La historia es la única rama del conocimiento que nos puede decir qué fuimos en el pasado, qué somos en el presente y qué seremos en el futuro.
lunes, 30 de diciembre de 2024
lunes, 16 de diciembre de 2024
viernes, 6 de diciembre de 2024
Texto del Tratado del Pilar del 23 de febrero de 1820
Texto del Tratado del
Pilar del 23 de febrero de 1820
Pacto celebrado en la
Capilla del Pilar entre los Gobernadores de Buenos Aires, Santa Fe y Entre
Ríos.
Convención hecha y
concluída entre los Gobernadores D. Manuel Sarratea, de la Provincia de Buenos
Aires, D. Francisco Ramirez de la de Entre Ríos, D. Estanislao Lopez de la de
Santa Fe el día veinte y tres de Febrero del año del Señor mil ochocientos veinte,
con el fin de terminar la guerra suscitada entre dichas Provincias, de proveer
a la seguridad ulterior de ellas, y de concentrar sus fuerzas y recursos en un
gobierno federal, a cuyo objeto han convenido en los artículos siguientes:
Artículo 1
Protestan las partes
contratantes que el voto de la Nación, y muy particularmente el de las
Provincias de su mando, respecto al sistema de govierno que debe regirlas se ha
pronunciado a favor de la confederación que de hecho admiten. Pero que debiendo
declararse por Diputados nombrados por la libre elección de los Pueblos, se
someten a sus deliberaciones. A este fin elegido que sea por cada Provincia
popularmente su respectivo representante, deberán los tres reunirse en el
Convento de San Lorenzo de la Provincia de Santa Fe a los sesenta días contados
desde la ratificación de esta convención. Y como están persuadidos que todas
las Provincias de la Nación aspiran a la organización de un gobierno central,
se comprometen cada uno de por sí de dichas partes contratantes, a invitarlas y
suplicarles concurran con sus respectivos Diputados para que acuerden quanto
pudiere convenirles y convenga al bien general.
Artículo 2
Allanados como han sido
todos los obstáculos que entorpecían la amistad y buena armonía entre las
Provincias de Buenos Ayres, Entre Ríos y Santa Fe en una guerra cruel y
sangrienta por la ambición y la criminalidad de los muchos hombres que habían
usurpado el mando de la Nación, o burlado las instrucciones de los Pueblos que
representaban en Congreso, cesaran las divisiones beligerantes de Santa fe y
Entre Ríos a sus respectivas Provincias.
Artículo 3
Los Gobernadores de Santa
fe y Entre Ríos por sí y a nombre de sus provincias, recuerdan a la heroica
Provincia de Buenos Aires cuna de la libertad de la Nación, el estado difícil y
peligroso a que se ven reducidos aquellos Pueblos hermanos por la invasión con
que lo amenaza una Potencia extrangera que con respetables fuerzas oprime la
Provincia aliada de la Banda Oriental. Dexan a la reflexión de unos ciudadanos
tan interesados en la independencia y felicidad nacional el calcular los
sacrificios que costará a los de aquellas provincias atacadas el resistir un
Exercito imponente, careciendo de recursos, y aguardan de su generosidad y
patriotismo auxilios proporcionados a lo arduo de la empresa, ciertos de
alcanzar quanto quepa en la esfera de lo posible.
Artículo 4
En los Ríos de Uruguay y
Parana navegarán unicamente los Buques de las Provincias amigas, cuyas costas
sean bañadas por dichos Rios. El Comercio continuará en los términos que hasta
aquí, reservandose a la decisión de los Diputados en congreso cualesquiera
reforma que sobre el particular solicitaren las partes contratantes.
Artículo 5
Podrán bolver a sus
respectivas Provincias aquellos individuos que por diferencia de opiniones
políticas hayan pasado a la de Buenos Aires, o de esta a aquellas, aun quando
hubieren tomado armas y peleado en contra de sus compatriotas: serán repuestos
al goze de sus propiedades en el estado en que se encontraren y se hechará un
velo a todo lo pasado.
Artículo 6
El deslinde de territorio
entre las Provincias se remitirá, en caso de dudas a la resolución del Congreso
general de Diputados.
