martes, 17 de abril de 2018

Fresedo - Entrevista a Osvaldo Fresedo en 1976 - Parte 3


-¿Y los grandes virtuosos, a quienes admiró de su tiempo?

A Cobián, en el piano. Tal vez a Minotto, pero no, él era un gran técnico, perfecto, pero sin corazón. Ahora todos me preguntan por Piazzolla, y yo sé que es el más grande virtuoso con el bandoneón que he visto. Pero claro, él no haría lo que yo hago con una orquesta, esa manera de inculcar, de persuadir el oído, el alma.

-¿Y usted aquí en su casa, sigue tocando?

-No, hace años, tampoco el piano, los veo, están con polvo encima y no me da tristeza. Me gustaría volver a ser joven para hacer mucha música otra vez.

-Veo una foto color sepia donde se lo ve al lado de una avioneta, entonces le pregunto ¿Y esto?

-Fue por el año 1923, era un avión SVAR de 240 caballos, lo compré por 4.500 pesos. Por ese entonces gané una carrera en La Plata y tuve el brevet de piloto 231. Yo era bastante aventurero de muchacho. Entonces ya había viajado a Estados Unidos con Enrique Delfino y Tito Rocatagliatta, contratados por la Victor en 5.000 dólares. Pero no era mucho, nuestro peso estaba dos a uno con el dólar. 

Allí en Filadelfia, compartí algunas tertulias con Gardel y Le Pera y de los discos que grabé, había uno que de un lado tenía el tango “Entrada libre” y del otro “Entrada prohibida”.

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