Apéndice
Refiere en sus memorias el señor José J. Podestá [IV] , que cuando empezó a trabajar en
el circo [allá por los años 1873-1875] se representaba ya en el picadero
algunos sainetes con final obligado de vegigazos y palos. Piezas del repertorio
circense eran El modo de pagar sus deudas, María Cota, El negro boletero,
El maestro de escuela. Y pantomimas a base de Pierrot o de argumento
melodramático como Los Brigantes de la Calabria, Los Bandidos de Sierra
Morena, Los dos Sargentos y Garibaldi en Aspromonte. Partícipe en ellas,
Podestá era un mimo experimentado cuando fue invitado a desempeñar el papel
principal en la pantomima "Juan Moreira". Dice el autor:
La pantomima "Juan Moreira"
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"Después de más de cien funciones que los Carlo habían dado, y ya agotado
el repertorio y acercándose la fecha del beneficio de ellos, se buscaba una
novedad y no se daba con ella, hasta que una tarde, conversando Eduardo
Gutiérrez con el representante de la empresa del Politeama, señor Alfredo
Cattaneo, se le ocurrió a éste decirle a Gutiérrez:
-¿Por qué no arreglás Juan Moreira en pantomima y la representamos en
el beneficio de los hermanos Carlo?
Gutiérrez después de un momento de meditación contestó:
-No, no puede ser. Para representar Moreira se necesitaría un hombre que fuera
criollo, que supiera montar bien a caballo, que accionara, cantara, bailara y
tocara la guitarra, y sobre todo que supiera manejar bien un facón; en fin, un
"gaucho"; y en esta compañía de extranjeros no hay ninguno que posea
esas cualidades tan necesarias para representar al héroe.
Cattaneo, competente hombre de teatro, no tardó en contestarle en el acto:
-Yo sé dónde está ese hombre; trabaja en el "Humberto Primo"; es el
payaso "Pepino 88", José J. Podestá.
Gutiérrez, que ya me conocía, accedió y se comprometió a arreglar la pantomima
con la condición de que los Carlo me contrataran, y así fue. Los Carlo, que no
reparaban en gastos cuando deseaban dar una nota novedosa, me contrataron lo
mismo que a mi familia y así unidos se reforzó el elenco, y pudo a los pocos
días representarse "Moreira", con aperos, trajes, guitarreros,
cantores, bailarines... todo un mundo de cosas extrañas en un circo de aquellos
tiempos.
La obra se componía de varios cuadros.
Todo se expresaba con mímica, acompañada de música apropiada; sólo el Gato con
relaciones y el Estilo que cantaba Moreira en la fiesta campestre, interrumpían
el mutismo de los actores.
Por primera vez la concurrencia oía cantar un Estilo en una obra y el
entusiasmo se apoderó de ella, que no cesaba de aplaudir. Eduardo Gutiérrez,
que conocía el alma popular, aprovechó las décimas del poema "Lázaro"
de su hermano Ricardo, cuyas estrofas encuadraban perfectamente dentro de la
idiosincrasia y el fatalismo del protagonista:
El
hondo pesar que siento
y ya el alma me
desgarra,
solloza en esta
guitarra
y está llorando en
mi acento:
como es mi propio
tormento
fuente de mi
inspiración,
cada pie de esta
canción
lleva del alma un
pedazo,
y en cada nota que
enlazo
se me parte el
corazón.
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