domingo, 1 de noviembre de 2020

Alfonsín y el 10 de diciembre

La historia secreta de cómo Alfonsín le impuso a la dictadura el 10 de diciembre para la asunción presidencial

Las elecciones de octubre de 1983 fueron catalizadas por la derrota de Malvinas y la crisis económica. La dictadura primero quiso estirar la entrega del mando el 25 de mayo de 1984. Luego, publicaron un decreto para adelantarla al 30 de enero. Raúl Alfonsín logró imponer el Día internacional de los Derechos Humanos

  

Es un hecho poco conocido – y casi olvidado a 36 años de distancia – que la elección de la fecha del 10 de diciembre de 1983, en coincidencia con el Día Internacional de los Derechos Humanos, para la asunción del primer presidente de la democracia recuperada no fue una decisión tomada por la dictadura en retirada sino una imposición de Raúl Alfonsín a la última Junta Militar.

La rendición de las tropas argentinas en la Guerra de las Malvinas, el 14 de junio de 1982, no sólo provocó el desplazamiento del dictador Leopoldo Fortunato Galtieri en la presidencia de facto sino que también marcó el principio del fin de la dictadura.

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La cuarta junta de comandantes -integrada por Cristino Nicolaides (Ejército), Rubén Oscar Franco (Armada) y Augusto Jorge Hughes (Fuerza Aérea)- designó al general retirado Reynaldo Benito Bignone como presidente para que iniciara un proceso de apertura que culminaría con la elección de un nuevo presidente democrático.

Quedarse un poco más

La idea original de los comandantes era convocar a elecciones para finales de 1983 y luego llevar adelante un proceso de transición de 6 meses hasta la entrega del poder al presidente electo. La primera fecha elegida para e traspaso fue el 25 de mayo de 1984.

El objetivo era ganar tiempo para negociar con las nuevas autoridades antes de entregarles el poder, sobre todo la impunidad de los jefes militares por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante los últimos siete años.

Sin embargo, en los primeros meses de 1983 los jefes de las tres armas se dieron cuenta de que era un plazo demasiado largo. Al desprestigio de las Fuerzas Armadas por la derrota en Malvinas y las violaciones de los derechos humanos cometidas por la dictadura -y que ya eran de amplio conocimiento público- se sumaban una inmanejable debacle económica y una incontenible oleada de protestas sociales.

Raúl Alfonsín recibe la banda presidencial del último presidente de facto, Reynaldo Bignone, el 10 de diciembre de 1983 (AFP)

En ese contexto, el 12 de julio de 1983, promulgaron el decreto-ley 22.847 (de Convocatoria Electoral), que con la firma del presidente de facto Bignone y el ministro del Interior, Llamil Reston, convocaba a comicios generales para el 30 de octubre de ese año. Ese decreto fijaba el 30 de enero de 1984 como fecha de asunción del presidente electo.

Para eso, en el artículo 6, el decreto-ley establecía que “los electores de presidente y vicepresidente de la Nación que resulten elegidos se reunirán en la Capital Federal, en las capitales de provincia y en la capital del Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sud el día 30 de noviembre de 1983 a los fines establecidos por el artículo 81 de la Constitución Nacional”. Es decir, para consagrar al presidente y al vice que resultaran elegidos.

También establecía que los diputados y senadores nacionales tomarían posesión de sus bancas el 19 de diciembre pero que entrarían en receso hasta el 30 de enero para recibir el juramento del presidente y el vice.

Gana Alfonsín

El 30 de octubre se realizaron las elecciones que, según el decreto-ley de la Junta Militar, utilizaron el sistema ideado por el “texto constitucional” de 1957, dictado por la autoproclamada “Revolución Libertadora”, que establecía el sufragio indirecto –o sea, a través de Colegio Electoral- y un mandato presidencial de 6 años sin posibilidad de reelección inmediata.

Aquellos comicios fueron de una polarización completa entre radicales y peronistas. Raúl Alfonsín triunfó con un 51.75% del voto popular y 317 votos de los 600 miembros del Colegio Electoral, mientras que en el segundo lugar resultó el candidato peronista Ítalo Luder, que obtuvo el 40.16% del voto popular y 259 electores.

Raúl Alfonsín logró imponer el 10 de diciembre como fecha de la asunción presidencial

Los otros dos candidatos más votados fueron Oscar Alende, del Partido Intransigente, con el 2.33% de los votos, y Rogelio Frigerio, del Movimiento de Integración y Desarrollo, con el 1.19%, obteniendo ambos 2 electores cada uno. Los 20 electores restantes fueron a parar a partidos sin fórmula, que ocuparon el 2.23% todos juntos. El restante 2.34% fue a parar a otras candidaturas, que no obtuvieron electores.

Alfonsín logró así una mayoría absoluta en el Colegio Electoral y la transición empezó al día siguiente.

En pocos días, tanto la dictadura saliente como el gobierno electo coincidieron en que el 30 de enero – 3 meses después de la elección – era una fecha que estaba demasiado lejana para la entrega del poder. La Junta Militar supo que no se sostendría ni siquiera esos meses, Alfonsín comprobó rápidamente el desastre que recibía y apuró a los militares para asumir cuanto antes y poner manos a la obra.

Imágenes de un desastre

Las primeras señales de alarma las dio el veterano economista radical, Enrique García Vázquez, a quien Alfonsín pensaba designar presidente del Banco Central. En su primera reunión con el presidente saliente del banco, Julio González del Solar, tomo conciencia del desastre heredado: frente a una deuda externa de más de 45.000 millones de dólares, el BCRA tenía apenas 100 millones de dólares de reservas activas.

Bernardo Grinspun y Raúl Alfonsín. El nuevo gobierno supo pronto el desastre que recibía de los militares: el Banco Central no tenía reservas

Era mucho peor de lo que habían imaginado. “Teníamos alguna idea de que el Banco Central estaba en pésimas condiciones, pero no sabíamos que era ésa la magnitud de la deuda, y menos aún que la Argentina tenía tan pocos activos de reservas. Igual, no estábamos tan lejos de la realidad. Pensábamos que la deuda era de unos 35.000 millones de dólares y creíamos que había como para tirar los primeros meses. Y nos encontramos sin reservas. Fue una desagradable sorpresa, porque habíamos calculado que con reservas por 1.000 millones de dólares hacíamos frente a los tres primeros meses”, cuenta a Infobae Horacio Rovelli, por entonces uno de los jóvenes economistas que colaboraban con quien sería el primer ministro de Economía de Alfonsín, Bernardo Grinspun.

Enrique García Vázquez no perdió un minuto y los fue a ver a Alfonsín y a Grispun, que estaban reunidos:

-Raúl, Ruso, no nos dejaron nada. Solo deudas – les dijo.

“Con esa plata la Argentina no llegaba ni a diciembre sin caer en default”, dice ahota Rovelli a Infobae.

Alfonsín presiona a Bignone

Era necesario actuar cuanto antes. Alfonsín le exigió a Bignone que adelantara la entrega del poder. El presidente de facto no opuso reparos: el 16 de noviembre –apenas 17 días después de las elecciones– promulgó el decreto-ley 22.972, que modificaba la anterior ley electoral y establecía el 10 de diciembre como fecha de asunción de las autoridades democráticas.

Vista de la Plaza de Mayo, el 10 de diciembre de 1983. Raul Alfonsin eligió hablar desde el balcón del Cabildo (Noticias Argentinas)

“El adelantamiento al 10 de diciembre de 1983 se hizo porque la situación política y económica era insostenible para las Fuerzas Armadas en el poder, y todos estuvieron de acuerdo en adelantar para iniciar una gestión civil que pudiera encauzar la situación. La crisis económica y social, empezando por la inflación, eran gravísimas y el gobierno militar ya no tenía plan ni poder político para encauzar nada. Las críticas al gobierno por todo ello, y por la represión y su fracaso político, les quitaron toda gobernabilidad para seguir en el poder”, explica a Infobae la historiadora Marina Franco, autora de El final del silencio. Dictadura, sociedad y derechos humanos en la transición (Argentina, 1979-1983).

