jueves, 28 de marzo de 2019

La herencia de la guerra: Salta (Argentina) 1821-1831 - Parte 7


41  En 1822, una incursión realista, cuya finalidad principal fue tomar ganado, fue repelida en las in (...)
30Indudablemente, durante los diez años posteriores al fin de la guerra contra los realistas41, el orden social y la tranquilidad ansiada por la dirigencia salteña, heredera del poder luego de la muerte de Martín Miguel de Güemes, estuvo lejos de conseguirse. Las disputas facciosas de la elite y sus lineamientos, alianzas y enfrentamientos políticos con los gobernadores de las provincias vecinas y con el Mariscal Sucre en Bolivia atentaron contra el orden social anhelado por una elite enfrentada que debió negociar apoyo militar y político con los hombres movilizados y sus jefes. Así, las medidas adoptadas para restablecer el orden y disciplinar a las milicias resultaron insuficientes y en cada una de ellas fue posible observar el enfrentamiento larvado y persistente entre facciones y el accionar de diferentes protagonistas, algunos de ellos como Pablo Latorre y los hermanos José Francisco, José Ignacio y Juan Ignacio Gorriti de manera permanente durante todos estos años. Identificarlos y trazar sus trayectorias ofrece la posibilidad de analizar el impacto que sobre el orden social de la colonia ejercieron los cambios políticos y la movilización militar acarreados por la revolución.
31 Estas movilizaciones, que se expresaron en varios y sucesivos motines y levantamientos, generaron una tensión entre el orden social, reclamado por la elite, y la negociación que la lucha por el poder imponía a la elite con las milicias y sus líderes. No habría de resultar sencillo restablecer el orden social previo a la revolución y la guerra después que un porcentaje considerable de la población tomara conciencia del poder adquirido en su lucha contra los realistas. Una de las razones que llevó a elite de Salta a tramar la destitución primero y la muerte luego de Martín Miguel de Güemes fue la posibilidad de contener ese poder creciente y peligroso de la plebe armada que exigía reconocimiento social y beneficios económicos, particularmente en relación con el acceso a la tierra. Pero una vez concluida la guerra, gracias a la firma de un armisticio con el general realista Pedro Antonio de Olañeta, comprendieron rápidamente que restablecer el orden alterado no sería una empresa fácil.  

42  Marchionni, Marcelo, “¿Gauchos o ciudadanos? Las elecciones como restauradoras del orden social pe (...)
32La formación de la Junta de Representantes, la elaboración de un Reglamento y la implementación de elecciones generales, demostraron aún con mayor claridad las dificultades para restablecer la “paz social” frente a una población urbana y rural organizada militarmente.42 La disolución en 1821 de algunos cuerpos militares de Línea creados por Güemes en 1815 y el nuevo Reglamento de Milicias establecido por Arenales en 1824 no obtuvieron tampoco mayores resultados, ya que aún cuando contribuyeron al debilitamiento de las milicias, no lograron controlar la movilización rural que se expresaría igualmente por fuera de las estructuras militares. En el contexto de una gran inestabilidad política en relación con las provincias vecinas de Tucumán y Santiago del Estero y de conflictos con el estado vecino de Bolivia, es posible observar el liderazgo creciente de José Francisco Gorriti y Pablo Latorre y el descentramiento de la conflictividad miliciana desde el valle de Lerma hacia la frontera del Rosario, al sur este de la ciudad de Salta, territorio limítrofe con las provincias de Tucumán y de Santiago del Estero. Y si bien los levantamientos y movilizaciones tuvieron su origen en el enfrentamiento por el poder local entre diferentes facciones de la elite aliadas a las milicias quienes tomaron parte de ella fueran o no milicianos conservaban aquellas aspiraciones sociales y económicas generadas durante la guerra por la independencia. Es por ello que para aproximarnos a estos años post independientes fue preciso centrar la atención en algunos de los actores más relevantes en estos años, quienes tuvieron asimismo una activa e importante actuación en las milicias de Salta durante la guerra de independencia. Se impone estudiar con mayor atención a los hermanos José y Eustaquio Moldes, Pablo Latorre, Sinforoso Morales, los hermanos José Ignacio, José Francisco y Juan Ignacio Gorriti y Juan Antonio Álvarez de Arenales. Todos fueron víctimas de la violencia política de esos años y tanto José y Juan Ignacio Gorriti como Álvarez de Arenales murieron exiliados en Bolivia.


