lunes, 6 de noviembre de 2017

Así nació Parque Chas - Parte 2

El primer remate

El 27 de noviembre de 1927, la casa G.G.G llevó a cabo la primera subasta de lotes desde La Pampa hasta Avenida de los Incas por Avenida Triunvirato. Las jornadas de remates eran muy pintorescas, ya que se instalaban carpas donde los interesados podían hacer sus ofertas. “Aquel día hizo 36 grados de calor y las tres carpas estaban llenas de gente. La venta duró desde las 16 hasta las 22 y se vendieron 200 lotes a 25 pesos moneda nacional, a pagar en cien meses sin interés. 

Como propaganda se regalaron más de mil abanicos por el calor que hacía. Al no haber parlantes no se podían escuchar las ofertas por el ruido que producía la gente cuando se apantallaba”, contó Gerónimo Grosso (hijo), quien ayudó a su padre desde los catorce años de edad en todas las subastas de terrenos que se hicieron en Parque Chas. Se realizaron treinta remates (cada cuatro meses) a lo largo de diez años y se llegó a vender un total de 3.000 lotes.

A los que adquirían un lote se les entregaba diez mil ladrillos gratis y por cinco pesos más se les daba veinte mil ladrillos. Por seis pesos más se entregaban los materiales necesarios para construir una habitación. O sea que por cuarenta pesos al mes el más humilde obrero podía hacerse la casa. La mayoría levantó su hogar trabajando los sábados y domingos, ya que durante la semana se dedicaban a sus oficios y ocupaciones. 

La idea era incentivar la construcción para valorizar el barrio. La base de venta era de 20 pesos por mes. Los lotes más caros, como la esquina de Avenida de los Incas y Triunvirato, costaban 250 pesos por mes, los de Triunvirato hasta La Pampa tenían un valor de 20 a 150 pesos por mes y los que estaban dentro del barrio de 60 a 70 pesos por mes, siempre en 100 cuotas sin interés.

La casa matriz de las tres G estaba ubicada en Sarmiento 559, pero mientras Parque Chas crecía se instaló una agencia en un chalet de madera de Triunvirato y Gándara. “Atendíamos sábados, domingos y feriados. Yo acompañaba a la gente que venía a ver los terrenos para que no se perdieran, ya que como las calles eran redondas se desorientaban”, recordó Grosso hijo. Los últimos terrenos se vendieron en el triángulo formado por las calles Gándara, Ginebra y Triunvirato en 1941. 


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