viernes, 14 de marzo de 2014

LA GUERRA GUASÚ: El capitalismo es peor que el feudalismo – Parte 3



–¿Usted ya había leído algo sobre la guerra?

–No, muy poco. Cuando volví a Buenos Aires empecé a leer. Lo que había eran puros elogios del papel civilizador de la Argentina. Me fui desasnando y fui construyendo mi libro, donde hablo del "gran negocio" de los proveedores de los tres ejércitos aliados: Argentina, Brasil y Uruguay. Porque los soldados tenían que comer todos los días, reponer los zapatos, los uniformes, las armas. Fue un negocio fabuloso.

–Es por eso que usted prefiere llamarla "guerra de la triple infamia", en lugar de Triple Alianza.

–Creo que quien la llamo así por primera vez fue Galasso. Y es correcto. El embajador inglés en Buenos Aires participaba de las reuniones del gabinete de Mitre. Fue una guerra infame por donde se la mire.

–¿Cuál fue el rol de Mitre?

–Mitre fue el más lúcido y culto representante de la oligarquía mercantil de la provincia de Buenos Aires. Es Mitre el que arma la estrategia para extender la dominación de esa oligarquía sobre el conjunto del territorio nacional. En 1861, Urquiza le regala la batalla de Pavón, y ahí se dan las condiciones para que se invadan los 14 ranchos, para tratarlos como una conquista e incendiar pueblos. Ese es el momento de extender la dominación al interior, en alianza con la oligarquía azucarera de Tucumán.

–¿Y la Guerra del Paraguay fue la forma de consolidar esa expansión?

–Es un episodio indispensable. En primer lugar, para derribar al gobierno blanco uruguayo, con el cual Mitre no profesaba ninguna simpatía. Mitre intentaba consolidar un poder interior y para eso debía impedir que algún poder exterior pudiese servir a sus enemigos.

–Todavía hoy se relativiza el rol de Gran Bretaña en esta guerra, pero para usted el papel británico fue clave. ¿Por qué?

–Porque Paraguay no sólo era enemigo de Mitre, sino que también era un modelo antiliberal. Como tenía total autonomía y una participación estatal fuerte, constituía una afrenta a las ideas liberales de la época. Paraguay estaba inserto en un contexto mundial. Había una gran potencia central, Gran Bretaña, que organizaba el planeta en función de crear las condiciones para la penetración del capital para hacerse de materias primas y alimentos. Era una potencia que estaba configurando el globo para poder ingresar libremente, sin regulaciones que obstruyeran sus intereses. Además están los empréstitos británicos, que ocurren previos a la guerra, durante y después, y permitieron que la guerra dure mucho más de lo que habría durado. Porque ni los recursos de Brasil, y mucho menos los de Argentina, permitían aguantar cinco años de guerra. La guerra del Paraguay es una forma, entonces, de integrar a un país con desarrollo autónomo como el paraguayo al mercado mundial. Si hay historiadores que ignoran esto, es por mala fe.


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