martes, 10 de julio de 2018

GÜEMES, Martín Miguel - Parte 1






(1785- 1821)

Guerrero de nuestra independencia fue Güemes un excepcional servidor de la patria y el más tenaz adversario que tuvieron que enfrentar los realistas, las reiteradas y sucesivas veces que intentaron invadir las provincias del noroeste argentino, siendo su Salta natal, bastión geopolítico de resistencias y guerrillas que caracterizaron una guerra gaucha de la que fue su máximo exponente militar y el caudillo carismático de la epopeya.
Segundo vástago varón de don Gabriel Güemes Montero, natural de Santander, España, y de doña María Magdalena de Goyechea y de la Corte, perteneciente a una antigua y noble familia jujeña (uno de sus antepasados fué Francisco de Argañaraz y Murguía, fundador de la ciudad de San Salvador de Jujuy), nació en Salta el 7 de febrero de 1785, siendo bautizado con los nombres de Martín Miguel Juan de Mata, estos últimos acorde al santoral del día.


Ingresó en su infancia como cadete en la compañía del regimiento Fijo acantonada en dicha ciudad y como integrante de esa unidad, luchó contra las fuerzas británicas que atacaron a Buenos Aires en 1806 y 1807. Su valerosa actuación le valió ser ascendido por Liniers primero a alférez graduado y luego al grado de teniente de milicias de granaderos.


Por el fallecimiento de su padre y para atender al cumplimiento de sus últimas disposiciones, el joven militar volvió a Salta, donde el gobernador Isasmendi, dispuso que fuera incorporado a la guarnición local.


Salta se contó entre las primeras ciudades del virreinato que se pronunciaron en favor de la junta de gobierno instalada en Buenos Aires el 25 de mayo de 1810. Y Güemes, por su parte, fue de los primeros que resolvieron incorporarse a las filas de la Expedición Auxiliadora al Alto Perú.


Capitán de sesenta jinetes, equipados por los Gurruchaga y los Moldes, en septiembre tomó posiciones en Humahuaca como jefe de la partida de observación.
El joven jefe salteño tuvo participación destacada en la batalla de Suipacha, donde como señaló años más tarde el Cabildo de Salta “se cubrió de gloria”. Al producirse la derrota de Huaqui, fue en ayuda de Juan Martín de Pueyrredón que acosado por los realistas, se retiraba de Potosí conduciendo los caudales de la Casa de Moneda.

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