¿Por qué el 10 de diciembre?

La elección del 10 de diciembre para el traspaso de mando fue una imposición de Raúl Alfonsín a la dictadura saliente. Acorralados, los dictadores no pusieron objeciones.

Fundador de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el presidente electo buscó darle aún más significación a la ceremonia que marcaría la recuperación de la democracia fijándola para el Día Internacional de los Derechos Humanos, una fecha decidida en 1948 por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948 como símbolo de un “nunca más” a las atrocidades vividas durante la Segunda Guerra Mundial.

Asunción de Raúl Alfonsín. El país terminaba con los oscuros y terribles años de la dictadura militar

Las razones de esa decisión las contaría muchos años después el socialista Alfredo Bravo, uno de los co-fundadores de la APDH junto a Alfonsín: “Para Raúl, lo simbólico era fundamental. Mucho más en aquellos tiempos que trabajábamos juntos. Asumió la primera magistratura el 10 de diciembre como una forma de reafirmar, una vez más, su compromiso de vida con la vigencia de los Derechos Humanos. Ese día se conmemora la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas de asumir como propia la obligación de velar por la condición humana porque, como dice el Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, 'el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias’”, explicó en 2001, una entrevista con el periodista Silverio Escudero.

Para ese 10 de diciembre, el flamante presidente de la recuperación de la democracia tenía pensado otro gesto de fuerte simbolismo. En lugar de dirigirse la multitud reunida en la Plaza de Mayo desde el balcón de la Casa Rosada -que menos de dos años antes había utilizado el dictador Leopoldo Fortunato Galtieri para arengar al pueblo después del desembarco en Malvinas-, eligió hacerlo desde el Cabildo, donde se gestó el Primer gobierno Patrio.

Por aquella jugada que Alfonsín le impuso a la dictadura fijando el 10 de diciembre para el traspaso de mando, desde 2007 en la Argentina, además de conmemorarse el Día Internacional de los Derechos Humanos se celebra –según lo dispuesto por la Ley 26.323– el Día de la Restauración de la Democracia.

Por

Eduardo AnguitaDaniel Cecchini

https://www.infobae.com/sociedad/2019/12/09/la-historia-secreta-de-como-alfonsin-le-impuso-a-la-dictadura-el-10-de-diciembre-para-la-asuncion-presidencial/

 

domingo, 4 de octubre de 2020

Martínez – Parte 2

 1920: El 8 de julio se funda el Club Atlético Martínez.

1922: Se habilita la primera línea de ómnibus de Hernández Quiroga. Iba  desde la Estación de Martínez hasta el Cementerio de San Isidro por Alvear, Av. Santa Fe y Av. Centenario.

1923: Se inaugura la Central Telefónica en calle Sarmiento a cuadra y media de la estación.

1924: La Compañía de Electricidad construye la Estación transformadora Martínez en la calle Vicente López Nº 36

1925: Se realiza el corso de Martínez, en la calle Alvear y Eduardo Costa.

1927: Se construye el empedrado de las calles Alvear y Sáenz Valiente.

1928: El crecimiento de Martínez se observa en las elecciones: hay 9 mesas en San Isidro, 5 en Martínez, 2 en Boulogne y 2 en Beccar.

El 2 de octubre el Padre Agustin J. Allievi firma el boleto de compra de un terreno de 4.204,52 metros cuadrados por valor de $ 15.696,85 ubicado frente a la plaza 9 de Julio, para la construcción de la Parroquia.

En diciembre el P. Allievi designa al Pbro. Julio Sánchez Agüero para que se pusiera al frente de la Comunidad

1929: Un temporal destruye el espigón de Anchorena.

1930: El 13 de julio se colocó la piedra fundamental de la Iglesia y Colegio Santa Teresita. Se constituye una Comisión Ejecutiva para las obras presidida por la Sra. Adela Monasterio de Gil.

El 15 de septiembre se inaugura el Gran Mástil de la plaza 9 de Julio, en homenaje a la Revolución de 1930 y al General Uriburu.

1931: En el mes de junio se funda un periódico informativo denominado “La Voz del Pueblo” cuyo Director era el Sr. Santiago Gómez Tato.

1932: El 20 de noviembre llega la imagen de Santa Teresita traída desde San Isidro, acompañada de una caravana de 70 vehículos “totalmente ocupados”.

La Asociación “Los Amigos de Martínez” sostiene consultorios médicos y jurídicos gratuitos

1933: 4 de enero. La Asociación Santa Teresita  reclama la presencia de un Cura. Se designa al Padre Luis Maria Fantón como “Director Espiritual”

El 23 de marzo se inaugura el Cine Astro, también utilizable para bailes.

El 13 de junio actúa Carlos Gardel.

El 1º de junio el Padre Alvaro Larumbe fue designado “Cura encargado”. Renuncia el P. Fantón.

El 8 de septiembre se funda el Club Social y Deportivo Rodríguez Peña.

1934: El Concejo Deliberante fija los limites de la Alcaldía de Martínez creada por Ley Nº 4361, según estas calles: Perú-Dardo Rocha por el Norte; el partido de San Martín por el Oeste y el de Vicente López por el Sur.

El 16 de julio se crea la Capellanía Vicaría (cuasi Parroquia) Santa Teresita del Niño Jesús. Sus límites eran: al Este las vías del FFCC Central Argentino: al Este las calles Perú-Dardo Rocha y su prolongación hasta tocar el partido de Gral. San Martín que constituía su límite Oeste y al Sur el partido de Vicente López.

1935: El 7 de febrero se funda el Club Vélez Sarsfield.

El 8 de febrero comienza a funcionar la Alcaldía de Martínez creada por Ley Provincial Nº 4361, siendo el primer Alcalde D. Carlos A. Leveratto.

El 8 de diciembre se inaugura el hipódromo.

1937: El 2 de octubre se coloca la piedra fundamental de los Estudios Argentina Sono Film y se descubre un monolito en homenaje a Don Ángel Bautista Mentasti recientemente fallecido.

1938: Se adelanta la construcción del mercado de Martínez en los terrenos donados por D. Guillermo Garbers.

En este año comienza sus filmaciones en Martínez la empresa cinematográfica Pampa Film, fundada por el Sr. Ferrando quien la explota hasta el año 1944.

1939: El 30 de octubre se funda la Sociedad de Bomberos Voluntarios de San Isidro.

También se inaugura un Dispensario Municipal de Lactantes, en las calles Sáenz Valiente y Carlos Pellegrini y los edificios de la Alcandía y el R. Civil (terrenos donación G. Garbers).

1940: La Escuela Nº 10 inaugura nuevo edificio.

1943: Se incendian los estudios de Argentina Sono Film.

El 20 de junio se designa como Parroquia la hasta entonces, Capellanía de Santa Teresita del Niño Jesús, extendiéndose su límite al Este hasta el Río de la Plata. El Pbro. Álvaro Larumbe continúa con su tarea apostólica en Martínez, ahora como Cura Párroco.

1944: El 30 de septiembre fue bendecido e inaugurado el Templo Parroquial de Santa Teresita.

1946: El 31 de diciembre Kurt Löwe compra los Estudios de la Filmadora Pampa Film.

1947: El 16 de octubre se inaugura el cine Bristol.

1948: Allí Natanson levanta la primera galería de Estudios Mapol y al año siguiente la segunda. El nombre es creado por Natanson: Ma por su hija María y Pol por su madre Pola.