Artículo 7
La deposición de la
antecedente administración ha sido la obra de la voluntad general por la
repetición de desmanes con que comprometía la libertad de la Nación con otros
excesos de una magnitud enorme. Ella debe responder en juicio público ante el
Tribunal que al efecto se nombre; esta medida es muy particularmente del
interes de los Xefes del Exercito Federal que quieren justificarse de los
motivos poderosos que les impelieron a declarar la guerra contra Buenos Aires
en Noviembre del año proximo pasado y conseguir en la libertad de esta
Provincia a la de las demas unidas.
Artículo 8
Será libre el comercio de
Armas y municiones de guerra de todas clases en las Provincias federadas.
Artículo 9
Los prisioneros de guerra
de una y otra parte serán puestos en libertad después de ratificada esta
convención para que se restituyan a sus respectivos Exercitos o Provincias.
Artículo 10
Aunque las Partes
contratantes están convencidas de que todos los artículos arriba expresados son
conformes con los sentimientos y deseos del Exmo. Sr. Capitán General de la
Banda Oriental Don José Artigas según lo ha expresado el Sr. Gobernador de
Entre Rios que dice hallarse con instrucciones privadas de dicho Sr. Excmo.
para este caso no teniendo suficientes poderes en forma, se ha acordado
remitirle copia de esta nota, para que siendo de su agrado, entable desde luego
las relaciones que puedan convenir a los intereses de la Provincia de su mando,
cuya incorporación a las demas federadas, se miraría como un dichoso
acontecimiento.
Artículo 11
A las quarenta y ocho
oras de ratificados estos tratados por la Junta de Electores dara principio a
su retirada el Exercito federal hasta pasar el Arroyo del Medio. Pero
atendiendo al estado de debastación a que ha quedado reducida la Provincia de
Buenos Ayres por el continuo paso de diferentes Tropas, verificará dicha retirada
por divisiones de doscientos hombres para que así sean mejores atendidas de
viveres y cabalgaduras, y para que los vecinos experimenten menos grabamen.
Queriendo que los Sres. Generales no encuentren inconvenientes ni escases en su
transito para si o sus tropas, el Señor Gobernador de Buenos Ayres nombrará un
Individuo que con este objeto les acompañe hasta la linea divisoria.
Artículo 12
En el término de dos días
o antes si fuese posible será ratificada esta prevención por la muy Honorable
Junta de Representantes.
Fecho en la capilla del
Pilar a 23 de febrero de 1820.
MANUEL DE SARRATEA –
ESTANISLAO LÓPEZ – FRANCISCO RAMÍREZ
Fuentes:
Tratado
del Pilar (2019). Recuperado de Enciclopedia de Historia
https://constitucion.online/pactos-preexistentes/tratado-del-pilar/
sábado, 23 de noviembre de 2024
El Tratado del Pilar y la traición a Artigas
A pesar de haber triunfado en el campo de Cepeda, lo
fue a lo Pirro, pues el Tratado del Pilar significó una derrota para el
proyecto federalista provincial
“El 4 de febrero de 1820
entró en esta capital el señor director don José Rondeau, quien sin haber sido
visto se dirigió a su casa en donde se halla; cuyo señor no da razón cómo ha
sido la dispersión de nuestra caballería, ni aun la causa de su fuga tan
precipitada, que no paró hasta llegar a su casa, y meterse en la cama”.
Con indisimulable ironía, Juan Manuel Beruti, en
sus Memorias curiosas, da cuenta de la inesperada derrota de las tropas
porteñas ante las provinciales.
Los vencedores en Cepeda, Estanislao López y Francisco
Ramírez, jefes santafesino y entrerriano respectivamente, exigieron la
desaparición del poder central del prepotente Buenos Aires y la plena autonomía
de las provincias; la disolución del congreso que había declarado la
Independencia en 1816 pero que trasladado a Buenos Aires había servido a los
intereses unitarios; la suspensión de las secretas tratativas para coronar un
príncipe europeo en el Río de la Plata que llevaban adelante por distintas vías
los políticos porteños desconfiados de la suerte de las armas.
