jueves, 11 de febrero de 2021

Particularidades del golpe de Estado de 1930. El comienzo de la inestabilidad política nacional - Parte 3

Desde los radiotelegramas se visualiza al general Uriburu presionando y amenazando para lograr la incorporación de las tropas de Campo de Mayo, el Ministerio de Guerra solicitando información insistentemente (a partir de las 9: 20 llegaban a Campo de Mayo por radio el pedido urgente sobre novedades, dirección de las tropas, etc.) y el general Álvarez procurando mantener el control de sus unidades y ganar tiempo. Siendo las 10:30 se decidió dar la orden de que se contestara al ministerio que él no se encontraba en la unidad.30 El general Álvarez (desde Campo de Mayo) respondió a las 10:39 al general Uriburu (en Colegio Militar), que por inconvenientes de comunicaciones le fue necesario demorar la partida, por tal motivo le solicitó una reunión personal en Campo de Mayo. A este mensaje el general Uriburu le contestó a las 11:50 que la actitud asumida por la Escuela de Infantería no podía ser obstáculo para la marcha del resto de las tropas y –en tono amenazante y persuasivo- expresó que consideraba peligrosa una acción de bombardeo de la aviación por no querer ser el primero en responder a sus propios camaradas. Lo intimaba además al general Álvarez a plegarse al movimiento31 y, de no hacerlo, se dejaría a las tropas de Campo de Mayo atrás, argumentando que no eran necesarias para llevar adelante la acción. Resulta descabellada y muy alejada de la realidad la parcializada y distorsionada visión del embajador estadounidense al respecto, quien afirmó que la negativa del general Álvarez se debía a que él mismo deseaba convertirse en Dictador y líder de la “revolución”, y aseguraba además que este fue hecho luego prisionero por sus propias tropas, garantizándose así la cooperación de Campo de Mayo al levantamiento.32

El general Uriburu desde San Martín, no logró con éxito incitar por radio al general Álvarez para que iniciara la marcha con sus tropas desde Campo de Mayo, por este motivo se comisionó al teniente coronel Alsogaray (amigo del anterior) a que se dirigiera a Campo de Mayo, con resultados negativos. Entre sus partícipes se afirmaba con pena que la revolución había terminado, ya que no sólo Campo de Mayo se manifestaba a favor del gobierno, sino que dos Regimientos en Capital se sumaron a la posición legalista. 

Esta situación demostró no sólo la verdadera ineptitud o falta de liderazgo real del general Uriburu (y de su estado mayor revolucionario) en importantes aspectos organizativos de la conjura, sino que también dejó en evidencia el escaso nivel de apoyo castrense que despertaba el levantamiento, cuestión que justificó la posterior necesaria inclusión de civiles armados al mismo.33

Es de destacar en relación a lo que se sostiene en este trabajo que el último radiotelegrama, Uriburu lo firma como comandante en Jefe de las Fuerzas y no como general, asumiendo plenamente su protagónico rol en el golpe de Estado y colocándose por encima del general Álvarez, presionándolo a plegarse por la fuerza o bien por simple obediencia a una superioridad, haciendo valer así la cadena de mando. 

Es de destacar que tanto en Campo de Mayo como en el Colegio Militar los oficiales que se opusieron al levantamiento fueron arrestados. Así lo relata el oficial Eduardo Ávalos: “vinieron a Campo de Mayo varios civiles para tratar de sublevar las unidades en contra de Hipólito Yrigoyen. Los detuve a todos. Después Crítica y otros diarios me condenaron por esa actitud y el gobierno de Uriburu me mandó a una guarnición en Córdoba. Pero no me arrepiento. Yo defendía un régimen legal.”34

En el documento titulado; cuestiones anteriores al movimiento cívico,35 se afirma coincidentemente que un grupo de civiles llegados en camiones, entre los que se encontraban legisladores opositores al gobierno, llegaron a los cuarteles de Campo de Mayo para arengar a la tropa36 y fueron recibidos por el mayor Ávalos con mucha dureza y conducidos detenidos al comando de la División. 

