Pacto firmado en 1820 por las provincias argentinas de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires.
¿Qué fue?
Se denomina Tratado del Pilar a un pacto firmado el 23
de febrero de 1820 por Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, en la localidad
bonaerense de Pilar.
Su objetivo fue poner fin a las hostilidades
entre las tres provincias, luego de la batalla
de Cepeda (1820), en la que un ejército federal había vencido a
las tropas del Directorio y ocupado la ciudad de Buenos Aires.
Los firmantes del pacto fueron los
gobernadores de Santa Fe, Estanislao López; Entre Ríos, Francisco Ramírez; y
Buenos Aires, Manuel de Sarratea.
Copia del Tratado de Pilar. Archivo provincial de
Santa Fe.
Tras el acuerdo, las tropas de Santa Fe y Entre
Ríos regresaron a sus respectivas provincias, mientras que Buenos Aires pudo
organizarse institucionalmente como provincia autónoma.
El Tratado del Pilar es uno de los “pactos
preexistentes” mencionados en el Preámbulo de la Constitución Nacional de la
República Argentina, junto al Tratado del Cuadrilátero, el Pacto Federal y
el Acuerdo de San Nicolás.
Antecedentes
Después de declarar la Independencia de las Provincias
Unidas del Río de la Plata, el Congreso de
Tucumán comenzó a discutir qué forma de gobierno convenía
adoptar.
Pero en 1817 los realistas del
Alto Perú cruzaron la Quebrada de Humahuaca e invadieron Salta y Jujuy. Si bien
las fuerzas del Ejército del Norte y las tropas del gobernador
salteño Martín Miguel de Güemes lograron contenerlos, los diputados temieron
que el enemigo pudiera quebrar su resistencia y llegar hasta Tucumán.
Ante esta amenaza, el director supremo decidió
el traslado del Congreso a la ciudad de Buenos Aires. Allí, comenzó a
funcionar como Poder Legislativo del Gobierno nacional, mientras que el
Directorio conservó sus funciones ejecutivas.
Retomadas las discusiones sobre la forma de gobierno,
los diputados porteños convencieron a los representantes de varias provincias
de la necesidad de instaurar un gobierno central con amplios poderes para
evitar el riesgo de una fragmentación del país.
El resultado de esas negociaciones fue la sanción de
una constitución centralista, que otorgó al Poder Ejecutivo la facultad de
designar a los gobernadores, limitando así las autonomías de las provincias.
Si bien la constitución no lo establecía expresamente,
la mayoría de los diputados consideraba que, tras la restauración
monárquica en Europa, el gobierno central debía estar encabezado por un rey.
Por esa razón, el Congreso envió a varios diplomáticos para negociar la coronación
de un príncipe de una dinastía europea.
La llamada Constitución de 1819 fue
rechazada por la Banda Oriental, Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos, que
integraban la Liga de los Pueblos Libres, que defendía el federalismo y
era gobernada por José Gervasio Artigas.
Desde 1816, esta alianza de provincias federales era
atacada por fuerzas portuguesas que habían ocupado Montevideo y gran parte de
las áreas rurales de la Banda Oriental.
Para obligar al Directorio a enviar tropas que lo
ayudaran a luchar contra los portugueses, Artigas ordenó los gobernadores de
Santa Fe y Entre Ríos que invadieran Buenos Aires. Esa invasión tuvo lugar a
fines de enero de 1820 y tuvo como corolario la derrota de las tropas del
Directorio en la cañada de Cepeda.
Luego de este hecho de armas, las fuerzas federales
ocuparon Buenos Aires, forzando la renuncia del director supremo y
la disolución del Congreso, por lo que el país se quedó sin
autoridades nacionales.
Para poner fin a la ocupación de Buenos Aires, los
dirigentes porteños iniciaron negociaciones con los caudillos federales con
el objeto de firmar un tratado de paz que estableciera la paz entre
las tres provincias.
Disposiciones
Las principales disposiciones del Tratado del Pilar
fueron las siguientes:
Estableció que las provincias firmantes adherían
al sistema federal de gobierno, aunque afirmaba que se someterían a
lo que dispusieran los pueblos de esas jurisdicciones en una reunión convocada
en el convento de San Lorenzo (Santa Fe), en un plazo de 60 días.