Una de las estipulaciones del Tratado del Pilar
permitió la entrada triunfal de los federales en Buenos Aires. Lo narra,
con indisimulable repugnancia otro contemporáneo, Vicente Fidel López:
“Sarratea, cortesano y lisonjero, no tuvo bastante energía o previsión para
estorbar que los jefes montoneros viniesen a ofender, más de lo que ya estaba,
el orgullo local de la ciudad. El día 25 regresó a ella acompañado de Ramírez y
de López, cuyas numerosas escoltas compuestas de indios sucios y mal trajeados
a término de dar asco, ataron sus caballos en los postes y cadenas de la
pirámide de Mayo, mientras los jefes se solazaban en el salón del
ayuntamiento”.
Los habitantes de Buenos Aires, aterrados, esperaban
atrocidades y saqueos , nada de eso sucedió, sino que al poco tiempo, por
razones aún difíciles de explicar, en vez de ocupar el Fuerte, la Aduana y
otros pilares del cuestionado poder porteño, se retiraron a Pilar, en las
afueras.
A Buenos Aires no le quedó otra alternativa que
también constituirse como provincia independiente, y su primer gobernador, el
sagaz Sarratea, de innegables dotes negociadoras, firmó el 23 de febrero de
1820 con los jefes triunfantes, López y Ramírez, el Tratado del Pilar, en el
que se admitía la necesidad de organizar un nuevo gobierno central, de
características federales, caducando el centralista, unitario, que hasta
entonces regía en Buenos Aires. Acuerdo que a la larga no se cumplió. También,
en su artículo 10º, se comprometían los caudillos a consultar los términos del
Tratado con el caudillo oriental José Gervasio Artigas, su jefe, quien había
sido tajante en sus instrucciones: “No admitirá otra paz que la que tenga como
base la declaración de guerra al rey D. Juan (Emperador de Portugal con sede en
Río de Janeiro, invasor de la Banda Oriental) como V. E. quiere y manifiesta en
su último oficio”. Artigas necesitaba el apoyo de Buenos Aires para
rechazar la invasión luso-brasilera a su Banda Oriental, ominosamente apoyada
por el Directorio de Pueyrredón.
Pero un mes antes de la firma del Tratado, el 22 de
enero a la madrugada, los portugueses habían caído sobre el raleado ejército
artiguista en Tacuarembó y acuchillado a mansalva a sus hombres sin darles
tiempo ni a enfrenar los caballos. Sus aliados provinciales, enterados el 17 de
febrero de la catástrofe sufrida, fueron seducidos por un Sarratea que, sabedor
de la pobreza a la que el autoritarismo porteño había sumido a dichas
provincias, sacaría provecho de ello ofreciéndoles el oro y el moro para que
consolidasen su poder en sus territorios. Con promesas de respeto y no agresión
recíprocas se firmó el Tratado el 23 de ese mes, apenas un día después de
iniciadas las deliberaciones, dejando de lado la cláusula que más importaba a
don Gervasio y a tono con los deseos de Buenos Aires.
Luego vendrían la indignación del jefe oriental, sus
combates contra Ramírez, la ruptura de éste con López por su alianza con Buenos
Aires , la muerte del entrerriano, el exilio eterno del oriental en el
Paraguay. Así se rompería la poderosa alianza federal que estuvo a punto
de imponerse sobre el unitarismo porteño.
Por Pacho O´
Donnell
https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-tratado-del-pilar-y-la-traicion-a-artigas-nid19022023/
lunes, 18 de noviembre de 2024
Arroyo Grande, una batalla casi olvidada en Entre Ríos, cuyos jefes eran orientales: Rivera y Oribe - Parte 2
Al mismo tiempo, la extrema izquierda federal, mandada por el coronel Servando Gómez, apoyó el avance del ala izquierda, mandada por el coronel José María Flores, contra las fuerzas orientales del coronel Pedro Mendoza.
