martes, 24 de abril de 2018

Juan Moreira / 1886 – Parte 1



Apéndice

Refiere en sus memorias el señor José J. Podestá [IV] , que cuando empezó a trabajar en el circo [allá por los años 1873-1875] se representaba ya en el picadero algunos sainetes con final obligado de vegigazos y palos. Piezas del repertorio circense eran El modo de pagar sus deudas, María Cota, El negro boletero, El maestro de escuela. Y pantomimas a base de Pierrot o de argumento melodramático como Los Brigantes de la Calabria, Los Bandidos de Sierra Morena, Los dos Sargentos y Garibaldi en Aspromonte. Partícipe en ellas, Podestá era un mimo experimentado cuando fue invitado a desempeñar el papel principal en la pantomima "Juan Moreira". Dice el autor: 



La pantomima "Juan Moreira" 

"Después de más de cien funciones que los Carlo habían dado, y ya agotado el repertorio y acercándose la fecha del beneficio de ellos, se buscaba una novedad y no se daba con ella, hasta que una tarde, conversando Eduardo Gutiérrez con el representante de la empresa del Politeama, señor Alfredo Cattaneo, se le ocurrió a éste decirle a Gutiérrez: 
-¿Por qué no arreglás Juan Moreira en pantomima y la representamos en el beneficio de los hermanos Carlo? 
Gutiérrez después de un momento de meditación contestó: 
-No, no puede ser. Para representar Moreira se necesitaría un hombre que fuera criollo, que supiera montar bien a caballo, que accionara, cantara, bailara y tocara la guitarra, y sobre todo que supiera manejar bien un facón; en fin, un "gaucho"; y en esta compañía de extranjeros no hay ninguno que posea esas cualidades tan necesarias para representar al héroe. 
Cattaneo, competente hombre de teatro, no tardó en contestarle en el acto: 
-Yo sé dónde está ese hombre; trabaja en el "Humberto Primo"; es el payaso "Pepino 88", José J. Podestá. 
Gutiérrez, que ya me conocía, accedió y se comprometió a arreglar la pantomima con la condición de que los Carlo me contrataran, y así fue. Los Carlo, que no reparaban en gastos cuando deseaban dar una nota novedosa, me contrataron lo mismo que a mi familia y así unidos se reforzó el elenco, y pudo a los pocos días representarse "Moreira", con aperos, trajes, guitarreros, cantores, bailarines... todo un mundo de cosas extrañas en un circo de aquellos tiempos. 

La obra se componía de varios cuadros. 

Todo se expresaba con mímica, acompañada de música apropiada; sólo el Gato con relaciones y el Estilo que cantaba Moreira en la fiesta campestre, interrumpían el mutismo de los actores. 
Por primera vez la concurrencia oía cantar un Estilo en una obra y el entusiasmo se apoderó de ella, que no cesaba de aplaudir. Eduardo Gutiérrez, que conocía el alma popular, aprovechó las décimas del poema "Lázaro" de su hermano Ricardo, cuyas estrofas encuadraban perfectamente dentro de la idiosincrasia y el fatalismo del protagonista: 


          El hondo pesar que siento 
          y ya el alma me desgarra, 
          solloza en esta guitarra 
          y está llorando en mi acento: 
          como es mi propio tormento 
          fuente de mi inspiración, 
          cada pie de esta canción 
          lleva del alma un pedazo, 
          y en cada nota que enlazo 
          se me parte el corazón. 
          . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 


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