La familia Aónikenk:
Los Aónikenk formaban tribus compuestas de varias familias. El padre de
familia ejercía autoridad en el hogar y a él debían obediencia la mujer y sus
hijos e incluso también sus yernos y nueras.
Al llegar a la edad de casarse las muchachas se pintaban el rostro con una
línea que corría desde el centro de la nariz hasta las orejas y desde allí
se unía en el mentón. De esta forma manifestaban su interés en el matrimonio.
El petrendiente “compraba” una esposa pagando con pieles de guanaco, sacos de
plumas de ñandú o una cierta cantidad de tiempo de caza.
El matrimonio se consideraba aceptado cuando el padre entregaba a su hija
al pretendiente que cumpliera con la dote y llevaba a la novia a su nueva
vivienda. De ahí en adelante la mujer pasaba a ser posesión del marido. La
distribución de las tareas era un tanto desigual.
La función principal del
hombre era cazar y traer el alimento al hogar. La mujer cocinaba, cuidaba de
los niños, preparaba las pieles para las vestimentas, recolectaba leña, buscaba
el agua, armaba, desarmaba y transportaba las viviendas, antiguamente a pie,
posteriormente en las ancas de sus caballos. En el idioma de los
aónikenk abundaba en consonantes, sobro todo de la letra k. como por ejemplo:
Aiken: lugar o paradero
Kon-aiken: lugar de vientos
Kaj: capa
Kau: toldo
Shotel-aiken: lugar de flechas
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