https://chajarialdia.com.ar/?p=201414
Arroyo Grande, una batalla casi olvidada en Entre Ríos, cuyos jefes eran orientales: Rivera y Oribe
sábado, 2 de noviembre de 2024
jueves, 31 de octubre de 2024
miércoles, 30 de octubre de 2024
Alfonsín anuncia un gobierno de crisis en el final del mandato
sábado, 26 de octubre de 2024
Délfor y La Revista Dislocada: La gran usina del humor
viernes, 25 de octubre de 2024
martes, 15 de octubre de 2024
Entrevistas a Raúl Alfonsín, Jorge Bacqué y Juan Vital Sourrouille
domingo, 6 de octubre de 2024
Cadena nacional: Alfonsín en la 101° Exposición de la SRA
lunes, 30 de septiembre de 2024
viernes, 13 de septiembre de 2024
domingo, 8 de septiembre de 2024
viernes, 6 de septiembre de 2024
Fragmento del mensaje brindado por el general José Félix Uriburu desde el balcón de la Casa Rosada hacia la multitud reunida en la Plaza de Mayo. A un año del golpe de Estado que encabezó para derrocar al presidente Hipólito Yrigoyen, informa sobre los logros de su gobierno de facto: la "consolidación de las finanzas y de los créditos comprometidos", la "regularización de las universidades" y la "depuración social mediante la eliminación de elementos nocivos para el orden público". Anuncia que avanza el plan de reforma constitucional prometido en la proclama inicial que, asegura, fue ampliamente debatido y cuenta con el apoyo de todos los partidos políticos. Éste, agrega, "será el legado más perdurable de la revolución". Dice que ha trabajado para que los partidos "contrarios al personalismo" se organicen y formen coaliciones en torno a objetivos comunes, para evitar que vuelvan al poder los que fueron "autores o cómplices de los delitos" del gobierno depuesto. Ratifica el llamado a elecciones presidenciales para el 8 de noviembre y expresa su confianza en el pronunciamiento electoral del pueblo argentino.
miércoles, 4 de septiembre de 2024
martes, 3 de septiembre de 2024
domingo, 1 de septiembre de 2024
Raúl Alfonsín en Parque Norte-Balance de su Gobierno
HyDUCR: "Raúl Alfonsín en Parque Norte-Balance de su Gobierno" (12 de diciembre de 1989)
jueves, 29 de agosto de 2024
Alfredo Palacios: "Discurso en Radio Belgrano" (15/7/1955)
domingo, 4 de agosto de 2024
Arturo Umberto Illia
sábado, 3 de agosto de 2024
jueves, 1 de agosto de 2024
Cadena nacional: discurso de Bignone a horas de las elecciones
Un
día antes de las elecciones del 30 de octubre de 1983 que marcarían el final de
la última dictadura, el general Reynaldo Bignone brinda un discurso por Cadena
nacional. El presidente de facto argumenta sobre el camino hacia la democracia
y califica la intervención de las Fuerzas Armadas como “de contención”. Obviando
el desgaste post-Malvinas, la masiva movilización del 16 de diciembre de 1982 y
las huelgas promovidas por el movimiento obrero, Bignone entiende su
convocatoria a líderes políticos, producida antes de su asunción, como el hito
fundamental del retorno a la constitucionalidad. En este sentido, llama a los
partidos políticos a promover renunciamientos para ahogar rencores y perdonar
errores como condición para un futuro pacífico. Finalmente, pide que al día
siguiente los argentinos voten por las ideas y no por los rencores.
https://www.archivorta.com.ar/asset/discurso-de-bignone-a-horas-de-las-elecciones-1983/
jueves, 25 de julio de 2024
La PRESIDENCIA de Arturo IlliA - Su Gobierno: 1963 1966
miércoles, 24 de julio de 2024
ARGENTINA a inicios del siglo XX EN COLORES | BUENOS AIRES 1932


200 años de la firma del Tratado del Pilar. Reflexiones.
Las dos primeras décadas
del siglo XIX no fueron apacibles en el Plata. Los movimientos y crisis que se
desarrollaron en ellas eran preludio de que los tiempos venideros serían
agitados. En la primera mitad de ese siglo definimos a nuestro país. Esos
decenios fueron testigo de los proyectos políticos y personales de los
distintos actores. Tiempos de encuentros y desencuentros. Tiempos de proyectos
comunes y antagónicos que anunciaban la Argentina futura.
La firma del Tratado del
Pilar no fue distinta a la descripción que precede. Suscripto en el escenario
geográfico en el que en una parte hoy se asienta el Campus “Nuestra Señora
del Pilar” de la Universidad del Salvador. Entiendo que dejó trunco el
plan belgraniano y sanmartiniano. Expresó la llegada de los tiempos de
desencuentro, los cuales no serían breves por el contrario bañarían gran parte
de la centuria decimonónica con la sangre de compatriotas en luchas civiles.