Dispuso la ayuda militar de la provincia de
Buenos Aires a las de Santa Fe y Entre Ríos en el caso de que los
portugueses invadieran la región mesopotámica.
Instituyó la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay
tanto para las entidades firmantes como para las consideradas provincias
amigas.
Decretó una amnistía y restitución de bienes que
benefició a todos aquellos que habían debido exiliarse por cuestiones
políticas.
Estableció las condiciones de retirada de las
tropas federales a sus respectivas provincias y la situación de los
prisioneros tomados en la batalla de Cepeda.
De manera secreta, previó la entrega de armas y
dinero a los caudillos federales.
Dispuso la comunicación de lo acordado a Artigas,
con el fin de que el jefe de los pueblos libres entablara negociaciones que
facilitaran la incorporación de la Banda Oriental a las demás provincias
rioplatenses.
Causas y consecuencias
Causas
Entre las causas que llevaron a la firma del Tratado
del Pilar se pueden mencionar:
La derrota total de las tropas del Directorio en
la batalla de Cepeda.
La disolución del Directorio y del Congreso
nacional y el vacío del poder generado por la falta de autoridades
nacionales.
La ocupación de la ciudad de Buenos Aires por las
tropas federales de Entre Ríos y Santa Fe.
La derrota de las fuerzas de Artigas en la
batalla de Tacuarembó (22 de enero de 1820), que determinó la virtual
disolución de la Liga de los Pueblos Libres y el fin del liderazgo de Artigas.
La necesidad de poner fin al estado de hostilidad entre
Buenos Aires y las provincias del Litoral y de reanudar las relaciones
comerciales en la cuenca del Plata.
Consecuencias
Las principales consecuencias del Tratado del Pilar
fueron las siguientes:
La retirada de las tropas federales, que
regresaron a Santa Fe y Entre Ríos.
La relevancia alcanzada por López y Ramírez, que
decidieron romper su alianza con Artigas, abandonar la Liga de los Pueblos
Libres y asumir el liderazgo indiscutido de sus provincias.
La pérdida de influencia de Artigas, que
consideró la firma del Tratado del Pilar como una traición por no disponer el
envío de fuerzas militares para ayudarlo a luchar contra los portugueses.
La guerra entre Artigas y Ramírez, que concluyó
con la derrota y el exilio en el Paraguay del caudillo oriental.
La consolidación de Buenos Aires como provincia
autónoma que constituyó sus instituciones de gobierno.
El disgusto de algunos comerciantes y
terratenientes de Buenos Aires que consideraron los términos del acuerdo
como una claudicación de los derechos que le correspondían a la ciudad como
antigua capital virreinal.
La disminución de los ingresos de la aduana
porteña como consecuencia de la libre navegación de los ríos Uruguay y
Paraná.
La firma del Tratado de Benegas, en noviembre de
1820, entre Estanislao López y el nuevo gobernador de Buenos Aires, Martín
Rodríguez. Este acuerdo puso punto final a las hostilidades entre las
provincias firmantes pero desencadenó la guerra entre López y Ramírez, que fue
excluido de las negociaciones.
Protagonistas
Los firmantes del Tratado del Pilar fueron los
siguientes:
Manuel de Sarratea (1774-1849): político y
militar rioplatense. Participó de la Revolución de
Mayo de 1810 e integró el Primer
Triunvirato. Se desempeñó como gobernador provisorio de Buenos Aires en
1820.
Estanislao López (1786-1838): político y militar
rioplatense, que gobernó la provincia de Santa Fe entre 1818 y 1838. Sostuvo la
necesidad de organizar el país bajo la forma federal de gobierno. Murió de
tuberculosis en 1838. Fue sucedido por Domingo Cullen y luego por su hermano
Juan Pablo López.
Francisco Ramírez (1786-1821): político y
militar rioplatense, que gobernó la provincia de Entre Ríos entre 1820 y 1821.
Murió durante el combate de Chañar Viejo, durante el cual trató de socorrer a
su pareja, la portuguesa María Delfina Menchaca, que había caído en manos de
fuerzas santafesinas.
https://enciclopediaiberoamericana.com/tratado-del-pilar/
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