sábado, 18 de marzo de 2017

La locura del Coronel Estomba - Parte 8

En estas condiciones fue destituido de su cargo e internado en el Hospicio General de Hombres, cerca del convento de los Recoletos (Hoy Cementerio de la Recoleta). En sus delirios terminales, y quizá –creyéndo que estaba presode nuevo en las pavorosas casamtas del Callao, huyo del hospital, cayendo muerto a unas cuadras, donde una partida policial lo encontró semidesnudo y sucio el 27 de mayo de 1829.

Según algunos autores, el acto de llamarse Demóstenes era un signo de megalomanía producida por la sífilis cuaternaria, (la última fase de la enfermedad), enfermedad que acosaba a uno de cada cuatro hombres en aquella época en el Río de la Plata.


Una tumba sin nombre


En mayo de 1978, el arquitecto Enrique Cabré Moré comunicó al intendente municipal, Víctor Julio Mario Puente, el hallazgo de la tumba donde fueran inhumados, en 1829, los restos del coronel Ramón Estomba, fundador de Bahía Blanca.

Apenas despuntaba la década del 70 cuando un grupo de vecinos bahienses encomendó a Cabré Moré una búsqueda que parecía poco menos que imposible: determinar con precisión dónde había sido enterrado el fundador, casi 150 años antes, que falleciera en un estado de completa demencia, sin descendientes directos conocidos y apenas acompañado por la policía, que recogió su cadáver del Hospital de Hombres, donde se encontraba internado.

Cabré sabía, por un muy modesto certificado de defunción, que Estomba había sido enterrado en el Cementerio del Norte (actual Recoleta), en un área que no podía precisar, destinada a las "personas beneméritas".

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