domingo, 21 de marzo de 2010

Entrevista a Jorge Rafael Videla - parte 1


La idea es simpemente exponer el reporjate que se hizo en 1977, son dos personajes nefastos a mi modo de ver, pero está bueno que cada uno saque las conclusiones que quiera.
Es un poco difícil copiar y pegar, dejando de lado las sensaciones que me generan estas dos personas que sin lugar a dudas, hicieron historia...

Jorge



REVISTA EXTRA - AÑO XIII - Nº 145 - JULIO 1977

EL PRESIDENTE VIDELA CONTESTA

En los últimos 30 años pocas veces los analistas de la política argentina han tenido tanta oportunidad de conocer “mano a mano” lo que piensa un presidente de la República como desde que asumió la Jefatura del Estado el teniente general Jorge Rafael Videla.
Pocas veces, también, la transparencia ha sido tan intensa en esa alta latitud. Frecuentar el Poder es siempre delicado.
Frecuentarlo y hacer coincidir el Poder con la Realidad es la sensación que se tiene cuando uno termina de oír o de hablar con el presidente Videla -acaso uno de los argentinos que mejor sabe escuchar-, porque no hay tapujos, ni temas tabúes, y, vitalmente, existe el horizonte más que el ayer.
Al cumplirse 12 años de la vida de EXTRA quisimos conocer cuatro juicios sobre la Argentina-hoy. Y formularnos nuestras abiertas preguntas y recibimos estas totales respuestas del presidente Videla:
Extra: ¿Tiene remedio la Argentina?
Jorge Rafael Videla: No me cabe la menor duda que nuestro país tiene todas las posibilidades como para superar las difíciles circunstancias por las que atravesó los últimos años.
Utilizando los términos de su pregunta, diría que siempre el país, desde que es tal, ha tenido remedio.
En la actual coyuntura, y analizando las experiencias del pasado, estimo que el remedio consiste en vertebrar una Propuesta de Unión Nacional, cuya resultante ha de ser, necesariamente, la convergencia de civiles y militares en torno de un quehacer común.
Extra: 500 días después, ¿cuáles son las mayores dificultades que enfrenta el presidente de la República?
Videla: Toda acción de Gobierno importa la superación de obstáculos, propios de las modificaciones que es necesario realizar, de la obtención de los recursos de que se deben disponer, y de la concreción de realizaciones. En tal sentido, las dificultades son de una adversidad que se corresponde con la dinámica misma del accionar gubernamental. Pero, en síntesis, podríamos decir que los mayores esfuerzos están centrados en superar la coyuntura económica, que, como es lógico, incide inmediatamente en el plano social, así como en los aspectos tecnológicos y de infraestructura que el país requiere para un sostenido desarrollo.
Por otra parte, la marcha iniciada por el Gobierno de las FF.AA. a partir del 24 de marzo de 1976 no ha sido la que habitualmente debe desplegar el Ejecutivo en el desarrollo de un plan de gobierno. Las inéditas condiciones de desorganización, desmoralización y auge de la subversión, que debimos enfrentar, señalan un plexo de problemas a resolver que, como digo, superan las circunstancias que habitualmente debe encarar el Estado.
Pero el Proceso de Reorganización Nacional no se agota, ni satisface sus propósitos en una acción de reordenamiento económico, social e institucional.
Las altas miras están puestas sobre la base de ese imprescindible reordenamiento, en hacer posible y real la revitalización de las instituciones y del funcionamiento político del país a partir de la instauración de una democracia verdadera y estable.
A ello apunta la Propuesta de Unión Nacional que hemos anunciado y el diálogo que hemos de instrumentar con personalidades representativas de la República, a efectos de viabilizar dicha propuesta.
Debemos comprender que todo ello importa un considerable esfuerzo de realizaciones, de logros materiales y de legítimas conciliaciones que no admiten postergación.

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