domingo, 27 de junio de 2021

La Quinta Santa Rita

 

Don Avelino Rolón nació en San Isidro un 24 de agosto del año 1855; era hijo de don Eusebio Rolón, descendiente de los primeros pobladores del Pago de la Costa, hijo legítimo de Andrés Rolón y Juliana Gadea. Su madre fue doña María Gutiérrez, hija de Pastora Bello y José Julián Gutiérrez. Los hermanos de don Avelino fueron Eusebia, Camila, Isidro, Juliana, Mercedes y Andrés. Camila Rolón será con el tiempo fundadora y Superiora General de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José; fue declarada Venerable en 1993 por Su Santidad Juan Pablo II.

Don Avelino llegó a ser Contador Nacional y Escribano Público. Ya recibido representó a importantes instituciones bancarias nacionales y extranjeras. Interesado por la política se sumó a las filas mitristas y luego se incorporó a la Unión Cívica, partido que se desprendió del mitrismo, pasando luego a militar en el conservadurismo.

Comenzó su carrera política siendo Concejal del Honorable Concejo Deliberante de San Isidro, y entre los años 1906 y 1907 fue electo por sufragio y ocupó el cargo de Intendente de San Isidro. Durante su mandato aportó fuertes sumas de dinero personal para trazar nuevas calles y embellecer al pueblo. Entre 1912 y 1916 fue Diputado Nacional por la provincia de Buenos Aires. Siendo Diputado “donó todas sus dietas en beneficio de las necesidades de su pueblo, San Isidro”. Su generosidad tanto hacia personas físicas como instituciones, determinó que se lo conociera como “El Patriarca”.

Don Avelino vivía en la calle Belgrano 333, en el Centro de San Isidro. Y en la localidad de Boulogne poseía una quinta donde residía con su familia en los veranos y a comienzos del otoño hasta el 15 de mayo, fecha en que se realizaban las fiestas patronales de San Isidro Labrador, y volvía a su residencia de la calle Belgrano, para poder participar de tan importante festejo. La “Quinta Santa Rita” se hallaba entre Av. Talleres (actualmente calle Yerbal), Av. Moreno (actual Gorriti), Av. San Martín (actual Lamadrid) y Bernabé Márquez o Camino de Cintura (actual Av. Rolón). La casa principal de la chacra estaba cercana a la intersección de Lamadrid y Gorriti. Tenía una sala, seis habitaciones, un amplio corredor, baño, corredores y dependencia de servicios. La casa poseía una planta y sótano y sus pisos eran de pinotea.

Estaba orientada hacia el nordeste y una amplia galería la recorría en todo su perímetro. Fue construida a fines del siglo XIX y fue una de las primeras casas importantes de Boulogne Sur Mer, luego de la casa de la Chacra de los Márquez en Virrey Vértiz 1053 que ya existía en 1806.

Estaba rodeada de un bellísimo parque diseñado nada más y nada menos por el gran paisajista francés Carlos Thays. Aún se conservan ejemplares muy añosos, con eucaliptus que poseen una circunferencia mayor a cinco metros, que seguramente datan de esa época. También había cedros, magnolias, robles, liquidambar y un ombú casi entrando a la chacra, símbolo de nuestra pampa. Esa casa fue testigo de la historia del pueblo de Boulogne.

Era una típica chacra con ovejas, vacas, bueyes y caballos para montar y movilizar los carruajes y los arados de la quinta de verduras que poseía. Cercano al casco había un molino y sobre la calle Lamadrid se hallaban las caballerizas, la cochera, y el depósito de forraje para los caballos. En la esquina de Lamadrid y Gorriti, se hallaba la portería. En el extremo sureste la tierra estaba dedicada a la cosecha de verduras, contando el quintero que la atendía, con su casa, molino y tanque australiano, que permitía el riego sobre todo en los veranos. Hacia el noroeste se hallaba la casa de los caseros y cercana a ella el lago artificial que permitía el paseo en botes de familiares y huéspedes de Don Avelino. En 1937 la quinta ya poseía luz eléctrica y teléfono y todo el perímetro de la quinta poseía alambre tejido.

La chacra ya no existe pero sí la casa, que en 2016 fue Declarada Monumento Histórico Nacional por el Senado de la Nación (registro 27313). Lamentablemente no está siendo mantenida y se está deteriorando. Pedimos por este medio a las autoridades de la Secretaría de Museos y Monumentos Históricos, que implementen los medios necesarios para reparar la casa y podamos hacer del lugar un polo Cultural histórico para la zona de Boulogne Sur Mer y Villa Adelina.

Trabajo presentado en la Jornada de Historia del Pago de la Costa (San Isidro), año 2015 por la Lic. Mónica Liliana Pastorini

ASOCIACIÓN DE HISTORIADORES DEL FONDO DE LA LEGUA

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lunes, 7 de junio de 2021

La doctrina de Belgrano en su labor periodística


7 de junio Día del Periodista:

La doctrina de Belgrano en su labor periodística

Si volvemos la mirada sobre la formación intelectual de Manuel Belgrano, de carácter enciclopedista, adquirida en Europa, no dudaremos en afirmar que su educación es la ideal de todo periodista. El buen conocimiento de varias lenguas como el francés, italiano e inglés, según destacáramos precedentemente, le posibilitan a Belgrano el acceso directo a diversas fuentes de conocimiento, como el contacto personal con autoridades y personajes relevantes de su época. Tiene especial vocación por el estudio de la economía política, del derecho público y dedica mucho de su tiempo de Secretario Consular a la atención y fomento de nuevos sistemas y métodos de producción, dirigidos al logro de un mayor rendimiento del suelo y mejores condiciones laborales del campesinado. De ahí su inquietud por la difusión de los mismos, o el establecimiento de centros que instruyan adecuadamente en sus diferentes especialidades; más aún, llega a recabar de la Corona el envío al Plata de maestros especializados o bien, el traslado de colonos a la Metrópoli a fin de que adquieran allí la debida instrucción.

Es esa, sin duda, una solicitud inaudita a los ojos peninsulares. Indudablemente, su pluma de pensador profundo encuentra en el periodismo el medio más apropiado de expresión, pero no debemos desestimar su enorme labor de cronista, a la que se consagra por entero a través de las actas consulares; fue reflejo de sus esfuerzos por el logro del mejoramiento general del virreinato. Por otro lado, siendo Secretario del Real Consulado, Belgrano hace que ese cuerpo se suscriba a diferentes periódicos europeos como el Almanak Mercantil, el Correo Mercantil y el Semanario de Agricultura, de origen madrileño los dos últimos. Su actividad periodística comienza en el Telégrafo Mercantil, Rural, Político, Económico e Historiográfico del Río de la Plata, que empieza a publicarse el primero de abril de 1801, fundado y dirigido por el militar, abogado y escritor Francisco Antonio Cabello y Mesa. Aparece primeramente, dos veces a la semana (miércoles y sábados) y luego se transforma en un semanario dominical. Ha surgido con licencia oficial exclusiva y es sostenido por la contribución de casi doscientos suscriptores. Como todos los periódicos de aquellos tiempos, éste, que es el primero editado en Buenos Aires está destinado a la divulgación de ideas de interés general, artículos acerca de la agricultura, el comercio, el progreso, los precios en plaza, los recursos provinciales, etc.; aunque sabe esbozar críticas audaces como las dirigidas al poderoso monopolio español. Según estiman algunos estudiosos, Belgrano es el inspirador de Cabello y Mesa en la fundación de ese periódico y colabora en sus páginas junto a Juan José Castelli, Julián de Leiva, Domingo de Azcuénaga y otros. Pero a casi un año de su aparición, comienzan ciertas desinteligencias, entre Belgrano y Cabello y Mesa; el Consulado le retira su apoyo y el 17 de octubre de 1802, deja de publicarse; se habían editado ciento diez números. 

