miércoles, 4 de septiembre de 2013

Primeros cementerios de Flores - Parte 1


El primer cementerio de Flores fue inaugurado el 2 de setiembre de 1807, inhumándose en esa fecha al vecino Pedro Ximénez, español, natural de Murcia. Hasta entonces, el párroco autorizaba los entierros en parroquias limítrofes, ya fueran Monserrat, la Piedad o la Recolección. Este primitivo cementerio estaba situado al Este de la iglesia, edificada entonces sobre la actual Rivera Indarte casi al llegar a Ramón L. Falcón. Enterratorio humilde, durante mucho tiempo sólo se inhumaron allí negros esclavos y alguno que otro vecino pobre. Las familias de distinción que tenían casa en Buenos Aires y quinta en Flores no lo utilizaban, prefiriendo sepultar a sus deudos en iglesias tradicionales.

Juan Pedro de Córdoba, propietario de Monte Castro, dispuso por testamento ser enterrado en San Francisco, y sólo si moría en su chacra y para evitar los gastos del traslado, debía serlo en Flores. No obstante, en ese cementerio se dio sepultura en octubre de 1829 al cadáver de Tomás Grigera, el famoso alcalde de las quintas y fundador del pueblo de Lomas de Zamora. El padre Nicolás Herrera así lo consigno: “El día veinte y cuatro di sepultura con misa de cuerpo presente al cadáver de don Nicolás Herrera, de setenta y cuatro años, viudo. (1)

Y el 31 de julio de 1830 ese camposanto albergó los restos mortales de Antonio Millán, el vecino fundador del pueblo. (2)

El constante crecimiento de la población de Flores y su ubicación en el corazón mismo del pueblo, movieron al gobierno para ordenar a la autoridad eclesiástica su traslado por decreto del 24 de mayo de 1830. El doctor Martín Boneo, en nota dirigida a Juan Manuel de Rosas el 17 de setiembre de 1832 señaló su cumplimiento, informando que el nuevo cementerio estaba ubicado:

“a proporcionada distancia de la población, por la parte del Sud, teniendo una extensión muy superior a la población actual de todo este partido, componiéndose de treinta y ocho varas de frente y setenta y ocho de fondo, todo cercado de pared sólida, con una sala de depósito y un osario. Se han gastado sólo tres mil pesos en esta obra –informados- la mayor parte de limosnas recaudadas del vecindario por el que escribe, lo restante de multas remitidas por el Juez de Paz y algunos ahorros de los fondos de fábrica que se han hecho con este fin. Los herederos del finado don Esteban Villanueva y don Norberto Quirno han cedido el derecho que creen tener al terreno en que ha sido construido este edificio, hasta de una extensión de media cuadra cuadrada”. (3)

Este terreno estaba ubicado entre las calles Varela, Culpina, Remedios y Tandil.

(1) Libro 2º de Defunciones de la Iglesia de Flores. Folio 104
(2) Idem. Folio 124
(3) Archivo General de la Nación, Sala X, 24-7-23

No hay comentarios.:

Publicar un comentario