viernes, 14 de marzo de 2014

LA GUERRA GUASÚ: El capitalismo es peor que el feudalismo – Parte 2


En una extensa charla con Tiempo Argentino en su departamento de La Boca, este antiguo y desilusionado militante del Partido Comunista, exiliado en Brasil durante la última dictadura, desafió aquel precepto arcaico que sostiene que los historiadores sólo están para hablar del pasado y tocó todo tipo de temas: desde la Guerra del Paraguay, pasando por la actualidad latinoamericana y los abusos del sistema capitalista, hasta los debates historiográficos que se dan fuera y dentro de la academia. De formación intelectual marxista, pero influenciado por varias corrientes ideológicas, Pomer no se para en ninguna de las veredas impuestas por historiadores profesionales y divulgadores. Pero, aclara, le encanta que la historia salga de las bibliotecas y se haga cada vez más masiva.

–¿Cuándo comenzó a interesarse por la historia?

–Cuando era muy chiquito, mi viejo me sentaba en las rodillas y me leía cuentos de historia para niños, en una colección que venía de España. Para él, el libro era una cosa sagrada. Yo creo que ahí arranca la cosa. Después, a los 16 años comencé a escribir en revistas estudiantiles. Pero recién en el '68 aparece mi primera publicación importante: La Guerra del Paraguay: ¡Gran negocio!

–¿Qué historiadores leía en esa época?

–Mi influencia proviene de múltiples lecturas. Yo tengo una formación marxista, pero no pertenezco a ninguna escuela historiográfica particular, y con el correr de los años fui acumulando influencias de muchos autores. Por ejemplo, Bourdieu, Foucault, Mariátegui, con su americanismo. Una reivindicación en la que coincide con Jaureteche, en el sentido de pensar con conceptos que reflejen nuestra realidad, que no sean prestados de Europa.

–¿Una especie de marxismo latinoamericanista?

–Abelardo Ramos, que era un gran constructor de frases, hablaba de un "marxismo de indias". Mariátegui reivindicaba el valor de las comunidades, de las antiguas civilizaciones, y reivindicaba sus modos de vida, mucho más humanos que los del capitalismo. Por otro lado, nunca fui revisionista. Entiendo que el papel del revisionismo ha sido muy importante, pero es una corriente con un amplio abanico ideológico y una de sus características, en muchos casos, es que hay escasa rigurosidad. Por ejemplo, José María Rosa citaba de memoria y se equivocaba. El trabajo de archivo, en cambio, es un trabajo pesado, aburrido y sucio.

–¿Por qué se interesó por la Guerra del Paraguay?

–A los 35 años, con un amigo viajamos a Paraguay, a Villa Encarnación. Cuando llegamos a Asunción conocimos a Juan O'Leary, un revisionista histórico paraguayo, de 90 años, muy bien erguido y con buena memoria. Él nos empieza a hablar de la Guerra Guasu, como le dicen ellos, y me dejó muy intrigado.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario