viernes, 31 de mayo de 2019

Coronel de Marina Leonardo Rosales






Nació en Buenos Aires el 5 de noviembre de 1792. Estudió en el Real Colegio de San Carlos y luego ingresó como soldado en el Regimiento de Patricios. Pero desde 1812 entrará en el servicio “nacional marítimo” como marinero, iniciándose en la vida naval desde el más bajo cargo. 

Cuando la campaña sobre Montevideo, aparece como marinero y despensero en el bergantín “Santísima Trinidad”, e interviene en el duro combate dado en el Arroyo de la China, donde asciende a cabo de cañón. Está presente en las acciones previas y en el bloqueo que terminará con los realistas del puerto de Montevideo.

Desde 1815 prestó funciones en la escuadrilla fluvial en acciones en el río Paraná, ascendiendo a subteniente y luego a teniente. Es figura en las luchas civiles entre Buenos Aires y los caudillos del litoral, y en el sangriento combate dado sobre el arroyo Colastiné en 1821, contra la escuadrilla de Ramírez, obtiene el grado de capitán.

Varios años pasa como comandante de matrículas de la Ensenada de Barragán, hasta que retorna a Buenos Aires cuando el conflicto con Brasil es latente. Comanda una cañonera, luego el bergantín “General Belgrano” y la goleta “Río de la Plata”. Sus unidades están tripuladas por criollos y más de la mitad son negros. Está presente en la escena de Los Pozos, es heroica su actuación en Quilmes, activa en el Juncal. Brown elogia constantemente su actuación. Cuando termina esta guerra, es teniente coronel de marina.

A bordo de la goleta "Sarandí" realiza varias campañas fluviales por 1829 y llegó a coronel. Pero con Rosas en el gobierno, su carrera será cortada. Aparece en una Lista de jefes perjudiciales, por opiniones y conductas, y es dado de baja y pasa a revistar en la Plana Mayor Inactiva.

En septiembre de 1830 tomó la goleta Sarandí y huyó con su cargamento a la costa uruguaya, para incorporarse a las fuerzas de Lavalle. Será su última actividad a favor de una causa que consideraba justa.

Vivió exiliado en el poblado de Las Vacas, en Carmelo, donde falleció el 20 de mayo de 1836.

En 1874 la Armada Argentina impuso su nombre a un Bergantín goleta, luego en 1889 a una torpedera de mar. Lo llevó por muchos años un destructor de la Flota de Mar en 1961 y lo luce hoy una corbeta misilística.




jueves, 30 de mayo de 2019

Los pueblos indígenas y el Riachuelo - Parte 2


LS: ¿y de esas piezas cuál fue el hallazgo mas significativo?, ¿hay una pieza en particular o es el conjunto?, porque es muy importante todo el trabajo que llevaron adelante, no sé cómo lo vivieron ustedes pero para quienes trabajamos en las cuestiones históricas del Riachuelo, siempre supimos que en esa zona había comunidades con cierto desarrollo cultural, pero estos hallazgos lo confirman científicamente.

UC: Lo importante yo creo que es todo el conjunto porque una pieza construye fuerza con la otra. Porque acá no se encontraron piezas monumentales porque eran cazadores recolectores. Venían a cazar venado de las pampas.

LS: ¿Y la cercanía al río qué explica?

UC: Y como eran bañados, el venado de las pampas venía a alimentarse, estaba lleno de pastizales, podían cazar, había agua, podían hacer cerámica, había arcilla. Culturalmente eran gente del interior pampeano. En otras épocas del año cazaban guanacos, por eso hay restos menores de guanacos, con los que cocinaban puchero y también hay falanges de ñandú que usaban para coser. Entonces se asentaban en las partes mas altas de la pampa, lo hicieron durante varios siglos, por eso el registro arqueológico no es puntual, es algo promediado, es una imagen promediada. Esta gente era cazador recolector pampeano; venían acá y seguramente tenían contacto con algún grupo mas canoero e intercambiaban artefactos líticos porque se encontró una pre punta (de flecha) que esta hecha de calcedonia, que viene de Tandilia y es una pre forma. La estaban fabricando, salió mal la punta y la tuvieron que tirar, lo que indica que la estaban haciendo. De esas mismas puntas se encontraron en la zona del Delta, hay como 15 o 20 puntas, entonces al Delta llegaban completas. Se trata de circuitos anuales de intercambio.

LS: ¿Eran semi nomades?

UC: Eran nomades, pero eran móviles. Volvían a los mismos lugares siempre. Incluso con la llegada de los españoles, muchos decían que ellos abandonaron el territorio, probablemente lo que sucedió es que los españoles les pedían de comer y ellos no les llevaban. Los dejaban sin comida porque los españoles no podían conseguir comida y era una especie de estrategia de cansancio hacia los españoles. Ellos se movían porque les convenía moverse para cazar, no les convenía estar estáticos para su forma de vida.

LS: ¿Encontraron restos de tiendas?

UC: Hay huellas de postes, que dan cuenta de la reocupación del espacio de varios años. No se quedaban todo el año en el mismo lugar. Tenían un circuito, pero volvían a los mismos espacios, no se quedaban todo el año, aprovechaban las temporadas de caza. Los movimientos eran más bien asociados a la naturaleza.

LS: Vi en algunos artículos que leí que hablas de la idea de aldea

UC: En realidad esa fue una construcción mas de los medios, nosotros decimos que era un asentamiento, cazador recolector que no era muy grande, entre 40-50 personas. Que pasaban 3, 4 meses, en el mismo sitio. Formado por grupos de hombres, mujeres, niños, pequeños poblados. Son los grupos muy antiguos del mundo pampeano.

LS: ¿Y tuvieron algún hallazgo de tipo espiritual o ritual?

UC: Si, encontramos cuentas, que muestran decoración, individualidad y también restos de cerámicas campaneiformes (que se encuentran en el Delta y en la región pampeana) que son como de forma de embudo. Algunos piensan que iban arriba de las tumbas para permitir la elevación del espíritu, pero se esta discutiendo su funcionalidad.

LS: También leí que vos estas planteando que seguramente puede haber algún cementerio

UC: Sabemos que enterraban a los muertos pero no sabemos aún si lo hacían en esa zona. Hay una gran erosión del lugar, pero la cercanía al río no es un lugar ideal porque se inundaban. Se está estudiando.

LS: Y cuando hablamos de paisaje ¿como podía haber sido?

UC: Eran bañados, un ambiente natural totalmente distinto al que conocemos, con venado de las pampas, con pumas, guanacos. Encontramos un ciervo de los pantanos. Habría mucha fauna. Hoy nos parece mentira pensar que hace 500 años todo eso estaba. Y era un lugar excepcional para dominar, porque era un lugar alto, estratégico.

LS: ¿y como continua el proyecto, están pensadas otras campañas?

UC: Si, están pensadas otras campañas. La idea es seguir y que se proteja el sitio. Es importante que haya un centro de interpretación y que se valoren y se guarden las piezas para poder hacer una reconstrucción de esos fragmentos, poder comunicarlo.

LS: y para terminar ¿qué importancia tienen todos estos hallazgos para el Riachuelo?

UC: Es el único lugar de la Ciudad donde se han encontrado restos de vida pre hispánica. Tiene que ver con los orígenes no reconocidos con una Buenos Aires no tan europea como dice el mito que somos todos descendientes de los barcos, sino más americana, la importancia mas natural que tiene toda esa parte...





Los pueblos indígenas y el Riachuelo - Parte 1





“Los pueblos indigenas se acercaban al Riachuelo a cazar y a obtener arcilla para desarrollar piezas de cerámica”

Ulises Adrián Camino, Doctor en Arqueología (UBA) e investigador del Centro de Arqueología Urbana (FADU – UBA), participó de los hallazgos arqueológicos del Parque Ribera Sur, en Lugano, en las inmediaciones del llamado Cauce Viejo del Riachuelo. En esta entrevista, relata cómo era ese asentamiento, que se inscribe en el periodo anterior a la conquista y que además de su alto valor histórico y arqueológico, invita a imaginar como pudo haber sido el Riachuelo en los orígenes y la forma en que fue habitado antes de la llegada de los españoles, de la que no se cuentan con registros escritos.

LS: Para empezar yo quería saber como surgió la iniciativa de las excavaciones. Yo leí que Carlos Rusconi, un investigador, había dejado algunos indicios, que datan de 1926...

UC: Si Carlos Rusconi era un paleontólogo, en ese momento era muy abarcativo, eran paleontólogos, geólogos y pseudoarqueologos, trabajaba en el Bernardino Rivadavia y se enteró que iban a rectificar el Riachuelo. Y se encontró con cerámicas, empezó a sistematizar, encontró en la calle Tellier y Puente La Noria, un fogón hispano indígena. Entonces reconoció toda la zona. Él saca un paper en 1928 y en el año 1930 con el golpe a Yrigoyen, se tuvo que ir a Mendoza. En esa época la percepción de las distancias eran otras. Irse a Mendoza era como ir al destierro. Los hallazgos deberían estar en el Museo Etnográfico pero no figuran en los registros de ingresos, tampoco aparecían en Mendoza. Quedó perdido todo eso. No se supo más nada. 

Entonces yo para mi tesis de doctorado, retomé eso porque tomé la zona de San José de Flores y podía ser un antecedente prehispánico. Pero no había información, había un plano que no era muy bueno. Ya en el 42 el Riachuelo estaba rectificado. Nadie había podido detectar nada. Entonces aprovechando el Sistema de Identificación Geográfica (SIG) y usando de base el plano que dejó él, sabiendo que no era bueno porque era un plano que le hizo un amigo, no tenia cota, pero identificaba la Calle Tellier, la Avenida La Noria y el viejo Puente La Noria. Ese iba a ser un buen punto de partida. Superponiendo todo, la calle Tellier pasaba por el autódromo y Lago Lugano, se superpuso con la nueva cartografía y se pudo establecer el sitio.

LS: Hasta ahí igual los fines de la investigación eran netamente académicos

UC: Si, yo dejé postulado el sitio en mi tesis doctoral. Hice unas prospecciones. Llegué a encontrar unos pedacitos de cerámica hispano indígena de algún árbol que se había levantado y ahí quedó. Pero en 2014 surge un convenio con la Universidad del País Vasco que estaban interesados en identificar sitios tempranos. Hicimos el convenio con la Universidad del Museo Social Argentino, que es privada y que ya tenía un convenio marco con la universidad vasca y eso facilitaba y aceleraba los tiempos. Y quedó conformado un grupo de distintos espacios, legalmente es de la Universidad del Museo, pero participó la Universidad de Buenos Aires, la Universidad del Salvador y el Museo de Arqueología Urbana. Entonces, a partir de la cartografía empezamos a hacer sondeos sistemáticos en los lugares más factibles.

LS: ¿Y cual era la hipótesis que se platearon?

UC: Y...encontrar y poder ver realmente qué eran esos hallazgos, si eran prehispánicos, si eran contacto temprano o muy temprano de los españoles con la primera fundación de Buenos Aires. Se hizo un sondeo siguiendo esos indicios y se encontró una capa que parecía bien conservada, antigua y con restos cerámicos. En 2015 se hace una campaña grande del lado del Parque Rivera Sur. Del otro lado del autódromo en 2016, en 2017 se volvió a excavar en el autódromo y en 2018 de nuevo en Parque Rivera Sur. Y se fue conformando un gran rompecabezas, una gran área de unos 55 mts cuadrados de diámetro de este sitio que es completamente prehispánico, no hay nada pos contacto. Tiene fechado hallazgos en cerámica que se fecharon en España, desde el año 1150 hasta el 1260/70. Después se fechó la tierra, que da hasta el 1350 y hay carbono 14 que el rango es amplio pero da 1502 -1590, anterior a la llegada de los españoles.


miércoles, 29 de mayo de 2019




Estas dos imágenes tomadas desde puntos muy similares en el área de plataformas externas de la estación y mirando hacia el edificio principal (al fondo),
nos permiten ver como a través del paso de pocos años la pequeña estación va aumentando la cantidad de plataformas y las edificaciones anexas se van
expandiendo en lo que respecta a sus construcciones interiores y naves para plataformas, con espacios cubiertos y otros totalmente desprotegidos.
En un lapso apenas mayor a 10 años, las plataformas para pasajeros crecieron en cantidad, longitud de andenes (comparar fotos 1 y 2), comodidades para los pasajeros, señalamiento, etc.
A medida que se requerían más plataformas, se iban eliminando los sectores destinados a cargas, para transformarlos en nuevos andenes para trenes de pasajeros.
Imágenes gentileza de José Luis Frías.
http://museoferroviario.flavam.com/galestplazaconstitucion.html

martes, 28 de mayo de 2019



139º ANIVERSARIO DE LA REPATRIACIÓN DE LOS RESTOS DEL LIBERTADOR JOSÉ DE SAN MARTÍN (1880 - 28 de mayo - 2019). EL PUEBLO ARGENTINO MEDIANTE COLECTAS POPULARES CONTRIBUYE GENEROSAMENTE CON LA REPATRIACIÓN DE SUS RESTOS Y CONSTRUCCIÓN DEL MAUSOLEO.

Fallecido el general José de San Martín el 17 de agosto de 1850, a los tres días sus restos llegan a la iglesia de San Nicolás, en Boulogne-sur-Mer. Después de las oraciones fúnebres se los conduce a la catedral en cuya cripta quedan depositados hasta el año 1861.

La prensa de Francia expresó en su momento: "Ha muerto uno de los más grandes ciudadanos que haya producido la revolución de la América del Sur. Nadie ha sido más valiente y hábil sobre el campo de batalla; más prudente y capaz en los consejos; ninguna vida política ofrece el ejemplo de una abnegación más completa y de un patriotismo más puro y modesto".

El 21 de noviembre de 1861, se trasladan los restos del Libertador a la bóveda de la familia Balcarce, en el cementerio de Brunoy, los que reposarán en ese sitio hasta 1880.