1950: 26 de agosto. Un gran incendio en la fábrica de zapatillas de los Hnos. Macri, ubicada en la Calle Libertad casi esquina Luís Sáenz Peña, cuesta la vida a 12 operarias.

1951: 17 de agosto.La Asociación Martinense de Deportes realiza el Primer Torneo Atlético, el que es establecido como fecha de fundación.

1956: Los propietarios de Estudios Mapol anuncian que en la planta se iniciará la fabricación de electrodomésticos.

1954: El 17 de noviembre se rematan en bloque los Estudios Emelco, los que pasan al Banco Industrial, hoy Banco de Desarrollo, el que lo convierte en Club para su personal. (BANADE). 

1957: Se inaugura la iglesia de la Virgen de  Fátima de estilo Brutalista y el Teatro La Cova.

1966: El 25 de mayo se funda el San Isidro Automóvil Club.

1973: El 24 de julio, por ordenanza Nº 4533 se crea la “Plazoleta pública” ubicada en las calles Diag. Salta, Fray Luís Beltrán y Libertad, instituyéndosele el nombre de “Alfonsina Storni”.

1977: El 28 de septiembre fallece Monseñor Álvaro Larumbe quien fuera Párroco de Martínez

durante 45 años. Sus restos descansan en la Parroquia Santa Teresita.

Fallece Atilio Mentasti uno de los hijos del fundador de Argentina Sono Film y los estudios fueron vendidos.

1980: El 5 de julio fallece en su chalet de Alvear esquina Balcarce, el actor Luís Sandrini.

El 28 de septiembre por Ordenanza Nº  5504, “Impónese el nombre de Monseñor Larumbe a la calle San Juan, en toda su extensión”.

1981: 9 de julio, se descubre y bendice un nuevo busto del Brigadier Gral. Juan M. de Pueyrredón en la Plaza 9 de Julio, obra del escultor martinense Fernando Luís Pettinato.

El 18 de noviembre, por Ley provincial Nº 9771, se declara Ciudad a la localidad de Martínez, al cumplir el pueblo 110 años.

Por Ordenanza Municipal Nº 5686 se crea la Delegación Municipal de Martínez. En una Asamblea Vecinal se propone como Primer Delegado al vecino D. Héctor Jesús Arias.

Después de muchos años (excepto uno que organizó el Club 25 de Mayo en 1954 alrededor de la plaza) se realiza el Corso Oficial en la Avenida Santa Fe, el que se repite al año siguiente.

1982: La escuela Nº 4 dicta sus clases transitoriamente en el predio del sindicato de Luz y Fuerza para construir nuevo edificio.- (Perú y la costa)

1984: La escuela Nº 4 inaugura nuevo establecimiento educativo, en Vieytes 650 Martínez.

1996: El 21 de noviembre, por Ordenanza  Nº 7492, se declara a la ciudad de Martínez “Capital de la Industria Cinematográfica y Televisiva”

2011 Se festeja con todo brillo el centenario de la plaza 9 de Julio la que con sus modificaciones sigue funcionando como corazón de un virtual centro cívico rodeado por la Iglesia, la Delegación Municipal y la Escuela Nº 9. La plaza sigue siendo el lugar adoptado para los actos patrios del 9 de julio, las Fiestas Patronales y otras festividades.

 

https://lapaginademartinez.com.ar/info-util/historia

 

Martínez – Parte 1

 



Poco después de la fundación de la ciudad de Buenos Aires, el 24 de Octubre de 1580, Juan de Garay repartió 65 parcelas de terreno (llamadas “suertes”) en la ribera norte. Cinco de ellas (de la suerte 47 a la 51) se encontraban en la actual ubicación de Martínez. Las mismas fueron adjudicadas a Andrés Méndez, Esteban Ruiz de Ocaña, Miguel Navarro, Sebastián de Hernández y Juan de España respectivamente.

En los siglos siguientes se fueron instalando diferentes granjas y quintas que pasarían a pertenecer al primitivo pueblo de San Isidro Labrador.

El nombre de la localidad (que es declarada ciudad en 1981) recuerda al vecino Ladislao Martínez, propietario de las tierras que vendió a la empresa Ferrocarril del Norte en 1864 para la instalación de una estación de pasajeros (que aún permanece) inaugurada en 1871. Si bien el poblado ya existía, la llegada del ferrocarril incentivó la llegada de nuevos habitantes que, en gran número, se instalaron con el comienzo del nuevo siglo: el XX.

 

Cronología

Era Prehispánica: Nuestros primeros vecinos fueron los pueblos originarios llamados “Guaraníes de las roxas”.

1580: El 24 de octubre Juan de Garay, después de pasar por estas tierras provenientes de Asunción, repartió entre sus acompañantes lo que se llamó “suertes” o “tierras de pan llevar”. Dentro de los límites de la hoy ciudad se encontraban las Nos. 47, 48, 49, 50, 51 y 52.

1805: El 6 de marzo nace D. Victorino José de Escalada, propietario de una chacra que al lotearse dio nacimiento  a “Villa Escalada”, núcleo central de nuestra ciudad. Su ubicación la podemos determinar, dentro de la nomenclatura actual, delimitada por: al Este el Río de la Plata; al Oeste con el Camino del Fondo de la Legua; al Norte con la calle Pueyrredon-Cuyo y al Sur con la calle Alvear-H. Yrigoyen

1826: El 17 de julio nace  D. Ladislao Federico Martínez Castro. (No se encuentra la de su deceso)

1837: El 25 de septiembre los Reverendos Superio, Berdugo, Majesté y Cabeza, de la Compañía de Jesús (Jesuitas) son transportados en una carreta de bueyes a la chacra de Victorino José de Escalada, en una Misión por la campaña, siendo la primera que se recuerda en nuestro pueblo.

Durante su permanencia recibieron la visita del Obispo Mariano de Escalada, hermano de Victorino José.

1863: El 12 de octubre los martinenses ven pasar por primera vez atravesando los campos, el tren a vapor que unía Retiro con San Isidro.

1871: El 18 de noviembre aquel tren se detiene por primera vez en nuestra estación que comienza a ostentar el nombre de “Estación Martínez”, nombre que luego se transmitió al poblado y se debe al propietario de las tierras de la zona donde esta ubicada, pertenecientes en aquel entonces a D. Ladislao F. Martínez Castro.

1877: El 11 de abril, ya retirado de la función pública que ejerció por largos años, en el dilatado Pago de la Costa, muere en su chacra de Martínez, D. Victorino José de Escalada. Se había desempeñado como Juez de Paz y Alcalde de Hermandad durante los años: 1832/36/37/46/47/52/53/54. Presidente Municipal-Juez de Paz en: 1860/65/66/, y Diputado ante el Congreso de Buenos Aires, en 1857.

1900/1905: Los herederos de Victorino José de Escalada, Agustín Mariano y Mercedes Llambí, lotean la parte de la chacra que iba de la Avenida Santa Fe hasta el camino del Fondo de la legua, dando nacimiento a Villa Escalada.

1900: Se instala el alumbrado eléctrico en el centro del pueblo.

 Funciona en el pueblo un Club Hípico del Norte. (No hay datos de donde funcionaba)

1901: El 18 de agosto se funda la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos.

1903: La Sociedad Cosmopolita de S. M. coloca la piedra fundamental de un Dispensario, donde funcionó luego un Servicio Médico “…..que esporádicamente recibía ayuda de la Municipalidad.”

1905: D. Guillermo Garbers dona a la Municipalidad de San Isidro una fracción de tierra de 6.000 metros cuadrados, ubicada en la calle Sáenz Valiente entre Italia y Carlos Pellegrini, “…..para plaza y edificios públicos…”. Donación que en el año 1980 fue desconocida y vendida a precio vil.

