Una tarde de julio, hace 15 años, la historia del
Italpark, el emblemático parque de diversiones de la ciudad de Buenos Aires,
dio un vuelco fatal: una joven falleció en uno de los juegos y, desde entonces,
cerró sus puertas al público.
Todo ocurrió en el Matter Horn, una pista redonda con un eje
en el medio, del cual salían brazos de metal que sostenían carritos. La
atracción consistía en subirse a esos carritos, que giraban a toda velocidad
alrededor del eje.
El 29 de julio de 1990, un desperfecto mecánico provocó el
desprendimiento de uno de los carritos, que salió despedido y chocó contra una
pared. El accidente causó la muerte de Roxana Alaimo, de 15 años, y graves
heridas a otra joven de la misma edad, Karina Benítez.
Al día siguiente, el juez en lo correccional Marcelo Arias
dispuso la clausura preventiva del parque, que funcionaba en un predio ubicado
en la confluencia de las avenidas Del Libertador y Callao.
Según los peritajes ordenados por la Justicia, la mayoría de
los entretenimientos del Italpark no estaba en condiciones seguras. Muchas de
las fallas, de acuerdo con los informes, eran "de origen eléctrico".
Al juego donde se produjo el accidente no le habían realizado estudios técnicos
desde hacía siete años.
Después de haber sido reabierto y funcionado durante dos
días -el 10 y 11 de noviembre de 1990-, el parque fue definitivamente
clausurado.
En 1996 la familia de la víctima recibió 370.000 pesos de
indemnización en concepto de daños y perjuicios, de acuerdo con la sentencia
del juez en lo civil Miguel Prada Errecart.
Después de largos debates sobre el futuro del predio, hoy en
el lugar está la plaza Carlos Thais.
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