El
jinete usa chuleta a lo federal, viste gorro de manga, camisa y chiripá de
bayeta colorados, el calzoncillo es blanco, las botas de potro, despuntadas y
las espuelas de plata. Su armadura es el sable, la lanza enastada en tacuara
con borla roja y las boleadoras atadas a la cintura.
El caballo, enjaezado con cabezada de plata con riendas de
cuero sin curtir, sólo sobadas con bombas y pasadores del mismo metal, luce la
frentera federal y en la cola un moño rojo llamado colera; su recado es el
común usado en el campo en aquella época.
El soldado del Quinto Regimiento de Caballería creado por
Rosas, no necesita más presentación que la de su uniforme, su caballo y su
nombre: Los Colorados del Monte, para que un sinnúmero de adjetivos y anécdotas
se hagan presentes para describirlo. Este cuerpo de milicianos fue formado y
sostenido por Rosas, primero para preservar sus bienes y luego para actuar
cuando el orden y la ley se vieran amenazados.
Los Colorados del Monte, ligados por su nombre con el sitio
que los vio crecer, estuvieron presentes en cada hora decisiva que vivió el
país. En junio de 1820 salen a defender a Buenos Aires contra el alzamiento del
coronel Pagola; en agosto tienen la participación más decisiva en la lucha
donde son vencidas las fuerzas de Ramírez y López en Pavón. Vuelven a combatir
en Buenos Aires el 5 de octubre en la célebre jornada en la que liberan a la
ciudad de los amontados restableciendo el orden. Por la disciplina mostrada en
estas intervenciones se ganan el reconocimiento y respeto de toda la ciudad. La
población los aplaude. El periodismo (a través de Fray Francisco de Paula
Castañera).
Con el alzamiento de Lavalle en diciembre de 1828, llega el momento
de una nueva intervención de los Colorados en las cuestiones nacionales; pelean
en Navarro, en Pergamino, en San Miguel del Monte, en Las Vizcacheras, en
Puente de Márquez y otra vez auxiliando a Buenos Aires.
Como locales y con todo el apoyo de su pueblo, la gente de
San Miguel del Monte, son la columna vertebral de la expedición al desierto en
1833. llegará 1839 y su actuación en Chascomús contra la revolución de los
Libres del Sud. Después serán Santa Fe, Córdoba y La Vuelta de Obligado. En
todas estas acciones Los Colorados del Monte estuvieron junto a su jefe y
creador, cayendo junto a él cuando fue vencido el 3 de febrero de 1852 en
Caseros.
En más de 20 años de existencia, este cuerpo militar contó con verdaderos
talleres de maestranza que trabajaban el cuero para aprovisionarlo de los
elementos para la tropa y los aperos para la caballada; también se fabricaron
mahorras, regatones, lanzas, estribos, espuelas y el vestuario mismo.
Las instrucciones que el Carancho González transmitía y
cumplía muestran el cuidado que Rosas esperaba que se tuviera en la elección de
la caballada.
San Miguel del Monte fue sede del cuartel militar de un ejército regular de la
provincia de Buenos Aires:
Los Colorados del Monte, aunque una vez dejados sus
uniformes debieran vigilar sus campos, sembrar su trigo y cuidar sus animales.
En 1979 (159 años después de su primera aparición pública),
este escuadrón reaparece en Monte con una formación simbólica creada el 18 de
noviembre. En mayo de 1994 se presenta en el Senado de la Nación un proyecto
para autorizar a la provincia de Buenos Aires la creación de una Guardia de
Honor para el Gobernador, formada por los Colorados del Monte en homenaje a la
labor cumplida en la historia provincial. Sus miembros debían ser
preferentemente nativos residentes en el partido de Monte.
En los últimos años, el cuerpo simbólico de Los Colorados
del Monte ha participado tanto en Monte como en la ciudad de Buenos Aires de
actos recordatorios en memoria de su creador Juan Manuel de Rosas, acompañando
el arribo de sus restos al cementerio de la Recoleta o en la inauguración del
monumento al Restaurador en 1999.
Fuente: Monte cuna de Rosas, 220 años con historia
http://www.diasdehistoria.com.ar/content/rastros-de-historia-en-san-miguel-del-monte
Muy buen artículo ¡Gracias!
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