miércoles, 6 de abril de 2016

Director Supremo de las Provincias Unidas - Parte 5


Disuelta la Asamblea del año XIII, el Cabildo de Buenos Aires creó una Junta de Observación, que dictó el Estatuto Provisional de 1815, por cuyas disposiciones quedaba supeditada la autoridad del Director Sustituto a dicha Junta y al Cabildo. El Cabildo envió a las provincias una circular en la cual expresaba que Buenos Aires no se proponía establecer una dominación prepotente sobre ellas; que respetaba sus opiniones y estaba pronto para modificar lo hecho, si ello era conveniente, en cuanto la voz de los pueblos lo indicara. Por entonces la división no era entre morenistas y saavedristas; empezaba a surgir una división mucho más grave y profunda que desembocaría en unitarios y federales.
Los primeros, reclutados entre los sectores más ilustrados en la ideología revolucionaria liberal europea, eran partidarios de la concentración del poder, que según su visión facilitaría la unidad política del país; no reconocían las autonomías provinciales y consideraban que el gobierno debía ser ejercido por los estratos más aristocráticos.
Los segundos, con mayor arraigo en el interior (aunque Buenos Aires constituirá un Partido Federal muy fuerte, así como el interior generara destacados unitarios) eran defensores de la capacidad de cada provincia para autogobernarse, sin que ello implicara desconocer su pertenencia a una misma nación, pero reconociendo en un gobierno central (que en todo caso debía estar fuera de Buenos Aires) solamente a un representante, en especial en el desempeño de las Relaciones Exteriores.
La revolución contra Alvear fue preparada por los federales. Como consecuencia, Álvarez Thomas, Director Sustituto, cumplió las promesas del Cabildo. En abril de 1815 convocó a un Congreso Nacional Constituyente, para resolver la situación del país. Como la mayoría de las autoridades provinciales resistían la centralización del gobierno en Buenos Aires, se estableció que el Congreso se reuniría en San Miguel de Tucumán.
Ya vimos que a fines de 1815, durante el mandato de Álvarez Thomas como Director interino, el ejército del Norte, al mando de Rondeau, fue completamente destrozado en 
Sipe Sipe. Como principal consecuencia de este desastre, todo el Alto Perú quedó definitivamente aislado de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
La gestión de Álvarez Thomas no fue muy afortunada en otros aspectos; por ejemplo, persiguió con intolerancia a sus adversarios políticos. Se vio obligado a renunciar el 16 de abril de 1816. Lo sustituyó por breve tiempo en el Directorio el general Antonio González Balcarce, también interinamente, hasta el 3 de mayo de 1816.

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