El Primer Triunvirato volvió a desaprobar la actitud de
Belgrano.
El 13 de febrero de 1813, después de la victoria de Tucumán,
el ejército patriota que perseguía a los realistas se detuvo junto al río
Pasaje, en la provincia de Salta. Belgrano enarboló nuevamente la bandera de su
creación, al tiempo que tomaba a sus soldados juramento de fidelidad a la
Asamblea Constituyente del año XIII. Esta vez tampoco su gesto mereció la
aprobación del gobierno, desempeñado por el Segundo Triunvirato.
Cuando la Asamblea General Constituyente de 1813 suprimió en
los documentos públicos el nombre del rey Fernando VII, también eliminé su
efigie de los sellos y monedas de uso oficial. La imagen del rey fue sustituida
por un nuevo sello distintivo de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Por
otro decreto, dictado como el anterior en febrero de 1813, la Asamblea creó con
dicho emblema el Escudo Nacional, que es el que hoy poseemos como símbolo
patrio.
A comienzos de 1813 el poeta Vicente López y Planes
(1785-1856), compuso los versos de una canción patria. Estos versos fueron
presentados a la Asamblea General Constituyente, que los aprobó el 11 de mayo
de 1813 como única marcha nacional. Tal es el origen de nuestro Himno Nacional,
al que puso música el maestro Blas Parera (1776-1840), un español residente en
Buenos Aires, director de orquesta del teatro. En 1813 contábamos, pues, con
tres símbolos ya oficializados: la Escarapela, el Escudo y el Himno. La
Bandera no tenía aún sanción oficial; ésta se obtuvo en 1816, como veremos más
adelante.
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