miércoles, 24 de junio de 2020

La Revista Ariel (1918): El arielismo reformista en Santiago del Estero

 La Revista Ariel (1918): El arielismo reformista en Santiago del Estero

por Daniel Guzmán

Una cronología de las revistas Ariel en nuestro país, o mejor dicho del arielismo, nos lleva a que la nuestra fue una de las primeras. Según los datos de Lafleur, Provenzano, y Alonso, la primera surgió en 1914 en Buenos Aires, donde colaboro Carlos Schaefer Gallo, santiagueño radicado en la citada ciudad, y el propio “Rodó” (2006:80), con lo que nos indica que fue la publicación arielista señera en la Argentina. Natalia Bustelo ha estudiado esta revista, y los intelectuales que la impulsaron subrayando la “difusión de la cultura” (2013:10), como una idea fuerza que movilizo su acción.

Hubo una en 1926 en La Pampa, de neto “contenido social” (Prieto, 2004:485), y que nos refiere a los distintos usos que tuvo el pensamiento de Rodó, en las primeras décadas del siglo XX en la Argentina. En el resto de América para la misma época, el arielismo siguió siendo un faro de militancia para la juventud reformista, y vanguardista, en Chile en 1925 surge una Ariel, que se convierte en vocero de una generación que se une a las “redes” (Lizama, 2008:242) del continente. Y estas fueron exitosas en la tarea de difundir las distintas prácticas de la Reforma, la “Ariel” (Bergel, y Mazzola, 2010:135) de Montevideo fundada en 1919, reprodujo la acción en Lima de las Universidades Populares, y así la red arielista sea mantuvo conectada por toda América.

Nuestra Ariel

El que nos da noticia de su existencia es José F. L. Castiglione en su libro de 1941, donde la ubica como “revista semanal ilustrada” (1941:61), y que estaba dedicada a la historia, sociología, literatura, y actualidades, es decir tenía el mismo rótulo que la revista Proteo su hermana en 1918. Dos años después “Luis Ledesma Medina” (1943:12), la vuelve a citar en razón de hablar de su hermano Andrés Figueroa, y vuelve a quedar claro que sólo duró unos meses y sólo saco nueve números, siendo las fechas de inicio y final divergentes con Castiglione, y es que ambos no pudieron consultar todos los números, y eso trajo la confusión de su nacimiento y final. Después fue olvidada, y se ubico a Figueroa como un integrante más de Los Inmortales, dejando en silencio la actividad del ala reformista del citado grupo.

Entre todas las revistas reformistas que aparecieron en Santiago del Estero, hubo un medio que intento unirse a la red arielista que se había formado a nivel nacional. Salió Ariel formando un frente revistas reformistas que se constituyeron en 1918, la contra de de esta estrategia, era que no había en la provincia un número abundante de lectores, por lo que era mucha la oferta, y poca la demanda. Su primer número salió el tres de enero de 1918, y alcanzó los nueve, siendo el último en octubre del citado año. Se puede afirmar que 1918 es la edad de oro para las revistas culturales en nuestra provincia, Proteo, y Ariel, reforzaron la emergencia de espacios para el movimiento reformista, que estuvo intentando generar un sistema alternativo al conservadorismo, que era hegemónico en los centros culturales capitalinos (Colegio Nacional, y Sociedad Sarmiento).

Marcos Figueroa su director había liderado el movimiento reformista desde un primer momento, encabezando marchas, y alentando a los estudiantes del Colegio Nacional. Su decisión de sacar una revista, tenía el fin de acompañar a Proteo, en la campaña arielista que se estaba desarrollando en Santiago del Estero. Ariel como Proteo se erigieron como defensoras del liberalismo, que creían amenazado por la reacción. Aunque ser liberal para Ariel, era ser también patriota, que era ser miembro de Boy Scouts, o la Asociación Pro patria.

El programa de Ariel decía lo siguiente:

Nuestra actividad está encaminada hacia la exaltación de los intereses superiores de la vida de la juventud, a propender la difusión del conocimiento de nuestra provincia fuera de los propios límites y a ofrecer una buena ocasión al elemento intelectual con que cuenta esta sociedad para que exponga sus ideas y aporte de progreso material al acervo común (Figueroa, 1918:1).

Marcos Figueroa autor de este manifiesto, apuntaba que la publicación fuese un espacio para la juventud reformista que estaba constituyendo una serie de estrategias para la difusión de sus ideas. Esta publicación reunió a la facción más nacionalista de la tendencia reformista local, y por ello fue hecha en la imprenta Grandi Hermanos, que publicaba a autores cercanos a esa línea de pensamiento.

Por el cuidado y selección de los textos, el medio que estudiamos se destacó de los análogos que circularon en Santiago del Estero, y esto porque su director tomo el modelo de las revistas ilustradas metropolitanas que eran masivas y llegaban a la provincia. Desde esta perspectiva se entiende, que se busco no sólo al lector universitario, sino también al femenino, que era el sector más lector de este tipo de bienes culturales.

Ariel fue acompañado por intelectuales que provenían del grupo los Inmortales, como Horacio Maldonado, Arturo Helman, Alejandro Gancedo (h), y Mílciades Rodríguez, y otros ajenos a este grupo, pero que militaban en la Reforma Universitaria, como Alfredo Gargaro, Bernardo Canal Feijóo, y Andrés Figueroa.