El semanario es clausurado por orden del Virrey del Pino. Tradicionalmente, se acepta que tal medida ha sido adoptada después de la publicación, el 8 de octubre de ese año, de un artículo considerado agraviante por las autoridades de la colonia, titulado: “Circunstancias en que se halla la provincia de Buenos Aires e Islas Malvinas, y modo de repararse”. Este trabajo se atribuye erróneamente, durante mucho tiempo, a Cabello y Mesa, hasta comprobarse que había sido tomado de un manuscrito de Juan de la Piedra, de marzo de 1778. La causa de la desaparición del primer periódico porteño debe atribuirse con mejor criterio, a ciertas puerilidades en que incurre finalmente, apartándose de los objetivos primeros, que habían merecido el apoyo inicial de Belgrano. Además, habían surgido serios problemas económicos y la pérdida de la licencia oficial exclusiva para su edición. Aquel ensayo no había sido sino una excusa para que el Virrey decidiera finalmente su clausura. Un mes antes de dejar de circular el Telégrafo Mercantil, aparece en la Capital un nuevo periódico, el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio, bajo la dirección de un comerciante criollo llamado Juan Hipólito Vieytes que llega a publicar 218 números, entre el 2 de septiembre de 1802 y el 11 de febrero de 1807. 

La publicación cuenta también con los auspicios del Real Consulado y se transforma en un verdadero vocero de ese organismo, al demostrar los beneficios de las teorías económicas vigentes en Europa y entusiastamente compartidas por su Secretario. Propicia el fomento de la industria, del libre comercio y sobre todo de la agricultura. Desarrolla las teorías anunciadas por Belgrano en sus Memorias económicas, integrándose a la corriente fisiócrata y cimentando las ideas básicas de nuestra revolución. Se lee en su primer número: “La agricultura, bien ejercitada, es capaz por sí sola de aumentar la opulencia de los pueblos hasta un grado casi imposible de calcularse […] Es excusado exponer la preeminencia moral, política y física de la agricultura sobre las demás profesiones, hijas del lujo, y de la depravación de las sociedades”.

Pasado cierto tiempo de la desaparición de esta publicación, Belgrano exalta las buenas iniciativas que han impulsado a su fundador. Escribe en el Correo del Comercio, a principios de 1810: “El ruido de las armas [se refiere a las invasiones inglesas] cuyos gloriosos resultados admira el mundo, alejó de nosotros un periódico utilísimo con que los conocimientos lograban extenderse en la materia más importante a la felicidad de estas Provincias: tal fue el Semanario de Agricultura, cuyo editor se conservará siempre en nuestra memoria, particularmente en la de los que hemos visto a algunos de nuestros labradores haber puesto en práctica sus saludables lecciones y consejos de que no pocas ventajas han resultado”. 

El Semanario de Agricultura, Industria y Comercio deja de circular a comienzos de 1807 a causa de la grave situación que enfrenta Buenos Aires con la amenaza de una nueva invasión de fuerzas inglesas, acantonadas en Montevideo. En tanto, el 23 de mayo de 1807, los ingleses inician en aquella ciudad, la edición de un periódico bilingüe (inglés-español) que llaman La Estrella del Sur (The Southern Star). Se publican siete números con una clara finalidad política: hacer propaganda política a favor de la ocupación inglesa en el Río de la Plata y del sistema de libre comercio que posibilite la introducción de los productos británicos. En la capital, entre octubre de 1809 y enero de 1810, por disposición de Cisneros se edita la Gaceta del Gobierno de Buenos Aires, destinada a difundir textualmente los documentos oficiales. Pero, según mencionáramos anteriormente, una de las medidas de orden político adoptada por el nuevo Virrey a su llegada a Buenos Aires, con la intención de ganarse el apoyo de los criollos, es la de fundar un periódico, redactado por ellos. Cisneros pone todo su empeño en la adopción de aquella medida. Belgrano nos cuenta que su ansia es tal que llega a querer publicar el prospecto de un periódico editado en Sevilla, reemplazándole el nombre por el “Buenos Aires”. 