Las últimas palabras de Manuel Belgrano en su lecho de muerte sintetizan las
angustias y preocupaciones de ese tiempo.
La década de 1810 que nos
muestra un flamante 25 de mayo, con gobierno propio, también muestra la
provisionalidad constitucional e institucional. Invito al lector, de este breve
texto, a realizar un recuento mental de cuantos modelos gubernativos
desarrollamos en esos años, vale recordar la Junta, el Triunvirato y el
Directorio. Los invito a realizar un ejercicio similar sobre los documentos
constitucionales sucesivamente vigentes en ese tiempo, me refiero a los
reglamentos y estatutos provisorios. Insisto en un último recuento sobre los
personajes que fueron ocupando los distintos gobiernos en esa década, y en la
siguiente en este último caso me refiero a los gobernadores de la Provincia de
Buenos Aires.
No fue sencillo construir
un país independiente sobre el andamiaje político, económico y social que dejó
el tiempo hispánico. Muchos serán los desafíos a sortear. Muchos de ellos son
aún hoy condicionamientos para nuestro desarrollo.
Poco tiempo antes de la
firma del Tratado del Pilar fracasaba la Constitución de 1819, uno de nuestros
primeros intentos de organización nacional, por no lograr adecuados equilibrios
entre Buenos Aires y el resto de las provincias, entre autocracia y república.
Ello llevará a la batalla de Cepeda, al fin del Directorio y de la Constitución
de 1819. En adelante el proyecto de país será más pequeño que el buscado por
Belgrano y San Martín.
El Tratado del Pilar fue
firmado el 23 de febrero de 1820, consecuencia de la batalla de Cepeda donde
los caudillos del litoral vencen a las tropas porteñas, por Manuel de Sarratea
gobernador provisorio de la provincia de Buenos Aires, Estanislao López y
Francisco Ramírez, los dos últimos representantes de la Liga Federal y
gobernadores de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos respectivamente.
Sarratea se convirtió luego de Cepeda en el primer gobernador de Buenos
Aires aunque su mandato fue efímero.
El pacto proclamó la
unidad nacional y el sistema federal. Buenos Aires se reconoció como igual a
las demás provincias. Convocaba, en el plazo de 60 días, a una reunión de
representantes de las tres provincias en el convento de San Lorenzo, para
convenir la reunión de un congreso que permitiese reorganizar el gobierno
central. Establecía el fin de la guerra y el retiro de las tropas de Santa Fe y
Entre Ríos a sus respectivas provincias. Buenos Aires se comprometía a ayudar a
las provincias de Santa Fe y Entre Ríos en caso de ser atacadas por los
luso-brasileños. Los ríos Uruguay y Paraná se declaraban navegables para las
provincias amigas. Concedía una amplia amnistía a los desterrados y perseguidos
políticos. Determinaba el enjuiciamiento de los responsables de la
administración anterior “por la repetición de crímenes con que se comprometía
la libertad de la Nación”. Disponía la comunicación del tratado a José Artigas
para que en su caso el caudillo oriental reincorporase a la Banda Oriental a la
provincias federadas.
El pacto tuvo su fase
secreta por la cual Buenos Aires proveería a Santa Fe y Entre Ríos auxilios y
armas. López y Ramírez no acceden a imponer a Buenos Aires declarar la
guerra a los luso-brasileños para liberar a la Banda Oriental
desconociendo la autoridad de Artigas quien resultó derrotado en la batalla de
Tacuarembó por los luso-brasileños, entendiendo que era más imperativo
organizar a las provincias y abandonar de momento la guerra contra los
luso-brasileños que les imponía la estrecha alianza con Artigas.
López y Ramírez,
finalmente, debieron aliarse a los porteños, aunque fuesen declarados enemigos
de Artigas, para detener el avance luso-brasileño sobre la Mesopotamia. La
estrategia salvo al litoral pero alejo al caudillo oriental que entendió la
alianza con Buenos Aires como una traición, quien finalmente fue al exilio
luego de enfrentar a Ramírez.
Dr. Juan Carlos Frontera
Director de Posgrados de la Facultad de Ciencias Jurídicas
https://noticias.usal.edu.ar/es/200-anos-de-la-firma-del-tratado-del-pilar-reflexiones
martes, 23 de julio de 2024
jueves, 4 de julio de 2024
Tratado del Pilar
Pacto firmado en 1820 por las provincias argentinas de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires.
¿Qué fue?
Se denomina Tratado del Pilar a un pacto firmado el 23
de febrero de 1820 por Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, en la localidad
bonaerense de Pilar.
Su objetivo fue poner fin a las hostilidades
entre las tres provincias, luego de la batalla
de Cepeda (1820), en la que un ejército federal había vencido a
las tropas del Directorio y ocupado la ciudad de Buenos Aires.
Los firmantes del pacto fueron los
gobernadores de Santa Fe, Estanislao López; Entre Ríos, Francisco Ramírez; y
Buenos Aires, Manuel de Sarratea.
Copia del Tratado de Pilar. Archivo provincial de
Santa Fe.
Tras el acuerdo, las tropas de Santa Fe y Entre
Ríos regresaron a sus respectivas provincias, mientras que Buenos Aires pudo
organizarse institucionalmente como provincia autónoma.
El Tratado del Pilar es uno de los “pactos
preexistentes” mencionados en el Preámbulo de la Constitución Nacional de la
República Argentina, junto al Tratado del Cuadrilátero, el Pacto Federal y
el Acuerdo de San Nicolás.
Antecedentes
Después de declarar la Independencia de las Provincias
Unidas del Río de la Plata, el Congreso de
Tucumán comenzó a discutir qué forma de gobierno convenía
adoptar.
Pero en 1817 los realistas del
Alto Perú cruzaron la Quebrada de Humahuaca e invadieron Salta y Jujuy. Si bien
las fuerzas del Ejército del Norte y las tropas del gobernador
salteño Martín Miguel de Güemes lograron contenerlos, los diputados temieron
que el enemigo pudiera quebrar su resistencia y llegar hasta Tucumán.
Ante esta amenaza, el director supremo decidió
el traslado del Congreso a la ciudad de Buenos Aires. Allí, comenzó a
funcionar como Poder Legislativo del Gobierno nacional, mientras que el
Directorio conservó sus funciones ejecutivas.
Retomadas las discusiones sobre la forma de gobierno,
los diputados porteños convencieron a los representantes de varias provincias
de la necesidad de instaurar un gobierno central con amplios poderes para
evitar el riesgo de una fragmentación del país.
El resultado de esas negociaciones fue la sanción de
una constitución centralista, que otorgó al Poder Ejecutivo la facultad de
designar a los gobernadores, limitando así las autonomías de las provincias.
Si bien la constitución no lo establecía expresamente,
la mayoría de los diputados consideraba que, tras la restauración
monárquica en Europa, el gobierno central debía estar encabezado por un rey.
Por esa razón, el Congreso envió a varios diplomáticos para negociar la coronación
de un príncipe de una dinastía europea.
La llamada Constitución de 1819 fue
rechazada por la Banda Oriental, Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos, que
integraban la Liga de los Pueblos Libres, que defendía el federalismo y
era gobernada por José Gervasio Artigas.
Desde 1816, esta alianza de provincias federales era
atacada por fuerzas portuguesas que habían ocupado Montevideo y gran parte de
las áreas rurales de la Banda Oriental.
Para obligar al Directorio a enviar tropas que lo
ayudaran a luchar contra los portugueses, Artigas ordenó los gobernadores de
Santa Fe y Entre Ríos que invadieran Buenos Aires. Esa invasión tuvo lugar a
fines de enero de 1820 y tuvo como corolario la derrota de las tropas del
Directorio en la cañada de Cepeda.
Luego de este hecho de armas, las fuerzas federales
ocuparon Buenos Aires, forzando la renuncia del director supremo y
la disolución del Congreso, por lo que el país se quedó sin
autoridades nacionales.
Para poner fin a la ocupación de Buenos Aires, los
dirigentes porteños iniciaron negociaciones con los caudillos federales con
el objeto de firmar un tratado de paz que estableciera la paz entre
las tres provincias.
Disposiciones
Las principales disposiciones del Tratado del Pilar
fueron las siguientes:
Estableció que las provincias firmantes adherían
al sistema federal de gobierno, aunque afirmaba que se someterían a
lo que dispusieran los pueblos de esas jurisdicciones en una reunión convocada
en el convento de San Lorenzo (Santa Fe), en un plazo de 60 días.
