por la Doctora Sonia Berjman
La ciudad de Buenos Aires se desarrolló en su aspecto urbanístico a partir de
la traza española impuesta en el casco fundacional por Juan de Garay en 1580.
Esa zona abarcaba desde el río hasta las actuales calles Córdoba,
Independencia, Salta-Libertad. Poco a poco, la ciudad se fue extendiendo hacia
el Norte y hacia el Sur, siguiendo la costa.
El límite Oeste, por su parte,
llegó luego hasta Callao (la Calle de las Tunas),más tarde hasta Boedo-Medrano
y … así siguió su avance sobre la inmensa e interminable pampa. El trazado en
damero continuó la tradición, aunque en varios casos resultó girado con
relación al fundacional.
Con la llegada de inmigrantes a partir de la mitad del siglo
XIX, pero enfatizada masivamente a partir de 1880, Buenos Aires debió dar
respuestas rápidas a los miles y miles de personas que buscaban un sitio para
establecerse. Surgieron entonces los loteadores (equivalentes a los hoy auto
denominados desarrolladores inmobiliarios), quienes efectuaron una acción tan
decisiva en la ciudad que los historiadores los consideramos casi los
verdaderos hacedores de la conformación urbana porteña.
Obviamente que estos loteadores actuaron a partir de las
posesiones y demandas de los propietarios de tierras. Los hubo de muy distinto
carácter, procedimiento y alcance. La mayoría tenía como objetivo la obtención
de beneficios económicos en el corto plazo, por lo que se limitaban a demarcar
las superficies a vender de acuerdo a la cuadrícula heredada, superficies que
iban desde una manzana a muchas hectáreas.
Otros, sin embargo, buscaban un algo más. Algo que los
singularizara y que le otorgara cierta jerarquía a su urbanización, rasgo que
finalmente se convertía en un factor de beneficio económico. Así, hoy contamos
con algunos barrios de gran valor urbanístico, como Villa Devoto, diseñada por
el Arq. Juan A. Buschiazzo y el Ing. J. Poggi con sus características
diagonales.
A fines del siglo XIX la mayor parte de estos emprendimientos inmobiliarios que
dieron lugar a nuevos barrios tomaban el nombre de Villa. Con reminiscencias de
las villas europeas - viviendas situadas en la campiña, diseñadas y construidas
con lujo para familias de cierto rango social - paradójicamente inspiraron a
numerosas barriadas obreras como Villa Manzini, Villa Modelo, Villa Ortúzar,
Villa Santa Rita, Villa de las Catalinas, Villa Alvear.
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