A su regreso de la Banda Oriental, Belgrano comienza con la elaboración de aquel prospecto de seis páginas, que empieza a circular por decreto de enero de 1810 anunciando la próxima aparición de un periódico. Para la diagramación del mismo, cuenta con la asistencia de un grupo de amigos dispuestos a colaborar con el prócer en la utilización de aquel vocero, en beneficio de la causa revolucionaria. Así, el 3 de marzo de ese año, se inicia la publicación del Correo de Comercio. Es un pliego editado en el taller de imprenta de los Niños Expósitos, anuncia que saldrá los sábados y costará un peso mensual la suscripción. Han pasado casi nueve años desde la fundación del Telégrafo Mercantil y los frecuentes errores tipográficos de aquel se han salvado casi totalmente. La colaboración de Juan Hipólito Vieytes en su composición se transforma en una valiosa asociación de ideas y esfuerzos para difundir los principios de libertad y desterrar la corrupción, la opresión, pretendiendo mejorar la situación social a través de la educación. Nos dice Belgrano: “En él salieron mis papeles, que no era otra

cosa más que una acusación contra el gobierno español; pero todo pasaba, y así creíamos ir abriendo los ojos a nuestros paisanos”. El periódico abarca 58 números. El último ejemplar es el del 5 de abril de 1811, que cierra la publicación sin aviso previo y seguramente de manera imprevista, pues algunos artículos indicaban su continuación en el siguiente número. Belgrano su fundador, no había participado de tal decisión ya que se hallaba fuera de la Capital.

Como todos aquellos periódicos de la época, el Correo de Comercio, está dedicado a informar sobre diversos temas, más que a la divulgación de noticias. Los artículos principales se refieren a la agricultura, comercio y educación. Simultáneamente, algunas líneas informan acerca de la entrada y salida de buques a Buenos Aires y Montevideo, descripciones geográficas, comentarios respecto a los precios en plaza, al auxilio a los pobres, al tratamiento de la hidrofobia, etc. En el séptimo número del 14 de abril de 1810, se inaugura una sección que hoy denominaríamos: “cartas de lectores”, que se repetirá irregularmente luego. En esa fecha se publica una “Carta de un Labrador a los Editores”, los estudios científicos realizados a fin de conocer el origen de esta carta, indican que la doctrina socioeconómica que la sustenta, como su estilo literario, son elementos que pueden señalar a Manuel Belgrano como su autor la que nos ocuparemos más adelante. Mayor originalidad reviste aún una “Proclama a los Cochabambinos” de Francisco Javier Iturri Patiño, en la edición del 23 de febrero de 1811, impresa a dos columnas, en quechua y español.

Año después, siendo Brigadier General de Ejército, al frente de la división acantonada en Tucumán, publica un semanario que llama sin embargo Diario Militar del Ejército Auxiliador del Perú. Es un pliego informativo que divulga las noticias de carácter militar, referentes a las alternativas de la campaña; aunque como diario de operaciones no desestima los principios morales que, en la opinión de Belgrano, debía impartírsele a la tropa. La redacción se confía al general chileno Manuel Antonio Pinto, o bien, a Patricio Sánchez de Bustamante, secretario del comandante en jefe. Se publican 78 números entre el 10 de julio de 1817 al 31 de diciembre del año siguiente. La vocación periodística de Belgrano se extiende con igual sentido didáctico ahora frente al soldado, siempre con profunda abnegación y patriotismo, en un esfuerzo constante a fin de alcanzar los objetivos más caros al espíritu humano.