En un clima de creciente tensión y confrontación, la incertidumbre reinaba en las unidades militares. Este clima se vio reflejado en el contenido de la orden secreta correspondiente a la Guarnición Nro. 1 de Campo de Mayo que disponía para el día 6 de septiembre la conformación de puestos de observación, patrullaje y defensa con varios uniformados armados con ametralladoras y jinetes en los accesos del Arroyo Morón, Puente Centenario y Rio de las Conchas. El mayor Ávalos afirmaba además -en el documento antes citado-, que era el oficial de confianza y de mayor influencia sobre el coronel Sisterna, siendo este además el hombre que había tomado la iniciativa de la contra-revolución. 

Según las propias afirmaciones del teniente coronel Bautista Molina a pesar de la incertidumbre reinante por las resistencias encontradas en Campo de Mayo, se dispuso la marcha forzada -a propuesta del teniente coronel entes mencionado- y encabezada por el general Uriburu desde el Colegio Militar. Existía en el Hurlingham Club, un punto de concentración de fuerzas37, que luego se sumaría a las tropas en dirección a Capital Federal, agregando a su paso el apoyo civil y militar que fortalecería en parte al incierto movimiento.

Algunas reflexiones sobre el rol de la prensa escrita

Para lograr el objetivo del alzamiento golpista resultaba necesario sumar la adhesión de la prensa escrita. Su misión sería colaborar en la conformación del clima propicio para garantizar el éxito del estallido y sumar así el apoyo cívico-militar necesario para alcanzarlo. Así lo expresaba quien sería el comandante en Jefe de dicho alzamiento, el general Uriburu, en las ideas que sustentaban la forma que tendría el movimiento agrega: “Necesito conocer para opinar […] estado actual y número de fuerzas disponibles (militares y civiles), estado actual de la opinión pública y oficiales, fuerzas navales con las que se pueda contar, opinión de oficiales de la marina, medidas de previsión tomadas por el gobierno, otros datos sobre la situación.”38 Agregaba además que para su ejecución se debían contemplar cuatro factores: propia fuerza y enemiga, lugar de ejecución y situación real.

El levantamiento estaba enmarcado y acompañado por una prensa agitadora de importante tirada y aceptación entre los sectores acomodados y de clase media de la Capital Federal. Estas publicaciones contaban con una presencia destacada en las principales ciudades del país (La Prensa, La Nación, Crítica, la Vanguardia, entre otros). Titulaban sus noticias, magnificando los hechos con un tono alarmante, incitando a las FF.AA. a movilizarse y a la población a acompañar dicha acción orientada a derribar el gobierno radical encabezado por un Hipólito Yrigoyen licenciado por enfermedad.

Si bien es sabido que entre la prensa escrita de aquellos años los diarios La Prensa La Nación ocupaban un lugar muy destacado, se incluyen en el presente artículo la visión de los periódicos Crítica39 y La Vanguardia, ya que no se pensaban ni se mostraban como diarios meramente informativos o divulgadores, sino como netos formadores de opinión. En el caso del primero de ellos, esta misión se magnificaba por la inauguración y puesta en funcionamiento de una estación radiotelefónica ocurrida el 31 de octubre de 1925, seguida de la instalación de una sirena. 

La misma fue utilizada el día del golpe de Estado como señal del inicio del levantamiento, que contó además con el acompañamiento del dueño del periódico, Natalio Botana. No sólo era una cuestión de convicción o acompañamiento personal de su propietario, sino que destinó al servicio de la causa golpista la redacción e instalaciones mismas de su diario, ubicados estratégicamente en la céntrica Av. de Mayo 1333. Las sedes de estos periódicos actuaron pues, como verdaderos focos de oposición.40

Resulta necesario aquí establecer algunas aclaraciones. En líneas generales la prensa acompañaba la conformación de un clima propicio para el alzamiento, a modo de ejemplo es digno de mencionarse que el día 5 de septiembre un pequeño recuadro central del diario Crítica41 incitaba a la población a adherir a la causa golpista. Se titulaba una pequeña nota del siguiente modo: Vigilante, no tire, y otra del mismo tenor y objetivo: Trabajador, no traicione al pueblo, dirigidas a la policía para evitar la represión y a los ferroviarios para que no trasladen elementos destinados a la destrucción del pueblo.