En agosto de 1864, se sanciona la ley por la que autorízase al Poder Ejecutivo para hacer los gastos que demande la traslación, a la República, de los restos del benemérito brigadier general José de San Martín. El legislador Martín Ruiz Moreno había cerrado su fundamentación en la Cámara de Diputados de la Nación diciendo: "El general San Martín fue quien conquistó nuestra independencia, el que dio vida como nación a la república, de manera que nadie con más derecho que la República Argentina para guardar sus restos: poseer su corazón, no es bastante".

El 5 de abril de 1877, aniversario de Maipú, el presidente Nicolás Avellaneda insta al pueblo a repatriar los restos del Libertador: "Las cenizas del primero de los argentinos, según el juicio universal, no deben permanecer por más tiempo fuera de la patria [...]. Los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre tumbas gloriosas, son los que mejor preparan el porvenir." El pueblo argentino respondió generosamente y mediante colectas populares y fondos nacionales se construyó su mausoleo en la catedral.

En abril de 1880, el transporte naval "Villarino" hace su viaje inaugural al puerto de El Havre. El día 21, Mariano Balcarce entrega los restos del general San Martín al capitán del buque para su embarque y traslado a la República Argentina.

El día 28 de mayo de 1880, el "Villarino" llega al puerto de Buenos Aires. En solemne cortejo y sobre una carroza fúnebre construída a similitud de la que llevó el ataúd de Wellington en 1852, los restos del Libertador fueron trasladados a Plaza San Martín, frente a su monumento ecuestre. En su discurso de homenaje, el presidente argentino Nicolás Avellaneda, afirmó: "¡Guerreros de mi patria! ¡Conciudadanos! Inclinémonos sobre estos sagrados restos y oiremos que suena nuevamente en las alturas la voz que dijo: 'El general San Martín no derramará la sangre de sus compatriotas y sólo desnudará la espada contra los enemigos de la Independencia Suramericana'. [...] Vuestro último voto se encuentra cumplido. Descansáis en vuestra tierra".

De esta forma, se cumple finalmente con la cláusula cuarta del testamento ológrafo del Libertador San Martín: "Prohíbo el que se me haga ningún género de funeral, y desde el lugar que falleciere se me conducirá directamente al cementerio, sin ningún acompañamiento, pero sí desearía, el que mi Corazón fuese depositado en el de Buenos Aires".

Fuentes:
- Limongi, Eugenio Francisco, "Repatriación de los restos del Gran Capitán", Manrique Zago Ediciones, Buenos Aires, 1998, pp. 153-154.
- Reproducción de acuarela de Delia Suárez "El cortejo fúnebre se estaciona frente a la catedral" en Estol, Jorge César. Pinacoteca Virtual Sanmartiniana. Instituto Nacional Sanmartiniano. Buenos Aires, 2006, p. 204



lunes, 27 de mayo de 2019

Barrancas de Belgrano



Barrancas de Belgrano duración 8' (diciembre 2007)
Este video reconstruye el devenir físico de las barrancas de Belgrano desde su etapa pre urbana. Se hace visible la irrupción de la gran cúpula de "La Redonda" cortando el horizonte pampeano sobre la barranca, y las transformaciones de los siguientes 130 años hasta la imagen presente de ese paisaje urbano. Se transita la gestación del paseo público diseñado por Thays en las barrancas del casco fundacional, el club Belgrano, antigua quinta Corvalán, y la franja sobre el "Camino de Las Cañitas", hoy Luis María Campos, incluyendo el tramo al sur de la calle Zabala que actualmente forma parte del barrio de Palermo. A partir de la antigua Villa Ombues (hoy Embajada Alemana), se conserva la más extensa franja de barracas libres de edificación. El quiebre de la llanura pampeana sobre el horizonte del Plata deja ver allí su huella geológica. Suavizado por la jardinería, o preservado silvestre como ocurre en la Embajada, este paisaje urbano heredado resiste ante el frenético crecimiento de la masa edilicia circundante.
Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigación UBACyT dirigido por Alberto Boselli y Graciela Raponi, equipo de trabajo Diego Cortese, Ignacio Boselli.


General Manuel Belgrano


27 de mayo de 1812 el Coronel Manuel Belgrano es ascendido a General.
El documento señala:

"...V. E. confiere el empleo de general en jefe del ejército auxiliador del Perú á don Manuel Belgrano, con el sueldo de tres mil pesos anuales y dos mil de gratificación para gastos de estado.
Tomóse razón en el tribunal de cuentas
Buenos Aires, 27 de mayo de 1812..."

ABC Belgraniano - Asoc. Belgraniana de CABA

sábado, 11 de mayo de 2019

La cripta de la Catedral Metropolitana



En este capítulo recorreremos la cripta de la Catedral Metropolitana en el que se encuentran enterrados los restos de importantes personajes de la historia argentina, visitaremos la imponente y majestuosa cripta de la Basílica Santa Rosa de Lima, estaremos en la cripta de la Basílica San Francisco cuya construcción se remonta a los orígenes fundacionales de la ciudad, y en la Basílica San Antonio de Padua nos enteraremos de un curioso homenaje al amor.
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viernes, 10 de mayo de 2019

Antigua Casa Nuñez - Parte 2





En 1926, un incendio destruye los talleres de Flores y la fábrica se muda a Sarmiento 1566, en donde ya se había mudado el local, estableciéndose en 1929 en su actual y única dirección: Sarmiento 1573, de la Ciudad de Buenos Aires.
        

En la evolución de los modelos se han incorporado detalles estéticos de finísima terminación, pero por sobre todo se destacó la investigación de los efectos sonoros producidos por la combinación de diversos materiales seleccionados. Se crearon novedosos diseños en los cuerpos de las guitarras, como la creación de la primera guitarra de doble fondo, guitarras con cuerpo de aluminio y las de pasta de bakelita, todas construcciones revolucionarias para aquellas épocas. Antigua Casa Nuñez continuó en el tiempo, creciendo en calidad y trayectoria, adaptándose a las diferentes generaciones y momentos de la historia, pero sin perder su esencia, su magia y cualidades únicas. Ese largo camino recorrido, la convierte en la fábrica más importante y emblemática de guitarras del país, siendo reconocida tanto a nivel nacional como internacional, y sin dudas un lugar para no dejar de conocer. Nuestras guitarras dan cuenta de una óptima y confiable calidad en cuanto a niveles de sonoridad y terminación, así como una durabilidad a través de generaciones. 



En cuanto a las guitarras de estudio se puede advertir la comodidad de ejecución y la robustez de su construcción, cualidades que favorecen notablemente el aprendizaje.


La línea artesanal presenta una muy variada gama de modelos, con diversas combinaciones de materiales de gran nivel, cuidadosamente seleccionados. Los detalles de construcción, como así también la selección de los clavijeros y encordados hacen de nuestros instrumentos verdaderas piezas de sofisticada precisión y elegancia, haciendo el sonido de las Guitarras Nuñez, cristalino, de gran ataque, volumen y duración de sus registros.




jueves, 9 de mayo de 2019

Antigua Casa Nuñez - Parte 1






En 1858, un inmigrante español llamado Francisco Nuñez, llegó a la Argentina y se radicó enBuenos Aires con el afán de convertirse en el mejor constructor de guitarras del país. Hacia 1870, concibió la formación de la Casa, en ese entonces llamada Fabrica de Guitarras Francisco Nuñez y Cia. 



