martes, 10 de julio de 2018

GÜEMES, Martín Miguel - Parte 2

Ya con el grado de teniente coronel, participará en campañas y acciones para recuperar parte del territorio en poder de los españoles. Enviado a Buenos Aires conduciendo un contingente de prisioneros, logra que  no lo destinen a participar del sitio de Montevideo, para retornar a la tierra natal a fines de 1813.

Apenas asumida por San Martín a principios del año siguiente la jefatura del Ejército del Norte, éste pone su confianza en Güemes para llevar adelante la guerra de partidas contra las tropas del virrey del Perú que intentasen avanzar hacia el sur; si la elección del Libertador fue oportuna y feliz, el cometido de las acciones encomendadas resultó óptimo.


Martín Güemes, José Apolinario de Saravia, Juan Francisco Gorriti (“El Pachi”) y otros serán los jefes relevantes dentro de un paisaje que militarmente organizado, logrará crear la imagen cabal de la “tierra en armas”. A partir de ese momento Güemes y sus gauchos se convirtieron en la barrera infranqueable que impidió a los españoles concretar sus objetivos por la frontera norte, logrando sólo transitorias ocupaciones del espacio patrio.


Derrotado en Sipe-Sipe Rondeau, retrocede una vez más hacia el norte del actual territorio argentino y enseguida sobrevinieron sus enfrentamientos con Güemes y su paisanaje; dolorosas disidencias a las que logró poner fin el Congreso, por entonces reunido en Tucumán.


Declarada la independencia nacional, Belgrano asumió el comando en jefe del Ejército del Norte y Güemes se hace cargo de la extrema línea de defensa. Son éstos, los grandes años del héroe salteño, los años de la guerra gaucha;  Güemes será ascendido a coronel mayor siendo el 6 de mayo de 1815 gobernador de Salta, designación que hizo también Jujuy seis meses después.


Un documento secreto de los realistas sobre los principales revolucionarios del Río de la Plata investigado por Ricardo Caillet Bois decía textualmente: “Coronel y gobernador de Salta. Patriota en el concepto de los peruleros y de ideas españolas entre los de Buenos Aires. Muy querido en Salta. No conoce la táctica militar pero es buen guerrillero a la cabeza de los gauchos”.


Sus soldados lucieron sobre el uniforme un escudo de paño con la leyenda “A los heroicos defensores de Salta”, gracias a esas tropas y a ese jefe, San Martín pudo preparar en Cuyo el ejército que le permitió llevar adelante el Plan Continental.
Los grandes vencidos fueron los jefes realistas que una y mil veces fracasaron en sus intentos de conquista: José de la Serna, Juan Ramírez de Orozco, Olañeta, Marquiegui. Junto a ellos o más tarde, también finalizaron derrotados Canterac, Valdés, Clover, Ferraz y tantos otros, y su fracaso fue de tal dimensión que de lo más hondo de sí, uno de ellos testimonió tremenda y cierta confesión: “A este pueblo no lo dominaremos jamás”.



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