El Sr. Juan P. Lynch dona el terreno para la Escuela Nº 4

1906: 5 de septiembre. La municipalidad instala una bomba de agua para surtir los carros regadores del pueblo.

1908: El alumbrado público ya cuenta con 400 lámparas eléctricas comunes, entre las Avenidas Manuel Aguirre y Santa Fe. De ésta última hacia las lomas eran a querosene.

1910: El 17 de agosto se impone el nombre de Boulogne Sur Mer a la Estación Talleres del FFCC Central Córdoba ubicada en las lomas de Martínez, como un homenaje al Libertador en el Año del Centenario. (Dato suministrado por el historiador Balmaceda)

1910: En homenaje al Centenario, la familia Saint inaugura el monumento ubicado en el paseo de “El Águila” en la bajada al Balneario del mismo nombre, con la obra del escultor Emilio Andena.

1911: El día 9 de julio, se “funda e inaugura” la “Plaza 9 de Julio”.

Se inaugura el Club Atlético Martínez, en Estrada y Güemes.

Un Sr. Pedro Pacheco que tiene la papelería de un club de Colegiales llamado 25 de Mayo se muda a Martínez y se la cede a los muchachos del Club Gladiador para poder inscribirse en un Campeonato Amateur. Así El Gladiador toma el nombre de Club 25 de Mayo.

1912: 9 de Julio. Sedescubre el primer busto del Brigadier General Juan Martín de Pueyrredon, de autor anónimo, en el centro de la plaza, el que continúa hasta el año 1976 en que se destruye por la acción del tiempo.

Se crea en el pueblo la Sociedad Cosmopolita Femenil, de la cual quedaron registros hasta 1927.

28 de julio. La Municipalidad instala una Subintendencia de Martínez, para lo cual alquila una pieza en una casa privada.

1913: El 16 de noviembre se funda la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia.

Por Ordenanza del 19 de enero de 1913 se aprueba el trazado de un Barrio Parque (en ese entonces, Martinez) al que se denominará “Parque Aguirre”.

Por la misma Ordenanza se crea en el centro del Barrio Parque una plaza que se denominará “Manuel A. Aguirre”.

1914: Se inaugura una sala de primeros auxilios a cargo del Dr. Quiróz, con teléfono directo al corralón, donde hay una ambulancia de tracción a sangre. (No se sabe donde funcionó)

Se fija el ejido del pueblo, con estos límites: Norte: calle de Vivot; Sur: Nouguier y Alvear; Este: Las Barrancas; Oeste: límites del barrio Delfín Gallo.

La Municipalidad hace otro pozo de agua que cuesta $ 30.

Censo de población: Cuartel 3º Martínez. Argentinos: Masc. 1395; Fem. 1421.

Extranjeros: Masc. 1483; Fem. 1000;  Totales en el pueblo: 5299 personas.

1915: El 3 de junio el Obispo de la Plata Mons. Terrero, “celebró misa y bendijo la Casa y Capilla” “…en la quinta del Sr. Cornejo”, en la calle Rawson, como sede provisoria del Asilo y Colegio San José

Las hijas de D. Ladislao Martínez Castro donan una y media manzana de tierra para levantar el Asilo y Colegio San José de las Hnas  Adoratrices.

1919: Se habilita el balneario “Mar Dulce” en la bajada de Pueyrredón. Se habilita la primera línea de ómnibus, Balneario El Águila a estación Martínez.


jueves, 1 de octubre de 2020

Reforma Universitaria de 1918: la historia de los estudiantes que cambiaron la historia

 


En su aniversario N° 100 (ahora 102), te proponemos un viaje hacia el pasado para recuperar los detalles de un acontecimiento que transformó el devenir de la enseñanza superior en Argentina y Latinoamérica.

 

En 1918, cuando el mundo todavía se desayunaba el terror de la “Gran Guerra” y las potencias medían sus músculos a partir del cálculo de los cadáveres de soldados y civiles del enemigo; cuando la Rusia de Lenin, en estado de ebullición permanente, desempolvaba libros sagrados de cerebros barbudos y actualizaba el sueño de la revolución; cuando un fascismo todavía en pañales –desafortunadamente– aprendía a caminar; justo en ese momento y no en otro: Argentina, también, exhibía sus intenciones de exhalar historia. 
 

En 1918, el radical Hipólito Yrigoyen ocupaba el “sillón de Rivadavia” (1) y se estrenaba como el primer presidente en haber alcanzado el Ejecutivo Nacional tras la Ley Sáenz Peña (1912). Mientras tanto, Córdoba contaba entre sus haberes más preciados con la Universidad más antigua en el país. Fue fundada en 1613, cuando Argentina todavía no era Argentina y cuando los únicos límites fronterizos eran los accidentes geográficos. Sin embargo, cuatrocientos años después –en pleno siglo XX– con una independencia, una constitución y con un Estado nacional más o menos organizado sobre las espaldas, no existían demasiadas intenciones por parte de las autoridades clericales de modificar sus rasgos elitistas. Frente a ello, el reclamo de los estudiantes universitarios cordobeses, nucleados en centros, y sus intenciones de modernizar un sistema vetusto y opaco no tardarían en llegar. 
 

En junio de ese año se inició un movimiento estudiantil que, si bien tuvo su epicentro en Córdoba, luego se expandió hacia otras latitudes del país e, incluso, traspasó las barreras nacionales con un eco que conquistó Latinoamérica. Así, la Reforma Universitaria, que comenzó en la Universidad Nacional de Córdoba y halló en Deodoro Roca (2) a uno de sus principales referentes, se anticipó medio siglo a lo que el mundo entero conocería como “Mayo Francés”.

 

¿Qué pretendía reformar la Reforma de los estudiantes reformistas?

Ahora bien, ¿de qué se trataba esta Reforma? ¿Por qué suponía un auténtico giro copernicano en el sistema de enseñanza superior en el país? Como premisa fundamental, la propuesta de los estudiantes los restituía como actores centrales de la vida universitaria. Así, planteaba la lucha colectiva de los pueblos latinoamericanos en el reclamo por la autonomía (política, docente y administrativa) universitaria; el cogobierno (con representantes de los distintos claustros de profesores, estudiantes y egresados en el proceso de toma de decisiones); la asistencia libre; la defensa de la gratuidad de la enseñanza; la libertad (para que los estudiantes pudiesen escoger cursos paralelos al del profesor catedrático) y la periodicidad de cátedra (que estipulaba plazos con mandatos fijos para el ejercicio de la docencia); los concursos públicos para la distribución y la asignación de cargos, la publicidad de todos los actos y la extensión cultural puertas afuera de las instituciones. 
 

El programa reformista apuntaba a democratizar las condiciones de acceso y participación en un mundo universitario protagonizado por jefes clericales; planteaba la reactualización de los planes de estudio y de las metodologías para implementarlos, tan anacrónicos y enajenados de los desafíos que un convulsionado siglo XX presentaba (3); reivindicaba la libre expresión de ideas que habían quedado sepultadas; y, sobre todo, conducía hacia una disputa de clase. Como golpe de efecto, la democracia en el sistema universitario traería aparejada mejores condiciones para los individuos de clase media que, con un título en mano, estarían en posiciones más favorables para disputar espacios que hasta el momento solo eran colonizados por los hijos del dinero. Abrir las venas de un sistema diseñado a imagen y semejanza de los poderosos de turno. 
 

Con este objetivo se crearía la Federación Universitaria Argentina (FUA), para agrupar a los representantes de las diversas organizaciones estudiantiles provenientes de distintas instituciones universitarias bajo un mismo gremio, con objetivos programáticos y agendas compartidas. Con un movimiento organizado y las ideas claras, cuando todo estaba finalmente listo y el horno ya estaba para bollos, solo bastaba sincronizar relojes y hallar el momento preciso. 