En el año 1894, viaja a Europa para traer todo el montaje de maquinarias modernas que le permitieran la fabricación a gran escala. Luego de algunos años de intensa e infatigable labor, Francisco Nuñez logra destacarse como el principal industrial superando a reconocidos constructores de Valencia. Dicha labor lo llevo a obtener medallas de oro y diplomas de honor en ferias internacionales europeas. Instaló su local y escritorios en la calle Cuyo 1620/28 (actual calle Sarmiento) y los talleres en Rivadavia 7079 del barrio de Flores, dedicándose a la fabricación de guitarras e instrumentos de cuerdas como bandurrias, mandolines y otros, así como clavijeros y accesorios en general.


La perfección de su arte convocaba a notables guitarristas de la época, quienes se reunían en la Casa Nuñez a compartir su técnica guitarrística en conciertos y tertulias allí organizadas. También publicó música impresa de su propia firma editorial de grandes guitarristas y compositores de la época quienes le vendían los derechos Francisco Nuñez falleció en 1919, haciéndose cargo de la empresa su viuda y su sobrino. Hasta que, en 1925, se cambia el nombre de la empresa por el de Antigua Casa Nuñez. 
       

"Fantasmas" de Buenos Aires



En este capítulo visitaremos la enigmática bóveda de Rufina Cambaceres en el Cementerio de la Recoleta, conoceremos la trágica historia de amor de Felicitas Guerrero que dio origen a la Iglesia Santa Felicitas y descubriremos los misteriosos secretos que esconde el Parque Ameghino, antiguo cementerio de los fallecidos por la epidemia de fiebre amarilla.
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miércoles, 8 de mayo de 2019

Recoleta

El virreinato del Río de la Plata - Parte 1


El 8 de agosto de 1776 Carlos III fechaba en San Ildefonso la Real Cédula de creación del virreinato del Río de la Plata, el último de los organizados en América por los Borbones: Pedro de Cevallos, teniente general de mis reales ejércitos. Por cuanto hallarme muy satisfecho de las repetidas pruebas que me tenéis dadas de vuestro amor y celo a mi real servicio, y habiéndoos nombrado para mandar la expedición que se apresta en Cádiz, con destino a la América Meridional, dirigida a tomar satisfacción de los insultos cometidos por los portugueses en mis provincias del Río de la Plata, he venido en crearos por mi virrey, gobernador y capitán general de las de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Potosí, Santa Cruz de la Sierra, Charcas y de todos los corre gimientos, pueblos y territorios a que se extiende la jurisdicción de aquella audiencia...

Pero, en rigor, no había tal Audiencia; tampoco Intendencias. El proceso de creación del virreinato fue totalmente anormal. Es que el Rey, presionado por las pretensiones lusitanas y -sobre todo- por una Inglaterra que en pleno auge manufacturero necesitaba de la expansión colonial para colocar sus productos, aplicaba una política realista. Pero sí resolvió, a partir de la situación en ultramar, crear una nueva entidad geográfica, política, militar y económica, ¿por qué el nombramiento del virrey sería provisional? Es que, precisamente, atendiendo esa misma situación, no se quiso hacer algo definitivo: Estamos casi ciertos de que nuestras operaciones militares en aquellas regiones -decía el genovés Jerónimo Grimaldi, ministro de Estado- no serán causa de que los ingleses nos declaren la guerra. Pero, claro, el hombre no estaba seguro; convenía llevar la cuestión con la mejor diplomacia.

Así, el virreinato es la culminación de un proceso histórico sobre el que confluyen elementos internos y externos al desarrollo hispanoamericano, siendo la causa más evidente de su fundación una necesidad estratégica -defensiva- frente a la violación de sus fronteras y la amenaza británica: a partir de la segunda mitad del siglo XVII, los bandeirantes brasileños habían comenzado a incursionar hacia el Sur, penetrando en Río Grande, en Uruguay y en varios puntos de la Mesopotamia argentina. La dependencia portuguesa -y de su colonia- de Inglaterra, tras elTratado de Methuen del 16 de mayo de 1703, permitía que los ingleses intentaran viejas y crecientes aspiraciones.

El Nuevo Mundo

Hasta la segunda mitad del siglo XVIII el centro del Imperio español se ubicó en el Norte, en tanto el Río de la Plata era apenas un accidente geográfico. Durante dos siglos el Alto Perú fue el lugar hacia el cual se orientó toda la actividad económica. Potosí, productor de plata, conformó una estructura que entró en crisis en el siglo XVIII cuando el naciente capitalismo comercial de las potencias marginales condujo a un nuevo equilibrio europeo. Hasta entonces, el centro de gravedad del imperio colonial había estado en el mar Caribe. Allí se concentró el intercambio originado por la producción de México, las Antillas y Nueva Granada. Y fue también el punto de intercambio de la producción minera del Perú. 

En la etapa que se iniciaba, la templada zona rioplatense, productora de bienes agropecuarios, desplazaría al viejo centro, por las razones ya apuntadas.Por otro lado, el progreso en las artes de la navegación y una amplia liberación del comercio entre puertos de España y sus colonias, influyeron decisivamente en favor de Buenos Aires: el sistema de flotas y galeones cedió lugar al de navíos de registro libre, fletados por comerciantes de Cádiz y Sevilla. El puerto de Buenos Aires se convirtió entonces, por propia gravitación, en el principal para la introducción de manufacturas europeas en el nuevo continente, y las necesidades de cueros y sus derivados en estas latitudes, incrementaron la navegación por el Atlántico.

El virreinato del Río de la Plata - Parte 2


Pero -no olvidemos- la elección de aquel puerto se debió a su importancia geopolítica más que a razones de tipo mercantil: Previniendo al cuidado que puede dar la navegación y entrada de los enemigos por el estrecho de Magallanes al mar del Sur, y que si lo continuasen les sería de muchas utilidad -había advertido Hernandarias a Felipe 111 el 28 de mayo de 1618-, para más facilitarlo, poblar o tener conocido algún puerto de aquella costa, para recogerse y aguardar oportunidad de tiempo, para proseguir sin desgracia este viaje. Inglaterra: no pudo hacerse con Buenos Aires; optó por unas islas inhóspitas, las Malvinas, base estratégica para cualquier incursión en el Atlántico o en el Pacífico.

El despotismo ilustrado

Conviene también tener en cuenta el soporte ideológico que decidió la creación de[ virreinato. Por aquellos lejanos tiempos, la política española estaba orientada por un equipo iluminista que trataba de imitar las acciones de los Borbones franceses. Grimaldi, miembro del equipo que se proponía reformar la vida española, que personalmente había negociado con Francia, en 1761, el segundoPacto de Familia, contra Inglaterra, fue de los ministros cuya cabeza reclamaban los insurrectos que poblaron las calles madrileñas durante las jornadas del 23 al 26 de marzo de 1766. España no era Francia, nación con burguesía, donde las reformas borbónicas aparecían coherentes y no enfrentadas a las tradiciones nacionales, como sí ocurría aquí y también en el virreinato. Los madrileños que tomaron la calle por la famosa orden de modificar capas y sombreros, obraron intuyendo que la bandera de Civilización versus Barbarie escondía otros fines. 

