jueves, 4 de enero de 2018

Discursos de Asunción - Parte 3


Seis años más tarde, Juárez Celman, sucesor —y concuñado— de Roca, recordaba este slogan en su mensaje inaugural. Así decía el cordobés desfenestrado cuatro años más tarde por la Revolución del Parque: "Paz y Administración (. . .) expresa la suprema aspiración de los argentinos y explica la prodigiosa transformación operada en la vida económica de nuestro país."

Los mensajes posteriores

Cada mensaje inaugural recoge, de uno a otro modo, el tema predominante de su tiempo. Cuando Pellegrini recibió la Presidencia de la Nación, la impopularidad del gobierno era total y ruinosa la situación económica: a sólo diez días de la Revolución del Parque, "el Gringo" debía afrontar circunstancias terribles. Convocó entonces a una veintena de banqueros y hombres de empresa, y consiguió que suscribieran un compromiso para hacer posible el pago del servicio de la deuda externa que vencía unas semanas más tarde. Al salir de la reunión, Pellegrini murmuró:
—Ahora sí, me siento presidente. . .
Fue el mensaje más corto y más dramático que jamás haya pronunciado un titular del Poder Ejecutivo, como lo fue también lo que dijo a la multitud que lo aclamaba:
—Mi anhelo ferviente será descender del gobierno como subo: ¡en brazos del pueblo!
Roca, en cambio, al regresar al poder en 1898 podía observar un panorama de paz y prosperidad. Por eso, su mensaje inaugural tuvo un tono de triunfo: "Vuelvo al gobierno doce años después de haber concluido mi primera administración, lo que permitirá apreciar mejor los adelantos políticos y económicos que hemos alcanzado. El hecho de verificarse sin interrupción en un período ya largo la transmisión del mando es, por sí solo, garantía de la estabilidad y firmeza de nuestras instituciones".

Pero todos sabían que estas instituciones no estaban vivificadas por la participación popular. La República funcionaba, pero sin el pueblo. Por eso, el primer mensaje de Roque Sáenz Peña, el 12 de octubre de 1910, encaró ese "grave problema que nos preocupa".
"Yo me obligo ante vosotros, ante mis conciudadanos y ante los partidos —dijo Sáenz Peña ante la Asamblea Legislativa—a provocar el ejercicio del voto por los medios que me acuerda la Constitución, porque (. . .) no basta garantizar el sufragio: necesitamos crear y mover al sufragante." Y también afirmó: "Las mayorías deben gobernar, pero las minorías deben ser escuchadas, colaborando con su pensamiento y con su acción en la evolución ascendente del país".

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