lunes, 20 de junio de 2016

Belgrano parte rumbo a la muerte - Parte 2


En la Ciudadela


En realidad, las “afecciones particulares” estaban representadas sobre todo por su hija Manuela Mónica, nacida el 4 de mayo de 1819 de sus amores con Dolores Helguero. El hecho es que, llegado a Tucumán, se instaló en la humilde casa que había edificado en las afueras de la ciudad, próxima a La Ciudadela y sobre el terreno que el Cabildo le obsequió en 1816. 
La vivienda estaba “al sur y a continuación de la Casa de Jesús”, hoy Colegio de las Esclavas, según precisaba en 1884 don Marcelino de la Rosa, albacea de la familia Belgrano. Agregaba que entonces se divisaban todavía “algunos vestigios de la casa y un pozo de balde”.

Estaba retirado de toda actividad pública y se trataba con muy pocas personas. Antes de que la enfermedad lo atara a la cama por períodos cada vez más largos, salía a caballo por las tardes. Generalmente, en compañía del comerciante porteño José Celedonio Balbín. Se habían hecho amigos en las campañas del Alto Perú, y Balbín lo ayudaba económicamente, porque Belgrano estaba en pésima situación económica: le debían muchos meses de su sueldo de general.

Noche de atropello


Así estaban las cosas la noche del 11 de noviembre de 1819, cuando el capitán Abraham González se alzó en armas contra el gobernador Feliciano de la Mota Botello, lo apresó y se instaló en el despacho oficial del Cabildo.

Temeroso de la actitud que Belgrano, aunque retirado, pudiera asumir frente al golpe, González ordenó arrestarlo. Un piquete irrumpió en la casa del creador de la Bandera, que estaba en cama. Según el historiador Bartolomé Mitre, el general le espetó: “¿Qué quieren de mí? Si es necesaria mi vida para asegurar el orden público, aquí está mi pecho; quítenmela”.

Intentaron encadenar las hinchadas piernas de Belgrano, que ya no soportaban el roce de las sábanas. Sólo la enérgica actitud de su médico, el doctor José Redhead, pudo impedir el atropello. De todas maneras, le pusieron un centinela en la puerta. Aunque después el soldado fue retirado, todo el episodio dejó a Belgrano muy deprimido.

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