Algún superministro renunció -estos accidentes ya sucedían hace 200 años-, pero ello no modificaría la línea maestra de la política del rey Carlos III. La organización administrativa del virreinato reflejaría, también, las ideas predominantes en la Corte, y en un Gobierno que muchos han calificado como representativo del despotismo ilustrado. Así era; dio un impulso considerable a la reforma administrativa y económica. Internándonos nuevamente en las provincias de Indias, podemos decir que la política real se tradujo en un intento de modernización destinado a un mejor control por la metrópoli, pero también en un cierto desamparo ante la amenaza británica. El proteccionismo monopolista que trataba de frenar el ímpetu expansionista inglés era reemplazado por el Reglamento de Comercio Libre de 1778: los ingleses ganaban así un nuevo mercado para sus manufacturas.

El puerto de Buenos Aires crecía al calor de un tráfico en aumento, provocando un importante desequilibrio interregional: el interior del país argentino se empobrecía paulatinamente. Nacía una tendencia que, con el correr de los años, se convertiría en atrofia. Pero ésta es historia reciente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de agosto de 1976


La estación Constitución




Así lucía la playa exterior de la estación Constitución en la década de 1880.
Foto del Archivo Fotográfico del Museo de la Ciudad de Buenos Aires.
Un amplio predominio de las instalaciones para cargas ya que aquel era el fuerte del movimiento ferroviario.
Aún no era tan importante el tráfico de pasajeros, pero estaba creciendo a pasos agigantados.
http://museoferroviario.flavam.com/galestplazaconstitucion.html

martes, 7 de mayo de 2019

La plaza Constitución




La plaza Constitución y su aspecto meses antes de que la estación cabecera del F.C. Sud se instalara en su frente.
La imagen corresponde al año 1864 - Las carretas, una planicie desprovista de árboles y los edificios bajos predominan en el paisaje
Albúmina sobre cartón - autor: E. Gonnet
http://museoferroviario.flavam.com/galestplazaconstitucion.html

A 122 años de la fundación del Partido Socialista - Parte 2



El 8 de marzo de 1896 el PSOA se presentó por primera vez a elecciones en Buenos Aires, con una lista de parlamentarios integrada por Juan B. Justo, Adrián Patroni, Juan Scheafer, Germán Avé Lallemant y Gabriel Abad, obteniendo 138 votos, en una elección escandalosa y abiertamente fraudulenta, como era la característica de un régimen electoral basado en el voto cantado. Un sector de agrupaciones socialistas (sobre todo los miembros del Club Vorwärts) se manifestaron en contra de participar debido a que, en primer lugar los inmigrantes no podían votar así que las elecciones carecían de cierta validez, y en segundo lugar, serían garantes, indirectamente, del fraude. A pesar de estos recaudos, terminaron sumándose al PSOA.

El 28 y 29 de junio de 1896 se realizó por primera vez un Congreso, llevado adelante en el Club Vorwärts. Es considerado como el congreso constituyente o fundador del

Partido Socialista de Argentina.

Será La vanguardia el órgano de prensa del partido autodefinido como un periódico socialista científico, defensor de la clase trabajadora. Será editado por Augusto Kuhn, quien venia del Club Vorwärts, Esteban Jiménez, Isidro Salomo, Juan Fernández y dirigido por un joven médico de 28 años, Juan B. Justo, quien también fue el primero en traducir El capital, al español.[2]

Un programa reformista

La plataforma del PS se basaba en un programa de reivindicaciones mínimas (salario igualitario entre hombres y mujeres, jornada laboral de 8 horas, etc.) y se pronuncia por el librecambio con el exterior a favor del ingreso de productos más baratos. El PS no plantea la cuestión nacional y la relación del país con el imperialismo (en un contexto de plena inserción del país en la división internacional del trabajo). Su estrategia es reformista, y así como en el plano económico aspira a la modernización del país capitalista, en el político se orienta a ocupar espacios dentro del régimen (consiguiendo en 1904 Alfredo Palacios la primera banca socialista en América Latina), y a través del parlamentarismo ir mejorando las condiciones de vida de los trabajadores.[3]

Para el PS, la organización de los obreros en sindicatos, cooperativas y partido, era la condición para conquistar el progreso del país. En tanto y en cuanto no se modernice el estado y entren en plena vigencia las instituciones, no se desarrollarían totalmente las fuerzas productivas y, por lo tanto, el proletariado como sujeto revolucionario.
El quiebre por izquierda dentro del Partido Socialista se dará en el marco, primero, de la guerra, y luego de la Revolución Rusa. En cuanto a la Gran guerra, un sector del PS caracterizó correctamente a la escalada bélica como la consecuencia de la expansión imperialista. Este sector era una base más obrera que estaba cansada del reformismo y progresismo intelectual de Justo que alejaba al PS de las luchas obreras.

Mas allá de que se asistió a una reconfiguración mundial de las izquierdas luego de la toma del poder por los bolcheviques, dentro del PS este mismo sector, también más juvenil, comienza a evidenciar el conservadurismo de Justo y, en un periódico que lanzarán en paralelo con La Vanguardia, conocido como La Internacional, mencionarán “Somos como Lenin, no como Kerensky”.[4] El PS entre 1917 y 1919 reivindicará la revolución pero será pro revolucionario, no pro bolchevique, caracterizando a Lenin y Trotsky como agitadores más cercanos a las ideas de Bakunin y no de Marx, y alejándose de las democracias reales, imponiendo una dictadura del proletariado que consumara una dictadura de los bolcheviques.

A partir de esta caracterización, se escindirá el actual Partido Comunista, adherente en ese entonces a la Revolución Bolchevique y la lll internacional, y el resto del partido socialista sufrirá divisiones en general orientadas en torno al progresismo, fortaleciendo al régimen burgués.

Notas

1. Bauer, Alfredo. La Asociación Vorwärts y la lucha democrática en Argentina. 1a edición. Buenos Aires. Biblioteca Nacional. 2008.
2. Falcón, Ricardo.Orígenes del movimiento socialista en Argentina. Prologo. Cuadernos del Ciesal. Año 8, numero 10. 2011.
3. Aragón, Hernán. Historia critica del sindicalismo: desde los orígenes hasta el Partido Laborista. 1a Edición. Buenos Aires. Ediciones IPS. 2009.
4. Entrevista a Hernán Camarero en Ideas de Izquierda: Http://www.laizquierdadiario.com/ideasdeizquierda/wp-content/uploads/2017/11/48_51_Camarero.pdf


El atentado contra Yrigoyen - Parte 2


Me llamó el director del diario para preguntarme de dónde había sacado la versión del suceso que publicaba, aclarándome que era motivo de gran disgusto en las esferas oficiales. Fue inútil que explicara que había sido testigo: el diario rectificó lo publicado.

