ORÍGENES DE LA AVIACIÓN. En San Isidro, más precisamente en
donde hoy se emplaza el Hipódromo local, operó una de las primeras líneas
aéreas del país
Esta casi olvidada historia revela que en unas 60 ha de lo que hoy es el
circo hípico sanisidrense funcionó allá por 1920, una de las primeras empresas
de aviación. La compañía se llamó de River Plate Aviation Co. y
se dedicó a llevar pasajeros y correo desdeSan Isidro a Villa Colón, en Uruguay,
cumpliendo cerca de 200 vuelos regulares con 16 aviones de los tipos DH4A
y DH9A. Transportaron más de 12.000 pasajeros a lugares como Montevideo,
Bahía Blanca, Rosario o Córdoba. Aquí, este poco conocido relato de “San Isidro
415” , una
epopeya ligada a los inicios de la aviación en la Argentina.
La aviación en nuestro país comenzó como un deporte de unos
pocos, que competían por cruzar el Río de la Plata o la Cordillera de los Andes,
en globo o en avión, emulando a los pioneros extranjeros.
La hazaña aérea llevada a cabo en laNavidad de 1907 marcó el
origen de la Aeronáutica Argentina, cuando por interés científico y
deportivo se produjo la primera ascensión a cargo de dos argentinos: Aarón
de Anchorena y Jorge Newbery, quienes a bordo del globo “Pampero” lograron
unir el Campo de la Sportiva (actual Campo de Polo de Buenos Aires) con el
departamento uruguayo de Colonia, luego de sobrevolar el Río de la Plata.
A bordo del aeróstato, Anchorena y Newbery
emprendieron su viaje y, a poco de andar, mientras sobrevolaban el río
comenzaron a perder altura, lo cual les forzó a arrojar el instrumental y , por
fin, hacer tierra ni bien tuvieron donde asentar el globo. Eso fue en Conchillas,
ya en la costa oriental. Hubo que caminar, hasta que dieron con dos paisanos a
quienes preguntaron cómo podrían conseguir un medio de transporte para ir a
Carmelo o a Colonia, en la vecina orilla.
Los paisanos, bastante asombrados con los forasteros les
preguntaron cómo habían llegado y de dónde venían. La respuesta primero los
dejó estupefactos y luego creyeron que les tomaban el pelo ¿cómo iban a creer
que acababan de llegar de Buenos Aires y, en globo? Cambiaron miradas y uno
exclamó fuerte: “¡Estos porteños… siempre payasos!”, dieron media vuelta con
sus caballos y se alejaron al trote.
Aarón de Anchorena y Jorge Newbery se quedaron de a pie,
pero la aventura terminó bien y caló tan hondo en el primero que de inmediato
se interesó por comprar tierras en las cercanías de Conchillas.
DEL AIRE A LA BARRA
Así, de una aventura aérea, nació el establecimiento rural
que incluye a Barra San Juan, hoy asiento de descanso del primer mandatario
uruguayo y convertida en una suerte de Meca de la náutica deportiva por su
bellísimo fondeadero.
Lo cierto es que pasaron unos 12 años de aquella aventura
con el “Pampero”, cuando concluída la Primera Guerra Mundial, volvía a la
Argentina un inglés cargado de condecoraciones por su desempeño como oficial de
aviación. Se trataba de Shirley George Kingsley, quien había vivido en el
país antes de la contienda.
Su paso por la Royal Air Force lo vinculó a las grandes
empresas dedicadas a la producción de aviones, y así fue que a su retorno trajo
la representación de la “Aircraft Manufacturing Company”
Las aficiones aeronáuticas y los intereses comerciales del
inglés lo llevaron a encarar una campaña de convencimiento público acerca de
los beneficios de la aviación. El 23 de Mayo de 1920 a lo largo de 60 ha . de lo que hoy es el
hipódromo comenzó a operar una de las primeras líneas comerciales del país: la
“River Plate Aviation Co.”, integrada entre otros socios por el propio Anchorena,
Carlos Tornquist y Henry Thompson, desde luego esta suerte de aeródromo
cuanto mas cerca del río tanto mejor.
Anchorena era propietario de un terreno particularmente
representativo de San Isidro: la fracción de Bosque Alegre que iba desde
el Alto hasta el Fondo de la Legua.
En esa fracción se destacaba la Posta de los Anchorena, otro
de los monumentos arquitectónicos del pasado nacional.
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