martes, 24 de abril de 2018

Juan Moreira / 1886 – Parte 3

Empezamos a funcionar con circo lleno noche a noche. 

El repertorio de primera y segunda parte era extenso y en cada espectáculo se cambiaban algunos números. En cambio el de pantomimas y sainetes era reducido, lo que nos empezó a preocupar, pues, económicamente nuestro negocio consistía en permanecer todo el mayor tiempo posible en cada localidad; de ese modo ganábamos viajes y días en armar y desarmar el pabellón. Nuestro representante era Egesipo Legris, uno de los tantos emigrados del Uruguay, por opiniones políticas. Notable jinete y gracioso narrador de anécdotas militares. 

Por él, toda la compañía estaba al tanto de los innumerables hechos de armas desde Artigas a Flores, desde Flores a Timoteo Aparicio; como también de la Tricolor con todas sus peripecias. Tenía una memoria privilegiada. 

En las noches en que por mal tiempo no se podía trabajar, nos reuníamos en medio del picadero del circo y alrededor del fogón, el compadre Legris o "capitán Legris", como lo llamábamos, entre mate y mate y fumando cigarrillos de tabaco negro, nos contaba sus aventuras revolucionarias, y su vida de matrero, entre miles de heroicidades de los viejos caudillos orientales. Nos resultaba un verdadero artista narrando esos episodios. 

Me he desviado un instante haciendo un paréntesis para presentar al hombre que, sin sospechar siquiera su alcance, tuvo la feliz idea, en aquel momento, de aconsejar la representación de la pantomima Juan Moreira que dos años antes habíamos representado con los Hermanos Carlo en el Politeama Argentino de Buenos Aires. 
-Compadre -me dijo-. ¿Por qué no hacemos Juan Moreira que sería un éxito seguro? 
-Ya lo había pensado compadre -le contesté-, pero desistí porque nos falta todo lo necesario para representarla. 
-Si usted se anima a ponerla en escena enseguida, yo me comprometo a conseguir todo lo que haga falta. 
En vista de tanta seguridad de éxito nos reunimos los Podestá-Scotti para deliberar si era posible o no la representación aludida. 
Después de aprobada la idea se procedió al reparto de roles, tocándole al compadre Legris, el de sargento Navarro, aunque estaba en su elemento, no le gustaba mucho que Moreira tuviera que plancharle el lomo y desarmarlo. 


Otra vez "Moreira" mudo 

A los pocos días, el 16 de Enero, con motivo de mi beneficio, pusimos en escena Juan Moreira. 

El circo resultó pequeño para tanta gente; el éxito fue clamoroso. Al entusiasmo general se unía el nuestro por contar con una pantomima más en el repertorio." 




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