1




Imaginemos una sociedad donde las muñecas eran algo excéntrico y los partidos de fútbol, una propuesta futurista. Sin cine ni televisión y con música que sólo se podía escuchar en vivo. La necesidad de entretenerse, sin embargo, era una idea legítima en la Argentina de la primera mitad del siglo pasado. 

Muchos de aquellos pasatiempos aún se conservan -desde el barrilete a la lectura- mientras otros se convirtieron en recuerdos, como la corrida de toros y la riña de gallos.

Ricardo Cicerchia, uno de los contados historiadores locales que privilegió el estudio de lo cotidiano, tiene un doctorado en la Universidad de Columbia de Nueva York y se desempeña como investigador del Conicet.

En las próximas semanas saldrá a la calle, editado por Troquel, el primer tomo de su ambicioso proyecto: tres libros que relatan la vida privada a través de la historia nacional.La palabra prócer asusta: se asocia demasiado a la estatua. Sin embargo, ellos eran personas con necesidades terrenas que a veces se habrán sentido invadidas por el tedio. ¿Cómo lo combatían?

-En la época de la Revolución de Mayo, los viajes estaban considerados como una de las cosas más aburridas dada la mala calidad de los caminos, el estado de las postas, la incomodidad de las carretas. Un viaje Buenos Aires-Córdoba tardaba un mínimo de cuatro o cinco días que resultaban muy pesados: no había nada que hacer durante el trayecto.

Muchas cartas de ese tiempo hablan del tema. Quiero destacar un relato de Manuel Moreno donde comenta el aburrimiento que le producía viajar a su hermano Mariano.

¿Qué hacía durante el trayecto para entretenerse?-Moreno leía bastante y -más allá de los viajes- tenía otra pasión para sus ratos libres: los soldaditos de madera. Parece que su colección era de las mejores.


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