Reglamento del conventillo de la calle Tucumán
855. Buenos Aires- 1905
1. El alquiler se paga puntualmente el día de su vencimiento.
2. Todo inquilino tiene que tener un depósito como fianza de la habitación
que ocupa.
3. Es prohibido los gritos, bailes o ruidos, que puedan molestar a los
vecinos como todo acto que altere el orden y la moral.
4. El orden y la moral son exigidos estrictamente a todos los inquilinos.
5. No son admitidas ninguna clase de animales de los que indica la ordenanza
municipal ni los que molesten o ensucien las paredes o pavimentaciones,
de lo contrario la multa será abonada por el inquilino.
6. El dueño de la casa se reserva el derecho de inspeccionar las habitaciones
para ver si se encuentran en el estado de limpieza que la higiene requiere.
7. Los deterioros que se hicieran intencionalmente o por descuido
como roturas de vidrios, pérdida de llave, serán abonados por el inquilino.
8. Es prohibido el lavado para afuera como igualmente dejar abiertas
las canillas, derramar agua o cualquier otra materia que moleste a la
salud y limpieza.
9. Los inquilinos tienen el deber de tener limpio el frente de sus habitaciones.
10. No es permitido pararse en la puerta de calle, la que deberá siempre
estar libre para el tránsito.
11. Es rigurosamente prohibido tener braceros con fuego dentro de
las piezas por ser perjudicial a la salud y por el aseo y limpieza.
12. Ningún inquilino podrá admitir a vivir en su pieza otra persona
sin que haya sido presentado al encargado, de lo contrario se considerará
como intruso.
13. Después de cerrada la puerta de calle ningún inquilino tiene derecho
a golpear; por lo tanto el que necesita llave puede solicitarla mediante
el depósito de un peso que se le devolverá cuando sea entregada.
Fuente: La Protesta, 3 de junio de 1905, p.2.
La pieza en una casa céntrica cuesta alrededor de 20 pesos como
mínimo y puede subir 5 a 7 pesos más con ventana a la calle. La valorización
de la propiedad urbana, el aumento en los costos de la construcción y
el sistema de locación redundan en el cobro de alquileres altos, que
constituyen una parte sustancial y fija del presupuesto del obrero.
En 1890, por primera vez, los inquilinos organizan una comisión para
que tome medidas contra los propietarios. El movimiento fracasa entonces,
pero resurge en 1893, cuando se intenta formar una “Liga Contra los Alquileres”,
pero también en esta ocasión la indiferencia general termina por disolverla.10
De todos modos el alza casi constante de los alquileres genera, en
1905, la inusual propuesta conjunta de anarquistas, socialistas y sindicalistas,
quienes redactan un manifiesto en el que proponen la formación de una
liga contra la carestía de la vida, que finalmente no llega a concretarse.
En noviembre de ese año son los anarquistas quienes promueven la formación
de la “Liga Contra Alquileres e Impuestos”. Desde aquí y por medio de
la acción de subcomisiones, propaganda y conferencias, se intensifica
la prédica contra el alza casi continua de alquileres y cargas impositivas
que diezman el salario de los obreros.11
La huelga de inquilinos de 1907
La reacción frente a los reiterados e inconsultos aumentos en los alquileres reconoce antecedentes en la última década del siglo XIX, cuando —como se comentó— se intenta formar una Liga de Inquilinos contra los propietarios, para lograr una rebaja efectiva enlos mismos.12 Pero aún en noviembre de 1894 los asociados luchan para “obtener la rebaja racional de los alquileres”.13
En 1905, se llevan a cabo renovadas tentativas para formar un grupo
de resistencia contra el alza y obtener una rebaja de los vigentes
que ronde el 50 % . Auspician esta “Liga Contra los Alquileres” la Federación
Obrera Regional Argentina, la Unión General de Trabajadores y el
Partido Socialista Argentino. En 1906 se forma el Comité Federal
de la mencionada Liga, después de varias reuniones que se celebran en
Balcarce 188.
Es este Comité el que da a conocer su intención de lograr una rebaja
en los alquileres y en los impuestos que rigen para la ciudad capital
de la Argentina.14
En agosto de 1907 la Municipalidad decreta un aumento en los impuestos
para 1908. Los propietarios de las casas de inquilinato suben los alquileres
para anticiparse a los hechos y cubrir los nuevos desembolsos. Frente
a esta decisión los inquilinos de un conventillo propiedad de Pedro
Holterhoff, situado en la calle Ituzaingó 279, rehúsan pagar el alquiler.
Pronto, otros conventillos imitan la actitud y presentan a los encargados
pliegos de condiciones en los que solicitan rebaja de los alquileres
y mejoras en las condiciones de la vivienda. Marchas de niños con escobas
al hombro “para barrer a los caseros” recorren las barriadas de un baluarte
de la inmigración como la Boca y otras zonas, en busca de adhesiones
al movimiento huelguístico, que se extenderá hasta fines de 1907. 15
Los inquilinos que propician la huelga y forman un comité central,
buscan nuevas adhesiones. Se impulsa desde allí la propaganda a favor
de la medida y la conexión con los comités que se forman en los diferentes
barrios de la ciudad. El movimiento asume gran envergadura. Casi 500
conventillos responden a la medida de fuerza y después de octubre de
1907 se forman comités de operaciones en zonas del Gran Buenos Aires
como Lomas de Zamora y Avellaneda. El movimiento se extiende —aunque
con menos fuerza— a Rosario, Bahía Blanca, Mar del Plata, Mendoza y La
Plata.
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