 

La revolución de junio

En marzo de 1918, las agrupaciones estudiantiles conformaron el “Comité Pro Reforma” con el propósito de reclamar modificaciones menores en la estructura y el funcionamiento de la Universidad cordobesa. No obstante, ante la negativa de las autoridades, el colectivo dio el primer paso y declaró una huelga general del alumnado que retrasó el comienzo de las clases hasta el 1° de abril. Como respuesta, Yrigoyen nombró a José Matienzo –el entonces Procurador General de la Nación– como interventor, quien, tras detectar irregularidades en el funcionamiento de la institución, suscribió a la iniciativa de democratizar el estatuto universitario, declaró desiertos los cargos de las autoridades (decanos y rector) y estipuló que la elección de las jerarquías se realizaría con la participación total de los profesores. De esta manera, se reanudaba el ciclo lectivo y se colocaban paños fríos a una situación que levantaba temperatura, a tal punto que requería de la mediación del Gobierno Nacional como remedio ante tanta fiebre. 
 

El 15 de junio, cuando los decanos ya habían sido escogidos, la Asamblea debía seleccionar al rector. El candidato oficial de los sectores conservadores y de la cúpula clerical era Antonio Nores, mientras que el liberal Enrique Martínez Paz se erigía como el representante propuesto desde las entrañas del movimiento estudiantil. Tras dos votaciones, ninguna facción obtuvo mayoría absoluta y, al realizarse el tercer intento, triunfó la fórmula tradicionalista-jesuita. Este hecho desató la irrupción de los estudiantes en la sala de reuniones y la interrupción de los comicios, bajo la denuncia de que habían sido manipulados por las órdenes religiosas de la Iglesia Católica sobre las que recaía el poder organizativo, material y espiritual de la casa de estudios.  
 

Las agrupaciones estudiantiles cosecharon el apoyo de los partidos políticos populares y del sindicalismo, tomaron la Universidad, rechazaron la proclamación de Nores al frente de la institución y se declararon en “huelga indefinida”, una acción que halló la respuesta de estudiantes de diversos puntos del país que se plegaron a la lucha.

El 21 de junio, las ideas del movimiento estudiantil fueron publicadas en la “Gaceta Universitaria”, bajo el título “Manifiesto Liminar” (4), con frases memorables de su autor anónimo, aunque conocido por todos: Deodoro Roca. El documento contaba con un tono marcadamente anticlerical y antiimperialista:
 

“Desde hoy contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan”.(…) “La juventud Universitaria de Córdoba afirma que jamás hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó contra un régimen administrativo, contra un método docente, contra un concepto de autoridad”.
 

Allí, quince párrafos fueron suficientes para condensar un texto bellísimo, escrito al calor de los acontecimientos y con una profunda convicción de la imperiosa necesidad de las reformas emprendidas. Un manuscrito fresco, inteligente y revolucionario, imagen calcada de los humores que alimentaban ese caldo de cultivo en hervor permanente.  
 

Más tarde, los sucesos siguieron más o menos así: tras la renuncia de Nores al rectorado,  en septiembre, los estudiantes radicalizaron sus propuestas, ocuparon la Universidad y se distribuyeron los decanatos que habían quedado vacantes. Así, los referentes estudiantiles Horacio Valdés, Enrique Barrios e Ismael Bordabehe reemergieron como decanos de las facultades de Derecho, Medicina e Ingeniería, respectivamente. No obstante, la realidad de una institución de enseñanza superior comandada por estudiantes retornó a su forma original de utopía con el desalojo y la detención de un puñado de representantes por parte de la policía. 
 

José Salinas –ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación– fue designado por Yrigoyen para intervenir la institución, suscribió un decreto que incorporaba los reclamos estudiantiles (tanto el cogobierno como buena parte de las iniciativas descritas) y, finalmente, los líderes de la Reforma –incluido Roca– reingresaron a la Universidad. Tal fue la magnitud del sismo estudiantil que durante la década de 1920 se detectaron réplicas en Chile, Perú y Cuba, y más tarde en México, Paraguay y Brasil. Para 1921, la Reforma ya regía en todo el territorio nacional. 


(1) “En el imaginario de los argentinos circula el mito de que el reconocido sillón presidencial de Casa Rosada es el que utilizó Bernardino Rivadavia. En realidad el que se encuentra actualmente en el despacho del presidente no fue el que usó Rivadavia durante su mandato. (…) corresponde a la primera presidencia de Julio Argentino Roca. Data de 1885 y está conformado de madera de nogal italiana. Fue decorado con la técnica dorado a la hoja, con lámina de oro. Fue adquirido en la Casa Forest de París a fines del siglo XIX y ha sido utilizado desde entonces por todos los presidentes de nuestro país”. Información disponible en el sitio oficial de Casa Rosada.


(2) Deodoro Roca (1890-1942) se destacó como abogado, periodista, activista por los derechos humanos. Sin embargo, fue reconocido popularmente como uno de los máximos referentes de la Reforma estudiantil de 1918 y por la redacción del Manifiesto liminar. Aunque el texto es de carácter anónimo, siempre se supo que había sido obra de su pluma exquisita. Fue considerado por Ortega y Gasset como “el argentino más eminente de los que había conocido” y para Ezequiel Martínez Estrada, se constituyó como“el escritor político argentino más importante del siglo XX”. Información disponible en el sitio de la Universidad Nacional de Córdoba.

(3) A tal punto que, por ejemplo, no se permitía la enseñanza de las teorías evolucionistas como las de Charles Darwin. 

(4) Disponible en el sitio oficial de la Universidad Nacional de Córdoba.

 

http://www.unq.edu.ar/noticias/3551-reforma-universitaria-de-1918-la-historia-de-los-estudiantes-que-cambiaron-la-historia.php

Historia del Sistema Universitario Argentino: La reforma - (1918-1930)

sábado, 19 de septiembre de 2020

"Historias de la Argentina secreta": gauchos de Carmen de Areco, 1991


En esta emisión, el programa se traslada a la localidad de Carmen de Areco y presenta algunos testimonios de viejos pobladores, descendientes directos de los pioneros, tanto criollos como irlandeses. Así, mostrando recuerdos familiares, fotos y reliquias, puede escucharse a viejos gauchos troperos y reseros contando su presente y evocando su juventud; a un sacerdote de origen irlandés que dirige el monasterio de San Pablo; a una maestra veterana que continúa enseñando, entre otras historias. El programa incluye también el testimonio del intendente, que explica por qué se resiste a la instalación de semáforos. Un lugar que, al decir del locutor, vive "sin correr por lo último del progreso, ni pensar que el pasado fue mejor

jueves, 3 de septiembre de 2020

Radicalizar la Reforma Universitaria. La fracción revolucionaria del movimiento estudiantil argentino, 1918-1922 - Parte 5

Frente a esas tendencias, el ala radicalizada se agrupó en tres nuevas revistas que resultarían decisivas en el reemplazo del internacionalismo, que apostaba por una inminente revolución, por un latinoamericanismo orientado a denunciar el imperialismo estadounidense. Por un lado, desde Córdoba Julio Acosta dirigió a la publicación Córdoba, un "decenario de crítica social y universitaria" que entre 1923 y 1925 difundió colaboraciones de los miembros del grupo Justicia y otros líderes reformistas cordobeses, en las que ya no prima el entusiasmo revolucionario pero continuaba el intento de inscribir el movimiento universitario en la cultura de izquierdas. En afinidad con ellos, el boletín porteño Renovación (1923-1930), que dirigió el joven Gabriel Moreau bajo la iniciativa de José Ingenieros, priorizó la circulación de artículos y ensayos (provenientes de líderes estudiantiles argentinos y latinoamericanos) sobre los intentos de democratizar las universidades y el antiimperialismo, y en 1925 se convirtió en el órgano de la Unión Latino Americana (suerte de partido de intelectuales inspirado en el grupo Clarté y orientado por Ingenieros y Palacios).41 A ellos se sumó en 1925 Sagitario, revista platense fundada por tres líderes reformistas que abandonaban el proyecto de Valoraciones para editar hasta fines de 1927 el órgano cultural de la Unión Latino Americana.

Junto a esas diversas reorientaciones del movimiento reformista, se difuminaba la presencia del anarquismo entre los universitarios, aunque la reflexión y militancia pedagógica libertaria continuarían siendo importantes. Como ha mostrado Doeswijk, hacia 1925 la mayoría de los militantes anarcobolcheviques se reincorporaron al anarquismo "puro"; primero animaron la Alianza Libertaria Argentina y en las décadas siguientes la Federación Anarco Comunista Argentina y la Unión Socialista Libertaria. Los líderes estudiantiles anarcobolcheviques Luis Di Filippo y Juan Lazarte siguieron un recorrido ligado a esos grupos, mientras que Julio R. Barcos, con su ensayo Política para intelectuales de 1931, bregó por la adscripción al yrigoyenismo.

Como señalamos en la introducción, la trama estudiantil bolchevique que aquí reconstruimos no fue recordada por la historiografía de la Reforma (a la que se han incorporado recientemente las revistas, la correspondencia y otras fuentes que solían descalificarse como "menores") ni por la historiografía anarquista y socialista (sin interés en mostrar el entusiasmo de estas corrientes políticas ante los inicios de la Revolución rusa). A ello se sumó la operación sobre los propios itinerarios que realizaron varios líderes de esa fracción radicalizada. En efecto, en los años treinta Biagosch, Roca y Bermann continuaban reconociéndose como líderes del ala radicalizada de la Reforma, Lazarte la reivindicaba en el citado balance y los antiguos insurrexits Hipólito Etchebéhère y Mika Feldman partían a Berlín tras una inminente revolución comunista.42 En cambio, Astrada, Taborda, Monner Sans y Solari nada dirían de su intento de acercar la Reforma al bolcheviquismo, pues los dos primeros se identificaban con un nacionalismo acusado de simpatizar con el fascismo y los dos últimos militaban en las filas del PS.

Para concluir, subrayemos que el recorrido por las diversas revistas estudiantiles radicalizadas, además de complejizar la historiografía de la Reforma, ilumina un significativo intento de reformular las identidades de izquierdas. Con ello esta investigación sugiere que, en su intento de recuperar sus diversas expresiones, la historia de las izquierdas latinoamericanas necesita atender no solo a las grandes líneas organizativas, sino también a los pequeños grupos y las breves revistas que surgieron de la confrontación con dichas líneas y que, para los historiadores, comienzan a ser visibles cuando se introducen fuentes historiográficas que tendieron a ser poco valoradas.