Notes
*  Este artículo forma parte de la investigación desarrollada en los proyectos de Investigación PIP CONICET 0227 y Programa CIUNSa. 1893.
1  En 1814, luego de la retirarse las fuerzas realistas del territorio salto-jujeño, el Directorio instalado en Buenos Aires procedió a dividir la Gobernación Intendencia de Salta del Tucumán creando las provincias de Salta y de Tucumán. Permanecieron en la jurisdicción de la provincia de Salta las ciudades de Jujuy y San Ramón de la Nueva Oran y se incorporó Tarija (actualmente Bolivia)
2  Mata de López, Sara, “La guerra de independencia en Salta y la emergencia de nuevas relaciones de poder” en Andes, Salta, 2002, núm. 13, p. 113-144.
3  Mata de López, Sara, “Tierra en armas. Salta en la Revolución”, en Sara Mata de López (compiladora), Persistencias y cambios. Salta y el Noroeste Argentino. 1770-1840. Rosario, Prohistoria & Manuel Suárez, editor, 1999, p. 149-175.
4  A partir de 1814 los paisanos que integraban las milicias comenzaron a ser denominados gauchos por José de San Martín, General del Ejército Auxiliar del Perú, comparándolos por su destreza como jinetes con los “gauchos” de la Banda Oriental del Río de la Plata liderados por José de Artigas
5  Mata, Sara E., “Negros y esclavos en la guerra por la independencia. Salta 1810-1821”, en Silvia Mallo- Ignacio Telesca (editores), Negros de la Patria: Los afrodescendientes en las luchas por la independencia en el antiguo Virreinato del Río de la Plata, Buenos Aires, Editorial SB, Colección Paradigma Indicial, 2010, p. 131-148.
6  El concepto de libertad fue una preocupación central en las reflexiones de los ilustrados de fines del siglo XVIII. Sobre los significados del concepto de libertad circulantes a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. Véase: Chaves, María Eugenia, “Esclavos, libertades y república. Tesis sobre la polisemia de la libertad en la primera república antioqueña”, Estudios interdisciplinarios de América Latina y el Caribe. Identidades y actores subalternos en la guerra de independencia, Tel Aviv, Enero-Junio 2011, (Vol. 22) n° 1, p. 81-104.
7  Mata de López, Sara, “Insurrección e independencia. La provincia de Salta y los Andes del Sur”, en Raúl O. Fradkin (editor), ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones para una historia popular de la Revolución de Independencia en el Río de la Plata, Buenos Aires, Prometeo Libros, 2008, p. 177-208.
8 Será también a fines de 1819 que un levantamiento militar en la Provincia de Tucumán depone a su gobernador y que en Salta tendrá lugar una conspiración contra Martín Miguel de Güemes, exitosamente abortada merced a una delación anónima. Véase: Güemes, Luis, Güemes documentado, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1984, tomo 9, p. 196-198, “Carta de Martín Torino a Juan Marcos Zorrilla, Salta, enero 4 de 1820”
9  Nombre que dió a los integrantes de las milicias de la Provincia de Salta el General José de San Martín en 184.
10  Güemes, Luis, Güemes..., Tomo 11, p. 467-468, “Oficio de Agustín Dávila a Eustaquio Medina, Jujuy 14 de setiembre de 1821.
11  La Honorable Junta de Representantes se instituyó luego de la muerte de Güemes con carácter constituyente, legislativo y electoral, iniciando sus sesiones en el mes de agosto de 1821. Integraban la misma los miembros de la elite salto-jujeña opositora de Güemes,
12  Cornejo adhería a la facción denominada “porteña” que proponía un gobierno centralizado y unitario. Se sospechaba también que sería proclive a aceptar los términos de la misión pacificadora para reincorporar estos territorios a la Monarquía española regida por la constitución liberal.
