jueves, 25 de octubre de 2018

“Pan, Paz y Trabajo” - Parte 1




Se cumple un nuevo aniversario de unos de los hitos más importantes del movimiento obrero organizado. Con Saúl Ubaldini y un grupo de gremios combativos, 40 mil trabajadores perdieron el miedo y “coparon” Plaza de Mayo para repudiar la situación económica del país. Hubo represión y detenidos, pero no pudieron callar el grito de hastío. Un golpe duro a la dictadura que la invasión a Malvinas ocultó por años.

“Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar”. Desafiando el Estado de terror que vivía la Argentina, 40 mil trabajadores coparon la Plaza de Mayo aquel mítico 30 de marzo de 1982. Eran tiempos de despidos y crisis económica, y la dictadura militar, luego de seis años en el poder, era repudiada por gran parte de la sociedad. Por eso, ese día, cuando Saúl Ubaldini y su CGT Brasil decidieron el paro y la movilización, se rompió el silencio imperante, se perdió el miedo y se salió a la calle bajo una consigna que hoy sigue interpelando: “Pan, Paz y Trabajo”.

La jornada había comenzado temprano, en una Buenos Aires militarizada -más de lo habitual- y con columnas que llegaron de todos los puntos. La marcha, programada para horas del mediodía, tuvo su correlato en el interior con movilizaciones en Mendoza, Rosario, Neuquén y Mar del Plata. La tensión se adueñó del escenario desde las primeras horas. El Gobierno intentó prohibir la jornada por considerarla “ilegal”, ya que la CGT no había pedido la autorización correspondiente. Ni las presiones oficiales ni las amenazas de represión pudieron evitar la llegada de los gremios, intervenidos y devastados por el genocidio que ese día dijeron basta.


Fueron más de seis horas de enfrentamiento. La cantidad de gente presente desbordó el operativo de seguridad. Los manifestantes llegaron a las puertas de la Casa Rosada con la intención de entregar un petitorio. Pero la gente quería más. Quería libertad, democracia, un nuevo país.


El saldo de aquel paro histórico fue dos obreros muertos, cerca de tres mil heridos, miles de detenidos y, como dato mayor, el fin del miedo. El impacto en la recuperación de la democracia se sigue discutiendo, ya que en apenas 48 horas el escenario cambió radicalmente. La dictadura decidió la invasión de Malvinas, un acto irracional e irresponsable que nos llevó a una guerra inútil y sangrienta, pero que, a dos días de este paro, llenó una plaza al grito de “Argentina, Argentina”.



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