Dispuso la ayuda militar de la provincia de
Buenos Aires a las de Santa Fe y Entre Ríos en el caso de que los
portugueses invadieran la región mesopotámica.
Instituyó la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay
tanto para las entidades firmantes como para las consideradas provincias
amigas.
Decretó una amnistía y restitución de bienes que
benefició a todos aquellos que habían debido exiliarse por cuestiones
políticas.
Estableció las condiciones de retirada de las
tropas federales a sus respectivas provincias y la situación de los
prisioneros tomados en la batalla de Cepeda.
De manera secreta, previó la entrega de armas y
dinero a los caudillos federales.
Dispuso la comunicación de lo acordado a Artigas,
con el fin de que el jefe de los pueblos libres entablara negociaciones que
facilitaran la incorporación de la Banda Oriental a las demás provincias
rioplatenses.
Causas y consecuencias
Causas
Entre las causas que llevaron a la firma del Tratado
del Pilar se pueden mencionar:
La derrota total de las tropas del Directorio en
la batalla de Cepeda.
La disolución del Directorio y del Congreso
nacional y el vacío del poder generado por la falta de autoridades
nacionales.
La ocupación de la ciudad de Buenos Aires por las
tropas federales de Entre Ríos y Santa Fe.
La derrota de las fuerzas de Artigas en la
batalla de Tacuarembó (22 de enero de 1820), que determinó la virtual
disolución de la Liga de los Pueblos Libres y el fin del liderazgo de Artigas.
La necesidad de poner fin al estado de hostilidad entre
Buenos Aires y las provincias del Litoral y de reanudar las relaciones
comerciales en la cuenca del Plata.
Consecuencias
Las principales consecuencias del Tratado del Pilar
fueron las siguientes:
La retirada de las tropas federales, que
regresaron a Santa Fe y Entre Ríos.
La relevancia alcanzada por López y Ramírez, que
decidieron romper su alianza con Artigas, abandonar la Liga de los Pueblos
Libres y asumir el liderazgo indiscutido de sus provincias.
La pérdida de influencia de Artigas, que
consideró la firma del Tratado del Pilar como una traición por no disponer el
envío de fuerzas militares para ayudarlo a luchar contra los portugueses.
La guerra entre Artigas y Ramírez, que concluyó
con la derrota y el exilio en el Paraguay del caudillo oriental.
La consolidación de Buenos Aires como provincia
autónoma que constituyó sus instituciones de gobierno.
El disgusto de algunos comerciantes y
terratenientes de Buenos Aires que consideraron los términos del acuerdo
como una claudicación de los derechos que le correspondían a la ciudad como
antigua capital virreinal.
La disminución de los ingresos de la aduana
porteña como consecuencia de la libre navegación de los ríos Uruguay y
Paraná.
La firma del Tratado de Benegas, en noviembre de
1820, entre Estanislao López y el nuevo gobernador de Buenos Aires, Martín
Rodríguez. Este acuerdo puso punto final a las hostilidades entre las
provincias firmantes pero desencadenó la guerra entre López y Ramírez, que fue
excluido de las negociaciones.
Protagonistas
Los firmantes del Tratado del Pilar fueron los
siguientes:
Manuel de Sarratea (1774-1849): político y
militar rioplatense. Participó de la Revolución de
Mayo de 1810 e integró el Primer
Triunvirato. Se desempeñó como gobernador provisorio de Buenos Aires en
1820.
Estanislao López (1786-1838): político y militar
rioplatense, que gobernó la provincia de Santa Fe entre 1818 y 1838. Sostuvo la
necesidad de organizar el país bajo la forma federal de gobierno. Murió de
tuberculosis en 1838. Fue sucedido por Domingo Cullen y luego por su hermano
Juan Pablo López.
Francisco Ramírez (1786-1821): político y
militar rioplatense, que gobernó la provincia de Entre Ríos entre 1820 y 1821.
Murió durante el combate de Chañar Viejo, durante el cual trató de socorrer a
su pareja, la portuguesa María Delfina Menchaca, que había caído en manos de
fuerzas santafesinas.
https://enciclopediaiberoamericana.com/tratado-del-pilar/