13  Frías, Bernardo, Historia del General Martín Miguel de Güemes y de la Provincia de Salta, o sea de la Independencia Argentina, Buenos Aires, Edit. DEPALMA, 1972, Tomo V. p. 217.
14  En el valle de Lerma, al sur de la ciudad de Salta se concentraba el mayor número de escuadrones gauchos. Allí el conflicto con la tierra a fines de la colonia fue el detonante que propició el levantamiento rural que tuvo lugar en 1814 y que fuera luego capitalizado por Güemes al organizar las Milicias Provinciales. Véase: Mata de López, Sara, “Paisanaje, insurrección y guerra de independencia. El conflicto social en Salta 1814-1821”, en Raúl Fradkin- Jorge Gelman (Compiladores), Desafíos al orden. Política y sociedades rurales durante la Revolución de Independencia, Rosario, Prohistoria ediciones, 2008, p. 61-82.
15  “Y aunque Gorriti no quiera/ La Patria Vieja ha y reinar/ Comerciantes sarracenos/ Vosotros la has de pagar/ Y aunque Gorriti no quiera/ La Patria Viejaha y reinar”, versos anónimos que circularon en diciembre de 1821, Frías, Bernardo, Historia del General Martín Güemes ... , Tomo V, p. 218.
16  Archivo y Biblioteca Históricos de Salta (en adelante ABHS), “Arrendamiento de gauchos”, Armario Gris.
17  Caretta, Gabriela- Zacca, Isabel, “Itinerarios de un cuerpo. Los segundos funerales de Güemes en el proceso de construcción de memorias”, en Sara Mata- Zulma Palermo (Compiladoras), Travesía discursiva: representaciones identitarias en Salta (Siglos XVIII-XXI), Rosario, Prohistoria ediciones, 2011, p. 71-91.
18  Estas fuerzas militares comenzaron a organizarse en 1821 agregando mayores conflictos y oposición al gobierno de Martín Miguel de Güemes en la medida en que para pertrecharlas y sostenerlas debió aumentar la presión sobre comerciantes y propietarios de tierras. Luego de su muerte asumieron la responsabilidad de su organización José María Paz un cordobés integrante del Ejercito Auxiliar del Perú y José Pérez de Urdininea, altoperuano que había colaborado con San Martín en el Ejército de los Andes. A los conflictos interprovinciales se sumó el escaso apoyo de Buenos Aires. Durante el Gobierno de Martín Rodríguez, su entonces Ministro Bernardino entabló negociaciones con los Comisionados enviados al Río de la Plata los cuales concluyeron a mediados de 1823 con una Convención que fue presentada en Salta a fines de ese año por el General Juan Gregorio de las Heras al Jefe realista Espartero, aún cuando por el retorno de la Corona al régimen absolutista el mismo no tuvo ningún efecto. Archivo General de Indias, Sevilla, “Comisionados españoles en Buenos Aires”, Estado 78, n° 20 y n° 24, [en línea, consultado el 20 de marzo de 2002, disponible en http://www.mcu.es]. Véase también: Memorias del General O’Leary, Venezuela, Ministerio de la Defensa., 1981. Tomo 28, Capítulo Trigésimo Octavo, p. 235-236.
19  Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Buenos Aires, “Contestaciones que da un ciudadano imparcial al falaz, ridículo y calumniante papelucho, publicado por el coronel Dávila, con fecha 17 de Octubre para desfigurar los justos motivos de su expulsión del gobierno de Jujuy, Salta y diciembre 12 de 1822, Sala VII, Colección Ernesto Celesia, Doc. 2480. En elCondor de Bolivia, se hace alusión al comercio de Salta, autorizado por Gorriti con las provincias del Alto Perú controladas por el ejército realista en 1822. El Condor de Bolivia, Chuquisaca, Jueves 5 de enero de 1826. Edición conmemorativa del Segundo Centenario del Nacimiento del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre. Prólogo de Alberto Crespo. La Paz, Banco Central de Bolivia, Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Academia Boliviana de Historia, Bolivia, 1995.