Pasaron las fiestas de fin de año y me había olvidado del episodio, cuando una mañana me volvió a llamar el director del diario, Camilo Villagra, quien me recibió acompañado del doctor José A. Tamborini, a quien conocía como ministro del Interior del doctor Alvear. A su pedido hice un relato verbal pormenorizado de lo que había ocurrido con el supuesto atentado; el doctor Tamborini me escuchó atentamente sin hacer comentarios y me despidió con una cariñosa palmada en el rostro. Pero, al parecer, las cosas no iban a quedar allí. Ciertamente, días más tarde, me volvió a llamar el director del diario y al llegar al despacho lo vi acompañado por el doctor Leopoldo Bard, quien me conocía por mi actuación como cronista parlamentario. Sin preámbulos, el doctor Bard me aclara que venía a buscarme para llevarme ante el presidente de la República. Me quedé petrificado ante la inesperada novedad y casi ni repuesto de la sorpresa salí acompañado por el doctor Bard, quien en su automóvil me condujo no a la Casa de Gobierno sino a la residencia presidencial de la calle Brasil. Yo iba en el trayecto sumido en lúgubres cavilaciones, meditando sobre la imprudencia de mi audacia periodística, cuando mi acompañante, viéndome tan nervioso y seguramente para tranquilizarme, me dijo que no me preocupara, que el Presidente quería saber lo que yo había visto el día del atentado. Me tranquilicé a medias, pero al llegar me había ganado la convicción de que el Presidente dudaba de las explicaciones de su propia custodia y quería tener una versión objetiva del suceso.

Tras la larga espera nos recibió Hipólito Yrigoyen, no en su escritorio sino en la sala que daba a la calle, de pie, apoyando su mano derecha en una mesa vulgar. Sin preámbulos y dirigiéndose al doctor Bard, con quien parecía tener trato frecuente, hizo una larga exposición sobre un tema que al parecer le preocupaba.
-Me han venido a ver los hombres del Ejército para hacerme partícipe de sus preocupaciones sobre ciertas actividades de las Fuerzas Armadas de Chile en la frontera con nuestro país. Les pregunté si lo que ellos temían era una invasión, pero no me supieron precisar circunstancias que justificaran sus aprensiones. 

No tardé en percibir que se trataba de una nueva tentativa de los mandos del Ejército que, desde tiempo atrás, pugnaban por mejorar y acrecentar sus armamentos sin parar mientes en que ni la situación de las finanzas públicas, ni las posibilidades del crédito, nos permiten erogaciones extraordinarias. No teman, les dije, ningún conflicto con Chile. Y para probar lo infundado de sus especulaciones pedí una comunicación telefónica con mi amigo Alessandri —prosiguió— preguntándole si se había suscitado algún problema. El líder chileno se mostró extrañado por mi pregunta, aunque admitió que también sus jefes militares le habían trasmitido alguna inquietud sobre las actividades fronterizas del Ejército argentino. En suma, quedamos de acuerdo en el fraternal diálogo telefónico de zanjar personalmente entre ambos cualquier dificultad que se presentara. Los hombres del Ejército presentes en mi despacho, tras haber oído la conversación de los dos hombres de Estado, celosos de mantener la paz, no tuvieron otra alternativa que postergar su inquietud armamentista.

De pronto entró en la sala uno de sus secretarios, quien, hablándole al oído puso fin a la entrevista.
-Espero verlos mañana —nos dijo.
Pero ese mañana no llegó nunca.

Todavía hoy me pregunto ¿qué quería saber de aquel joven periodista el presidente de la República? (...)
Revista Somos
20 de noviembre de 1985


Revista Somos
1985


lunes, 6 de mayo de 2019

A 122 años de la fundación del Partido Socialista - Parte 1



El 28 y 29 de junio de 1896 se realizó un Congreso que nucleaba diversas agrupaciones socialistas en el Club Vorwärts. Es considerado como el congreso fundador del Partido Socialista de Argentina.

Antecedentes

En 1857 se funda la primera asociación obrera: la sociedad tipográfica bonaerense. Entre mediados de la década del 60 e inicios de la década del 70 aparecen los primeros periódicos obreros y en la década siguiente se crean nuevos sindicatos: carpinteros, ebanistas y anexos, albañiles, panaderos, etc.
Argentina presencia durante la segunda mitad del Siglo XlX, la mayor afluencia de inmigrantes (mayoritariamente europeos) de la historia, quienes arribaron al país no solo con su fuerza de trabajo, sino con las tradiciones de lucha gestadas en el viejo continente.

El club Vorwärts

En enero de 1882 emigrados alemanes que habían llegado al país escapando de las persecuciones del gobierno de Bismarck, fundaron el Club Vorwärts. Eran, en general, miembros del partido socialdemócrata alemán y su nombre provenía de su lema “Verein Vorwärts”, traducido como “unidos y adelante”.
El club estuvo representado en el Congreso internacional obrero que fundó la ll internacional y que se reunió en París en 1889, a tal efecto viajó el franco argentino Alejo Peyret.

De acuerdo con las resoluciones de dicho Congreso, se debería organizar también en la Argentina el 1° de mayo de 1890 la conmemoración de los Mártires de Chicago con la demanda de las ocho horas. Al tratarse de una realización simultánea de mitines en todo el mundo, sería un símbolo de la solidaridad internacional del proletariado.
El Club Vorwärts fue el impulsor de aquella jornada. Era esencialmente una agrupación socialista, sin embargo, los anarquistas y sus organizaciones fueron convocados y participaron plenamente en la preparación del acto, de la mano de una comisión que se formó con la finalidad de ponerse en contacto con las organizaciones obreras existentes [1].

Los inicios del Partido Socialista

“Y dejaron de ser extranjeros en el instante en que se aprestaban a luchar por el mejoramiento de las condiciones de vida del proletariado argentino y por el progreso institucional”.
Augusto Kuhn

Hasta 1894, los grupos socialistas estaban compuestos casi exclusivamente por obreros inmigrantes, generalmente trabajadores cualificados y artesanos. Las asociaciones no solo se caracterizaban entonces por la idea de desarrollar la teoría y la práctica socialista en Argentina, sino que también funcionaban como agentes de cooperativismo y lugares de encuentro entre extranjeros de un mismo país, que sufrían el desarraigo, en un momento en que el país atravesaba una enorme crisis económica y la tasa de retorno era altísima. Así como el Club Vorwärts nucleaba a exiliados alemanes, Les Egaux conformaba el grupo socialista de Francia y Fascio dei Lavoratori, el de Italia.

Ese año se produjo un cambio fundamental en el campo socialista al aparecer La Vanguardia pero sobre todo al incorporarse una buena cantidad de intelectuales.
A partir de este hecho, se producirá una polémica entre el viejo y el nuevo núcleo, hasta que el viejo sector finalmente sea desplazado por el ala que encabezará Juan B. Justo.
En 1895, a propuesta del grupo Les Egaux, se aprobó una carta orgánica y se eligió un Comité Central de quince miembros (tres por cada grupo), cuyo primer secretario general fue José Ingenieros. Poco después, el 13 de octubre de ese año, se reunió la primera Convención del partido, que resolvió modificar el nombre por el de Partido Socialista Obrero Argentino (PSOA).

