lunes, 9 de septiembre de 2019

La librería “Peuser”, una tradición porteña - Parte 1






Fue don Jacobo Peuser un inmigrante alemán nacido el 28 de noviembre de 1843 en Camberg, pintoresca población de la provincia alemana de Hesse Nassau.

Tenía apenas 12 años cuando su familia decide trasladarse a las tierras del Plata y radicarse definitivamente en la República Argentina. Establecidosen la zona del litoral, el joven Jacobo comienza a trabajar en distintos establecimientos de artes gráficas, actividad que lo atrae, de las ciudades de Paraná y Rosario de Santa Fe. En abril de 1867, contando con sólo 23 años, se instala en Buenos Aires, donde abre un pequeño local de librería en la calle San Martín entre las de Cangallo (Tte. Gral. Juan D. Perón)  y Piedad (Bartolomé Mitre). Trabaja con tanto esmero en esta casi pasión que tomó por las artes gráficas, que el negocio le queda chico, por lo que ya al año siguiente le compra a don José A. Bernheim, uno de los precursores gráficos de la época, su renombraba “Librería Nueva”, ubicada en Cangallo 89 de la antigua numeración. En sus manos el establecimiento progresa día a día, agregando nuevos rubros como el rayado y encuadernación de libros. Tal es la actividad que desarrolla, que debe instalar otro negocio en la esquina de la calle Del Parque (hoy Lavalle) en su esquina con Uruguay.

Llega 1891 y su progreso no se detiene. Es entonces cuando pasa a instalarse en la esquina de Cangallo y San Martín, edificio que se convertirá en su Casa Central, y que acabó por incorporarse a la toponimia popular como: la esquina de Peuser. 

La necesidad de estar al día con su industria, le obliga a la adquisición de máquinas importadas para tipografías y otros trabajos especializados, con lo cual la falta de espacio hace que su establecimiento vuelva a quedarle chico. Es entonces cuando compra el predio de la avenida Patricios 567, en el barrio de Barracas, donde instala sus grandes talleres generales que permanecerán allí hasta su etapa final.

Su crecimiento y expansión no se detienen. Comienza a abrir sucursales en el interior de país, comenzando por La Plata en 1885 ¡a sólo tres años de fundada la ciudad!, y cinco años después lo hace en Rosario de Santa Fe, cuando se vislumbraba su conversión en el mayor puerto cerealero del país, decisiones con las que nos demuestra también su condición de pionero. Le siguieron Mar del Plata en 1920, Mendoza en 1923 y Córdoba en 1924. La propia ciudad de Buenos Aires gozaría de esta expansión descentralizadora que ponía sus servicios a la mejor comodidad de su clientela. En 1910 abre una sucursal en Once, en 1930 el Anexo Florida, en 1938 la sucursal Constitución y al año siguiente la de Boedo. En realidad una demostración de su fama en la venta de artículos de librería, escritoria e imprenta. No por nada era latiguillo popular: “Y… si no lo encontrás, andá hasta lo de Peuser”.  No sólo en librería y papelería. 


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