Notas

1 Alberto Ciria y Horacio Sanguinetti, Los Reformistas (Buenos Aires: Jorge Álvarez, 1968); Juan Carlos Portantiero, Estudiantes y política en América Latina (1918-1938): el proceso de la Reforma Universitaria (México: Siglo XXI, 1978); Pablo Buchbinder, ¿Revolución en los claustros? La Reforma Universitaria de 1918 (Buenos Aires: Sudamericana, 2008); Hugo Biagini, La contracultura juvenil. De la emancipación a los indignados (Buenos Aires: Capital Intelectual, 2012).
2 Juan Lazarte, Líneas y trayectorias de la Reforma Universitaria (Buenos Aires: Argos, 1935); Bernardo Kleiner, 20 años de Movimiento Estudiantil Reformista, 1943-1963 (Buenos Aires: Platina, 1964); Gustavo Hurtado, Estudiantes, reforma y revolución (Buenos Aires: Cartago, 1990); Horacio Tarcus, "Revistas, intelectuales y formaciones culturales izquierdistas en la Argentina de los 20", Revista Iberoamericana 208-209 (2004): 749-772.
3 Andreas Doeswijk, Los anarcobolcheviques rioplatenses (1917-1930) (Buenos Aires: CEDINCI, 2013); Roberto Pittaluga, Soviets en Buenos Aires (Buenos Aires: Prometeo, 2015).
4 Metodológicamente, nuestra reconstrucción, por un lado, se apoya en la identificación de las revistas culturales como una vía fundamental para recuperar la complejidad del campo intelectual, tal como lo realizan Beatriz Sarlo, "Intelectuales y revistas: razones de una práctica", Cahiers du crigoal 9-10 (1992): 9-16; y Jacqueline Pluet-Despatin, "Une contribution a l'histoire des intellectuels: les revues", Les Cahiers de L'IHTP 20 (1999): 125-136. Por otro lado, esta investigación retoma los señalamientos sobre las redes político-intelectuales, en cuanto que receptoras y difusoras de identidades políticas, propuestos por Horacio Tarcus, "Introducción. La historia intelectual y la problemática de la recepción", Marx en la Argentina (Buenos Aires: Siglo XXI, 2007) 21-59.
5 Especialmente, Gabriel del Mazo, comp. La Reforma Universitaria (La Plata: Centro de Estudiantes de Ingeniería, 1941); Reforma Universitaria y cultura nacional (Buenos Aires: Raigal, 1955); y La Reforma Universitaria. Una conciencia de emancipación en desarrollo (Buenos Aires: Centro de Estudios Reforma Universitaria, 1956).
6 Entonces existían en Argentina cinco universidades: las de Tucumán y Santa Fe eran provinciales e impartían saberes relativos a las industrias regionales, mientras que las de Córdoba y Buenos Aires eran nacionales y estaban orientadas a la formación de profesionales liberales; la universidad platense era nacional e impartía carreras de ambos perfiles. En cuanto a la impronta clerical-conservadora de la universidad cordobesa, importantes investigaciones recientes han advertido que no fue monolítica y que el malestar mayor provenía no de la impronta clerical, sino del carácter cerrado que tenía la planta docente, ver: Pablo Buchbinder, Historia de las universidades argentinas (Buenos Aires: Sudamericana, 2005) y, sobre todo, Ana Clarisa Agüero, "Local / nacional. Córdoba: cultura urbana, contacto con Buenos Aires y lugares relativos en el mapa cultural argentino (1880-1918)", tesis de doctorado en Historia (Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, 2010).
7 La presidencia de Yrigoyen (1916-1922) implicó el desplazamiento de la élite económica del poder ejecutivo, pues Yrigoyen pertenecía a la Unión Cívica Radical, partido que congregaba a las clases medias y populares en torno de la correcta aplicación de la Constitución Nacional. Además, su gobierno abrió un inusitado diálogo entre el poder ejecutivo y el movimiento obrero, interrumpido temporalmente con la represión de enero de 1919, bautizada como la "Semana Trágica". Sobre el vínculo de los primeros reformistas cordobeses con el radicalismo, ver: Gardenia Vidal, "La Reforma Universitaria de 1918 y la Unión Cívica Radical", Historia política. Web. Disponible en: http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/Vidal.pdf.
8 Edgardo Bilsky, La Semana Trágica (Buenos Aires: CEAL, 1984).
9 Surgido en enero de 1918 como una escisión del PS, el PSI defendió la posición neutral ante la Guerra Mundial, participó de las contiendas electorales y, desde la fundación de la Internacional Comunista o III Internacional (marzo de 1919), buscó ser reconocido como la sección argentina del Partido Comunista. Si bien adoptó ese nombre en diciembre de 1920, recién a mediados de 1922 fue reconocido por la Internacional como el único representante argentino. Ver: Daniel Campione, "El Partido Comunista de la Argentina. Apuntes sobre su trayectoria", El comunismo: otras miradas desde América Latina, eds. Elvira Cocheiro et al. (México: UNAM, 2007) 176-215; Víctor Jeifets, "La derrota de los 'Lenins argentinos': La Internacional Comunista, el Partido Comunista y el movimiento obrero de Argentina, 1919-1922", Pacarina del Sur. Revista de pensamiento crítico latinoamericano 6 (2011). Web.
10 Durante la primera década del siglo XX, el anarquismo tuvo un importante peso en el movimiento obrero argentino. Los orígenes de la FORA se remontan a 1901. Cuatro años después, en su quinto congreso, la Federación se identificó con los principios del comunismo anárquico. Poco después, los sindicatos partidarios de los principios del sindicalismo revolucionario (que encontrarían en Sebastián Marotta a su principal líder y divulgador) se separaron para fundar nuevas centrales: primero la Unión General de los Trabajadores, en 1909 la Confederación Obrera Regional Argentina y en 1915 la FORA del IX Congreso. Esta surgía del fracasado intento de unificar el movimiento obrero argentino y reunía a sindicalistas revolucionarios, socialistas y unos pocos anarquistas, pues la mayoría permanecía en la antigua FORA anarcocomunista, desde entonces bautizada "FORA del V" y entre 1919 y 1922 "FORA Comunista". El intento de reunificar las dos federaciones se reemprendió en 1919 y, en parte, se concretó en 1922, cuando la FORA del IX y varios gremios independientes y libertarios inscritos en la FORA del V crearon la Unión Sindical Argentina (USA).
11 Sobre esos conflictos contamos con las valiosas investigaciones de Julio Godio, La Semana Trágica (Buenos Aires: Hyspamérica, 1986); Edgardo Bilsky, La Semana Trágica (Buenos Aires: CEAL, 1984); Alejandro Jasinski, Revuelta obrera y masacre en La Forestal (Buenos Aires: Biblos, 2013); Gastón Gori, La Forestal (Buenos Aires: Mauro Yardin, 2006); Adrián Ascolani, "Una ciudadanía restringida, tensiones en torno a los derechos y las obligaciones del magisterio. La gran huelga de 1921, Santa Fe, Argentina", Educação em foco 15 (2011): 1-29; y Osvaldo Bayer, La Patagonia rebelde (Buenos Aires: Planeta, 2002).
12 Ver, sobre todo: Juan Greco y José Penelón, "Informe de la delegación argentina", 1922. Fondo de la Internacional Comunista, CEDINCI. La saga de diarios obreros anarcobolcheviques se completa con La Rebelión (Rosario, 1913-1918), El Libertario (Buenos Aires, 1923) y La Rebelión (Buenos Aires, 1925-1926).
13 "Orientaciones y propósitos", Ideas. Órgano del Ateneo de Estudiantes Universitarios 22 (1919): 77.
14 Bases 1 (1919): 3.
15 Bases 1 (1919): 4.
16 "¡Viva Rusia!", Bases 4 (1920): 1. La colección completa de esta revista puede consultarse en el portal América Lee del CEDINCI: http://americalee.cedinci.org/portfolio-items/bases.
17 "El triunfo bolcheviki en Europa y en Asia", Bases 5 (1920): 1.
18 Mente 1 (1920): 16.
19 Natalia Bustelo, "Arielismo, Reforma Universitaria y socialismo bolchevique, la revista Ariel (1919-1931)", Polémicas intelectuales, debates políticos, las revistas culturales del siglo XX, Leticia Prislei (Buenos Aires: FFyL, 2015) 49-86.
20 "Ofrecimiento del Ateneo Universitario", La Organización Obrera. Órgano oficial de la Federación Obrera Regional Argentina 95 (1919).
21 Sobre las definiciones anarcobolcheviques del joven Astrada, ver: Natalia Bustelo y Lucas Domínguez Rubio, "Vitalismo libertario y Reforma Universitaria, los escritos filosófico-políticos de Carlos Astrada", Políticas de la memoria 16 (2015): 295-310.
22 Tarcus, "Introducción"; Horacio Tarcus, "Insurrexit. Revista universitaria (19201921)", Lote 8 (1997). Web. Disponible en: http://www.fernandopeirone.com.ar/Lote/nro008/rcinsurre.htm.
23 Mente 1 (1920): 1.
24 "Manifiesto del grupo 'Justicia'", Mente 2 (1920): 1; Vía Libre 11 (1920): 4.
25 Junto con Astrada y Biagosch ingresaron como profesores los siguientes intelectuales porteños, también identificados con el maximalismo: Alberto Palcos, Carmelo Bonet, Roberto Giusti, Carlos Scotti, Leopoldo Hurtado y Alberto Massa. Sobre el reformismo platense, ver: Hugo Biagini, ed. La Universidad de La Plata y el movimiento estudiantil. Desde sus orígenes hasta 1930 (La Plata, EDULP: 2001); y Osvaldo Graciano, Entre la torre de Marfil y el compromiso político (Bernal: Univeridad Nacional de Quilmes, 2008).
26 "Conferencias del Sr. Alberto Palcos", El Argentino [La Plata] dic. 20, 1920; y "Conferencia en el Colegio Nacional", El Argentino [La Plata] mar. 2, 1921. Palcos participaba activamente en la fracción radicalizada de la Reforma en Buenos Aires, pero además era parte del comité central del PSI y director de La Internacional.
27 "Colegio Nacional", El Argentino [La Plata] nov. 15, 1920.
28 Bases 7 (1920): 8.
29 Verbo Libre 1 (1920): 4.
30 Verbo Libre 3 (1920): 2.
31 Verbo Libre 3 (1920): 2.
32 Luis di Filippo, "A definirse", Mente 2 (1929): 13.
33 Lazarte 34.
34 Juan lazarte, "Los estudiantes y la política", El Trabajo [Buenos Aires] sep. 24, 1921.
35 "Una buena iniciativa", Cuasimodo 21 (1921): 23. Seguramente, esa iniciativa es la que dio lugar a la editorial Grupo Anarquista Los Comunistas, en la que aparecieron las obras de Pierre Quiroule Unificación] Entre obreros.
36 "Necesidad urgente de un Congreso Universitario" y "Sindicalización de estudiantes y obreros", La Gaceta Universitaria (1921): 2. Ese número también informa que se constituyó en la Casa del Estudiante una comisión formada por los estudiantes Lazarte, Alfredo Morcillo y Edmundo Tolosa (militante del PS) para acercar socorros a los trabajadores que en Rusia son víctimas de la miseria y del hambre. Su contratapa publicita la existencia de un Comité local Pro-Hambrientos de Rusia. Esto confirma el vínculo con los grupos obreros que impulsaba la FUC. En esta revista se aclaraba que "se ha invitado igualmente a la F. O. Provincial y a la F. O. Local, y centros culturales de esta ciudad a fin de llevar una acción conjunta que pueda responder a propósitos tan plausibles". En: La Gaceta Universitaria (1921) sep. 15.
37 "El conflicto de la F. U.", Revista de Derecho y Ciencias Sociales del Centro de Estudiantes de Derecho de Córdoba 6 (1921): 98.
38 "El conflicto de la F. U." 100.
39 Graciano 80-90.
40 Daniel Alterman, "Inicial: del reformismo al protofascismo en el período de entreguerras (1923-1927)", El Matadero 3 (2004): 55-81; y Fernando Rodríguez, "Inicial. El frente estético-ideológico de la nueva generación", Inicial. Revista de la nueva generación (1923-1927) (2005): 7-44.
41 Alexandra Pita González, La Unión Latino Americana y el Boletín Renovación. Redes intelectuales y revistas culturales en la década de 1920 (México: Colegio de México, 2009).
42 Horacio Tarcus, "Historia de una pasión revolucionaria. Mika Feldmann e Hipólito Etchebehre, de la Reforma Universitaria a la Guerra Civil Española", El Rodaballo 11-12 (2000). Web. Disponible en: http://www.fundanin.org/tarcus2.htm.