El atentado contra Yrigoyen - Parte 1



Comencemos por tener en cuenta que Hipólito Yrigoyen llegaba a su segunda presidencia, viejo, enfermo y mal atendido por sus médicos, íntimos amigos y correligionarios, cuya subordinación llegaba al extremo de estar más atentos a la aversión del paciente por los medicamentos que a la verdadera naturaleza de sus males. Hubo una excepción: el doctor José W. Tobías, reputado facultativo, profesor de Clínica Médica, quien trazó un cuadro verdaderamente alarmante del estado de salud del presidente de la República. La arteriosclerosis estaba haciendo estragos en su organismo y sufría serios problemas en el árbol urinario, además de severos trastornos cardiopulmonares. Pero Yrigoyen no era hombre de someterse a tratamientos medicamentosos, confiando, como durante toda su vida, en los remedios caseros y en las virtudes curativas de toda clase de hierbas que le acercaban y sugerían amigos complacientes.

A su edad y con tan precaria salud no fue extraño que se refugiara, cada vez más, en el seno de un grupo de correligionarios, quienes con funciones no muy claras en la Casa de Gobierno terminaron por aislarlo de la realidad bullente del país y de los arduos problemas políticos, económicos y sociales que se fueron presentando cada vez con mayor intensidad a favor de la inanidad gubernamental.

Por lo demás, una mayoría complaciente en la Cámara de Diputados (genuflexos era el calificativo humillante de la oposición) no se atrevía, a pesar de algunos intentos aislados, a perturbar la paz palaciega del anciano caudillo, quien terminó siendo prisionero del entorno. (...)

El hombre que corría


De pronto, el ambiente público se agitó con la noticia de un atentado del que había salido milagrosamente ileso el presidente de la República. Pero a pesar de la trascendencia periodística que alcanzó el episodio, y cuando aún hoy integra la agitada historia política de aquellos años, la casualidad me convirtió en testigo del suceso y pude comprobar entonces que no hubo tal atentado.

Era el mediodía de una jornada calurosa de fines de año (24 de diciembre de 1929) y el secretario de redacción del diario, junto con otros compañeros, también momentáneamente apartados de sus tareas habituales, me había destinado a localizar a los favorecidos por el premio mayor de la lotería de Navidad que se había sorteado esa mañana. Uno de los billetes premiados se había vendido en una agencia de lotería de la calle Brasil, frente a la residencia presidencial, y hasta allí llegó mi indagación periodística. En cierto momento la custodia del presidente de la Nación despejó el lugar de curiosos y yo fui a dar a la cuadra siguiente, interrumpida por una cortada de 100 metros entre Bernardo de Irigoyen y Tacuarí, en momentos en que avanzaba por la calle Brasil, en dirección al Este, rumbo a la Casa Rosada, el automóvil que conducía a Hipólito Yrigoyen. De pronto vi salir a un hombre, modestamente vestido, desde la cortada donde se hallaba oculto corriendo hacia el auto presidencial con un sobre en la mano. La custodia del Presidente abrió fuego contra el desconocido antes de que pudiera acercarse al automóvil, con el presumible propósito de arrojar la carta al paso del vehículo. 

El hombre, alcanzado por numerosos disparos, quedó tendido en el suelo, muerto instantáneamente. El coche presidencial se detuvo en medio de la confusión provocada por los estampidos, pero de inmediato volvió sobre el breve camino recorrido regresando con el Presidente a su domicilio, mientras gran cantidad de público se congregaba en el lugar. Pasado el estupor del primer momento, yo abandoné la tarea de localizar a los agraciados de la lotería de Navidad y corrí hasta el local de la Comisaría 16 en la calle Lima y Brasil, a doscientos metros de distancia, a donde había sido llevado el cadáver del desconocido, que resultó ser Guillermo Marinelli, un inmigrante italiano desocupado de 41 años de edad. Había gran agitación en la comisaría cuando inesperadamente apareció Hipólito Yrigoyen, quien sin cambiar una palabra con nadie y rodeado por los funcionarios policiales se detuvo a observar el cadáver que yacía en una camilla en el patio del local. Tras breves instantes, despaciosamente y en silencio como había llegado, se retiró Yrigoyen, para ascender al coche que lo llevaría a la Casa de Gobierno, dejando tras de sí la conmoción que había causado el suceso.

La versión oficial de lo ocurrido no se hizo esperar: se había frustrado un atentado contra el presidente de la República. Habían querido matar a Yrigoyen.

Por entonces no se conocían los informativos radiotelefónicos, pero el suceso, como es natural, mereció amplio despliegue periodístico y fue el comentario obligado en las tertulias de aquel fin de año, aunque el fino instinto popular desconfió de inmediato de la versión policial. Yo, por mi parte, testigo presencial, tenía motivos no sólo para dudar sino para afirmar que no había existido tal atentado y que, en el mejor de los casos, la custodia presidencial había actuado con precipitación, confundiendo las intenciones del desconocido. Como yo estaba seguro de que sólo había querido hacer llegar una carta al presidente de la Nación, así lo informé en la crónica (...) periodística que escribí sobre el suceso.


domingo, 5 de mayo de 2019

ARGENTINA, LO QUE FUE Y LO QUE VENDRÁ

Revolución y guerra en el Río de la Plata (1810-1829)
La jura de la Primera Junta inició un período de guerras con España. En 1816 las Provincias Unidas declararon su independencia, que fue seguida por un ciclo de pactos y combates entre caudillos
La crisis del Imperio español, desatada en 1808 a partir de la invasión de Napoléon a la península, provocó grandes cambios en los territorios americanos. Preso el rey Fernando VII, algunas ciudades –como México y Caracas– decidieron formar sus propias juntas de gobierno. En Buenos Aires, la Primera Junta se conformó el 25 de mayo de 1810. Sus integrantes declararon lealtad al rey prisionero, sin embargo debieron enfrentar a los ejércitos realistas que se oponían al gobierno autónomo de los criollos. Fue el inicio de un larga guerra que se desarrolló en varios frentes por toda América, de la que participaron militares profesionales como José de San Martín –nacido en Yapeyú pero educado y fogueado como militar en España– e intelectuales con vocación patriótica, como el abogado Manuel Belgrano, quien creó la bandera argentina en 1812. 

