viernes, 19 de abril de 2019

Conformación del Estado Nacional (1854-1900) - Parte 7


La Educación

La cuestión educativa enfrentó a liberales y católicos en la segunda mitad del Siglo XIX, produciendo cambios de significación que marcaron a fuego la educación argentina hasta nuestros días.

En 1881 fue convocado el Congreso Pedagógico, que tuvo por objetivo la evaluación de la situación educativa y la proposición de alternativas para mejorar su calidad y establecer la participación estatal en un área considerada estratégica. Como resultado de los debates, realizados en 1882, se llegó a establecer la necesidad de impulsar la educación gratuita y obligatoria, respetuosa de las particularidades regionales. También se propusieron reformas metodológicas y cambios significativos en los contenidos y en la filosofía del sistema educativo, sobre todo en lo referido a la cuestión religiosa, donde primó la posición que sostenía la alternativa educativa laica, en abierta oposición al proyecto presentado por el Ministro de Justicia, Culto, e Instrucción Pública, Manuel Pizarro, de formación cristiana a ultranza, que reivindicaba la matriz religiosa. (Puiggrós, 2003) (Filmus, 1999) (Tedesco, 1982).

El debate que instaló el Congreso Pedagógico entre educación laica y religiosa tensaron la relación con la Iglesia, y aunque el Presidente Julio A. Roca recomendó a sus ministros evitar el enfrentamiento, esto no fue posible. El cruce entre el Ministro del Interior, Miguel Juárez Celman, y el nuncio Mattera, terminó con la renuncia del Ministro Pizarro, quien fue reemplazado por el agnóstico Eduardo Wilde. Las aguas no se calmaron y, al año siguiente, el nuevo vicario capitular de Córdoba, Monseñor Clara, se enfrentó frontalmente con la presidenta del Consejo Provincial de Educación, la Sra. Armstrong, de confesión protestante, y prohibió que los fieles católicos inscribiesen a sus hijas en la Escuela Normal, bajo la autoridad de Armstrong. Inmediatamente, el Estado Nacional tomó cartas en el asunto, y separó a Clara de de su cargo, sometiéndolo a juicio. Las maestras que intentaron suavizar el conflicto, mediando entre las partes, fueron sancionadas, y el diario La Nación acometió contra la decisión estatal. Rápidamente El Nacional, fundado por Roque Sáenz Peña y Carlos Pellegrini, recogió el guante, a través de Domingo F. Sarmiento, iniciando una afiebrada polémica. José Manuel Estrada, católico militante, fue expulsado de su cátedra de Derecho Constitucional, mientras el conflicto no cesaba de incrementarse. Finalmente, las relaciones entre el Estado Nacional y la Iglesia se rompieron, y el nuncio Mattera fue expulsado. 

La Ley 1420 de Educación Común

El Congreso Nacional tomó las conclusiones del Congreso Pedagógico de 1882, y el 8 de julio de 1884 sancionó la Ley 1420, que promovió un enorme progreso en materia educativa. Gracias a su aplicación, el analfabetismo pasó del 77% en 1869, al 36% en 1914. Sólo durante la primera década, el analfabetismo disminuyó en un 13,5%, ubicándose en el 53,5%.

La Ley adoptó una matriz optativa en materia religiosa, siendo los padres los encargados de decidir al respecto. La enseñanza religiosa tendría un carácter extracurricular, y se implementaría fuera del horario escolar. También los padres adquirían un rol de contralores, mediante su participación en los distritos escolares.
La Ley sólo tendría vigencia en la Capital Federal, los territorios nacionales, las colonias y las escuelas normales, competencias del Estado Nacional, en tanto las provincias deberían dictar sus propias normas. Sin embargo, el Estado Nacional se reservó su capacidad de intervenir en los contenidos provinciales, mediante su capacidad de inspeccionar la enseñanza, y distribuir premios y sanciones por medio de subsidios y fomentos.


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