viernes, 13 de abril de 2018

Batalla de Caseros - Parte 2

Inicio de las operaciones

Urquiza inició enseguida sus operaciones. Después de concentrar sus fuerzas en Gualeguaychú, se movió hacia el Paraná y lo cruzó, sin encontrar la resistencia que esperaba por el lado de Santa Fé. El gobernador de esta provincia, general Echagüe, en efecto, al no recibir los refuerzos que había solicitado, resolvió batirse en retirada para unirse al grueso del ejército de Rosas. Casi sin obstáculos, Urquiza pudo proseguir su marcha sobre Buenos Aires y llegar al Arroyo del Medio a mediados de enero. En San Lorenzo le había desertado en masa, matando a su jefe, la división de Aquino, fuerte de 600 hombres, para pasarse al ejército de Rosas.

Salvo una escaramuza, en los campos de Alvarez, con un destacamento de las fuerzas del coronel Lagos, jefe del departamento del norte, el ejército aliado pudo conseguir sin inconvenientes su camino sobre la capital. Se había impuesto, en los consejos de guerra de Rosas, la táctica de concentrar todas las fuerzas en el campamento de Santos Lugares para resolver la contienda con una batalla decisiva.

Con todo ello, no se había presentado en el campamento de Urquiza ni un solo hombre de Buenos Aires, mientras que de aquél desertaban continuamente muchos para incorporarse al del Restaurador. Las “Memorias” del general César Díaz –jefe de la división oriental del ejército aliado- nos dan un preciso testimonio del estado de poblaciones. Parece que el mismo Urquiza se impresionó por la frialdad con que lo recibieron en Pergamino y en Luján y manifestó dudas sobre la legitimidad y la oportunidad de la empresa en que se había lanzado, aunque tratando de cohonestarla con el pretexto de la “organización nacional”. 

La popularidad de Rosas –afirma el autor- “era tan grande o tal vez mayor de lo que había sido diez años antes”. Todavía en la víspera de la batalla –el 1º de febrero- 400 hombres más abandonaron el ejército aliado para plegarse al de Santos Lugares.

Hay un problema de Caseros que sigue sin solución y es el referente a las relaciones de Rosas con el general Pacheco, que por su prestigio militar y su cargo en el comando de Santos Lugares, era el jefe indicado para organizar la batalla decisiva. No obstante ello, renunció en las vísperas, fundándose en el hecho de haber asumido Rosas personalmente la dirección de la campaña.

¿Desconfió Rosas de Pacheco? ¿Hubo motivos para tal desconfianza? Parece seguro que aquél desaprobó una maniobra de su subordinado, al abandonar la defensa de Puente Márquez, en lugar de hacerse fuerte allí; y es posible que, en las circunstancias en que se encontraba, haya atribuido esa retirada a un súbito enfriamiento de la fe o a un debilitamiento de la voluntad. Se explica así su decisión de asumir personalmente el comando. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario