sábado, 7 de septiembre de 2019

El Parque Retiro o nuevo Parque Japonés - Parte 5

Fuera del Parque, pero dentro del mismo predio estaban los salones de espectáculos picarescos y  baile: “Babilonia” y  el “Salón Chamamé” y el cine supuestamente pornográfico.
En el cine se exhibían películas rigurosamente prohibidas para menores: “Como venimos al mundo”, “Como se nace y como se muere”. Se trataba de películas ingenuamente educativas donde se explicaba narrativamente  la naturaleza del amor y la familia.
Comenzaba con el inicio del vínculo de una pareja adulta, dándose la mano al presentarse. Posteriormente se los veía paseando por una ciudad hasta que –siempre de acuerdo con la explicación del narrador – decidían “comprometerse”. Entonces el hombre obsequiaba a la mujer, colocándole un anillo, mientras él repetía la operación en su dedo. A los pocos minutos la pareja de comprometidos salía  de un Registro Civil e inmediatamente de una Iglesia. A esta altura, el film llevaba unos quince minutos y la impaciencia del público se manifestaba en comentarios y bostezos. Pero la expectativa lograba una pausa ante la promesa del film. Apenas salían de la Iglesia se dirigían a un hotel. Entraban con cara de felices mientras el relator seguía: “y ahora ya están casados y podrán disfrutar del placer que da el amor…”La pareja entraba a un cuarto y de inmediato se enfocaba la puerta que mostraba un cartel con la inscripción: “No molestar, recién casados”. Algunas personas del público, por supuesto únicamente masculino, comenzaba a proferir exclamaciones ansiosas de erotismo desenfrenado. De golpe la puerta de la habitación se abría apareciendo la misma mujer, recién casada pero sonriente y exhibiendo un avanzado embarazo de varios meses, del  brazo de su marido irradiante de felicidad. Segundos después, la mujer embarazada aparecía alternativamente fregando un piso o levantando un bulto pesado.
La misma voz en off que relataba la película desde su comienzo, con un vals oficiante de música de fondo, hablaba  a la mujer embarazada con autoritario reproche advirtiendo sobre el peligro que implica hacer tareas pesadas. La embarazada dejaba las tareas y mirando a cámara escuchaba la voz: “cuando esté por ser madre no lave pisos ni haga tareas pesadas...” Luego repetía  los mismos consejos pero respecto de las comidas. La imagen mostraba  unos grotescos platos con lechón condimentado a la vista de la embarazada.
“No coma comidas pesadas...la futura madre debe comer bien y siempre comidas sanas...”
Minutos después llegaba la escena más audaz, que consistía en unos confusos planos visuales de una mujer gimiendo de dolor al parir y la clásica imagen de un recién nacido llorando sostenido por las manos de una partera. Y allí terminaba la película “pornográfica”. Hay quienes aseguran que ciertos días, previa circulación del rumor entre los iniciados del Parque Retiro, se exhibían “cortos” con desnudos femeninos totales y hasta una escena erótica en pareja de pocos minutos de duración.
El Parque Retiro cerraba alrededor de las cuatro de la mañana del sábado y del domingo.
La salida del último público coincidía con la de quienes trabajaban en el mismo lugar.
Se producía una confluencia mágica, con seres más cerca de lo mitológico que de lo real.
Enanos, gigantes, forzudos, magos, adivinos, prostitutas, cafishios, borrachos monologando y punguistas salían por la gran puerta vigilada por la rígida Torre de los Ingleses siempre intemporal pero acusando el paso inexorable del tiempo.
También, el tropel incluía desahuciados que habían ido en busca de alguna mujer u hombre con finalidades sexuales. Estaban los eternos y falsos conscriptos que lo único que tenían de soldado era la ropa ya gastada por el permanente uso, y cuyo origen podría haber sido el robo o bien tratarse de un antiguo desertor.  Ese uniforme oficiaba de pasaporte hacia la piedad del desprevenido a quien a modo de fórmula se mangueaba “para el sánguche”.
Amanecía y se esfumaba la magia de lo nocturno, lo subterráneo y lo prohibido.
Algunos hombres y mujeres partían hacia el sueño físico porque el otro ya había finalizado. Quizá  ese nuevo  estado aplazaría su soledad por otras horas, hasta llegar la noche y salir a vivir la muerte lenta de los marginales. La noche quedaba atrás y se producía el relevo humano, como respondiendo a un finalismo ecológico, existencial o hasta quizá metafísico.
Aparecía la otra cara de la vida en el Retiro diurno.
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Notas:
(1) Sobre el Parque Japonés puede leerse la nota “El Parque Japonés, Historia y Literatura” en el número 22 de la revista “Historias de la Ciudad. Una revista de Buenos Aires”, correspondiente al mes de agosto de 2003.
Bibliografía:
-Horacio J. Spinetto. “Retiro, testimonio de la diversidad”. Cuaderno Nº3 del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.
-Historia Viva. La Razón. 1966.
-Diario “La Nación”. Años 1911 y 1930
-Diario “La Prensa”.
-Diario “Crítica”.
-Fernández Moreno, Poesía y Prosa. Centro Editor de América Latina. 1968.
-Consultado en las Hemerotecas de la Biblioteca del Congreso,  de la Biblioteca Nacional y del Instituto de Estudios Históricos de  la Ciudad de Buenos Aires.

Imagen: El Parque Japonés -luego Parque Retiro- frente a la ex plaza Britania, ahora plaza Fuerza Aérea Argentina.


http://serdebuenosayres.blogspot.com/2012/02/el-parque-retiro-o-nuevo-parque-japones.html

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