miércoles, 15 de octubre de 2014

Las pulperías de antaño – Parte 3

Para completar, algunas chafalonías de metal y los tan famosos facones con hoja de cuarenta a cincuenta centímetros de largo, de excelente acero, empuñadura de plata y guarnición en forma de "S" alargada. Estos facones servían para múltiples menesteres, pero sobre todo como temibles armas,  por cuanto los gauchos los manejaban con suma destreza y maestría en sus frecuentes alardes de bravura o en sus enconados duelos criollos.

Sin lugar a dudas, también las pulperías se constituyeron en el centro de atracción espiritual para la gente del lugar, que tenía oportunidad de alternar durante las reuniones domingueras y de días festivos. Allí disputaban supremacía en los tablones de la cancha los parejeros de la zona en las infaltables carreras cuadreras, que tanto emocionaban y enardecían a la paisanadas, que sólía apostar hasta el último centavo al caballo de su predilección.

El muy popular y arragaido juego de taba se practicaba hasta ya entrada la noche, bajo la luz de algunos candiles alimentados con sebo. Estas reuniones solían terminar frecuentemente en sangrientas reyertas protagonizadas por los apasionados y los malos perdedores, que actuaban generalmente bajo la influencia de fuertes dosis de alcohol.

Al igual que otros pueblos de la Provincia, también Junín  tuvo sus legendarías pulperías, diseminadas, a la vera de los caminos que atravesaban el partido.
Con rumbo a Bragado y a unas seis leguas de Junín se hallaba la pulpería que fundara don Vicente Ghigliotto allá por el año 1878. Más tarde fue ampliada con anexos de panadería y herrería, cuando comenzaron a colonizarse esos campos: posteriormente allí fue establecida una escuelita primaria.

Con el mismo rumbo y más hacia el S.E. en las cercanías del actual pueblo de Morse, se levantaba la pulpería de don Casimiro Carrica, que por muchos años cumplió con su misión de proveeduría y lugar de esparcimiento en esa alejada zona de Junín.
En dirección sur, sobre el camino a Los Toldos y a unos 12 kilómetros de Junín, se encontraba la pulpería de "Los Toscanos" de Vivarello y Lazzaretti, más adelante se arribaba a las pulperías de Zarlenga, Chodini y Pastorino.

"Los Toscanos" contaba con una sección de herrería y otra de carnicería; fue en su orígen una posta de la galera que hacía el recorrido entre Junín y Los Toldos.


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