Temas desarrollados por el prócer en los periódicos coloniales

Manuel Belgrano se vuelca por entero a la actividad periodística hallando en ella un medio más propicio para difundir su doctrina, anunciada en las Memorias Consulares o ante los miembros de ese cuerpo en reiteradas ocasiones. Pero el círculo de funcionarios que lo integra se compone en su mayoría, de comerciantes monopolistas porteños entre los cuales no hallan trascendencia sus propuestas. De ahí que los temas desarrollados en el Correo de Comercio coincidan, esencialmente, con los expuestos en sus Memorias, guardando intencionalmente una apariencia conciliadora con la autoridad que había tenido la iniciativa en aquella publicación, pero ocultando apenas el verdadero sentido revolucionario de sus artículos. Prueba de ello es el que elabora en vísperas de la Revolución de Mayo con el título: “Causas de la Destrucción o de la Conservación y engrandecimiento de las Naciones”. Aquel breve ensayo, según nos recuerda Belgrano, “contentó a los de nuestro partido como a Cisneros, y cada uno aplicaba el ascua a su sardina, pues todo se atribuía a la unión y desunión de los pueblos”. La uniformidad de pensamiento y el esfuerzo común de todo un pueblo, era el elemento indispensable para lograr su prosperidad y engrandecimiento: “basta la desunión [dice en la primera plana del sábado 19 de mayo de 1810] para originar las guerras civiles, para dar entrada al enemigo, por débil que sea, para arruinar el Imperio más floreciente”.

Detengámonos, por último, en el sentido que Belgrano asigna a la prensa: es un elemento insustituible de divulgación de la cultura y por ende, debe permanecer íntimamente unida al principio de libertad. Decía: “es necesaria para la instrucción pública, para el mejor gobierno de la Nación y para su libertad civil, es decir, para evitar la tiranía de cualquier gobierno que se establezca”. ¿Quiénes temen entonces a la libertad de prensa? “Sólo pueden oponerse [...] los que gusten mandar despóticamente,[...] los que sean tontos, que no conociendo los males del gobierno, no sufren los tormentos de los que los conocen y no los pueden remediar […], o los muy tímidos que se asustan con el eco de la libertad”. Esos son los principios básicos de un ensayo que Belgrano titula: “La libertad de la prensa es la principal base de la ilustración pública”, en las primeras páginas del Correo de Comercio del día 11 de agosto de 1810. No es de extrañar entonces, que un año más tarde, el 8 de noviembre de 1811, el Cabildo de Buenos Aires lo designe elector nato para la Junta Protectora de la Libertad de Imprenta.

"Asociación Belgraniana de Morón - 2021 - 25 aniversario"

  


domingo, 6 de junio de 2021

El viaje de Belgrano

6 de junio de 1786: Con dieciséis años recién cumplidos, Belgrano, parte de Buenos Aires junto con su hermano Francisco a España, enviado por su padre para formarse como comerciante, pero el joven se orientó por la carrera de Leyes, que era el deseo de su madre y a los pocos meses, se inscribe en la Universidad de Salamanca.

"Asociación Belgraniana de Morón - 2021 - 25 aniversario"

sábado, 5 de junio de 2021

Bandera Nacional de la Libertad Civil

Así luce restaurada la Bandera Nacional de la Libertad Civil (cuarto símbolo patrio por ley del CN) en su nuevo lugar de custodia (con temperatura, humedad y luz controladas) en el Centro de Interpretación de la Bandera Nacional de la Libertad Civil, en la Gobernación de Jujuy.

Asociación Belgraniana de Morón



viernes, 4 de junio de 2021

Los carruajes del General Mitre

 


El estudio de los carruajes que usaron nuestros próceres no ha sido motivo de demasiadas indagaciones, por otra parte quedan a veces pocas informaciones. En el caso del general Bartolomé Mitre hemos encontrado algunos datos e información que no han sido objeto de comentarios en la bibliografía del prócer.­

Seguramente que utilizó algunos de los carruajes de la época, para llegar al puerto la familia cuando se trasladó a Carmen de Patagones de donde Bartolomé volvió con seis años en 1828, o cuando viajó al campo de don Gervasio Rosas, en Montevideo y en otros momentos de su vida. 

