jueves, 20 de febrero de 2014

Domingo Barthe: El millonario más famoso en la historia de Misiones – Parte 5




Al parecer se metió de lleno en el rubro de la navegación, en el que ya se había iniciado años antes, en “1887 [cuando] compró los primeros buques de la Sociedad Anónima Alto Paraná y en 1893 mandó a construir el primer vapor, continuando en este orden de propósito hasta invertir la suma de 2.000.000.- de pesos. [en 1915]  esa flota [estaba] compuesta por 25 buques de diferentes tonelajes, que suman en conjunto 5.000 toneladas de registro, teniendo establecidos servicios regulares de paquetes entre el puerto de Buenos Aires y Asunción, Buenos Aires y Posadas hasta Iguazú, embarcaciones que hacen la navegación de los ríos Paraná, Paraguay y Alto Paraná. (Suplemento Circa, 1915).

Como ya vimos en la guía Kraf, el Suplemento Circa también menciona para 1915 posesiones de Barthe en Posadas “en el puerto […] un taller mecánico y varadero para construcción y reparación de buques y aserradero de maderas y donde encuentran ocupación permanente más de 200 obreros; en ese establecimiento se construyen vapores y buques para la navegación local.”

Que Barthe era millonario, no queda ninguna duda, tenía su propio código Postal, “3304 - Domingo Barthe” y uno de sus establecimientos tenía uno propio También, “3374 - El Porvenir”;  pero ¿Comó enriqueció tanto? El comercio con la Yerba en Concepción Paraguay justo después de culminada la Guerra de la Triple Alianza fue rentable pero ya bajo la administración de Salvador Jovellanos la política económica cambió aunque  solo levemente y Barthe decidió buscar mercados de materias primas aun más convenientes. 
En esa época gobernaba Misiones Rudecindo Roca y como dice el refrán “donde el abate juega a las cartas… ¿Qué harán los monjes?” y Rudecindo tenía aquí la industria, la más grande de la provincia, un establecimiento azucarero, construido y mantenido con el trabajo semi esclavo de indios raptados de sus tierras en el sur “por el pecado de defenderlas…” y como “prisioneros de guerras” e “infieles” el deber del estado era civilizarlos… Rudecindo decidió civilizarlos en su establecimiento, empleándoles en el trabajo de cultivar, cosechar, y elaborar la caña de azúcar, pagándoles migajas, descontándoles la comida, prohibiéndoles  salir del establecimiento, y embruteciéndoles con el alcohol.  

El establecimiento del Gral. Rudecindo Roca se fundó en 1884 y la práctica de tomar trabajadores y descontarle de su salario comidas vestimentas y herramientas se extendió desde entonces dando lugar al desarrollo de una de los tristemente célebres sistemas de explotación de la región, cuyo eslabón más débil en la cadena productiva es conocido como “el mensú” un peón rural de extrema precarización laboral en los Yerbales y Obrajes Madereros, Barthe “contrató” o “conchabó” a mensús por cientos sino miles a lo largo de los años.

Traemos aquí la historia de algunos de estos “mensús”, muestra las condiciones de trabajo en las que eran sometidos, es un extracto de una nota publicada en el diario LA PRENSA:
 “Una tarde vimos, desde la borda, que un hombre y un niño abrían los brazos demandando auxilio desde la costa argentina. El barco ancló y en un bote se les trajo a bordo. Estaban macilentos y débiles. Tenían el rostro, los brazos y los pies picoteados por sabandijas de la selva. Durante 15 días habían alimentándose con yerbas del bosque y apenas habían podido llegar a la costa[…] nos refirieron su triste situación. Trabajaban en un obraje como “mensús”. Los “mensús” son los esclavos del Alto Paraná […] y en el trabajo hacía tiempo que rendían energías al patrón, pero nunca podían saldar la cuenta con su labor. Un día reclamaron su libertad para marcharse y fueron azotados. ¿Qué hacer entonces? Fugaron y se internaron en el bosque enmarañado y solitario. Se alimentaron en nuestra presencia y creían estar a salvados. Horas más tarde, presenciamos un cuadro que nos desgarró el corazón. Aguas abajo venia una embarcación  y el capitán ordenó ciertos toque convenidos ambas embarcaciones echaron anclas y se operó el trasbordo de nuestros asilados al vapor “Edelira” del Sr. Domingo Barthe. –¿Dónde los llevan? Preguntamos con ansiedad. –Nuevamente al obraje, se nos contestó.”

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