miércoles, 27 de marzo de 2019

La herencia de la guerra: Salta (Argentina) 1821-1831 - Parte 4


14 En los primeros meses de 1822 y habiendo sido ya designado José Ignacio Gorriti como Gobernador Propietario de Salta los propietarios de tierras reclamaron al ejecutivo que se les facultara para expulsar a los “gauchos” intrusos en sus tierras y obligar a sus arrenderos a pagar el canon anual y prestar los servicios personales. La respuesta de Gorriti fue solicitar a “...los comandantes de los escuadrones que componen la milicia provincial [...] que en el perentorio término de ocho días expongan en este Gobierno los inconvenientes que les ocurriesen en orden a los indicados abonos de arrendamientos de los gauchos de sus respectivos escuadrones, igualmente en cuanto a los derechos parroquiales que deban satisfacer por ellos o sus familias...”.16

15 Las respuestas a esta petición permiten comprobar la gravedad del problema y las dificultades y límites existentes para la negociación entre los gauchos, las jefaturas intermedias, los propietarios y el gobierno provincial. Es altamente probable que estos requerimientos por parte del gobernador alertaran a los milicianos acerca de la posibilidad de retornar al “antiguo orden”. En estas circunstancias no debe resultar extraño que la ciudad de Salta fuera invadida como consecuencia de un nuevo levantamiento miliciano a fines de mayo de 1822.
17  Caretta, Gabriela- Zacca, Isabel, “Itinerarios de un cuerpo. Los segundos funerales de Güemes en e (...)
16 Nuevamente la capacidad de negociación demostrada por Gorriti permitió sofocar el movimiento y recuperar la ciudad. Aunque se desconocen los términos de esta negociación ella incluyó el perdón a los cabecillas del movimiento, entre ellos a su propio yerno. Su decisión de trasladar los restos mortales del general Güemes, desde la capilla del Chamical paraje rural próximo a la ciudad hacia la Iglesia Mayor en la ciudad de Salta, concretado en noviembre de 1822 fue un gesto destinado a satisfacer a los grupos milicianos al recuperar públicamente la figura de Güemes reconociéndole sus méritos en la guerra contra los realistas.17 La autorización a los Escuadrones Gauchos a presenciar el acto, con el compromiso de retirarse al finalizar la ceremonia garantizando la tranquilidad pública, fue una clara señal de conciliación. El conflicto por los arriendos quedaba por el momento sin resolución.

18  Estas fuerzas militares comenzaron a organizarse en 1821 agregando mayores conflictos y oposición (...)

19  Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Buenos Aires, “Contestaciones que da un ciudadano (...)

20  “Carta de Lorenzo de Mollinedo a Martín Ormaechea, 4 de mayo de 1822”, citada en Frías, Bernardo, (...)
17José Ignacio Gorriti enfrentó durante su gobierno una última 
incursión realista que se internó en la jurisdicción de Jujuy con la finalidad de retirar ganado, y desestimó la posibilidad de organizar fuerzas militares con la finalidad de avanzar hacia el Alto Perú.18 Permitió asimismo la internación hacia esas provincias de ganado, mercancías ultramarinas y azogue19 y habilitó el proceso de consolidación de la deuda pública que permitió a los propietarios y comerciantes reclamar a la Provincia los préstamos o la venta de ganados y bastimentos realizados durante el gobierno de Martín Miguel de Güemes. Este conjunto de medidas y el apoyo brindado por sus hermanos Francisco Gorriti -aliado de Latorre con quien controlaba las milicias de la frontera- y el canónigo Juan Ignacio Gorriti integrante de la Junta de Representantes sumado a las alianzas hábilmente entabladas con otros Jefes de Milicias le permitieron eliminar a sus más enconados rivales y ofrecer garantías a la elite que no dudó en afirmar que con su gobierno “Ya tenemos este pueblo tan tranquilo y sosegado, que da gusto vivir en él”.20


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