En los primeros meses de su gestión, el Segundo Triunvirato
y la Asamblea actuaron con los mejores auspicios. Por ese tiempo las armas
argentinas triunfaban en Tucumán y Salta, y también habían obtenido el triunfo
de Cerrito, en la Banda Oriental. A fines de 1813, en cambio, el cuadro era
completamente diferente. Belgrano, con el ejército del Norte, era derrotado en Vilcapugio
y Ayohuma, y la Plaza Fuerte de Montevideo resistía el ataque de las armas
patriotas. La situación era grave en general.
La Asamblea resolvió que se
modificara la forma del Poder Ejecutivo, la responsabilidad del gobierno debía
concentrar-se, para hacer más eficaz su gestión, en una sola persona, que
llevaría el título de Supremo Director del Estado. La Asamblea aprobó la
petición y creó el
Directorio, el 22 de enero de 1814.
Los problemas internos y la creación del Directorio
La Asamblea no sólo tenía que enfrentar aquellos problemas
derivados de la nueva situación europea, también tenía serias dificultades
locales. En efecto, su instalación había profundizado el conflicto entre las
tendencias centralizadoras de Buenos Aires y las confederacionistas, que
exigían el reconocimiento de las soberanías provinciales.
La Asamblea rechazó a los enviados artiguistas argumentando
que los diputados no podían tener mandatos imperativos, como era el caso de
estos diputados. Estas instrucciones exigían la declaración de la independencia
y la organización de un estado confederal en el que cada provincia conservaba
su autonomía. Esto provocó la ruptura entre el caudillo oriental y el gobierno
central porteño, que lo declaró su enemigo.
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