(1785- 1821)
Guerrero de nuestra independencia fue Güemes un excepcional
servidor de la patria y el más tenaz adversario que tuvieron que enfrentar los
realistas, las reiteradas y sucesivas veces que intentaron invadir las
provincias del noroeste argentino, siendo su Salta natal, bastión geopolítico
de resistencias y guerrillas que caracterizaron una guerra gaucha de la que fue
su máximo exponente militar y el caudillo carismático de la epopeya.
Segundo vástago varón de don Gabriel Güemes Montero, natural de Santander,
España, y de doña María Magdalena de Goyechea y de la Corte, perteneciente a
una antigua y noble familia jujeña (uno de sus antepasados fué Francisco de
Argañaraz y Murguía, fundador de la ciudad de San Salvador de Jujuy), nació en
Salta el 7 de febrero de 1785, siendo bautizado con los nombres de Martín
Miguel Juan de Mata, estos últimos acorde al santoral del día.
Ingresó en su infancia como cadete en la compañía del
regimiento Fijo acantonada en dicha ciudad y como integrante de esa unidad,
luchó contra las fuerzas británicas que atacaron a Buenos Aires en 1806 y 1807.
Su valerosa actuación le valió ser ascendido por Liniers primero a alférez
graduado y luego al grado de teniente de milicias de granaderos.
Por el fallecimiento de su padre y para atender al
cumplimiento de sus últimas disposiciones, el joven militar volvió a Salta,
donde el gobernador Isasmendi, dispuso que fuera incorporado a la guarnición
local.
Salta se contó entre las primeras ciudades del virreinato
que se pronunciaron en favor de la junta de gobierno instalada en Buenos Aires
el 25 de mayo de 1810. Y Güemes, por su parte, fue de los primeros que
resolvieron incorporarse a las filas de la Expedición Auxiliadora al Alto Perú.
Capitán de sesenta jinetes, equipados por los Gurruchaga y
los Moldes, en septiembre tomó posiciones en Humahuaca como jefe de la partida
de observación.
El joven jefe salteño tuvo participación destacada en la batalla de Suipacha,
donde como señaló años más tarde el Cabildo de Salta “se cubrió de gloria”. Al
producirse la derrota de Huaqui, fue en ayuda de Juan Martín de Pueyrredón que
acosado por los realistas, se retiraba de Potosí conduciendo los caudales de la
Casa de Moneda.
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