20  “Carta de Lorenzo de Mollinedo a Martín Ormaechea, 4 de mayo de 1822”, citada en Frías, Bernardo, Historia del General Martín Güemes..., Tomo V, p. 217.
21  José Evaristo Uriburu, Historia del General Arenales. 1770-1831, Segunda Edición, Londres, 1927, Tomo I.
22  Bernardino Rivadavia fue desde 1821 y hasta 1824 Ministro de Gobierno de Martín Rodríguez, gobernador de Buenos Aires. En 1826 se lo nombró Presidente de la República, cargo que ejerció con fuertes disidencias de las provincias del interior hasta mediados de 1827.
23  Halperín Donghi, Tulio, De la Revolución de independencia a la confederación rosista, Buenos Aires, Colección Historia Argentina, Editorial Paidos, 1980, p. 201.
24  AGN, Buenos Aires, “El General gobernador de Salta manifiesta breve y sencillamente a las provincias de la antigua unión los motivos que le obligaron a allanar y franquear la persona del finado Coronel Mayo don Bernabé Araoz al gobierno de Tucumán que la reclamó oficialmente, Salta, 3 de abril de 1824”, Sala VII, Fondo General Juan Antonio Álvarez de Arenales, Documento 2555.
25  Sinforoso Morales y Bernardino Olivera eran pequeños productores del valle de Lerma, probablemente mestizos de escasos recursos que se incorporaron al ejército Auxiliar del Perú en 1810. Ambos lideraron las milicias rurales del valle de Lerma. Véase: Figueroa, Fernando, Diccionario Biográfico de Salteños, Salta, Editorial Universidad Católica de Salta, 1980, p. 202 y p. 207.
26  Frías, Bernardo, Historia del General Martín Güemes..., Tomo V, p. 620-621.
27  En relación con el impacto del Reglamento de Milicias en la Jurisdicción de Jujuy véase a Paz, Gustavo, “Reordenando la campaña: la restauración del orden en Salta y Jujuy, 1822-1825”, en Raúl O. Fradkin (editor), ¿Y el pueblo dónde está?..., p. 209-222.
28  Ambos militares quedaron a cargo de la organización de esta expedición luego de la muerte de Martín Miguel de Güemes. Véase cita 16.
29 Frías, Bernardo, Historia del General Martín Güemes..., Tomo VI, p. 226-229. La correspondencia de Bolívar revela la existencia de contactos con Manuel Dorrego. En una carta fechada en La Plata en noviembre de 1825 Bolívar da cuenta de la presencia de Dorrego. Véase: Memorias del General O’Leary “Carta de Simón Bolívar a Ángel Sarabia, 22 de noviembre de 1825”, Tomo 30, p. 153. ElCóndor de Bolivia, en su editorial del 24 diciembre de 1825, al informar sobre la anarquía y despotismo en que se hallan las Provincias del Río de la Plata, expresaba que “Desgraciadamente ellas continuaran así si por el bien de la humanidad y por otras razones de conveniencia a la América no marcha el Libertador a arreglarlas con el don irresistible de ordenar las cosas que el cielo le ha concedido”.
30  Juan Antonio Moldes, padre de Eustaquio, Juan Antonio y José Antonio, poseía a fines de la colonia una de las más importantes casas de Comercio de la ciudad de Salta. De origen peninsular había logrado adquirir una considerable fortuna. Los hermanos estudiaron y atendieron negocios familiares en España en los años previos a la revolución de 1810 y frecuentaron los círculos ilustrados de aquellos años. En 1809 regresaron a Salta para participar activamente del proceso de formación de la Junta de Gobierno en Buenos Aires. Eustaquio fue uno de los más entusiastas voceros de la Junta de Buenos Aires en Cochabamba en Setiembre de 1810, influyendo en el Cabildo de esa ciudad para lograr el reconocimiento a la misma. Cochabamba fue así la primera ciudad del Alto Perú que reconoció a la Junta Gubernativa de Buenos Aries. Eustaquio y José Antonio contaban con importantes apoyos entre las milicias de Salta.  