Este último publico la “Expedición contra los indios” (Figueroa, 1918:5), donde expone una visión negativa de las campañas de Ibarra contra las poblaciones nativas de la frontera del Salado. Este indigenismo de Figueroa, quebraba la perspectiva hispanista de los historiadores locales, que tenía relación con el americanismo que la Reforma impulso en las provincias.

Ariel fue comentada en medios locales como Proteo, El Liberal, y El Fígaro, la primera revista reformista, y los diarios citados que apoyaron desde el primer momento al reformismo en la provincia. A nivel nacional comentada por el Hogar, un espacio donde compartió referencias con los Cuadernos Novecentistas, la obra de Saul Taborda en Córdoba, Ideas del Ateneo Universitario, y autores que colaboraron en las revistas reformistas de Santiago del Estero. Esta referencia le dio un prestigio que la ubico en el centro de la ofensiva liberal en la citada provincia.

Sí esta revista era leía en Buenos Aires, era gracias a la red de corresponsales, y los intercambios de ejemplares que hubo entre las publicaciones de todo el país. La revista reunió noticias, e ideas de los grupos novecentistas, y del Ateneo Universitario, que era lo que más leían los reformistas, que junto a Rodó, conformaron el armazón ideológico de la reforma en Santiago del Estero.

Ariel funciono con suscripciones, y sólo tuvo 120 abonados, frente a los mil ejemplares que era su tirada. De parte de su director hubo una desmedida lectura del exiguo mercado editorial local. Por lo que su rápida desaparición tuvo que ver con problemas económicos, que llevo a la imprenta a detener su salida a la calle.

El director en sus cartas al editor habla de ventas de ejemplares en “cantidad apreciable” (Carta de M. Figueroa, 20/10/1918), esto porque la red de venta cubría a distintas localidades del interior, si la lista de suscriptores, nos indica que en Capital, y Banda, estaba el grueso de los mismos.

Pero a la vez Grandi nos refiere que para que sobreviva semejante empresa, hacía falta 360 “abonados” (Carta de Grandi, 20/10/18) por lo menos. Este debate sacaba a la luz, que las deudas que fue acumulándose, terminó erosionando la existencia de Ariel.

Notas Finales

Esta revista muestra el alcance de la red arielista en nuestra provincia, y como configuro a una parte importante del movimiento reformista en el norte argentino, llevando adelante varios proyectos de una facción de jóvenes universitarios que lograron establecer un discurso renovador que daría resultados inesperados en la educación y en la cultural santiagueña. Marcos Figueroa su director ligado a la Nueva Generación, al cerrarse este proyecto editorial, se centro en apoyar a los centros de estudiantes reformistas en la Capital, y comenzar a pensar la identidad provinciana.

 

Héctor Daniel Guzmán. Licenciado en Historia. Magister en Estudios Sociales para América Latina. Profesor e investigador en Proyectos Universitarios de la UNSE y de la UNC. Autor de varios libros. Presidente de la Biblioteca Popular Sarmiento.

Bibliografía

Bergel, Martín, y Mazzola, Ricardo (2010), América Latina como práctica. Modos de socia- bilidad intelectual de los reformistas universi- tarios 1918-1930, en Altamirano, Carlos (Dir.), Historia de los intelectuales en América Latina, Avatares de la ciudad letrada en el siglo XX, Katz, Buenos Aires, pp.119-145.

Bustelo,Natalia (2013), La juventud universitaria de Buenos Aires y su vínculo con las izquierdas en los inicios de la Reforma Universitaria 1914-1922, en http://www.izquierdas.cl, No16, Santiago del Chile, pp. 1-30.

Castiglione, José (1941), El periodismo en Santiago del Estero, Yussem, Santiago del Estero.

Lafleur, Héctor, Provenzano, Sergio, y Alonso, Fernando (2006), Las revistas literarias argentinas, El octavo Loco ediciones, Buenos Aires.

Ledesma Medina, Luis (1943), Adición a la Bibliografía de Andrés Figueroa, Peuser, Buenos Aires.

Lizama, Patricio (2008), La revista Ariel : manifiesto y voces de la vanguardia, en Revista de literatura chilena No72, Santiago de Chile, pp. 235-254.

Prieto, Osvaldo (2004), Arielismo y socialis- mo en el interior pampeano, en Biagini, Hugo, Roig, Arturo (Dir.) El pensamniento alternativo en la Argentina del siglo XX Tomo 1, Identidad, utopía, integración 1900-1930, Biblos, Buenos Aires, pp.483-494.

Fuentes

Figueroa, Marcos (1918), Programa, en Ariel No1, Santiago del Estero, 1.

Figueroa, Andrés (1918), Expedición contra los indios, en Ariel No5, Santiago del Estero, p.5.

Epistolario

Carta de Marcos Figueroa a Constanzo Grandi, Santiago del Estero, 20/10/18.

Carta de Constanzo Grandi a Marcos Figueroa, Santiago del Estero, 20/10/18.

 

https://revistaparletre.wordpress.com/2017/04/06/la-revista-ariel-1918-el-arielismo-reformista-en-santiago-del-estero/