Los dos primeros de los que tenemos noticias son una coupé y la llamada Carroza de los Gobernadores, utilizada para solemnes actos oficiales. Ésta fue encargada por el gobernador Pastor Obligado en 1856 a través de don José Prudencio Guerrico al fabricante Víctor Lelorieux, instalado en la zona de los Campos Elíseos desde 1844. 

El carrocero como que el año anterior había dos medallas de honor en la Exposición Universal de París, lo que nos permite afirmar que eran un afamado carrocero el que se había contratado. 

Entre sus ubicaciones la empresa bajo el rubro Lelorieux e hijos, se instaló en la Av. Montaige entre 1861 y 1864; los talleres se trasladaron con el nombre Lelorieux Hermanos a la Av.de la Grande Armée, y estableció una sucursal en 1871 en Lille.  Y como Leloreieux & Cia, se instaló en la Av. Wagram, donde trabajaba en 1914.­

Cuando se encontraba fabricando nuestro carruaje un diario de París al dar a conocer los adelantos que se daban en las nuevas naciones, afirmaba "si se necesita una prueba de ello, bastaría transportarse a los campos Elíseos y allí, en los talleres de M. Lelorieux, se verá un magnífico coche de gala que acaba de ser encargado a ese hábil fabricante por el gobernador de Buenos Aires''. 

 

No lo usó Obligado sino que lo inauguró Valentín Alsina cuando asumió la gobernación el 4 de mayo de 1857, había llegado en el vapor Sourabaya en enero de ese año y su costo era de 44.385 pesos moneda corriente. 

Así lo describió el periódico francés: "Es de fondo azul, las linternas (faroles) son de plata cincelada del mejor gusto, el pescante de paño celeste está guarnecido de franjas y pasamanos de seda celeste, realzada de blanco, el interior es de magnífico brocatel de seda blanca y de una elegancia confortable; en el exterior están pintadas las armas de Buenos Aires, ellas son de azul y plata con dos lazos que sostienen sobre una espada un gorro frigio de color colorado. Todo está pintado y esmaltado con gusto y esas mismas armas en chapa plateada, están repetidas en el pescante''. 

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CALLES ANGOSTAS­

­Por lo angostas de las calles céntricas se debió modificar el radio de giro en 1858, tarea que estuvo a cargo de Eduardo Zimmermann. 

Dicha carroza se encuentra en el Museo de Luján, y solo se usaba para los grandes actos oficiales, suponemos que fue la que utilizó para asumir la presidencia, ya que la conocida Carroza de los Presidentes también resguardada en la misma institución la mandó construir Sarmiento en 1869. ­

En Luján también hay una coupe que el gobernador, usaba habitualmente. En la portezuela a ambos lados el escudo provincial, pescante para dos personas con baulera, la caja es de color negro con bagueta de bronce, tres ventanillas de cristal, seis estribos de hierro y en la parte delantera dos pequeños ceniceros, dos faroles de cuatro caras, dos de ellas de cristal y dos de chapa.

Durante la presidencia Mitre usó un coche alquilado, y tenía un vehículo según podemos comprobar alguna correspondencia de su archivo. El 24 de junio de 1865 desde el Cuartel General en Concordia, camino a ponerse al frente de las tropas del ejército de la Triple Alianza le escribió al general Juan Andrés Gelly y Obes: "Ha llegado mi coche con un vidrio roto; y como son especiales no hay como reemplazarlos''. 