OBRAS CITADAS

I. Fuentes primarias

Archivos

Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas, Buenos Aires, Argentina

Fondo de la Internacional Comunista

Publicaciones periódicas

Revistas

Ariel. Revista del Centro de Estudiantes Ariel (Montevideo) 1919-1931.

Bases. Tribuna de la juventud (Buenos Aires) 1919-1920.

Boletín de la Federación Universitaria Argentina (Buenos Aires) 1920-1922.

Clarín (Buenos Aires) 1919-1920.

Córdoba. Decenario de crítica social y universitaria (Córdoba) 1923-1925.

Cuadernos del Colegio Novecentista (Buenos Aires) 1917-1919.

Cuasimodo (Panamá-Buenos Aires) 1919-1921.

Documentos del progreso (Buenos Aires) 1919-1922.

Germinal. Órgano de la Asociación de Estudiantes de la Escuela Nacional de Comercio (Rosario) 1922-1923.

Ideas. Órgano del Ateneo de Estudiantes Universitarios (Buenos Aires) 1915-1919.

Inicial (Buenos Aires) 1923-1926.

Insurrexit. Revista Universitaria (Buenos Aires) 1920-1921.

La Antorcha. Órgano Oficial del Centro de Estudiantes del Nuevo Colegio Nacional (Rosario) 1920.

La Gaceta Universitaria (Córdoba) 1918-1922.

La Gaceta Universitaria (Santa Fe) 1919.

La Reforma: Editado por el Comité Pro-Afianzamiento de la Reforma Educacional (La Plata) 1921.

Mente. Revista de crítica social (Córdoba) 1920.

Sagitario (La Plata) 1925-1927.

Verbo Libre. Periódico estudiantil de ideas y crítica (Rosario) 1920.

Valoraciones. Humanidades, crítica y polémica (La Plata) 1923-1928.

Vía Libre. Publicación mensual de crítica social (Buenos Aires) 1919-1922.

Periódicos

El comunista [Rosario] 1920-1921.

El trabajo. Diario de la mañana [Buenos Aires] 1921-1922.

Documentos impresos y manuscritos

Abad de Santillán, Diego y Emilio López Arango. El anarquismo en el movimiento obrero en la Argentina. Barcelona: Cosmos, 1925.

Del Mazo, Gabriel, ed. La Reforma Universitaria. Buenos Aires: FUA, 1927.

Lazarte, Juan. Líneas y trayectorias de la Reforma Universitaria: Buenos Aires: Argos, 1935.

II. Fuentes secundarias

Agüero, Ana Clarisa. "Local / nacional. Córdoba: cultura urbana, contacto con Buenos Aires y lugares relativos en el mapa cultural argentino (1880-1918)". Tesis de doctorado en Historia. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba, 2010.

Alterman, Daniel. "Inicial: del reformismo al protofascismo en el período de entreguerras (1923-1927)". El Matadero 3 (2004): 55-81.

Ascolani, Adrián. "Una ciudadanía restringida, tensiones en torno a los derechos y las obligaciones del magisterio. La gran huelga de 1921, Santa Fe, Argentina". Educação em foco 15 (2011): 1-29.

Bayer, Osvaldo. La Patagonia rebelde. Buenos Aires: Planeta, 2002.

Biagini, Hugo, ed. La Universidad de La Plata y el movimiento estudiantil. Desde sus orígenes hasta 1930. La Plata: EDULP, 2001.

Biagini, Hugo. La contracultura juvenil. De la emancipación a los indignados. Buenos Aires: Capital Intelectual, 2012.

Bilsky, Edgardo. La Semana Trágica. Buenos Aires: CEAL, 1984.

Buchbinder, Pablo. Historia de las universidades argentinas. Sudamericana: Buenos Aires, 2005.

Buchbinder, Pablo. ¿Revolución en los claustros? La Reforma Universitaria de 1918. Buenos Aires: Sudamericana, 2008.

Bustelo, Natalia. "Arielismo, Reforma Universitaria y socialismo bolchevique, la revista Ariel (1919-1931)". Polémicas intelectuales, debates políticos, las revistas culturales del siglo XX. Ed. Leticia Prislei. Buenos Aires: FFyL, 2015. 49-86.

Bustelo, Natalia y Lucas Domínguez Rubio. "Vitalismo libertario y Reforma Universitaria, los escritos filosófico-políticos de Carlos Astrada". Políticas de la memoria 16 (2015): 295-310.

Campione, Daniel. "El Partido Comunista de la Argentina. Apuntes sobre su trayectoria". El comunismo: otras miradas desde América Latina. Ed. Elvira Cocheiro et al. México: UNAM, 2007.

Ciria, Alberto y Horacio Sanguinetti. Los Reformistas. Buenos Aires: Jorge Álvarez, 1968.

Del Mazo, Gabriel. Reforma Universitaria y cultura nacional. Buenos Aires: Raigal, 1955.

Del Mazo, Gabriel. La Reforma Universitaria. Una conciencia de emancipación en desarrollo. Buenos Aires: Centro de Estudios Reforma Universitaria, 1956.

Doeswijk, Andreas. Los anarcobolcheviques rioplatenses (1917-1930). Buenos Aires: CEDINCI, 2013.

Godio, Julio. La Semana Trágica. Buenos Aires: Hyspamérica, 1986.

Gori, Gastón. La Forestal. Buenos Aires: Mauro Yardin, 2006.

Graciano, Osvaldo. Entre la Torre de marfil y el compromiso político: Intelectuales de izquierda en la Argentina 1918-1955. Bernal: UNQUI, 2008.

Hurtado, Gustavo. Estudiantes, reforma y revolución. Buenos Aires: Cartago, 1990.

Jasinski, Alejandro. Revuelta obrera y masacre en La Forestal. Buenos Aires: Biblos, 2013.

Jeifets, Víctor. "La derrota de los 'Lenins argentinos': la Internacional Comunista, el Partido Comunista y el movimiento obrero de Argentina, 1919-1922". Pacarina del Sur. Revista de pensamiento crítico latinoamericano 6 (2011). Web.

Kleiner, Bernardo. 20 años de Movimiento Estudiantil Reformista, 1943-1963. Buenos Aires: Platina, 1964.

Pita González, Alexandra. La Unión Latino Americana y el Boletín Renovación. Redes intelectuales y revistas culturales en la década de 1920. México: Colegio de México, 2009.

Pittaluga, Roberto. Soviets en Buenos Aires. Buenos Aires: Prometeo, 2015.

Pluet-Despatin, Jacqueline. "Une contribution a l'histoire des intellectuels: les revues". Les Cahiers de l'ihtp 20 (1999): 125-136.

Portantiero, Juan Carlos. Estudiantes y política en América Latina (1918-1938). México: Siglo XXI, 1978.

Rodríguez, Fernando. "Inicial. El frente estético-ideológico de la nueva generación". Inicial. Revista de la nueva generación (1923-1927) (2005): 7-44.

Sarlo, Beatriz. "Intelectuales y revistas: razones de una práctica". Cahiers du CRICCAL 9-10 (1992): 9-16.

Tarcus, Horacio. "Insurrexit. Revista universitaria (1920-1921)". Lote 8 (1997). Web.

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