En el año 1832, el puerto adolece de
numerosos inconvenientes, no acordes con el papel extraordinario que juega en
el ajedrez político y económico del país. La carga y descarga de mercaderías se
ven perjudicadas constantemente. El testimonio de un viajero acabado de llegar es
muestra elocuente del estado poco progresista de este lugar clave de la
metrópoli: “Voy en un buque dinamarqués, miserable en su comida, pero con
buena gente del norte. En Punta de Indio divisamos la cruz en el río. Allí
tomamos piloto. Al día siguiente avistamos a Buenos Aires, desde el amanecer. A
las 10 desembarcamos, después de andar tres millas que dista el fondeadero.
La
ciudad se elevaba; sus torres, el elemento religioso, el elemento culminante,
es lo primero que se muestra al viajero. El río es demasiado bajo, los botes no
pueden acercarse, no hay muelle, y el medio inventado de desembarque es muy
original. Carretillas tiradas por caballos penetran en el río con el agua hasta
el eje, y allí reciben a los pasajeros...”.
En 1840, tras el levantamiento del
bloqueo, el arribo libre de los barcos extranjeros al puerto dinamiza muy
pronto el mercado porteño y los vecinos se desvelan por ponerse al día en ropas
y diversos elementos.
Cinco años más tarde, en 1845, el año político se inicia
con el nombramiento del General Paz como “Director de la guerra en nombre de
la provincia de Corrientes y de la Revolución Argentina”. La situación
existente se agrava y Francia e Inglaterra - perjudicadas por el conflicto -
decretan el bloqueo de todos los puertos argentinos y uruguayos. Una expedición
anglo-francesa combinada con la escuadrilla que comanda José Garibaldi, remonta
el río Uruguay atacando y saqueando a Gualeguaychú. Intenta hacer lo mismo en
Paysandú pero es rechazada por el General Antonio Díaz, que ha preparado la
resistencia y combate con heroicidad durante una hora. Montevideo sigue sitiada
y el General Rivera, que arriesga una salida, es derrotado por un General
entrerriano del cual mucho se habla: Justo José de Urquiza. Buenos Aires se
conmueve por una noticia que llega de Cádiz, dando cuenta que ha muerto el
primer Presidente argentino, don Bernardino Rivadavia.
En 1850 finaliza el conflicto con Francia al
firmarse una convención de paz: el bloqueo al puerto de Buenos Aires. Con el
levantamiento total del bloqueo al río de la Plata, el comercio mayorista - 34
casas inglesas y 14 españolas y criollas - ven llenar de nuevo sus depósitos.
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