Los diarios Crítica La Vanguardia, si bien reflejan claramente posturas opositoras al gobierno de Hipólito Yrigoyen, estas no deben ser entendidas como una acción derivada de una unidad de criterios planificada y definida anticipadamente por ambos matutinos con el objetivo de derribar al gobierno. Crítica era un diario con un único dueño sin obligaciones, ni compromisos partidarios pero manifestaba su apoyo a diferentes partidos en instancias electorales (como fue el caso del Partido Socialista Independiente o el Partido Demócrata Progresista) e incluso acompañó protagónicamente el alzamiento de Uriburu frente a los hechos ocurridos el 6 de septiembre de 1930. 

La Vanguardia, como órgano oficial del partido Socialista, apoyaba la causa obrera, por ejemplo en el acompañamiento a un boicot ocurrido en mayo de 1927 contra el diario Crítica realizado por la Federación Gráfica Bonaerense (por lo que fue bautizado por Botana como La Retaguardia, descalificando y desautorizando dicha intervención). Si bien existían diferencias notorias, conviene señalar que en algunos casos Crítica incluso dio su apoyo al Partido Socialista, nombrando a Juan B. Justo como el candidato del pueblo ante las elecciones legislativas del 23 marzo de 1924 (postura adoptada anteriormente ante las elecciones presidenciales de 1922 en favor de los partidos anti-yrigoyenistas). El diario Crítica, pretendía así mostrarse como un diario popular con un sesgo independiente, o bien como la voz del pueblo sin partido pero con la capacidad para definir una elección.42 

El diario Crítica,43 comenzó su campaña agresiva a partir del 17 de septiembre de 1929 con la publicación de varias editoriales tituladas: “El país en la miseria”, luego agregaba 11 de octubre “Un año sin gobierno”, para continuar posteriormente con tono alarmante publicando el día 28/8/1930 “Teme un atentado el Sr. Irigoyen. Sensación de derrumbe en el gobierno actual”, el día 30/8 “Militares arrestados”. “Dispararon con winchesters facilitados por nuestra policía a las personas del Klan Radical”, el día 31/8 “El grito de ¡Viva Hipólito Irigoyen! Fue acallado por la silbatina de la multitud. Fleitas, representante del Poder Ejecutivo fue arrojado a empujones de la Rural”. A partir del mes de Setiembre se percibe una escalada opositora en los titulares, el día 2/9 se anunciaba “Renunció hoy el Ministro de Guerra. Culpa al Presidente de la situación actual. Se anuncia dimisión de otros Ministros”. 

El día 3/9 “Yrigoyen se negó a renunciar”. El día 4/9 “El Presidente continúa invisible”, el día 5/9 “Yrigoyen delegó hoy el mando. Se declaró el Estado de Sitio. La indignación pública contra el gobierno es ya insostenible. Lo de ayer fue un crimen del Gobierno”. El día 6/9 figuraba como titular destacado “Inmensa alegría invadió a todos ante la caída de la tiranía”.44 El diario La Vanguardia, adopta un rol menos virulento que el anterior, reflejadas en columnas y titulares como el efectuado el día 11 de agosto de 1930 con opiniones críticas al gobierno, bajo el título Más “ética” Irigoyenista (en alusión a la controvertida elección de diputados mendocinos), el día 23 de agosto se lee en un titular de primera plana: “La indiferencia del Poder Ejecutivo es la causa que más de tres mil trabajadores permanezcan en huelga”. A partir del mes de septiembre de 1930 el nivel de confrontación prensa- gobierno va en aumento, el día 3 se tituló: “Renunció ayer el Ministro de Guerra Dellepiane”, se incluía una columna central titulada “Los militares y la Política” con las expresiones y dichos del general Vacarezza sobre la posibilidad de un levantamiento militar en la provincia de Salta, el día 4 “Situación insostenible”, el 6 de septiembre “El Vicepresidente Martínez se hizo cargo del poder ejecutivo de la Nación”, y el 7/9 “El gobierno fue depuesto por una revolución”.45


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