Hombre meticuloso agregó: "En la despensa de mi casa hay un cajoncito (si es que no lo he mandado al parque, como casi lo creo), que contiene los vidrios de repuesto del coche. Sírvase mandarme uno de los vidrios planos que es de los rotos, supongo que el baúl del coche venía en el mismo buque, lo que debe saber Señorans, que lo embarcó. Digo esto, porque gasta ahora no ha aparecido en lo descargado, y me hace falta, pues ahí traigo mi ropa''. En la próxima carta le avisó que el baúl "venía con el coche, no se ocupe pues de esto''.­

Los vidrios no aparecían por lo que el 2 de julio le decía a Gelly y Obes: "Los vidrios deben estar necesariamente en casa o en el parque, pero como no aparecen, le mando la muestra del grosor del vidrio, advirtiéndole que si tamaño es de cincuenta por cincuenta centímetros''.­

El 5 de julio en una de sus casi diarias correspondencias le encargó: "Sírvase decirle a Vázquez que me remita la silla nueva de mi uso en que montaba a caballo en Buenos Aires, pues necesito tener dos monturas en campaña. Que me la mande haciéndole arreglar un yabrá, completándola de freno y riendas fuertes, así como de cinchas nuevas, y adjuntando una bajera gruesa, todo lo cual puede tomar de mi cuenta en lo de Astoul''. 

Se trata de la talabartería de Alejandro Astoul ubicada en la calle Piedad 154-156, natural de Bayona donde nació en 1818; se instaló en Buenos Aires a mediados del siglo XIX, casado con una paisana Dorotea Tell y fallecida ella con Sofía Dessein tuvo numerosa descendencia origen del apellido en nuestro medio. Falleció en Buenos Aires a los 95 años.

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EN CORRIENTES­

­El carruaje particular lo utilizó Mitre durante toda la guerra, y cuando regresó a Buenos Aires para hacerse cargo del Poder Ejecutivo, ante la acefalía por la muerte del vicepresidente en ejercicio Marcos Paz durante la epidemia de cólera, el vehículo quedó en Corrientes. 

Allá se encontraba el general Gelly y Obes, al frente del ejército en lugar de Mitre quien le escribió: "Ud. sabe que mi carruaje está en el parque de Corrientes al cuidado de Alzogaray. En esta oportunidad le escribo previniéndole lo ponga a disposición de Ud., pues puede hacerle mucha falta, y yo tendré mucho gusto en que Ud. lo utilice''. ­

De la generosidad de Mitre es que le regaló a don Domingo de Oro un coche, el 25 de setiembre de 1862 poco antes de asumir la presidencia, este le escribió desde San Juan: "Más siento que se haya extendido Ud. hasta un coche, porque amigo, yo se muy bien que Ud. es pobre y el valor de un coche no es poca cosa para pobre. En fin. Prescindiendo ya de esto, no necesito expresarle cuánto excita mi gratitud tal demostración''.­

Otro carruaje que se conserva en el Complejo Enrique Udaondo de Luján, es la volanta de Ramos Mejía que utilizó Mitre cuando la Revolución de 1874.

Hay muchos otros datos seguramente sobre el particular, lamentablemente las actuales circunstancias nos han impedido recurrir a archivos o bibliotecas, agradecemos la deferencia de Viviana Mayol y de Daniela Aranda, en el envío de imágenes y cotejar la información para ampliar un tema que sin duda tiene otros aspectos por develar.­

Roberto L. Elissalde

Historiador. Vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación.

http://www.laprensa.com.ar/502776-Los-carruajes-del-General-Mitre.note.aspx?fbclid=IwAR3MX_Ga3M8lVkFx5ijvQFdNVJIsEpc5i7zIbESB5eZexKzH6kmF_6EHdm4

 

jueves, 3 de junio de 2021

Manuel Belgrano, un legado de unión y futuro

Un 3 de junio hace 251 años nacía uno de los hombres mas brillantes que ha tenido nuestra tierra, José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano.  Su legado es tan sorprendente como vigente, en él yacen soluciones a los problemas históricos de la Argentina. La educación de la población es el pilar de su pensamiento afirmando que “un pueblo culto jamás podrá ser esclavizado” y que “sin educación no hay adelantamiento “.


