domingo, 22 de marzo de 2015

Tras las huellas del tranvía – Parte 2


Pedido cumplido
Finalmente fueron dos las empresas que decidieron llevar sus rieles hasta la villa: la “Cía. de Tramways Anglo Argentina” y la tradicional “Cía. de Tramways Lacroze de Buenos Aires Ltda.”, ambas con idéntico destino pero por distintas vías: la primera por Alvarez Thomas y la segunda por Triunvirato. Ambas tuvieron que salvar inconvenientes para alcanzar su destino, surgidos tanto por el trazado como por el cruce de las vías férreas, pero finalmente en 1909 el tranvía llegó a Villa Urquiza.

El Lacroze, como se dijo, lo hizo por Triunvirato desde Chacarita y llegó hasta Monroe a principios de agosto de 1909 para, una vez terminados trabajos pendientes, alcanzar su terminal en la Plaza Echeverría -al otro lado de las vías- y, luego de contornearla, retornar “a la ciudad” por el mismo camino. El Anglo vino avanzando por Alvarez Thomas, tomaba Acha casi de chanfle hasta cruzar las vías y girar en Bebedero hasta Aizpurúa, donde terminaba. Ambos servicios eran radiales, vale decir que se dirigían directamente al centro. Luego el Anglo tendió otra línea desde la estación Belgrano “C” del entonces Ferrocarril Central Argentino que, en busca de Villa Devoto, cruzó transversalmente a éstas, intercomunicando en su derrotero a Devoto con Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, el incipiente Coghlan y Belgrano. Así quedó definitivamente trazada la red tranviaria urquicense, compuesta de la siguiente manera:

Compañía Lacroze

Triunvirato (ida y vuelta), Bebedero, Capdevila, Nahuel Huapí, Bucarelli y, cerrando el “loop”, Bebedero y nuevamente Triunvirato. Este circuito era recorrido por las líneas 6, 7, 15 y 22. Las dos primeras en realidad eran la misma, pero con la característica de que la 7 corría entre las 4.10 y las 0.30 (1937) y la 6 desde las 20.20 hasta las 3.46, vale decir que esta última le hacía el servicio nocturno al 7 aunque haciendo punta de rieles en Monroe, donde cortaba sin llegar a la Plaza Echeverría. Este 7 fue el primer tranvía de Villa Urquiza que, dicho sea de paso, no tuvo tranvías a caballo. Vinieron luego dos líneas nuevas de esta empresa: la 22, que unía al barrio además de Chacarita con Almagro, Boedo y Plaza Constitución. Cuando Lacroze construyó el puente de Ciudad de la Paz para sortear las vías del F.C.C.A. en 1918 creó un nuevo recorrido: Plaza Italia-Villa Urquiza (vía Colegiales, Chacarita) con el número 15.


Una característica de esta compañía fue que en un principio no numeraba las líneas, utilizando en su reemplazo el indicador de destino sobre el parabrisas del motorman, y que sus tableros de recorrido (colocados debajo de dicho parabrisas) lucían como fondo los colores de banderas de distintos países. Por ejemplo: el 6 y el 7, como es lógico, eran iguales: ida belga, vuelta amarilla (cuando decimos ida, es hacia Villa Urquiza y vuelta, desde Villa Urquiza); el 15: ida italiana, vuelta norteamericana; y el 22: ida argentina, vuelta monegasca. 
Esto permitía reconocerlos a aquellos que no sabían leer. Por la noche estas claves eran complementadas por una de colores en los sendos farolitos ubicados a cada lado de la visera del coche. Para los nuestros eran 6 y 7, colorado y verde; 15, amarillo y colorado; y 22, blanco y verde. Cuando la empresa decidió introducir la numeración la incorporó en el costado izquierdo del tablero de recorrido y permanecieron igual los sistemas anteriores, que permitían reconocerlos a la distancia día y noche.

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