31  AGN, Buenos Aires “Sumario criminal contra Eustaquio Moldes, Blanco y cómplices, Salta, mayo de 1826”, Sala VII, Fondo General Juan Antonio Álvarez de Arenales. Documento 2560.
32  Tarija había sido incorporada a la jurisdicción eclesiástica del Obispado de Salta al crearse éste en 1807. En 1814 al disponer el Director Supremo Posadas la creación de la Provincias de Salta y de Tucumán fracturando a la Intendencia de Salta del Tucumán incorporó a Tarija en la Jurisdicción de la Provincia de Salta. Tarija respondía así al mando militar y político de Martín Miguel de Güemes durante los años que duró la guerra y posteriormente formó parte de la provincia hasta setiembre de 1826, cuando un Cabildo Abierto decidió, con el apoyo militar de Sucre, su incorporación al estado boliviano.
33  AGN, Buenos Aires, “Correspondencia de Juan Antonio Álvarez de Arenales”, Sala VII. Fondo General Juan Antonio Álvarez de Arenales, Documento 2555.
34  Juan Antonio Álvarez de Arenales carecía de liderazgo sobre las milicias de Salta. Su prestigio militar procedía de su participación en el Ejército Auxiliar del Norte y en el Ejército de los Andes. Si bien por su enlace matrimonial pertenecía al vecindario de Salta había residido por cortos períodos de tiempo en la provincia antes de su designación como Gobernador.
35  AGN, Buenos Aires, “Juan Antonio Álvarez de Arenales al Sr. Comandante General de las Fronteras de Bolivia, Dn. Francisco B. O’Connor, Salta, 24 de Diciembre de 1826”, Sala VII, Fondo General Juan Antonio Álvarez de Arenales, Documento 2561.
36  Sucre escribe a Bolívar en Julio de 1827 que “... Arenales me ha pedido tropas para ir a restablecer el orden y las leyes y le he contestado, que precediendo una negociación con su Gobierno, en que se estipulen tratados de amistad y alianza entre las dos Repúblicas, Bolivia cumplirá las condiciones a que se comprometa, que siempre serán por el orden y las leyes.”, AGN, Buenos Aires, “Carta de Sucre a Bolívar, Chuquisaca, a 3 de Julio de 1827”, Fondo General Juan Antonio Álvarez de Arenales, Sala VII, Documento 2555.
37  AGN, Buenos Aires, “Carta de José Francisco Gorriti al Exmo. Señor Ministro Secretario de Gobierno, Salta, marzo 16 de 1827”, Fondo General Juan Antonio Álvarez de Arenales, Sala VII, Documento 2555.
38  ABHS, “Actas de la Honorable Junta de la Provincia de Salta que da principio en 3 de mayo de 1826 y concluye el 10 de setiembre de 1827” Libro 6, fs. 160-160v.
39  Temple, Edmundo, Córdoba, Tucumán, Salta y Jujuy en 1826 [Capítulos extraídos del libro Inglés Travels in various parts of Perú, Londres, 1830, traducidos por Jaime Noguera con Prólogo del Doctor Juan B. Terán, Buenos Aires, Imprenta y Casa Editora “Coni” Perú 684, 1920], Tucumán, Ediciones del Rectorado Universidad Nacional del Tucumán, 2003. p. 213-214.
40  AGN, Buenos Aires, “Carta confidencial dirigida por el Sr. General a su hermano el Gobernador de la Provincia, Río del Rosario, 31 de Diciembre de 1830”, Sala VII, Colección Ernesto Celesia, Documento 2480.
41  En 1822, una incursión realista, cuya finalidad principal fue tomar ganado, fue repelida en las inmediaciones de Jujuy.  
42  Marchionni, Marcelo, “¿Gauchos o ciudadanos? Las elecciones como restauradoras del orden social perdido. Salta, 1821-1825”, X Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, Rosario, 2005, mineo.



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