El
suplemento de Círca de 1915 dedicado a Barthe nos deja claro a quién pertenecía
esta embarcación “En 1886 [Barthe] inició su empresa de navegación con un solo
vapor, el CORNEJO, exclusivamente dedicado al transporte de yerba mate. Al año
siguiente adquirió el vapor EDELIRA, que siguió navegando luego de 1915, con
comodidades para carga y pasajeros.” Al parecer también transportaba pasajeros
sin el consentimiento de los mismos.
“Esa misma noche [continúa el periodista de LA PRENSA] sonó un tiro y se sintió
cierto movimiento en la tripulación. ¿Qué ocurría? Era que un “mensú” de los
que iba al obraje había saltado a tierra con la intención de huir. Los
marineros de guardia le hicieron fuego; el infeliz fue apresado, abofeteado por
el contramaestre y encerrado en una letrina, en la cual permaneció hasta llegar
al punto de su destino. Ya nos acercábamos al Iguazú […] y a lo lejos divisóse
un bulto que flotaba sobre las aguas del río. El práctico que conducía el buque
[…] me dijo con naturalidad, como quien está acostumbrado a ver esas coas.
–Debe ser un muerto. –¿Cómo? ¿Un cadáver? –Sí, en el alto Paraná, cuando un
Mensú se indisciplina, el capataz o el patrón lo mata y el cadáver es arrojado
al río” (Dosistheo M. López. –LA PRENSA, 30 de agosto de 1908).
Hasta aquí puede ser solo casualidad que los “mensús” sean de una explotación
yerbatera de Barthe y ambos buques, el que los rescata y el que los regresa al
obraje, pertenezcan a la flota también de Barthe pero hallamos en otra
publicación periodística de la época otra referencia y más directa sobre el
trato que se daba los “empleados” en los establecimientos de Barthe. Se
trata del diario “La Vanguardia” del 17 de mayo de 1908, es un
carta firmada por Julian S. Bouvier; “en el oeste paranaense, un tal Allegrini
y otros Mayordomos de Domingo Barthe, asesinaron a varios Peones […] en abril
de [1907] fueron asesinados así siete peones en un solo día, entre ellos un
brasilero y un menor de edad, de 14 años. Los fusilaron, ni más ni menos. El
crimen quedó impune, el juez era empleado de una empresa yerbatera…”
Bouvier no deja expresado si el juez era empleado de una “empresa yerbatera” de
Barthe, por lo cual no podemos achacarle los connivencia, pero tenemos alguna
pistas que nos pueden ilustrar las relación de Domingo Barthe con la “justicia”.
Conocemos una historia de Barthe y un Juez del Territorio, el Dr. Severo
González , veamos qué línea de conducta seguían ambos, el relato de los hechos
nos lo trae León Naboulet , se trata de la casa de comercio de los hnos. Dei
Castelli, “…estos señores comerciantes, matriculados en forma concurrieron al
juzgado de Posadas solicitando convocatoria de acreedores, en los términos que
les acuerda la ley. El pedido de convocatoria fué demorado por el juez y en
este intervalo el señor Domingo Barthe se presentó pidiendo la quiebra de los
convocatorios, el juez hizo lugar a la quiebra y nombró de inmediato síndico a
un Sr. Rivera, de su relación. Los damnificados apelaron por el auto a la
cámara de Paraná. Este tribunal revocó el auto, levantó la quiebra decretada
criticando con dureza el auto del juez”
En este último caso es evidente la complicidad del juez González con Domingo
Barthe con la intención de apropiarse del comercio “Dei Castelli
Hnos.” Naboulet también nos cuenta que en una oportunidad se
publicó en la prensa local una “carta de adhesión” a este juez Letrado del
territorio, ya que pesaba sobre él un pedido de juicio Político por numerosas
irregularidades en su gestión, enviada al Presidente de la República y al
Sr. Ministro de Justicia, la carta alagaba al Juez González en estos términos:
“Los que suscriben llevamos a V. E. la palabra del más respetuoso testimonio de
congratulación, a la vez que de imparcial aplauso por el digno magistrado de
este territorio, a quien debemos el puesto reconquistado del pueblo trabajador,
dentro del más estricto marco de civilización moderna […] hoy que ha concluido
el fantástico asunto de de los crímenes de este Territorio, consideramos un
acto de estricta justicia exteriorizar nuestros placeres hacia el juez que ha
sabido cumplir sin mengua su labor, echando por tierra las antojadizas
versiones que en mala hora fueron transmitidas a esa capital …” Etc. Etc…
Naboulet continua con ironía cuando comenta esta carta “no está firmado por
ninguna de las víctimas del Sr. Juez González […] ni por los 50 obreros
encarcelados en la prefectura y puestos a la disposición del juez […] ni
tampoco por los comerciantes Dei Castelli que fueron arruinados en virtud de un
auto inconsulto del juez.
No, Señor […] está firmado por Domingo Barthe, conocido explotador de Peones
del Alto Paraná, según voz corriente en Posadas, acreedor del juez y litigante
habitual en su juzgado, por Juan B. Molas y Cía. Comerciantes de la
localidad con asuntos pendientes en el juzgado […] por Nicolas Damus conocido
obrajero, comerciante, turco, con asuntos pendientes en el Juzgado.” Etc. Etc…
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