El primer transatlántico que
llega viene de Inglaterra, esto ocurre en 1824.
Su nombre es el Condesa de Chester, que trae correspondencia de Chile y de
Perú. La llegada de otros buques de ultramar repercute en el ánimo de los
porteños, quienes eligen al puerto como escenario de sus entusiasmos. Se funda
la Imprenta del Estado y se hace obligatoria la vacunación antivariólica para
los alumnos de las escuelas.
En 1825 Brasil declara su independencia y
declara la guerra a las Provincia Unidas del Río de la Plata por que esta ha
declarado a la Banda Oriental incorporada a las Provincias Unidas del Río de la
Plata. Muy pronto los brasileños establecen el bloqueo a los puertos
argentinos. Como consecuencia de este enfrentamiento, en 1828 el Río de la Plata ha quedado partido
en dos, dividido en dos puertos, Buenos Aires y Montevideo.
El movimiento portuario crecía y
en 1829, el puerto tiene
por esta época el siguiente movimiento de importaciones: Gran Bretaña:
4.000.000 de pesos fuertes; Francia: 550.000; Norte de Europa: 425.000;
Gibraltar, España y Mediterráneo: 575.000; Estados Unidos: 900.000; Brasil:
950.000; y La Habana y otros países: 425.000.
Un año más tarde Francia,
potencia mundial, comienza a influir en el Río de la Plata. Su aparición
rioplatense es de franca competencia comercial con Inglaterra. Y si la Rubia
Albión tiene buen campo de acción en Buenos Aires, la Francia se asentará en
Montevideo, ciudad que comienza un crecimiento vertiginoso merced a la
industria de los saladeros. Con abierta ventaja del puerto montevideano sobre
el porteño: facilidad de carga y descarga. La competencia entre los dos
gigantes de Europa tiene en estas playas mercados diferentes. Francia enfoca
los artículos de lujo - telas linos, joyas, etc.- en tanto que Inglaterra
insiste en enviar telas de algodón y de lana, utensilios de hierro, artículos
de loza, vidrio, etc. Francia no logra romper este mercado, ya que las
manufacturas inglesas son en la Argentina artículos de primera necesidad. En la
ropa del gaucho -salvo el cuero- todo viene de Inglaterra. Los vestidos de las
chinas salen de los telares de Manchester. La olla de la comida, las espuelas,
los cuchillos.
En 1831, se concreta un
interesante proyecto, tendiente a nacionalizar las rentas de la Aduana del
puerto porteño y terminar con el monopolio habilitando el de Santa Fe. Pero
esta resolución se derrumba ante el Pacto del Litoral, en el que se reconoce
como puerto único al de Buenos Aires. Juan Manuel de Rosas, gobernador de
Buenos Aires, ha ganado una vez más. Así lo dice el “Diario de la Tarde”,
que aparece este año como defensor de los intereses de la Confederación
Argentina.
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