¿Cualeguaychú
no tenía defensa?
Por la declaración del Comandante
Villagra observamos que la Villa estaba desprotegida. Las fuerzas de Caballería
del Departamento estaban bajo las órdenes del Alférez Jorge Neyra.
La fuerza de Milicias al mando del
Comandante, constaba de 48 hombres, que en esos momentos se encontraban
acarreando ganados. La Compañía Cívica Activa la dirigía el Capitán José
Benítez; compuesta por 70 hombres pero sólo había fusiles para 60. La Compañía
Cívica Pasiva bajo órdenes del Alcalde Mayor don Luis Paulino Acosta con 90
hombres, pero sin armas. La Comandancia sólo tenía diez paquetes de cartuchos
que había dejado reservados Neyra para sus comisiones privadas. Las Compañías Cívicas
no estaban acuarteladas en el momento del asalto ya que nadie sospechaba que el
Departamento estuviese amenazado. (12)
Finalmente, Villagra fue arrestado y
como no había una “cárcel decente para cierta clase de arrestados se le dio por
cárcel su propia casa” (14). El historiador Benigno Teijeiro Martínez afirma
que “estos antecedentes son más que suficientes para confirmar la negligencia
de las autoridades de Gualeguaychú que nunca olvidó el General Urquiza”.
Villagra fue separado de su puesto. Urquiza olvidó los servicios de su
compañero de armas, su lealtad, su carácter y le envió un sustituto.
En 1851, luego del Pronunciamiento
contra Rosas, Urquiza visitó Gualeguaychú. Fray Mocho nos informa que el
Comandante Villagra decidió saludar a su Jefe que al verlo exclamó:
- “Villagra…eh? ¡No merece mi
amistad un perdonado de Garíbaldi!”
- “¡Ni merece este recibimiento
quien como yo, cuando Vuestra Excelencia mamaba, ya estaba guerreando por la
Patria!”
Y el viejo Coronel se dio vuelta con
presteza y se alejó con el entrecejo arrugado.
- “¡Vení acá… tigre… Vení!” -dijo el
General, a quien jamás desagradó encontrar hombres que no temblaran en su
presencia.
El viejo Coronel ni se dignó dar
vuelta la cabeza…
- “¡Toro el viejo, ¡eh! ¡Y primero
lo he de quebrar, ¡eh!… lo he de quebrar… antes que doblarlo!”. (15)
Damnificados
en el asalto y saqueo de Gualeguaychú
José Benítez (portugués) su almacén
por valor de 5.000 pesos sin incluir la goleta “Joven Emilia” que se llevaron;
Agustín Peyrelo (sardo) a sus dos casas de comercio, por 6.700 pesos; Juan
Iriarte, a su almacén por 1.210 en artículos y 975 pesos en efectivo; Juan
Sousa Martínez (portugués), robo en su casa en efectos y dinero, por 1.600
pesos; Antonio Peirano (sardo), efectos de su tienda por $2.600; llevado ante
Garibaldi, reclamó la devolución pero este contestó que era un mal que no podía
remediar; José García Sobral (español), saqueo de su negocio y robo de dinero
que tenía en su baúl, por $1.710; Domingo Elizate (vasco francés), saqueo de su
casa a mano armada, por $ 346; Andrés Chichizola (sardo) saqueo de su negocio e
intimación a mano armada para que entregue el dinero efectivo, total, $1.035.
Por saqueo en sus negocios e
intimación a mano armada siguen: Juan Lucero (argentino), Juan B. Solusse
(francés), Juan Costa (sardo), Juan Echevarría (francés), Pedro Alcahenest
(francés), Juan Guenon (francés), Juan Isaldi (francés), Juan Archaine
(francés), Pedro Valls (francés), Juan Jaureguiberri (francés), Juan Iturralde
(francés), Lorenzo Aguerre y hermano (francés), Bautista Doyhenard (francés),
Juan Arambago (francés), Samuel Icart (francés), Jerónimo Gómez (argentino),
Leopoldo Espinosa (argentino), Prudencio Gómez (argentino), Juan Méndez
Casariego (argentino). Total 31 casas de negocios saqueadas en una población de
4.000 habitantes.
Referencias
(12) Portela, Manuel – “El asalto y saqueo de
Gualeguaychú por Garibaldi”, 1945.
1983.
(13) Teijeiro Martínez, Benigno, Op. Cit.
(14) Alvarez, Jose S. (Fray Mocho) – “Salero Criollo”.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Gaceta Mercantil – Buenos Aires, 23 de octubre de
1845.
Razzetto de Broggi, Silvia – 1845, Garibaldi saquea
Gualeguaychú