Alvear
(imagen abajo) dio a los representantes argentinos instrucciones secretas que
insinuaban la posibilidad de someter el país al protectorado de Gran Bretaña,
si fracasaban las gestiones para asegurar la independencia.
Estas provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus
leyes, obedecer a su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso. Ellas se
abandonan sin condición alguna a la generosidad y buena fe del, pueblo
inglés.”)
Carlos María de Alvear, sobrino de Posadas,
no tiene buena imagen en la historiografía argentina. Signado por un marcado
autoritarismo, su estilo intrigante y su enfrentamiento con San Martín han
dejado una imagen negativa de él, que posiblemente sea por demás exagerada.
Bartolomé Mitre fue uno de los que iniciaron esta tradición.
En
uno de sus escritos, Mitre señaló que “San Martín y Alvear, auxiliados por la
habilidad de Monteagudo, fueron por mucho tiempo los árbitros de la Logia; pero
esta buena inteligencia no podía ser de larga duración.
Los
amigos se convirtieron muy luego en dos irreconciliables enemigos. Diversas
causas produjeron este rompimiento. La petulancia juvenil de Alvear no podía
sobrellevar con paciencia el ademán imperioso, la palabra incisiva y la
voluntad de hierro de San Martín, convencido de su superioridad militar y que
apenas notaba los pueriles celos de su competidor”.
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