El también abogado, militar, diplomático, ecologista, ha sido uno de los principales promotores de la agricultura, la industria y el comercio donde su pensamiento económico esta presente pasados dos siglos.  No exportemos cuero crudo para luego importar zapatos representa la imperiosa necesidad potenciar la industria nacional para exportar asi productos manufacturados, instalando una industria en cada campo, potenciando las economías regionales así la generación de empleo.

En su memoria consular de 1802, Belgrano, destacaba que ““Todas las Naciones cultas se esmeran en que sus materias primeras no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño es conseguir, no solo el darles nueva forma, sino aún atraer las del Extranjero para ejecutar lo mismo, y después vendérselas. “

Esa mano de obra calificada llega a través de la educación. Sin dudas el legado manifiesta en forma contundente. “La educación es libertad”.

Por ello, en toda su obra aborda este principio de libertad relaciona con la educación y el crecimiento del ser humano sin condicionamientos “Educación, Señor Excelentísimo, educación piden estos pueblos para ser virtuosos e ilustres como corresponde siquiera en nuestra religión; de no, jamás seremos nada.” Afirmando que “No soy de la opinión de aquellos que quieren que los labradores vivan de la ignorancia”, como asi, “Hubo un tiempo de desgracia para la humanidad en que se creía que debía mantenerse al Pueblo en la ignorancia y, por consiguiente, en la pobreza, para conservarlo en el mayor grado de sujeción”.

En su autobiografía, el 23 de junio de 1810, el General mencionaba con dolor la situación de pobreza que veía en su época, potenciada, lamentablemente, con el correr de las décadas: “Cuando vemos a nuestros labradores en la mayor parte llenos de miseria e infelicidad; que una triste choza apenas les liberta de la intemperie, que en ella moran padres e hijos, que la desnudez está representada en toda su extensión, no podemos menos que fijar el pensamiento para indagar las causas de tan deplorable desdicha”

También era periodista y principal defensor de la libertad de prensa. Nunca tuvo reparos en estar al frente de esa lucha utilizando el periódico del que era director “Correo de Comercio “como es el caso de su nro. 4 de fecha 1/8/1810 destacando que “La libertad de prensa no es otra cosa que una facultad de escribir y publicar lo que cada ciudadano piensa y puede decir con la lengua. Es tan justa dicha facultad, como es la de pensar y de hablar, y es tan injusto oprimirla, como lo sería tener atados los entendimientos, las lenguas, las manos o los pies a todos los ciudadanos. Es necesaria para la instrucción pública, para el mejor gobierno de la Nación y para la libertad civil, es decir, para evitar la tiranía de cualquier gobierno que se establezca, dado lo cual son bienes pruebas, que ningún tirano pueda haber donde ella este establecida, y que ningún tirano ha dejado de quitarla con todo cuidado a sus súbditos, que porque son incompatibles entre sí”

Manuel Belgrano, era integro y comprometido con nuestro pueblo, y uno de los mas claros ejemplos fue la donación de los premios recibidos por la exitosa campaña con el ejercito del norte, para la construcción de escuelas. Este hombre que paso a la inmortalidad el 20 de junio de 1820, destaco en su autobiografía “no hizo otra cosa que echar semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos, ya que, porque algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a su cultivo, ya que porque el orden mismo de las cosas las hiciera germinar.”

Sus ultimas palabras han sido un mensaje mas que contundente “Yo espero que los buenos ciudadanos de esta tierra trabajarán para remediar sus desgracias. Ay Patria mía”.

 

Por Diego F Migliorisi

Fundador de 1770Argentina.org

http://diegomigliorisi.com/manuel-belgrano/fbclid=IwAR0SM4yHgFelVy_ldoDgMdUfvXfbMK1DRuL7t7E_nxh7aI1dio_P7EMY3-8