Las Provincias Unidas del Río de la Plata optaron por declararse independientes, y concretaron su objetivo el 9 de julio de 1816, durante un Congreso celebrado en Tucumán. A partir de entonces comenzó la discusión acerca de cuál era el régimen de gobierno más adecuado para el nuevo Estado. Las diferencias de criterio entre Buenos Aires, que bregaba por una organización centralista; y el resto de las provincias, que apostaban al federalismo, pronto se mostraron profundas e insalvables. La imposibilidad de alcanzar acuerdos llevó a las provincias a enfrentarse por las armas. Bajo ese clima de desconfianza e incertidumbre, el debate acerca de la organización del país fue pospuesto para tiempos futuros. A lo largo de toda la década del 20, ante la falta de consensos para constituir un poder central, las provincias convivieron entre pactos y guerras. Pese a numerosos intentos, no se logró sancionar una Constitución que instituyera la Nación y estableciera sus leyes fundamentales. El proyecto más serio fue plasmado en 1826, cuando se sancionó una Constitución impulsada por los unitarios que rodeaban a Rivadavia. Como era de esperarse, el texto fue rechazado de plano por las provincias. Ese mismo año, además, el Imperio del Brasil le declaraba la guerra a las Provincias Unidas para disputarle el control de la Provincia Oriental del Río de la Plata. Los combates comenzaron siendo favorables para las fuerzas locales, pero Brasil estableció un bloqueo del puerto de Buenos Aires que duró toda la guerra y que causó estragos económicos. Esta crisis debilitó al gobierno central, que finalmente cayó en 1827. Para entonces, el conflicto entre unitarios y federales había ido creciendo en intensidad hasta convertirse en una guerra civil, que tuvo como protagonistas a los jefes provinciales y caudillos “a la cabeza de milicias rurales”, y hombres provenientes del ejército que movilizaron sus tropas para intervenir en la contienda



sábado, 4 de mayo de 2019

El Río de la Plata después de Mayo de 1810: el impacto económico y social de la Revolución - Parte 3


En este contexto, y debido a la inestabilidad y a los fracasos militares de la Junta, aprovechados por la oposición morenista, en septiembre de 1811 se debió crear un gobierno más restringido, el Primer Triunvirato, que liberalizó la economía aún más, pero fue derrocado el 8 de octubre de 1812 por un golpe militar de los oficiales del ejército regular, los que ganaron predominio sobre la milicia urbana (creada como consecuencia de las invasiones inglesas). Con este golpe la Logia Masónica Lautaro, que tendría una gran influencia política hasta fines de la década de 1810, apareció en escena, y con ella dos oficiales recién llegados de España se volvieron prominentes: Carlos María de Alvear y José de San Martín. 
    Los revolucionarios de octubre de 1812 exigieron la convocatoria de una Asamblea General en el término de noventa días. El 31 de enero de 1813 la Asamblea inició sus sesiones y eligió a Carlos de Alvear como su presidente. Se declaró soberana, abolió los títulos nobiliarios, eliminó el mayorazgo, declaró la libertad de vientres, prohibió los tributos y servicios personales de los indios y oficializó el escudo de armas y el himno nacional, pero no declaró la independencia. Esto último fue consecuencia del triunfo de la tendencia alvearista, que opuestamente a lo que postulaba la sanmartiniana, no consideraba oportuna dicha declaración por consejo británico. En realidad la situación se había vuelto crítica para las colonias americanas emancipadas y especialmente para Buenos Aires. Los acontecimientos europeos anunciaban el próximo retorno de Fernando VII al trono y había evidencia de que el monarca restaurado no tardaría en enviar una expedición armada al Río de la Plata para sofocar la revolución con la colaboración de los realistas de Montevideo. Esto  empeoraba considerablemente la ya vulnerable situación a raíz de los reveses militares sufridos por Belgrano en el Alto Perú en los últimos meses de 1813. En vista de ello,  la Asamblea decretó a fines de enero de 1814 la concentración del poder ejecutivo en una sola persona, creando el cargo de director supremo del Río de la Plata que recayó en Gervasio Antonio de Posadas. 
    Alvear sucedió a Posadas en enero de 1815 pero fue pronto derrocado por los mismos militares que lo habían apoyado durante el auge de su influencia, y su caída arrojó al gobierno de Buenos Aires a una severa crisis, agravada por el conflicto con Artigas en las provincias del Litoral. De todas maneras, y a pesar del caos político interno, la parte sur del Río de la Plata quedaría para esa época definitivamente libre del poder español, aun cuando tal cosa estaba lejos de constituir una certeza en aquel momento.
    A estas alturas se debe mencionar algo acerca de las transformaciones sociales que estaban ocurriendo como consecuencia de la revolución que no sólo separaba a las colonias de España sino que también estaba destruyendo el orden social. Las sangrientas persecuciones lanzadas, según circunstancias, contra españoles o contra criollos, contra realistas o contra revolucionarios, podían fácilmente convertirse en guerras sangrientas de los sumergidos contra las clases superiores. Tanto los revolucionarios como los realistas debían reunir grandes ejércitos cuyos soldados rasos provenían de los sectores pobres y de los grupos raciales subordinados, que debían ser armados y cuyo descontento debía ser evitado. La movilidad social ascendente debía ser aceptada. Aun en los ejércitos realistas, los líderes criollos comenzaron a predominar, y generales mestizos con los que más adelante nos encontraremos, como Castilla, Santa Cruz y Gamarra, comenzaron a emerger en los cuerpos de oficiales realistas. 
    Por otra parte, la guerra consumía y destruía enormes cantidades de recursos, tanto en términos de plata y oro como de bienes. El libre comercio de tan reciente cosecha implicó el desplazamiento de comerciantes locales por comerciantes británicos, mientras los comerciantes de Cádiz, que antes predominaban, quebraron junto con las industrias artesanales que tenían que competir contra bienes del exterior, que eran más baratos y de mejor calidad. En Buenos Aires, los españoles fueron forzados a quedar fuera del comercio minorista, y se les prohibió enseñar, montar a caballo, y hasta dejar sus casas de noche: fueron humillados. Por otra parte, dondequiera que la revolución era derrotada, las elites criollas eran humilladas de la misma forma, y hordas de mulatos y mestizos emprendían una venganza contra quienes habían buscado subvertir el antiguo régimen. 
    Así es que tanto entre los revolucionarios como entre los realistas, las clases bajas y los grupos raciales subordinados tuvieron participación en la victoria y reclamaron parte del botín. Esto significó la ruptura del viejo orden social, en tanto las clases bajas y los grupos raciales subordinados adquirieron un interés en la continuación de los disturbios, que generaban oportunidades de ascenso por largo tiempo negadas. Chile fue afectado por este proceso en un grado menor que el Río de la Plata, y el último fue menos afectado que Venezuela, pero este tipo de fenómeno era observable en cualquier parte de la América hispana. La revolución y la guerra civil entre revolucionarios y realistas locales, que después de la restitución de Fernando VII en el trono se convertiría en guerra contra España, no era ya simplemente un conflicto entre españoles y criollos blancos. 
    Posiblemente, estos factores sociales hayan hecho la reconquista más difícil para España, incluso en momentos en que la causa revolucionaria parecía perdida. Aun otro revés español fue la revolución liberal en España, producida por el mismo ejército que se suponía zarparía para reconquistar Buenos Aires. Los españoles liberales podrían haber estado dispuestos a hacer algunas concesiones a los revolucionarios hispanoamericanos más exitosos, y por ende eran vistos con sospecha por los realistas hispanoamericanos, que habían resistido y en muchos casos habían derrotado a los revolucionarios con recursos exclusivamente locales, y temían ser traicionados por españoles dispuestos a transigir. Por último, cuando en 1823 España retornó al absolutismo, ya era demasiado tarde para la causa realista.