domingo, 28 de marzo de 2010

La prensa escrita argentina ante el golpe militar de 1976 - parte 5

Un gobierno sin poder ante el enemigo “subversivo”

El efecto de mayor homogeneidad discursiva de los discursos golpistas de 1976 se debió, asimismo, a que tanto la MRA golpista liberal como la MRA golpista nacionalista antiliberal justificaron el golpe de Estado a través del empleo del tópico del vacío de poder, que señalaba la ausencia de autoridad en el gobierno derrocado. Este tópico resultó convergente con la estrategia discursiva que consistió en ampliar la extensión de la noción de subversión, cuyo peligro quedaba con ello maximizado.

El vacío de poder
Este tópico había sido empleado por las dos memorias retórico argumentales golpistas para apoyar el derrocamiento de Arturo Illia, el 28 de junio de 1966, cuando se manifestó en nominalizaciones del tipo “una vacancia de autoridad”(53) y “un vacío de autoridad” (54). Sin embargo, en 1976 fue más usado por los diarios y revistas y volvió cristalizado en el cliché (55) “vacío de poder”. En efecto, para justificar el derrocamiento de Isabel Perón, Extra, La Prensa, La Opinión y Gente formularon, entre otras, las siguientes descripciones definidas e indefinidas “un tremendo vacío de poder”(56), “un total y absoluto vacío de poder”(57), “los síntomas iniciales de un vacío de poder” (58).
opuesto con el que se identifica el locutor del enunciado negativo. Ver García Negroni y Tordesillas Colado (2001, 204-209).
Clarín, por su parte, utilizó la nominalización “las apariencias formales del poder” (59) y Extra “la acefalía oficialista” (60), ambas referidas al gobierno de Isabel Perón. Extra, asimismo, afirmó que “Cuando hay vacío de poder o el poder se recompone o lo ocupa la izquierda nihilista o las Fuerzas Armadas” (61), que “el gobierno destituido incurrió en el peor pecado: no gobernar”(62) y que “el poder desapareció”(63). La Prensa, por su parte,
remarcó que durante el gobierno anterior “El principio de autoridad estaba ausente”. (64)

La extensión de la noción de “subversión”

Si bien las organizaciones guerrilleras, como recuerda Guillermo O´Donnell (1997:182), estaban en un franco retroceso desde 1975, el peligro de la “subversión” fue esgrimido por los diarios y revistas para apoyar el derrocamiento de Isabel Perón y para justificar la cruenta represión implementada por las fuerzas armadas. En los discursos golpistas de 1976, el término “subversión” no se limitó a referir a los grupos armados de izquierda sino que incluyó también en su referencia al sindicalismo combativo y a la intelectualidad crítica (65). La estrategia fue, entonces, emplear la técnica argumentativa que Perelman y Olbrechts-Tyteca (1989:226) denominan extensión de las nociones, que consiste en ensanchar o en restringir el campo de una noción de manera que englobe o no a ciertos seres, cosas, ideas o situaciones.
De esta manera, La Nación sostuvo que “mientras las Fuerzas Armadas y de Seguridad prosiguen su lucha contra la subversión y el terrorismo (…) otras fuerzas, las de la educación, de la escuela, de los medios de comunicación” debían ahondar su propia lucha para evitar “las capturas iniciales” de los jóvenes (66); Clarín aclaró que “la subversión (…) se extiende desde las manifestaciones
de la guerrilla urbana y rural hasta los establecimientos fabriles y culturales” (67); Gente advirtió que “la subversión no solo venía actuando en el monte y en las calles sino la tesis del sociólogo James Petras sobre el motivo de mayor peso que incidió en los militares para derrocar a Isabel Perón. No se trató de la acción de las organizaciones guerrilleras sino de la democratización de las bases sindicales que derivó en la no aceptación de la verticalidad en las empresas, pues ésta funcionaba como un obstáculo para la desregulación de las economías latinoamericanas impulsada por los Estados Unidos desde 1970. Las declaraciones de James Petras están reproducidas en Seoane, M. (1991) Todo o nada. La historia secreta y la historia pública del jefe guerrillero Mario Roberto Santucho. Bs. As.: Planeta, p. 273.
53 Ver La Nación, editorial del 29-6-66.
54 Ver Imagen, “La ciudadanía frente a un compromiso histórico”, 2° quincena de julio.
55 El cliché es considerado una estructura significante remanida o cristalizada. Ver Amossy y Herschberg Pierrot (2001)
56 Ver Extra, “Las horas vitales”, abril de 1976 y La Prensa, editorial del 27-3-76.
57 Ver La Opinión, “El principio de la fe en el sistema”, 27-3-76.
58 Ver Gente, “Moralidad, idoneidad, eficiencia”, 1-4-76.
59 Ver Clarín, editorial del 25-3-76
60 Ver Extra, “¿Qué pasó, qué va a pasar?”, abril de 1976. En este comentario, asimismo, Extra sostiene que “El Estado había quedado acéfalo desde el 1° de julio de 1974”.
61 Ver Extra, “Las horas vitales”, abril de 1976.
62 Ver Extra, “Un nuevo desafío a la imaginación”, abril de 1976.
63 Ver Extra, “Personalidad de Videla”, abril de 1976.
64 Ver La Prensa, “No sorprendió en Estados Unidos el cambio de gobierno”, 26-3-76.
65 La inclusión del sindicalismo en la extensión de la noción de “subversión” se comprende considerando
66 Ver La Nación, editorial del 28-3-76.
67 Ver Clarín, editorial del 30-3-76.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario